Si todavía no sabes adónde ir este verano, te lo ponemos fácil. Aquí tienes unas cuentas ideas de destinos que, más o menos conocidos, darán que hablar este año.
Los que vuelvan de allí lo hacen encantados. Todo son buenas palabras sobre estos destinos que parece que este verano van a triunfar. ¿Los conoces? Si quieres luego también puedes pasarte a ver estos otros destinos para escapar del calor en verano, si lo tuyo no es tostarte al sol.
Dubrovnik (Croacia)
Foto de Geio Tischler (Unsplash)
Menuda joyita la ciudad croata. Pero de las buenas. Una ciudad medieval amurallada frente al mar Adriático que es una auténtica postal. Por mal que hagas las fotos, te saldrán de maravilla. Por algo es Patrimonio de la Humanidad. ¿Qué ver o hacer en Dubrovnik? Recorrer las murallas, desfilar por Stradun (la avenida más animada y comercial), asomarse al Puerto Viejo (de ahí puedes zarpar a la cercana isla de Lokrum), visitar el Fuerte de San Lorenzo o Lovrijenac (los fans de ‘Juego de Tronos’ peregrinan hasta allí porque era la Fortaleza Roja), admirar las puertas de acceso a la ciudad antigua (Pile y Ploče), entrar en el Palacio del Rector (fue sede del Gobierno, prisión, arsenal y hoy es un museo) y flipar en el monasterio franciscano (alberga la tercera farmacia más antigua del mundo). Y si después de descubrir la ciudad te apetece descubrir el país, toma nota de esta ruta de Dubrovnik a Split.
Valencia (España)
Foto de Rafael Hoyos Weht (Unsplash)
“Qué bonita está Valencia”. Se lo escucharás decir a cualquiera que la haya visitado en los últimos años. Y es verdad. Es un auténtico placer darse un garbeo, a pie o en bici, por esta ciudad mediterránea.
Si quieres naturaleza y entretenimiento para niños y adultos, la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Si quieres cultura, los museos Fundación Bancaja, IVAM (Institut Valencià d’Art Modern), Bombas Gens Centre d’Art y Museo de Bellas Artes. Si quieres comer bien, mil y un restaurantes, algunos con la firma de chefs con estrella Michelin como Quique Dacosta y Ricard Camarena (ojo, algunos a precios superpopulares como Central Bar, Canalla Bistro y Mercatbar), y una playa (la de la Malvarrosa) donde flipar con las paellas. Si quieres historia, el casco antiguo con la Catedral y la Iglesia de San Nicolás, la ‘capilla sixtina’ valenciana. Si quieres respirar, el Jardín del Turia, que recorre el antiguo lecho del río. Si quieres, si quieres… ¿Cómo no vas a querer a Valencia?
Y por si una escapada a Valencia te sabe a poco, te dejamos esta ruta de Alicante a Valencia.
Lyon (Francia)
Foto de Chloe Chavanon (Unsplash)
Si eres del morro fino, oh la là, esta es tu ciudad. No dejes pasar la ocasión de comer en sus populares y tradicionales bouchons (restaurantes típicos de Lyon donde probar la comida local). Y entrar en Les Halles-Paul Bocuse, mercado cubierto donde encontrarás productos locales. Y visitar el Grand Hôtel-Dieu, un enorme edificio del siglo XVIII muy querido por los lioneses (fue hospital durante decenios), que ahora acoge, además de este equipamiento, tiendas, un hotel, restaurantes…
La elegante Lyon te gustará también por lugares como la Place Bellecour, la plaza peatonal más grande de Europa y corazón comercial de la ciudad; el parque Tête d'Or, que con sus 105 hectáreas da cabida un jardín botánico con 20.000 especies, cebras, jirafas y un lago; el barrio de Croix Rousse, laberinto de callejones, patios y pasajes (‘traboules’) salpicado por tiendas de diseñadores y grafitis; la Catedral de St-Jean y la Basílica de Notre-Dame de Fourvière, y el barrio de la Confluence, donde está el Museo de las Confluencias, dedicado a comprender la complejidad del mundo.
Florencia (Italia)
Foto panoramica de Nicola Pavan (Unsplash)
Para sentir en tus propias carnes el síndrome de Stendhal, pilla un Vueling y plántate en Florencia. Este síndrome se caracteriza, recuerda Wikipedia, "por un elevado ritmo cardiaco, temblor, palpitaciones, vértigo y confusión cuando el individuo es expuesto a obras de arte, especialmente cuando estas son consideradas extremadamente bellas”. Fue el escritor francés Stendhal el primero que lo describió, tras ‘sufrirlo’ en 1817. ¿Dónde? ¡En Florencia! Fue al visitar la Basilica di Santa Croce. Así que ya sabes, debes apuntarla en el recorrido que harás por la capital de la Toscana admirando maravillas como el Ponte Vecchio y estatuas (el David de Miguel Ángel ‘vive’ en la Galleria dell’Accademia), pisando plazas de postal como las de Michelangelo, della Signoria, del Duomo (donde está la Catedral, el Baptisterio y el Campanile…), entrando en palacios señoriales repletos de obras de arte como el Palazzo Vecchio y en museos con un fondo tan abrumador como la galería de los Ufizzi, (un ‘must’ que alberga obras de Botticelli, Da Vinci, Galileo, Miguel Ángel, Rafael, Rubens, Caravaggio)… ¿De verdad podrás resistir tanta belleza’? Te dejamos esta ruta exprés de Florencia en 2 días, para que vayas planificando tu escapada.
Oviedo (España)
Eso de "Asturias, patria queridaaaa” se canta con ganas en verano, sobre todo cuando el calor empieza a apretar. Porque es raro que sufras tórridas temperaturas en este rincón del norte de España. Por tanto, Oviedo es un buen lugar donde escapar. Coqueta como ella sola, está salpicada de esculturas tan simpáticas como las de Woody Allen (en la calle de las Milicias Nacionales, 1), Mafalda (parque San Francisco) y La Regenta (frente a la catedral), y una buena gastronomía que va mucho más allá de la fabada.
Debes recorrer la calle de Gascona, autodenominado “bulevar de la sidra” (adivina por qué, je, je, je) y entrar en la catedral, monumento del gótico en el que han parado los peregrinos del camino de Santiago. Y visitar El Fontán, la animada plaza llena de soportales que ejerce de lugar de encuentro de los ovetenses por sus numerosos bares y restaurantes, y el teatro Campoamor, otro epicentro (en este caso, cultural) de la ciudad que acoge citas como festivales de danza, de teatro lírico, temporadas de ópera (la segunda más antigua de España tras la del Liceu de Barcelona)… Está junto al Campo de San Francisco (o parque de San Francisco), pulmón verde de 90.000 metros cuadrados con casi 1.000 árboles, pistas de baloncesto y skate, calles, avenidas, un quiosco de música de 1899 y animales como ardillas, cisnes y pavos reales… ¡Ay, nos sobran los motivos para visitar Asturias!
Amán (Jordania)
Amán es una ciudad milenaria que se construyó sobre 7 colinas. Con esta frase ya entran ganas de subirse a un avión y asomarse a esta ciudad de Jordania, uno de los países más ricos de la zona. Pero no te dejes engañar por la frase porque también es de las más modernas de la región. En una visita a la capital de Jordania igual puedes subir a una de las colinas para ver la Ciudadela —habitada desde hace más de 7.000 años y donde se encuentran edificios de la época romana, bizantina y de períodos omeyas (con joyitas como el Palacio Omeya y las columnas del templo romano de Hércules)—, que entrar en galerías de arte, restaurantes y boutiques como las de Rainbow Street, subir rascacielos como las Jordan Gate Twin Towers (186 metros de altura) y visitar mezquitas como las del Rey Abdalá (¡qué magnetismo irradia su cúpula azul!). Además, Amán está a tiro de piedra del mar Muerto y del desierto de Wadi Rum, conocido como el valle de la Luna por sus acantilados, dunas y cavernas. Y tampoco está lejos de Petra, considerada una de las 7 maravillas del mundo moderno; de la antigua ciudad de Jerash, con las ruinas romanas mejor conservadas en Oriente Medio, ni de los Castillos del Desierto, como los de Harranah, Hallabat y Amra (este último, con mosaicos de 1.300 años de antigüedad). Te dejamos esta ruta de 5 días por Jordania por si te apetece explorar el país.
Montenegro
Este pequeño país balcánico tiene mucho de mediterráneo, de manera que es un destino veraniego de primer orden, felizmente alejado de las avalanchas turísticas y con un encanto que te roba el corazón desde el principio. ¿Acaso hay mejor combinación para el verano que playa, naturaleza, relax y ambientillo? Visitar Montenegro es adentrarse en un país fascinante, que cuenta con ciudades turísticas y animadas como Kotor o Budva (ideal para los noctámbulos, con ambiente fiestero asegurado), pueblecitos con encanto como Herceg Novi o Perast o grandes ciudades con una actividad cultural frenética, como es el caso de Cetinje, la antigua capital.
Los amantes de la naturaleza van a enloquecer en Montenegro, donde cada dos por tres encontramos islas de ensueño, espectaculares playas casi desiertas y bosques que se encuentran con el mar. ¿Algunos imprescindibles? El bonito lago Skadar o el lago Slansko (muy cerca de Nikšić, donde encontramos la fábrica de cerveza más famosa de Montenegro) son dos paradas obligadas, como también lo es el Parque Nacional de Lovcen, una región montañosa ideal para los amantes del senderismo. En el Parque Nacional de Durmitor podrás ver, entre otras cosas, el cañón del río Tara, un espectáculo natural alucinante.
¿Cómo llegar a Montenegro? Lo que te recomendamos es volar a Dubrovnik, donde encontrarás más frecuencia de vuelos, y desde ahí viajar en bus o alquilar un coche o (son apenas 45 minutos hasta la frontera con Montenegro).
No será por opciones, así que ya tardas en escoger destino (o destinos) y reservar un vuelo (aprovecha el calendario de precios para ver las fechas más baratas) que te lleve a donde tú quieras. Mal no lo pasarás, esto está claro.
