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5 días en Jordania – Ruta para no perderse

Vueling estrena ruta a Amán, ciudad que nos servirá como puerta de entrada a un país fascinante del que vamos a enamorarnos desde el primer momento. ¡Volamos a Jordania!

Jordania es un país muy especial por muchos motivos. Porque es un remanso de paz en la zona –¡lo llaman la Suiza de Oriente Próximo!–, un lugar tranquilo y sin peligros que nos permitirá viajar a nuestro aire. Es también sorprendente, diferente a cualquier otro, que cuenta con una de las 7 maravillas del mundo: Petra. ¡Imposible que te defraude!

En 5 días en Jordania podremos flotar en el Mar Muerto, callejear por los mercados de las grandes ciudades, pasear entre paisajes desérticos, contemplar cielos increíbles, bucear en el Mar Rojo, relajarnos en spas de ensueño y adentrarnos en ciudades romanas perfectamente conservadas. Eso sí, necesitaremos organizarnos bien. ¡Sigue leyendo!

Consejo: para descubrir Jordania puedes seguir la ruta que te proponemos a continuación o, si lo prefieres, puedes sentar tu base en Amán y, desde ahí, ir contratando actividades a los principales puntos turísticos.

Día 1: Amán y Jerash

La capital jordana, Amán, con cerca de un millón de habitantes, es una imponente urbe con un importante legado histórico. Amán es una ciudad ajetreada y bulliciosa, de calles laberínticas llenas de vida y mercados con multitud de historias que contarnos. Podemos empezar el recorrido visitando el Anfiteatro Romano, perfectamente conservado, así como la Ciudadela, ubicada sobre una colina con unas espléndidas vistas a la ciudad.

El Ninfeo (una fuente pública romana) y la hermosa mezquita Al-Hussein conviven con el barrio más moderno de Jabel Amman y su emblemática calle Rainbow Street, repleta de tiendas, cafés y restaurantes de moda. Una buena idea para recorrer la zona es realizar una ruta de street art y descubrir la cara más moderna de un país con un legado histórico espectacular.

Una vez recorrida Amán por la mañana, podemos conducir los 50 minutos que separan la capital jordana de Jerash, o contratar un tour de medio día, y prepararnos para sumergirnos en una antigua ciudad romana sorprendentemente bien conservada. Jerash es la segunda ciudad más visitada de Jordania después de Petra, donde vamos a alucinar descubriendo reliquias como su Templo de Artemisa, los Teatros Norte y Sur, la Puerta Norte, el Templo de Dionisio o el Ninfeo. Si no nos llega el tiempo, siempre podemos reservar esta visita para el quinto día, en función de la hora a la que salga nuestro vuelo.

Día 2: Desierto de Wadi Rum

Hay que despertarse pronto para poner rumbo a Wadi Rum, a unas 3 horas por carretera de Amán. Este desierto presume de tener los cielos más hermosos del mundo, de manera que puede ser un gran plan dormir en alguno de los campamentos habilitados para ello, entre hogueras y bailes y con unas vistas espectaculares de la Vía Láctea. El llamado Desierto Rojo, que recorrió en su día Lawrence de Arabia, nos ofrece numerosos atractivos que van desde el Manantial de Lawrence, que brota desde lo alto de unas rocas hasta cañones espectaculares y rocas esculpidas por la naturaleza.

Tras una intensa jornada transitando entre dunas rojas (hay excursiones que ofrecen rutas en 4X4) y rocas de formas endiabladas, una buena opción es desplazarnos a Petra ese mismo día para poder dedicar la siguiente jornada al completo a visitar ese maravilloso rincón del mundo. Son unas 2 horas por carretera, para lo que podemos contratar un servicio de taxi a un precio razonable.

Día 3: Petra, una de las 7 maravillas del mundo

Hay que dedicar una jornada completa a descubrir los recovecos de este lugar único en el mundo (no, no exageramos). Petra se fundó alrededor del año 300 a.C., en su día llegó a ser la capital del reino nabateo y está tan perfectamente conservada que es difícil no emocionarse al verla.

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1985, la ciudad tiene muchísimo que ofrecer. Empezando por el cañón del Siq (que atravesó también Indiana Jones), el cual desemboca en una de las imágenes más icónicas de la llamada Ciudad Rosa: la del Tesoro o Al Khazna, la monumental fachada mejor conservada del recinto. El Anfiteatro, las Tumbas Reales, el Gran Templo, la iglesia Bizantina… Hay tanto para ver que vamos a acabar la jornada exhaustos y felices tras haber contemplado con nuestros propios ojos una de las 7 maravillas del mundo moderno.

Día 4: Rumbo al Mar Muerto

Nos levantamos pronto para recorrer las 2 h 30 min que separan Petra del Mar Muerto, algo así como el spa más grande del mundo, con sus aguas hipersaladas que nos permiten flotar con facilidad y su altísima concentración de minerales. Si el tiempo acompaña es imprescindible sumergirse en este gran lago salado (siempre con cuidado de no meter la cabeza) y darnos un baño de barro. Si no es el caso, es un lugar igualmente recomendable, ya que está bordeado de paisajes preciosos.

Recorrer la carretera del Mar Muerto significa descubrir rincones como la reserva del Wadi Mujib, un cañón salpicado de saltos de agua que puede recorrerse mediante diferentes rutas para todos los niveles. O visitar el rincón en que se supone que fue bautizado Jesús en el río Jordán, o descubrir los restos de un castillo que fue construido por el mismísimo Herodes. Si hace calorcito, podemos hacer una parada relajante en los Ma'in Hot Springs, un conjunto de cascadas y baños termales en la montaña con una piscina pública perfecta para hacer un alto en el camino.

Nuestra recomendación es pasar la noche en alguno de los hoteles que encontramos a lo largo del Mar Muerto, muchos de ellos lujosos a rabiar y con spa incluido, cosa que nos irá muy bien para relajar cuerpo y mente tras 4 días intensísimos recorriendo este país fascinante. Si el bolsillo lo permite, en el Mövenpick Resort & Spa Dead Sea nos esperan con los brazos abiertos para deleitarnos con unos chorros relajantes, un buen masaje y una cocina de nivel. ¿Más opciones? El Ramada Resort by Wyndham Dead Sea o el Dead Sea Spa Resort son también una maravilla.

Día 5: De vuelta a Amán

Conviene dedicar el último día a acabar de descubrir Amán y, si no nos dio tiempo el primer día, visitar la imprescindible Jerash. De hecho, la distancia aproximada entre el Mar Muerto y Jerash es de 1 h 30 min, de modo que podemos conducir directamente a esta ciudad para regresar de nuevo a Amán por la tarde. Sería sorprendente que nos sobrase tiempo, ya que seguramente acabaremos el road trip curioseando en los mercados, pero si fuese el caso siempre podemos visitar la Galería Nacional de Bellas Artes de Jordania, una de las más impresionantes del país.

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