Conocida como la ciudad del amor, París es considerada una de las ciudades más romántica del mundo. El encanto del Sena y sus puentes, la majestuosa catedral de Notre Dame, la belleza de los Champs-Élysées, la icónica Torre Eiffel o la magia del Sacré Coeur son algunas de las maravillas que le han valido este reconocimiento. Para culminar la visita, nada mejor que una velada íntima en uno de los restaurantes más románticos de París que te recomendamos hoy.
Si hay una ciudad en el mundo a la que preceda su fama de romántica esta es, sin ninguna duda, París. Visitarla es enamorarse de ella por completo. Su deliciosa y variada oferta gastronómica es otro de los grandes atractivos de la capital y muchos de sus restaurantes son ideales para disfrutarlos en pareja. Sin lugar a dudas, si estás pensando en una escapada romántica que no decepciona jamás, te recomendamos ir mirando vuelos a París y tomar nota de estos restaurantes.
La joya de Montmartre se llama Seb’on
Después de formarse en grandes restaurantes de París, Bélgica, Cannes, Holanda y Zúrich, el chef Sébastien Heloin regresó a la capital francesa para cumplir el sueño de abrir su propio restaurante. La carta de este acogedor local –una pequeña joya del barrio de Montmartre– cambia cada semana para ofrecer platos elaborados solo con los mejores productos de temporada y con una presentación exquisita. El ambiente es íntimo pero informal y la atención es cercana y muy atenta.
Au P’tit Curieux para una experiencia multisensorial
Para los nostálgicos del cálido ambiente de los antiguos bistrós parisinos, este restaurante será todo un descubrimiento. Su colorida sala da la bienvenida a los curiosos sibaritas que quieren seguir sorprendiéndose con la gastronomía. Esta es la intención de la cocina del Au P’tit Curieux, ofrecer una experiencia multisensorial con innovadoras recetas franco-italianas para asombrar a sus comensales. Selim Ben Amor, director del restaurante, es un apasionado de la música y ha traslado esta pasión al local, que ofrece conciertos después de cenar.
A los pies de Notre Dame: Atelier Maître Albert
Esta rosticería contemporánea está ubicada a los pies de la catedral de Notre Dame, en una gran casa del año 1400. El restaurante se divide en varios espacios con un ambiente propio: la Vinoteca, para una comida informal o tomar una copa; el salón Biblioteca, con una atmósfera más intimista; y la sala Cheminée, para disfrutar de una romántica velada a la luz de una chimenea. La carta ha sido diseñada por el prestigioso chef Guy Savoy junto a Emmanuel Monsallier, y ofrece exquisitos platos de cocina tradicional y de mercado.
La histórica Brasserie Mollard
Catalogado como Monumento Histórico, este establecimiento centenario forma parte de las ‘Brasseries Art Nouveau’ más antiguas y preciosas de la ciudad. Su interior ofrece un marco único con cerámicas, mosaicos y techos de un gran valor artístico. Su chef, Joël Prodhomme propone una cocina francesa tradicional con productos frescos y de máxima calidad. La especialidad de la casa es el pescado y el marisco.
El más alto nivel está en Restaurant Auguste
Abierto en 2004, este elegante restaurante liderado por el chef Gaël Orieux es una parada -casi- obligada para todos los gourmets. Su propuesta gastronómica se basa en la constante búsqueda de armonía e innovación en sus platos, fusionando de manera muy sugerente ingredientes de la tierra y el mar. La alta calidad de su cocina ha sido reconocida con una estrella Michelin.
Kong, el paraíso nipón
Los amantes de la cocina nipona encontraran en Kong un paraíso, tanto por su cocina, como por su ubicación. En frente del Pont Neuf, en los dos últimos pisos de los antiguos almacenes Samaritaine, se encuentra este restaurante que propone una sutil combinación entre la cocina francesa y japonesa, respetando la convivencia entre ambas tradiciones gastronómicas. Ideada por Philippe Stark, la decoración del Kong se inspira en el imaginario japonés combinado con la estética francesa del siglo XVII. La magnífica cubierta de cristal de las salas y la terraza ofrecen unas espectaculares vistas de la ciudad.
Mantén la llama de tu relación con una escapada romántica a la ciudad de la luz. París nunca falla.