Es pronunciar la palabra “marmitako” y trasladarse a la costa vasca. Puedes hacerlo mentalmente, claro, es fácil (dilo así, con los ojos cerrados, “marmitakooooo”), pero jamás tendrá punto de comparación con hincarle el diente en algún restaurante que lo sepa preparar como hacen los arrantzales (pescadores, en euskera).

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En Sevilla reinan las tapas e irse de tapeo es todo un arte. Tanto es así que es un ritual obligatorio durante cualquier estancia en la capital andaluza. Para ponerlo en práctica con genio y figura, damos un repaso a especialidades en la materia, direcciones imprescindibles y protocolo ‘tapero’.

Londres, París y Amsterdam: tres destinos para viajar sola por primera vez a los que querrás volver una y otra vez.