¿Pensando en visitar Cantabria? Pues toma nota: en este post Te contamos adónde ir y qué comer, mucho más allá de los sobaos pasiegos.
No nos cansaremos nunca de decirlo y repetirlo. Cantabria es un destino diez, tanto para los amantes de la naturaleza como del patrimonio y, por supuestísimo, de la gastronomía. El producto es el que marca el recetario local, con un excepcional equilibrio entre huerta, mar y montaña, gracias a un clima y una geografía privilegiados. Así que, si estás pensando en reservar un vuelo a Santander (Cantabria), apunta estos hotspots donde el paladar se deleitará tanto con especialidades dulces como saladas.
Comillas
No cabe duda de que, dado el encanto de esta localidad, cualquier visitante sentirá un auténtico flechazo por Comillas, que alberga el famoso El Capricho de Gaudí. El Palacio de Sobrellano y la Universidad Pontificia son otros de los secretos que alberga esta villa monumental. En cuanto al dulce, podemos degustar especialidades como los sobaos pasiegos y quesadas, una especie de natilla de huevo aromatizada con canela y limón, típica de los valles pasiegos: ¡una delicia!
Santoña
No hay gourmet que se precie que se pierda una escapa a Santoña en su paseo por tierras cántabras. Es famosa por sus anchoas, uno de los productos más famosos de la región y de España, popular más allá de nuestras fronteras. Un auténtico manjar con décadas de tradición que se elabora de manera artesanal siguiendo un meticuloso proceso en esta villa marinera. Las anchoas de Cantabria se conservan en sal y aceite de oliva, y son perfectas para degustar solas, en la hora del aperitivo, o como complemento en cualquier elaboración. Además de Santoña, los puertos de Colindres, Laredo y Castro Urdiales también tienen la anchoa como su especialidad.
San Vicente de la Barquera
Una maravilla de pueblo costero que, más allá de la belleza de su paisaje, atrae a los morros finos por su excelente recetario marinero. Destaca, cómo no, por una inmejorable materia prima: mariscos (calamares, almejas, centollos, muergos…) y pescados, se degustan aquí fritos o a la plancha, y con pimientos verdes de compañía. Más allá de estas elaboraciones simples, también está la marmita de bonito, que se conoce en la zona como “Sorropotún”: un plato marinero hecho a base de patata, bonito, cebolla y pimiento que sabe a gloria. Aparte del bonito, otros pescados frescos que se pueden degustar en Cantabria son los bocartes a la cazuela, la lubina, la dorada, el besugo, el rodaballo, los maganos encebollados, la merluza en salsa verde, las sardinas, el chicharro... ¡Un festival de mar!
Santander
Las rabas son el aperitivo más típico de Cantabria y las reinas indiscutibles del vermut. Es un plato que hay que probar sí o sí en cualquier lugar, pero muy especialmente en los bares típicos de Santander. ¡Una de rabas se ha dicho!
Valle de Cabuérniga
A este maravilloso paraje le debemos el espectacular cocido montañés: alubias blancas, berza y compango (costilla adobada, tocino, chorizo, morcilla...). Una delicia para los amantes de los platos de cuchara.
Liébana
Es tierra de cocido lebaniego, hecho con garbanzos de Potes, patata y el compango (cecina, chorizo, tocino, hueso de rodilla). Esta zona también cuenta con quesos como el ahumado de Áliva, que pertenece a una de las tres DO de quesos que tiene en su haber Cantabria, Quesucos de Liébana. El Queso Picón Bejes-Tresviso y Quesos de Cantabria son las otras dos. Si lo de los quesos te interesa, te recomendamos que leas este otro post.
Valles Pasiegos
A esta zona le debemos los fabulosos sobaos pasiegos, hechos con mantequilla, huevos, harina (y leche en el caso de la quesada). Las corbatas de Unquera, las polkas de Torrelavega o las Pantortillas de Reinosa, son otros dulces de la comunidad que hay que probar sí o sí.
Post data: cualquier comida que se precie, en Cantabria, se acaba siempre por todo lo alto, con un orujo de Potes. Se trata de un aguardiente elaborado con uva lebaniega que ayuda a bajar la comida tras el postre. Los hay de hierbas, de miel, crema...
¿Todavía te queda un huequecito? Puedes descubrir las especialidades gastronómicas de la bella Cantabria en este otro post.
Pero, mejor que leerlo y hablarlo, hay que comerlo y beberlo. ¿A qué esperas? ¡Vámonos a Cantabria!