10 IDEAS DE ESCAPADAS EN PRIMAVERA CON NIÑOS
Una selección de países family welcome en Europa perfectos para visitar con niños esta primavera, de la mano de Mammaproof.
+ infoAtenas en cinco barrios
A pesar de que la crisis ha dejado su huella en algunos de los edificios situados en las principales calles de la ciudad, los cuales se encuentran en un estado de decadencia notable, bien merece la pena visitarla y disfrutar de los contrastes que nos ofrece.
Si solo dispones de un fin de semana, lo más aconsejable es organizar la visita en función de los barrios que componen la capital griega. En cuanto a transporte se refiere, la manera más fácil, económica y rápida de moverse es, sin duda, el metro.
1. Plaka
Debido a su herencia bizantina y otomana es uno de los barrios más auténticos de Atenas, toda su arquitectura está altamente protegida. No en vano, es el barrio más antiguo de la ciudad.
Su situación a los pies de la colina de la Acrópolis, su aspecto bohemio, lleno de estrechas callejuelas adoquinadas y su ausencia de coches lo convierten en uno de los lugares preferidos por los turistas. Se trata de un oasis dentro de la caótica ciudad.
Plaka está lleno de mercadillos, tiendas y bares. Es el sitio perfecto para comprar productos tradicionales, antigüedades o probar la gastronomía popular ¡Pero ojo con los precios! Tomando este barrio como punto de partida, puedes visitar el Museo de la Acrópolis, el Ágora Romana, o la mismísima Acrópolis.
2. Monastiraki
Situado al noroeste de Plaka, entre el Ágora y la Acrópolis, es una de las principales zonas comerciales de la ciudad.Este barrio también da nombre a una de las paradas de metro más céntricas y antiguas de Atenas, la cual cuenta con un atractivo añadido: tiene expuestos los hallazgos arqueológicos que aparecieron durante la construcción de la misma.
Debido a que la zona fue un asentamiento turco durante más de 300 años, aún en la actualidad, podemos observar la influencia de esta cultura en lugares como la mezquita Tzistarakis o los baños turcos.
En la histórica Plaza de Monastiraki se pueden visitar edificios emblemáticos como la Iglesia de Pantánassa, la Torre de los Vientos o la Biblioteca de Adriano, además del Pazari, el mercado de las pulgas, en el que podrás encontrar puestos al aire libre de lo más variopinto.
La calle Adrianú bien merece un paseo, disfrutar de sus comercios o sentarse en algunos de sus bares. A destacar Collage, un local donde podrás comer bien, escuchar música en directo, o tomarte un buen cóctel en su terraza, a la vez que disfrutas de un ambiente muy cool.
3. Gazi
Es la zona más hipster y provocadora de la ciudad. Gira entorno de Technopolis, su centro cultural, el más grande de Grecia, situado dentro de una antigua fabrica de gas. Este barrio comenzó a tomar relevancia a partir de los Juegos Olímpicos del 2004. Es el barrio más camaleónico de Atenas, y allí proliferan un sinfín depop ups. Las actividades culturales y de ocio invitan a los movimientos más cosmopolitas y actuales a acercarse a esta zona de la ciudad.
El barrio no se ha resistido al cambio, donde un día hubo prostitutas e inmigrantes clandestinos, ahora hay desfiles de alta costura, y los burdeles han dado paso a centros culturales. En edificios abandonados del siglo XIX han surgido innovadores restaurantes que destacan por su llamativa decoración industrial, entre los que cabe mencionar Hoxton y Gazi College.
Si eres amante de la decoración vintage y de los objetos de segunda mano, Gazi está repleto de tiendas en las que perderse.
4. Anafiotika
Es un barrio que destaca por su peculiar historia. En el siglo XIX, el rey Otón mandó diseñar su palacio a prestigiosos arquitectos de las Islas Cícladas; éstos decidieron asentarse en el barrio de Anafiotika y al echar de menos sus raíces, acordaron construir sus nuevas casas imitando la arquitectura de sus islas natales. Como resultado tenemos las características casitas blancas y azules, acompañadas de empedradas calles con marcado estilo marinero, que junto con las plazas, miradores y jardines forman uno de los barrios más bellos de Atenas. Una pequeña “falsa isla” dentro de la ciudad, desde el cual se contemplan unas idílicas vistas de la misma y donde no te puedes perder unas puestas de sol inolvidables.
5. Kolonaki
Es la zona más “in” de la ciudad, en la que destacan las tiendas de lujo y diseño. Su arquitectura neoclásica y modernista dota al barrio de un ambiente muy señorial y distinguido, que se hace latente nada más llegar.
Aquí también están algunos de los bares, pubs y discotecas de moda de la ciudad. Mind The Gap es ideal para comer algo o tomar la primera copa, o Dybbuk es perfecto para bailar con música de la buena hasta el amanecer. A los atenienses les gusta disfrutar de la vida social tanto diurna como nocturna, y lo percibimos gracias al buen ambiente que se percibe en sus locales, siempre repletos de gente.
Este barrio colinda con la popular Plaza Syntagma, y se encuentra en el paso hacia la Colina de Licabeto, una bella cota desde donde se pueden apreciar unas maravillosas vistas a 360 º de la ciudad.
¡Atenas es un destino para marcar en el calendario ! ¿A qué esperas para reservar tu Vueling?
Texto de Tensi Sánchez de ilovebilbao.com
Imágenes de Aurora Loudeiro
+ info7 enotecas de Florencia para descubrir el vino toscano
Si sois amantes del vino, Florencia es vuestro destino. No solo porque la ciudad es capital de la región italiana de la Toscana, una de las DO más aclamadas del mundo con el vino chianti como buque insignia, sino también porque está repleta de enotecas donde disfrutar de especialidades gastronómicas maridadas con una amplísima variedad de grandes vinos que se pueden pedir por copa. Todo un lujo, de presupuesto razonable, que os permitirá catar y descubrir los tesoros enológicos de la región y del país.
La Volpi e l’Uva
Este diminuto local, propiedad de tres socios florentinos, es toda una referencia, ideal si os queréis alejar de los establecimientos más frecuentados de la ciudad. En la barra o en su magnífica terraza, a dos pasos del emblemático Ponte Vecchio, disfrutaréis de vinos por copa con más de 45 referencias distintas de tintos italianos y de blancos franceses procedentes de pequeñas bodegas locales, en su mayoría biodinámicos y ecológicos. Uno lujo que cuesta entre 4, 50 y 9 euros y que se marida con platitos de una carta compuesta por especialidades de la mejor calidad de la región de Florencia: charcutería (mortadela, salami, jamón), quesos servidos con el buenísimo pan seco schiacciata y crostinis (tostadas). Y si os enamoráis de un vino, estáis de enhorabuena, ya que La Volpa et L’Uva también es una tienda. Os podréis dejar aconsejar por Ricardo, uno de los simpáticos propietarios, que con pasión os recomendará cuál es vuestra botella ideal entre las más de 1.000 referencias que llenan las paredes.
Fuori Porta
Esta enorme y acogedora enoteca, a la vez restaurante y tienda, situada al lado de la puerta de San Miniato, se llena cada día de una clientela de fieles, y es de visita -y cata- obligada si estáis en Florencia. Aquí olvidaos de la pasta y la pizza, la cocina es simple pero deliciosa a base de sándwiches gourmets, bruschettas (tostas), carnes, ensaladas, pinchos y tablas de embutidos y quesos. El protagonista indiscutible de este local es el vino, con cerca de 500 opciones distintas a disfrutar por copa. Una cifra poco habitual y que permite descubrir los caldos de la Toscana y de las demás DO italianas. Por si fuera poco, unas cinco veces al año renuevan esta carta, que también se puede comprar en botella para llevar. Un suvenir in-dis-pen-sa-ble.
Pitti Gola
Atreveos a pedir la carta de la bodega y os quedaréis pasmados ya que por poco no cabe en la mesa. Este establecimiento es imprescindible si os definís como auténticos ‘wine lovers’ ya que alberga tesoros en su bodega… ¡con etiquetas que se remontan al año 1950! Los precios pican un poco más (a partir de 6,60 euros la copa), pero vale la pena si queréis descubrir los grands crus de la Toscana y del Piamonte especialmente, y del resto de la península en general, que destacan por ser vinos de tradición y de cepas locales. El equipo está compuesto por jóvenes apasionados que os recomendarán, sin duda, una cata de lujo. Para acompañar la degustación, cuentan con una exquisita carta de especialidades italianas: pasta, lasaña, carnes selectas… Además, disfrutaréis del momento sentados en la terraza situada en la majestuosa plaza Pitti.
Fratelli Zanobini
Pequeña tienda en pleno barrio de San Lorenzo donde encontrar vinos toscanos (representan el 50% de la bodega) y del resto del país, con cerca de 500 etiquetas distintas, además de licores y espumosos. Llevan 44 años abiertos y transmiten su conocimiento vitícola de generación en generación. En el local se puede pedir una cata en el pequeño mostrador de degustación, al que se han acercado ya miles de amantes del vino. Eso sí, hay poca cosa para picar así que mejor ir con el estómago lleno. También tienen seis caldos de la casa.
Casa del vino
Nada parece haber cambiado en este local desde que abrió allá por el 1900. De hecho, visto desde fuera parece más una tienda de antigüedades, por su barra de mármol, sus vitrinas y muebles de madera repletos de fotos en blanco y negro, y alguna que otra caja de madera de vino recubierta de polvo. Este local pertenece a la misma familia desde sus inicios y se define como una osteria donde tomar de pie y a cualquier hora del día una copa de tinto de la Toscana, Piamonte o Sicilia, mientras se hinca el diente a panini y tablas de embutidos del día. También son conocidos por tener algunos de los mejores champagnes franceses de la ciudad.
Bevo Vino
Cuenta con una decoración más cosy, con unas pocas mesas y un público más joven, más cool. Los hedonistas aquí pueden elegir entre 30 vinos italianos que se sirven por copa mientras comen un buen panini o el menú del día, compuesto por platos de carne y pasta del más puro recetario italiano. Las copas son servidas generosamente por un equipo muy atento. El precio medio ronda los 12 euros si comes y tomas una copa o 5 euros si solo vienes a brindar. Via de San Niccolò, 59 r. De lunes a domingo de 12 a 01.00 h.
Coquinarius
Al ladito mismo del impresionante Duomo, Coquinarius es lo más parecido a un bistró. Es bar de vinos delante y restaurante en el fondo. De la cocina emana un olor que hace la boca agua. Aquí se puede saborear un menú de temporada con lasbruschettas(rebanadas de pan tostado rebozadas con ajo), la carne y los pescados como protagonistas. Mención especial también para las ensaladas, de composición atípica pero exquisitas, como la de tomates secos, berenjenas, pipas, flores de calabacín y peras. Esta elegante enoteca ofrece una gran variedad de vinos italianos en su mayoría, pero también alguna que otra etiqueta procedente de destinos más originales: Argentina, Austria, Chile o California. Vino en copa o en botella.
Reserva tu Vueling a Florencia y anímate a descubrir el vino de la Toscana.
Texto y fotos de Laia Zieger de Gastronomistas.com
+ infoEl pueblo más bonito de Inglaterra
Está claro que añadir "el más" delante de un adjetivo siempre trae cierta controversia. Más aún si se trata de escoger las localidades más bonitas de un país. En su eleción, se tienen en cuenta diversos factores, como el patrimonio artístico e histórico y el paisaje que las envuelve. Para ello, se esmeran sus ciudadanos, asociaciones e instituciones, que ponen todo su empeño en embellecerlas, ya que repercutirá positivamente en atraer el turismo y en su desarrollo.
En España, la asociación de Los pueblos más bonitos de España hace su selección, escogiendo entre los ques encuentran más aislados, en la montaña, los históricos o los bonitos pueblos bañados por el Mediterráneo o el Cantábrico. Poblaciones como Ronda en Málaga, Vejer de la Frontera en Cádiz, Cangas de Onís o Cudillero en Asturias, Altea en Alicante, Albarracín en Teruel, Úbeda en Jaen, Priego de Córdoba, Comillas en Cantabria, Laguardia en la Rioja o Alquézar en Huesca, no suelen faltar en ningún ránking.
En Francia, la asociación de Les plus beaux villages de france tiene su propia lista, entre los que destacan pueblos como Pesmes, Eguisheim, Yvoire, la Grave, Saint-Suliac, Parfondeva, Josselin, Monte Saint-Michel o la Roque-Gageac.
En Italia tenemos multitud para escoger, entre pueblecitos repartidos por la Toscana, las coloridas poblaciones del sur del país, Vernazza o Manarola en Cinque Terre, San Gimignano o Tropea en la costa calabresa. Por no hablar de las encantadoras villas de cuento que salpican Alemania o Suiza.
En Inglaterra también existe ese interés por conseguir declararse el pueblo más bonito. De por sí, la pintoresca campiña inglesa es un excelente marco, con bellos paisajes y hermosos pueblos medievales de inmenso valor histórico.
En el área de Cotswolds existen un montón de ellos, por lo que es complicado decidirse. Uno de los que parecen llevarse tan preciado título parece ser Knaresborough. Es un pueblo de origen medieval que durante mucho tiempo fue ciudad balneario para la burguesía, en el condado de North Yorkshire, al noreste de Inglaterra.
Conserva magníficos monumentos históricos, como el Castillo de Knaresborought, el viaducto sobre el río Nidd, callejones que te envuelven de misterio y sus casas, plazas y escaleras de piedra, que tejen un camino por el río y hasta la cima de la colina.
También nos podemos acercar hasta Shanklin, un pequeño pueblo en la costa este de la Isla de Wight, que fue destino de playa habitual durante la época victoriana. Lo que la hace especial son sus tejados vegetales, que le dan gran encanto y un cierto aire rústico.
Sus playa de arena que continúan más allá de Shanklin, el muelle victoriano, el pintoresco desfiladero que lleva hasta la playa y su casco antiguo, en el que se han conservado estos antiguos métodos de construcción en sus tejados, hacen de este pueblo un firme candidato al pueblo más bonito de Inglaterra.
Pero, al paracer, la palma se la reparten a partes iguales Bibury y Castle Combe. El secreto del encanto de Bibury, en el condado de Gloucestershire, son sus casas de piedra y sus empinados tejados. También el entorno natural del pueblo, rodeado de riachuelos y estanques.
Así lo creía el poeta y artesano William Morris, que lo bautizó hace años como"el pueblo más bonito de Inglaterra". También el Huffington Post, que lo nombró en la lista de "Los pueblos más encantadores de Europa que querrás visitar lo antes posible".
Por otro lado, Castle Combe ha sido escenario de rodaje de numerosas películas, como War Horse de Steven Spielberg o Stardust de Matthew Vaughn, entre otras producciones. Y no es por casualidad. Castle Combe se encuentra muy cerca de la capital de los Cotsworlds -Cirencester-, una serie de colinas que cruzan la zona sudeste y oeste de Inglaterra.
Toda la zona destaca por su belleza natural y esta población se ha hecho acreedora de ser una de las localidades más bonitas. Sin un solo elemento discordante en su arquitectura, y por su encanto y la tranquilidad que se respira, conquista a todos los que la visitan.
Pero, como para gustos colores, lo mejor es acercarse hasta Inglaterra, echar un vistazo y decidir por uno mismo.
Imagen de Castel Combe por Saffron Blaze
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