El babà al ron es la estrella dulce de Nápoles. Un auténtico “guilty pleasure” al que rendirse en cualquier momento del día.
En Nápoles, “non c'è solo la pizza”. También reina el azúcar. Tan solo hay que ver la exuberancia y riqueza de las vitrinas de las pastelerías que se pavonean con cannolis rellenos de ricota; profiteroles con todo tipo de guarniciones; cremas de pistachos y frutas confitadas. Pero aquí la verdadera estrella es el babà al ron. Mama mia!
Una historia de líos reales en el origen del babà al ron
El babà llegó a Nápoles por la puerta grande. No es broma. Es en el siglo XVIII, cuando el célebre pastelero Stohrer, al servicio del rey polaco Stanislas Leszczynski, tuvo la maravillosa idea de mojar un bizcocho seco en vino de Málaga. El monarca quedó prendado de semejante dulzura. Cuando su hija se casó con Louis XV de Francia en 1725, se lo lleva como repostero oficial de Versalles. Es aquí donde el babà sigue su ascenso y seduce a la hermana de María Antonieta, casada a su vez con el rey de Nápoles, Fernando I. Este se trae de vuelta la receta del babà bajo la manga y esta delicia dulce se convierte en el postre de moda entre la aristocracia. Más tarde, el babà se populariza y llega a las vitrinas de cafés y pastelerías de Nápoles, presumiendo de sus apetecibles curvas.
¿Dónde comer los mejores babàs de Nápoles?
En Nápoles, siempre hay babàs. Incluso el café de buena mañana se puede acompañar de un pastelito al ron. Lo cierto es que su dulzor acompaña de lujo el amargor de un buen ristretto. Eso sí, los mejores ejemplares se reparten entre tres pastelerías de larga tradición y mucho renombre:
- Capparelli (327 Via dei Tribunali).
- Mignone (145 piazza Cavour).
- Attanasio (Vico Ferrovia 1/2/3/4).
¿Cómo detectar un buen babà?
“Il babà è una cosa seria”. Entiéndase, un babà es un asunto serio. Ese es el lema de la familia pastelera Capparelli, donde se elaboran cada día más de 15 kilos de masa para la especialidad de la casa. Esta, de un color amarillo que deja adivinar que se usa una gran cantidad de huevos en su elaboración, se amasa largas horas y se deja reposar unas 5 horas. Este tiempo se conoce como “levitazione“. Así se consigue toda la ligereza y esponjosidad de la masa. Y es que estos pastelitos deben ser carnosos, cremosos y rechonchos. También melosos, pero nunca blandos. Y el ron ni demasiado fuerte, ni demasiado sabroso. Complicadito, ¿eh?
¿Cómo se prepara la receta del tradicional del babà al ron de Nápoles?
El secreto de esta receta está en la masa y su laaaaaaarga fermentación: una vez preparada se deja reposar mucho tiempo dentro de moldes con forma de conos que luego irán al horno. Aquí la receta para 20 babàs al ron:
Ingredientes:
- 12 g de levadura fresca
- 6 huevos
- 225 g de harina
- 180 ml leche
- 100 g de mantequilla
- 25 g de azúcar
- ½ cucharadita de sal
Para el almíbar:
- 200 ml de agua
- 65 g de azúcar
- 30 ml de ron
Paso a paso:
- Preparar la masa del babà al ron, mezclar los huevos y la leche.
- Disolver la levadura en la mezcla de los huevos con la leche.
- Incorporar la harina tamizada, la mantequilla y la sal.
- Mezclar bien y dejar reposar la masa para que doble su tamaño.
- Rellenar los moldes engrasados y dejar que suba de nuevo la masa.
- Hornear a 180 ºC durante 20-25 minutos con calor arriba y abajo.
- Sacar los moldes del horno y dejar templar antes de desmoldar.
- Preparar el almíbar con el agua, el azúcar y el licor.
- Remojar los bizcochos para servirlos bien borrachos.
- Acompañar el babà al ron con nata, crema o algunas frutas.
Si no eres de meter las manos en la masa, pon rumbo a Nápoles y disfruta de este dulce sin mover un dedo.