15 ‘hotspots’ gastro de Munich
Por Laura Conde
Tienes tres días libres y algunos ahorrillos. Ya conoces las grandes capitales europeas y aunque te encantaría repetir Londres o París no estás en ese momento en la vida de una persona en que se puede permitir pagar 4 € por un café. ¿Qué se hace en estos casos? ¿Compro un vuelo a Múnich? Para responder a esta pregunta estamos nosotros, que nos plantamos en Múnich con tres días por delante para descubrir los encantos de esta ciudad, la tercera más grande de Alemania tras Berlín y Hamburgo, la capital de Baviera, donde la gente se despide con un alegre ‘ciao’, desayuna cerveza con salchichas, e idolatra a partes iguales a Guardiola y al duque Guillermo IV, que allá por 1516 aprobó una ley que iba a marcar el destino de Alemania, la llamada Ley de Pureza, que establecía que a partir de ese momento la cerveza solo podría elaborarse con agua, lúpulo, levadura y malta. ¿El motivo? Parece ser que Guillermo IV perdía súbditos a mansalva, los cuales fallecían a causa de la gran cantidad de variopintos conservantes que se añadían a aquella letal cerveza homemade.
Beber cerveza ha sido y será siempre, como demuestra su célebre Oktoberfest, una costumbre fuertemente arraigada en Múnich, una de las ciudades que vieron nacer los populares biergarten (jardines de cerveza), jardines al aire libre, con mesas largas para compartir y música bávara de fondo en los que uno puede llevar la comida y pasar el día tomando cerveza hasta la extenuación. Cuando hace buen tiempo los biergarten se convierten en los lugares más concurridos por muniqueses y turistas, pero suelen estar cerrados en los meses de invierno. Los amantes de la cerveza tienen, además, una cita obligada, del 21 de marzo al 6 de abril, con el Starkbierfest, la llamada “fiesta de la cerveza fuerte”, una especie de Oktoberfest menos masivo pero igualmente divertido en que los muniqueses se lanzan a las calles con un único propósito: beber mucha cerveza.
Otro Guillermo ilustre en la historia bávara fue Guillermo V de Wittelsbach, cuyo bodorrio dio lugar a unos festejos que no han tenido parangón en la historia de la ciudad y, con ellos, al nacimiento de uno de sus mayores reclamos turísticos: el famoso carrillón del ayuntamiento, que puede verse dos veces al día y es realmente un espectáculo curioso. Algo del espíritu fiestero de aquel Múnich del siglo XVI que paró máquinas para entregarse en cuerpo y alma a aquella boda, está agradablemente presente todavía en el Múnich contemporáneo, una ciudad hermosa y sorprendentemente viva, donde la gente es alegre, amable, muy alejada del tópico del seriote alemán medio tan asentado en nuestro imaginario colectivo. Hemos recorrido el precioso centro histórico de la ciudad, los barrios ‘trendy’ y esas nuevas zonas en auge fruto de la gentrificación que afecta cada vez más al extrarradio de las ciudades bienestantes para detectar lo que, a nuestro parecer, son los 15 hotspots de Munich. Y después de hacerlo no nos queda la menor duda: id.
EL MUNICH ‘TRENDY’
1. Un ‘brunch’ en Cotidiano
En la zona de Gärtnerplatz, el barrio trendy por excelencia y una de las zonas más efervescentes de Múnich, encontramos este flamante café siempre bullicioso y concurrido ideal para hacer el brunch dominical o simplemente echar la tarde ante un tazón de café con leche (decimos literalmente tazón: te lo sirven en un bol) e hincar el diente a alguno de sus bocadillos, pasteles artesanos o ensaladas. Completan la oferta de este lugar de visita obligada, en plena plaza, un surtido de ensaladas y otros platos que te entran deliciosamente por los ojos. Gracias a su gran cristalera que da a la calle, es una delicia en los días luminosos, que, por desgracia, en invierno son pocos. Pero es parte del encanto de Múnich. No tienen Wi-Fi.
Gärtnerplatz 6
2. Una parada para comprar ropa en Kauf Dich Glücklich.
A dos pasos de Cotidiano nos topamos con una tienda de ropa de hombre y mujer muy interesante, que cuenta en su interior con una pequeña barra en la que sirven cafés. Fuera, una pseudoterraza formada por unas cuantas mesas y sillas recicladas se convierte en el lugar ideal para hacer una parada entre tanta caminata y hacerse con alguna prenda sofisticada, urbana, estilosa y a muy buen precio.
Oderberger Straße 44
3. Pastel XXL en Kochspielhaus.
El tamaño de absolutamente todo lo que encontramos en este céntrico café es realmente estremecedor. Su concepto de ración nada tiene que ver con el nuestro, cosa que hará felices a todos aquellos turistas con buen saque. Kochspielshaus no es, sin embargo, uno de esos lugares horteras de raciones gigantes y gente chillando: es un precioso café impecablemente decorado similar a Cotidiano, con panadería en el interior, repleto de jóvenes profesionales, muchos de ellos en compañía de sus perros (si hay una ciudad dog friendly esa es Múnich), donde todo, absolutamente todo es bonito y gigantesco a partes iguales. Te reciben en la entrada una serie de pasteles enormes, deliciosos, que puedes maridar con un cafe latte del tamaño de la Torre Eiffel, o un zumo que te tapará la luz cuando te lo planten delante. El local, revestido en madera, es de visita obligada para conocer el Múnich más cool.
Rumfordstraße 5
4. Una cena italiana en Sarfati.
Nos resistíamos a incluir un italiano en la lista, porque estamos en Múnich y aquí la gente desayuna salchichas con cerveza (damos fe) y cuando el hambre arrecia se cocina un codillo del tamaño de tu cuarto de baño. Pero la influencia italiana es tal en esta ciudad bávara que difícilmente consideraríamos a este flamante Sarfati, ubicado en pleno epicentro de hipsters con posibles, un restaurante de cocina internacional. En Múnich son muchos los que hablan italiano y cualquier restaurante de cualquier barrio cuenta con varios platos de cocina italiana en su carta, desde tiramisú a ensaladas o pasta. En este contexto encontramos este restaurante-vinatería que cuida la pasta hasta límites insospechados: traen todos los ingredientes de Italia (pedid su burrata si está en la carta), la pasta se elabora manualmente con una materia prima excelente y cuentan con una peculiar oferta de vinos. El vino de la casa, un Asinoi italiano, es delicioso. Y se cena estupendamente por 25 € por cabeza.
Kazmairstraße 28
5. A cualquier hora en Café Marais.
Es, probablemente, nuestro restaurante favorito de Múnich, tanto por la calidad de una carta deliciosa y sencilla que funciona durante todo el día como por la belleza de un interior de cuento de hadas, en una zona rodeada de pequeñas y encantadoras boutiques de diseñadores autóctonos. No muy alejado de Sarfati, la calidez es la seña de identidad de un local con grandes pasteles y mesas a compartir, repleto de elementos vintage y con un aire muy bien logrado entre retro y naif. Ver nevar desde sus cristales es una experiencia que nadie debería perderse. Ojo, no hay Wi-Fi.
Parkstraße 2
6. La parrilla interior más grande de Alemania en Brenner.
Como decíamos, la influencia mediterránea en general e italiana en particular es una constante en Múnich. Lo demuestra la carta de uno de los restaurantes de moda en la ciudad, el céntrico Brenner, un amplísimo y efervescente establecimiento ubicado en un antiguo establo cuyo precio medio de carta, pese a su aire indudablemente sofisticado y estiloso, no superará los 25 €. Cocina de inspiración mediterránea con claras influencias italianas y platos tradicionales alemanes revisados es lo que encontramos en un local en el que es prácticamente obligatorio pedir una pieza de carne, servida con verduras, que se cocina al momento en la parrilla interior más grande de Alemania. Tienen un mostrador de pasteles que hará las delicias de los más golosos. Tampoco tienen Wi-Fi.
Maximilianstraße 15
7. Un café con los niños en el San Francisco Coffee Company.
Es una cadena de cafeterías muy agradable, y nosotros escogimos el establecimiento que se halla en frente del flamante Verkehrszentrum, el museo del transporte, para hacer una parada y ¡por fin! conectarnos a su red Wi-Fi y fardar un poco de nuestro viaje en Instagram (los locales con Wi-Fi son escasos en Múnich). Café de muy buena factura y pastelería en un local moderno, bonito y declaradamente kids friendly, amplio y repleto de familias con niños, con zona de juegos.
Consultar direcciones de todos los establecimientos en: www.sfcc.de
EL MUNICH TRADICIONAL
8. Una cerveza de litro en Hofbräuhaus
El horror tiene un nombre y se llama Hofbräuhaus. Dicho esto, ni se te ocurra abandonar la ciudad sin dejarte caer por este singular espacio de visita obligada. Esta macrocervecería fue fundada en 1589… ¿a que no adivinas por quién? Sí, por Guillermo V, el mismo cuya boda duró una semana y dio lugar al carrillón del ayuntamiento, y es el paraíso del turismo de masas, un gran templo donde circulan cervezas de un litro como si fueran agua y la gente cena codillo XXL con puré de patatas a las 5 de la tarde. Hofbräuhaus es el Cheer’s de Munich, un lugar repleto de personajes pintorescos que van desde inmensos señores rubios con grandes bigotes ataviados con el traje tradicional bávaro a camareras enormemente malencaradas vestidas de igual manera. Un detalle: fijaos en el nudo del vestido. Si lo llevan a la derecha están casadas, si lo llevan a la izquierda solteras y si lo llevan detrás son viudas.
Platzl 9
9. Una cena bávara en Augustiner.
Una de las cervezas más populares de Múnich, también conocida como el champán de las cervezas, se fabrica desde el siglo XIV en un monasterio muy céntrico, que cuenta con un flamante restaurante en el que degustar una cena bávara de calidad, en un ambiente igualmente tradicional pero mucho menos informal que el del establecimiento anterior y también mucho menos turístico. Aunque cuentan con una gran cantidad de platos bávaros, también encontramos cocina internacional.
Neuhaustraße 27
10. Un queso de wasabi (y más) en el biergarten del Viktualienmarkt.
El Viktualienmarkt es uno de los hotspots de Múnich y sólo por visitarlo ya merece la pena volar a la ciudad. Es un enorme mercado de productos delicatessen al aire libre, en el que durante los meses de verano se monta un biergarten muy frecuentado por los muniqueses, que suelen comprar la comida en los puestos del mercado y comerla en el biergarten acompañada de una gran cerveza. Pese a que el biergarten sólo funciona en verano, el mercado está abierto todo el año. Además del mercado al aire libre, el Viktualienmarkt tiene un flamante pabellón cubierto repleto de productos delicatessen en el que encontramos numerosas tiendas y puestos de comida.
Viktualienmarkt 3
11.Souvenirs en la tienda Milka.
En el interior del mercado cubierto, donde no recomendamos parar a comer pese a que la oferta, damos fe, entra por los ojos, se encuentra uno de los puestos de souvenirs más frecuentados de la ciudad: la tienda Milka. Un lugar en el que una simpática dependienta nos obligó en un perfecto italiano, ya en caja dispuestos a pagar, a devolver unos pins que habíamos decidido adquirir aduciendo que eran muy caros y que a quién se le ocurre gastarse el dinero en eso (“troppo caro, amici”). Fue probablemente en ese punto, aunque tal vez fuese un poco antes, cuando se inició nuestro idilio con este lugar repleto de todo tipo de entrañables objetos, desde trajes de bávara en lila Milka a zapatillas de estar por casa, bombones o, uno de nuestros hits, ¡un toblerone de 4,5 kg!
Viktualienmarkt 15.
12. De litro en litro en el Oktoberfest.
Es una vez al año pero su recuerdo perdura durante los once meses siguientes. Unas carpas habilitadas para la ocasión junto al río acogen numerosos puestos destinados exclusivamente al disfrute de la birra, que, al parecer, se bebe a litros. Todo Múnich, además de la cantidad de visitantes que todos los años acoge la ciudad con motivo de esta festividad, se lanza a las calles a disfrutar del placer de beber cerveza: desde familias con niños a parejas de abuelitos, pasando por grupos de estudiantes, hombres de negocios… Y se empieza de buena mañana, lo que indica que hacia el mediodía la felicidad emana de todos los rincones de Múnich, la timidez da paso al desenfreno y se inician amistades inolvidables que duran, al menos, lo que dura el Oktoberfest.
13. El Oktoberfest primaveral: Starkbierfest.
Dos semanas completas dura este homenaje a la cerveza fuerte que tiene lugar en diversos puntos de Múnich y que los propios muniqueses suelen calificar como “un Oktoberfest sin turistas”. El centro neurálgico de los festejos, con música bávara y cerveza a destajo, es la sede de la cervecería Paulaner en Nockherberg, donde al parecer se fabricó la primera starkbier (cerveza fuerte), llamada Salvator, para sobrellevar mejor el ayuno parcial al que se sometían los monjes en Cuaresma.
ARTE Y SNACKS
14. Ella.
En el museo de arte moderno, el Lenbachhaus, ubicado en la llamada “zona de los museos”, que agrupa los más importantes de la ciudad, encontramos un bonito café restaurante acristalado que nos ofrece cocina internacional con especial atención a las propuestas italianas. Sólo por hacerse una foto frente a su bonito letrero setentero merece la pena una visita, aunque recomendamos visitar su colección de pintores muniqueses de los siglos XVIII y XIX. Que no todo va a ser comer.
Luisenstraße 33
CON ESTRELLA MICHELIN
15. Cena tradicional con estrella en Pfistermühle.
Múnich cuenta con varios restaurantes con estrella Michelin, algunos de cocina internacional tan interesantes como el prestigioso Toshi, japonés, pero nosotros nos detuvimos en este local ubicado en un antiguo molino ducal del siglo XVI para probar una cocina estrellada, cuyo precio de carta no superará los 60 €, en pleno centro de la ciudad y un entorno de ensueño, que ofrece fundamentalmente especialidades bávaras revisitadas.
Pfisterstraße 4
Y MAS
Dormir en el Schiller 5.
Nosotros escogimos este céntrico hotel de cuatro estrellas por diversos motivos: está a dos pasos de la estación, lo que facilita mucho los desplazamientos al aeropuerto, a cinco minutos de la céntrica Marienplatz, y además se halla en una zona repleta de hoteles, con lo cual encontramos restaurantes abiertos a todas horas y en general todo tipo de servicios. El hotel es sobrio, moderno y confortable, con cocina en las habitaciones, y su dueño, un entrañable ancianito, se acerca todos los días durante el desayuno a cada una de las mesas a preguntar a sus huéspedes si son felices en su hotel.
Schillerstraße 5
Visita obligada (y más con niños) al Deutsches Museum
Un apunte extragastronómico para el museo más visitado de toda Alemania, al que conviene acceder dando un paseo a lo largo del río, que, por cierto, tiene una flamante zona de baño muy concurrida en verano. Se trata de uno de los museos de la ciencia y la tecnología más importantes de Europa y cuenta con una zona dedicada al transporte (barcos, aviones y complejos artilugios motorizados de toda índole), espacio, instrumentos musicales, cerámica, farmacia, metales, física y así hasta completar una serie de secciones que tardaríamos unos 8 días en recorrer si quisiésemos visitar al completo. Un buen lugar para parar a tomar un café, en su cafetería ubicada en la misma tienda.
Museumsinsel 1
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Por Laura Conde
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¡Bienvenidos a Zúrich West! El distrito creativo, gastronómico y nocturno más trendy de Zúrich. Puede que no lo parezca, ¡pero esto es Zúrich! Olvida todo lo que has aprendido, aquí no hay imagen de postal que valga: ni lago de aguas cristalinas, ni calles pintorescas, ni tiendas de lujo; sólo ladrillo, hormigón y grúas cercadas por vallas de construcción. ¿Dónde está el truco? Pues que éste es el anti-Zúrich: más informal, más urbano, y más cosmopolita.
Y es que la todopoderosa Zúrich vive una transformación radical, y su buque-insignia no es otro que Zúrich West, el antiguo distrito industrial que, en menos de dos décadas, se ha convertido en el motor de la modernización suiza, insuflando tendencias a la altura de Berlín, Londres y Nueva York.
Érase una vez un barrio industrial…
Situado a lo largo del Hardbrücke, en la parte más oeste de la ciudad, el también llamado Kreis 5 o Industriequartier emergió como zona industrial en el siglo XX. Hacia finales de los años 80, una actividad industrial agonizante dio paso a la decadencia de la zona. Almacenes, fábricas y talleres abandonados pronto fueron recuperados por artistas y diseñadores de la escena underground, abriendo espacios artísticos alternativos, y organizando fiestas ilegales célebres en media Europa.
Pero el verdadero cambio llegó con el nuevo milenio, y el Kreis 5 -Kreis significa distrito en alemán- embarcó en un proceso frenético de mutación que todavía no ha desfallecido. Hoy, allí dónde se producían barcos, jabones y turbinas, las máquinas han parado dando paso al arte, el diseño, la gastronomía, y la música. Pero también a negocios, pisos y hoteles. De la era industrial es testigo la abrumadora escala de las calles, las monumentales estructuras de las fábricas y las colosales vías del tren.
Con un eclecticismo que mezcla sin complejos pasado y futuro, edificios de ladrillo con rascacielos de acero y cristal, y un paisaje urbano en constante redefinición, Zúrich West tiene una personalidad magnética que atrae a suizos y extranjeros por igual, haciendo de ella un caldo de cultivo multicultural en plena ebullición. Seducidos por su ambiente alternativo y su imponente topografía, ¡empezamos la jornada!
Im Viadukt: Shop till you Drop!
Tiendas chic de diseñadores locales, estudios de arquitectura, cafés y puestos de comida orgánica se suceden en Im Viadukt, un vibrante paraíso de las compras construido bajo los arcos del antiguo viaducto del tren. Aquí hay de todo: desde flores hasta timbres para la bici. Eso sí, no esperes encontrar ningún chollo; el concepto ‘barato’ no existe en el léxico suizo.
Si tienes hambre, el Markthalle ofrece productos de kilómetro 0, y su restaurante menús frescos de mediodía a precios ajustados. Los domingos están dedicados a los brunchs; reserva antes o no encontrarás ni un hueco. Por la noche el bullicio no decrece, y los bares se llenan hasta la bandera con jóvenes que beben Prosecco en el Ambrosi a la espera de que empiece algún concierto en el BOGEN F.
Alrededor del Frau Gerolds Garten
Un caótico entramado de jardines, tiendas de diseño y clubs de baile se codean en Geroldstrasse. En el centro, un montón de contenedores de transporte apilados recuerdan un lego a gran escala abandonado a su suerte; es el Frau Gerolds Garten, un oasis urbano con sabor a Do It Yourself y hub hipster por antonomasia. Los sábados de verano se monta un mercado al aire libre, y en invierno se ofrece fondue para combatir el frío. A mediodía se llena de gente tomando café entre grafitis y plantas, y por la noche, el público nocturno se toma ‘la primera’ antes de atacar los clubs vecinos. No te pierdas la panorámica desde las terrazas superiores, los trenes pasan a ras y si tienes suerte puedes ver los Alpes en la distancia.
A sólo unos metros se alzan dos instituciones del clubbing alternativo. El archiconocido Hive es un templo de la música electrónica, mientras que el veterano Supermarket atrae a jóvenes que bailan house y techno hasta el amanecer. Y es que cuando se trata de clubs, Zúrich es la reina, y el distrito oeste el campamento base de la escena electrónica y experimental.
Antes de abandonar la zona nos vamos de compras. En Bogen 33 y Walter puedes comprar muebles vintage. Y en una torre de 25 metros hecha de 17 contenedores de mercancías apilados, la marca Suiza Freitag presenta sus conocidas bolsas recicladas hechas de lonas de camión; un edificio reciclado para un producto reciclado, y es que la Freitag es todo un símbolo del estilo industrial contemporáneo de Zúrich West, y su mejor embajador; las vistas desde la azotea son increíbles, e incluso hay un telescopio para que no se te escape detalle.
Tocando las estrellas en la Prime Tower
126 metros y 36 pisos consagran la Prime Tower como el edificio más alto de Zúrich. Este rascacielos de piel verdosa inaugurado en 2011 sobrevuela la ciudad, y es el nuevo estandarte de la arquitectura moderna y el desarrollo económico de la zona.
En la última planta el restaurante Clouds hace honor a su nombre, y es que desde aquí tocar el cielo parece más cerca; las vistas del lago, el casco antiguo y los Alpes cortan la respiración, así como sus precios. En la planta baja, el Hotel Rivington & Sons nos transporta al Nueva York clandestino de los años 20, cuando la Ley Seca prohibió la venta de alcohol y los bares se camuflaron bajo la piel de tiendas y hoteles; tómate un cóctel a cualquier hora, la oferta es enorme.
Schiffbau y Puls 5: vanguardia y tradición
No muy lejos de allí, los hangares del Schiffbau, dónde en el pasado se construyeron embarcaciones para medio mundo, acogen ahora las propuestas más vanguardistas del famoso teatro Schauspielhaus; los mejores conciertos de jazz de la ciudad en el Moods; y el glamuroso La Salle, que ofrece cocina francesa e italiana en un espacio abierto envuelto por paredes de cristal. Las copas se toman en el popular Nietturm Bar, un impresionante cubo de cristal que corona el edificio con una panorámica espectacular.
Una calle más abajo, los noctámbulos se preparan para encarar la noche. El Exil, ofrece un programa de fiestas y conciertos alternativos que van desde el rock al hip hop, mientras que el Blok Club se entrega a la música electrónica internacional.
A tiro de piedra, se alza Les Halles, un acogedor bistro con toques parisinos. Situado en un antiguo almacén, este popular lugar de encuentro es ruidoso y desaliñado, con artículos de segunda mano y carteles publicitarios vintage. Puedes comprar una de las muchas bicicletas dispersas en su interior mientras pides su especialidad: los Moules-frites (mejillones con patatas fritas).
Modernidad y tradición se mezclan en la antigua fundición de acero, sede del complejo Puls 5, una colosal construcción de 5000 m2 donde restaurantes, tiendas, oficinas, club de fitness y apartamentos envuelven la gran nave de producción. Con vigas de acero, tuberías expuestas y una gran grúa industrial, este espacio alberga eventos de todo tipo, y personifica las alianzas entre pasado y futuro y la fusión de usos que conviven en un mismo lugar. Si pasas por allí, no te pierdas el Restaurant Gnüsserei, en su centro se erige la centenaria cúpula del alto horno.
Löwenbräu: arte contemporáneo en vena
El arte contemporáneo se ha mudado al Kreis 5 y lo ha hecho en la antigua fábrica de cerveza Löwenbräu.Sus paredes de ladrillo rojizo acogen ahora el Löwenbräukunst, un complejo dedicado al arte más actual. Aquí, la Kunsthalle Zürich y el Migros Museum of Contemporary Art, presentan exposiciones de arte emergente de artistas de todo el mundo. El edificio es también sede de galerías internacionales, como la reconocida Hauser & Wirth, y de la mejor librería de arte de la ciudad, la Kunstgriff, donde es obligado perderse entre su extenso catálogo.
Y desde allí, guiados por el colosal Swissmill, un mastodonte de hormigón inaugurado en 2016 que sirve como almacén de grano y es la segunda torre más alta de la ciudad, ponemos punto y final a nuestro tour. Hemos llegado al Río Limmat, ¡y es hora de darse un chapuzón!
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Texto de Núria Gurina i Puig para Los Viajes de ISABELYLUIS
Fotos de Zürich Tourism/Elisabeth Real y Núria Gurina
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