Te proponemos una deliciosa escapada a Alicante en la que no te va a faltar buena comida. Te recomendamos restaurantes que, no solo te van a gustar, sino que también te van a sorprender.
Desde cocina de autor y pizzas imaginativas hasta carnes a la brasa y platos vasco-mediterráneos. No faltan ni los panes artesanos. ¡Mete el babero en la maleta, reserva tu vuelo a Alicante y prepárate para chuparte los dedos!
De pasta somos, gastronomía italiana
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Este restaurante está ubicado en una zona nueva de Alicante (avenida Maestro José Garberí Serrano, 13), en la zona de la playa de San Juan. Destaca por sus pizzas distintas, a veces rompedoras, de esas que te arrancan una sonrisa y que van aderezadas con elaboraciones caseras. De todas maneras, no hay que perder de vista sus pastas rellenas y tradicionales y sus hamburguesas de autor. En la cocina juegan a divertirse, como demuestran con creaciones como los sorrentinos de pato a la cerveza Guinness con salsa cítrica de limón y naranja, nata, hierbabuena y jamón de pato; la pizza Marco Aurelio (tomate, mozzarella, chorizo, pimiento, aceite de albahaca, tomate seco y perejil); la burger Iggy Pep (doble pepito de ternera con increíble pan especial rústico redondo con salsa de trufas, cebolla y mantequilla)… Para beber, vinos que van y vienen al ritmo de los cambios de la carta. Por cierto, allí también puedes desayunar o merendar, sea en el interior o en la gran terraza, que sus responsables califican de “gloriosa”.
Bodeguita 1999, cocina vasco-mediterránea
Si vistas Alicante, tarde o temprano pasarás por el centro histórico. Si eso sucede a la hora de comer o cenar, apunta esta dirección: calle de Bailén, 4. Ahí está Bodeguita 1999, que triunfa gracias a una cocina vasco-mediterránea que igual te transporta al caserío y a la huerta que al puerto. Porque igual puedes comer una tortilla de bacalao con huevos de gallinas camperas de Zaldibia que unas anchoas del Cantábrico o unos arroces, tan levantinos ellos. Pero sobre todo, este restaurante es recomendable por sus carnes rojas, que sirven el mismo distribuidor en el que confía Arzak: el chuletón, el solomillo y el entrecot son tan tiernos que casi se deshacen en la boca. Por cierto, si solo quieres tapear, puedes hacerlo en la barra de la entrada entre paredes de piedra y bajo vigas de madera que le dan un aire rústico al local. Para beber, atención, ofrecen maridajes con sidra, cava, vino o cerveza.
La Ereta, creatividad basada en la cocina alicantina
¿Qué es en realidad La Ereta? ¿Un restaurante o una experiencia? Pues las dos cosas son. Se trata de un establecimiento moderno cuyas grandes cristaleras permiten contemplar Alicante a tus pies. Esa panorámica es posible porque está ubicado en el Parque de La Ereta, s/n, en la subida al castillo de Santa Bárbara, en el monte Benacantil. A esas vistas inolvidables hay que sumar la propuesta gastronómica del chef de la casa, Dani Frías, que se ha ganado el aplauso de la crítica y el público por su trabajo en este maravilloso espacio. Te aviso: sus creaciones, basadas en la cocina alicantina son muy personales, con técnicas modernas para destacar sabores en platos de lo más reconocibles. Pongo ejemplos: caballa, escabeche de naranja y eneldo; revuelto de angula de monte; rabito ibérico y guisante lágrima; raya y zanahoria especiada, ternera madurada con cogollos a la brasa, dátiles y nueces…
Asador La Vaquería, para carnes a la brasa
Nos vamos a la playa. Bueno, cerquita, cerquita. Vamos a un chalet ubicado en la carretera de Benimagrell, 52, de El Campello, al ladito de Alicante, donde está uno de los lugares preferidos para los carnívoros de la zona: Asador La Vaquería. No es para menos, porque en este local cuya entrada por el jardín presiden una vaca y una ternera de cartón piedra de tamaño real no paran de asar a la brasa carnes de todo tipo y condición. Veamos: chuletón, chuletas de cordero lechal, centro de solomillo, hamburguesa de steak tartar o de vacuno, costilla de Angus de Dakota con chimichurri, entraña de Angus, secreto de cerdo ibérico, pollito picantón, cochinillo, rabo de vaca… En fin, que salvo el steak tartar, casi todo pasa por la parrilla. Sí, también las verduras y las hortalizas de su propio huerto ecológico, y los pescados de lonja y el marisco. Un gustazo que tanto puedes darte en el susodicho jardín o en el salón acristalado y lleno de luz.
Horno Rafelet, 100% artesanal
Lo típico cuando andas de visita por cualquier ciudad es que te entre el hambre casi de repente, sin avisar. Normal, son muchas caminatas descubriendo todos los rincones del destino al que has viajado, porque no quieres perderte ninguno. Pero cuando el estómago pide un chute de energía, hay que hacerle caso. A veces sucede que no son horas para sentarse a comer o a cenar en un restaurante, y entonces hay que tirar de remedios como los que ofrece Horno Rafelet, que cubre bastante bien la ciudad con sus cuatro puntos de venta: están en las calles de Maestro Alonso, 57, San Vicente, 27, Manero Mollá, 8, y Arquitecto Morell, 12. En ellos, este negocio familiar inaugurado en 1932 sirve piezas artesanas que causan furor entre los alicantinos. Elaboran panes con masa madre y largas fermentaciones, ya sean caseros, de leña, integrales, de espelta… También sirven bollería tradicional, bocados salados como empanadillas y coca con atún, y dulces como pasteles y tartas tradicionales. Ah, y bordan la toña, un brioche típico de la Comunitat Valenciana elaborado con harina, leche, levadura, azúcar, huevos, aceite, sal, agua (hervida con canela y anís) y ralladura de limón.
Ya te digo yo que si visitas estos cinco establecimientos, no te quedarás con hambre de Alicante, una ciudad que está más cerca de lo que imaginas.