No cabe duda de que Málaga se merece un puesto de honor en las rutas de turismo gastronómico, como ya se pudo descubrir en el post “Los imprescindibles foodies de Málaga”, o por lo menos en la de los hedonistas que en sus viajes quieren disfrutar de todo tipo de experiencias: sol y playa, cultura, buena cocina, etc.

Si una especialidad destaca en Málaga es, por encima de todas, los espetos. Buques insignia de una forma de vivir relajada, con buen rollo y junto al mar, estas brochetas de pescados que se elaboran a la brasa en las barbacoas de los chiringuitos son una auténtica maravilla para los amantes de pescados y mariscos. Por eso mismo no hemos perdido la oportunidad de ir en busca y captura de los mejores establecimientos para devorar espetos en la capital de la Costa del Sol. Súbete a un Vueling…. ¡y a disfrutar!

El Balneario

Empezamos con un notable alto. Ok, este establecimiento ubicado en el paseo marítimo de Málaga, tiene poco que ver con los desenfadados chiringuitos de la costa. Se trata de un antiguo balneario convertido en restaurante de mantel donde no hay otra pretensión que comer buen producto y, sobre todo, especialidades marítimas. Una parrilla donde doran a fuego lento los espetos dan la bienvenida a los comensales. Cuidadito: una de sus especialidades es el calamar gi-gan-te-sco (¡puede llegar a rondar los 2 kilos!), así que no os paséis con las porciones. Además de satisfacer el paladar, el restaurante El Balneario ofrece un marco incomparable, ya que está construido sobre unas rocas del mar, con lo que comemos rodeados por la inmensidad azul.

El Tintero

He aquí uno de los chiringuitos más populares de la ciudad que nos espera con los brazos abiertos y unos espetos de nota frente al mar. Batallero y carismático a partes iguales, es una visita obligada para quienes visitan la ciudad y quieren, además, asistir a un espectáculo sin igual porque, aquí, los platos se subastan: los camareros van ofreciendo a gritos los muchos platos que salen de la cocina y los comensales deben estar atentos para pedir lo que les entra por la vista y el olfato. La gran especialidad son los espetos de sardinas… y unas cañas bien tiradas. Decimos olé a El Tintero.

Sicsú

Un chiringuito como Dios manda, con mesas y sillas de plástico sobre la arena. Un imprescindible de la playa de La Malagueta donde hay que seguir la religión de la fórmula cerveza helada + pescado a la barbacoa. Hay una amplia carta de espetos entre los cuales el más famoso es el de pulpo (también hay de sardinas, calamares y de otros pescados del día). La guinda del Sicsú llega cuando el amable espetero, Carlos Cañete, se arranca a cantar. No podríamos ser más fans.

El Cachalote

Como en los demás locales de la playa, aquí manda la brasa, de la que salen unos jugosos espetos, pero también calamares, doradas o jureles. También se pueden pedir frituras, paellas, ensaladas o platos para picar, a disfrutar con vistas al mar mientras te dejas acariciar por la brisa. Tan buena onda tiene El Cachalote que es uno de los más visitados por los famosos que están de paso por Málaga.

El Zagal

En Málaga, con los espetos no se juega. ¿Sabías que el de sardinas incluso aspira a ser Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad? Por eso, si los mismos habitantes de la ciudad se congregan en un restaurante para jalar esta especialidad, no cabe duda de que estamos ante una auténtica institución local. Eso ocurre en El Zagal, un chiringuito de toda la vida que no parece cambiar con el paso del tiempo. Ubicado en el barrio de El Palo, es conocido por sus espetos de gambas a la sal y los de sardinas que se van dorando al calor de las brasas.

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