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Praga alternativa

Por su legado histórico, esa belleza esculpida con el paso del tiempo, Praga es uno de los destinos turísticos por excelencia. Si cogéis un avión y os plantáis en la capital de la República Checa tenéis que visitar su popular castillo, cruzar el archiconocido Puente de Carlos y tomaros una revigorizarte Pilsner en cualquiera de sus muchas cervecerías. Y cuando hayáis acabado con el prototípico tour para guiris de chancleta y calcetín, lanzaros a descubrir la Praga que los checos se reservan para ellos, esa igual de fascinante a la par que alternativa que os desvelamos a continuación.  

David  Černý
David Černý ha hecho de Praga su inmenso museo particular. Un San Wenceslao con el caballo boca abajo, una fuente que son dos hombres orinando uno frente al otro, Sigmund Freud colgando de un edificio, unos bebés transformados en máquinas... Estas son solo algunas de las obras que el más reputado, a la vez que corrosivo y controvertido artística checo contemporáneo, tiene distribuidas por avenidas, calles y espacios públicos de la capital checa.

DOX
Ocupando un viejo edificio reformado del barrio obrero de Holešovice se halla el DOX. Inaugurado el año 2008, el centro de arte contemporáneo de Praga alberga la mayor colección de obras modernas del país. Una visita obligada para todo amante del arte que os aconsejamos finalicéis con una incursión en la muy recomendable tienda del espacio (aviso: la cafetería tampoco está nada mal).

La Casa Danzante
Originalmente se llamaba Fred y Ginger en honor a la famosa pareja de bailarines, pero ha acabado conociéndose como la «Casa Danzante». En una ciudad que destaca por sus construcciones centenarias sobresale este edificio de formas curvamente fascinantes que Frank Gehry, el arquitecto responsable del Museo Guggenheim de Bilbao, firmó en colaboración con el arquitecto checo-croata Vlado Milunić. 

Malá Strana
El barrio de Malá Strana es el refugio de los habitantes de Praga frente a las riadas de turistas. Un remanso de sosiego y calma en pleno corazón de la ciudad delimitado por sus diversos espacios verdes, del que destaca la Isla de Kampa. Separada del barrio por el canal popularmente conocido como “arroyo del Diablo”, y de belleza bucólica en cualquier época del año, es el lugar ideal para olvidarse de todo disfrutando por un rato de una buena lectura mientras se saborea un café en alguno de los acogedores locales que amagan sus calles.

Náplavka
Al sur del casco antiguo de Praga, en la orilla derecha del río Moldava era el punto de encuentro de los hippies. Ahora se ha convertido en el epicentro hipster de Praga. Zona con una efervescente actividad artística y cultural, el mejor día para darse un paseo es el sábado, cuando, de diez de la mañana a nueve de la noche, acoge el denominado «mercado granjero», feria dedicada a los productores regionales con paradas de alimentos ecológicos, cervezas artesanas y puestos de comida callejera en las que te comerías hasta las servilletas de papel (reciclado, evidentemente).

La Praga Cubista
Cuando pensamos en arte cubismo normalmente lo primero que nos viene a la cabeza son las pinturas firmadas por Pablo Picasso, Georges Braque, Jean Metzinger y Juan Gris. Y si vamos un poco más allá, las esculturas de Alexander Archipenko, Jacques Lipchitz y Henri Laurens, y los experimentos literarios de Guillaume Apollinaire. Sin embargo, casi nunca pensamos en el cubismo aplicado a la arquitectura, expresión que tuvo en Praga una de sus principales capitales gracias al trabajo del trío de arquitectos formado por Josef Chochol, Pavel Janák y Josef Gočár. Podéis disfrutar de varias de sus construcciones en diversos puntos de la ciudad, pero como paradigma del movimiento es imprescindible visitar la casa de la Virgen Negra de Gočár. Situada en la esquina entre la calle Celetná y la plaza Ovocný trh, en pleno corazón de Praga, hoy es la sede del Museo Checo del Cubismo.

SoNa
La revista Wallpaper lo declaró uno de los barrios más molones del mundo mundial. Y sí, SoNa (abreviatura en inglés de South Národní) se merece tal reconocimiento por sus sinuosas calles, sus cafés repletos de gente guay y sus restaurantes exóticos en los que hincarle el diente a especialidades de los más recónditos rincones del planeta. Y si os apetece ir de compras, perdeos por Karoliny Svetle, en la que encontraréis las tiendas de los diseñadores locales más rupturistas.  

Vyšehrad
En una guía alternativa de Praga no podía faltar una cita a Vyšehrad, el otro castillo de la capital checa. En realidad, más que un castillo es una ciudadela en ruinas, pero más allá de lo interesante del lugar, desde Vyšehrad disfrutaréis de algunas de las vistas más privilegiadas de Praga y el río Moldava.

El tour alternativo
Si queréis profundizar en la Praga alternativa la solución os la darán en Prague Alternative Tours. Surcando la cara B de la capital checa (y solo en inglés), os trazararán un recorrido por los muros que exponen el arte callejero más alucinante de la ciudad, os descubrirán los clubes más molones, os abrirán las puertas de las galerías del arte contemporáneo más innovador y os adentraran en centros sociales para conocer a los jovenes creadores locales más prometedores.

Reserva tu Vueling a Praga y anímate a conocer la parte alternativa de la capital checa.

Texto de Oriol Rodríguez

Fotos de Nan Palmero, Marmontel, Jose Mesa, Achim Hepp

 

 

 

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Una nueva Lisboa renace de la vieja

Texto: Rita Branco

Empecemos este viaje echando un vistazo a una de las zonas más olvidadas de la ciudad, Braço de Prada. Nos encontramos entre Santa Apolonia y Oriente, a decir verdad no estamos en la parte más bonita de la ciudad, pero en los últimos tiempos toda esta zona está reviviendo, dando nuevo uso a viejos edificios olvidados, como el centro cultural Fábrica Braço de Prata que se creó en 2007. Al principio era una antigua fábrica donde se manufacturaban materiales guerra, ahora es un lugar para la creación y el surgimiento de nuevas ideas. Desde que se sustituyó la pólvora por los libros, entre sus paredes se dan cita tanto conciertos, como exposiciones de arte, sesiones de poesía, encuentros de danza y demás acciones culturales. Debido a su gran variedad de salas, siempre sucede algo aquí: hay cuatro salas de exposiciones, otra en la que se proyectan películas, y otra para los conciertos, así como una librería y un par de bares. El público es eminentemente joven. Este es sin duda uno de los lugares de ocio más populares del momento en Lisboa, pero sigamos.

Si nos movemos a uno de los barrios más antiguos en el centro de Lisboa llegamos a Anjos. Allí nos encontramos con la Taberna das Almas, otra asociación cultural que nace en lo que era una antigua fábrica de vidrio. Con dos plantas y diferentes salas, este lugar, todo hecho de manera y fuerte personalidad quiere revitalizar la zona promoviendo y dando poyo a cualquier tipo de proyecto de cariz cultural. Desde 2012, el primer sábado de cada mes se celebra la Feira das Almas: un mercado alternativo que presenta sesenta proyectos en cada nueva edición, desde tiendas vintage hasta artesanía y nuevos diseñadores, siempre con música en directo. Muchas de estas firmas acostumbran a vender online, y aquí encuentran la forma perfecta de tener una tienda física aunque sea de forma temporal, mientras que los artistas encuentran un buen escaparate para enseñar su trabajo. La Feria das Almas supone ante todo un soplo de aire fresco al

En la zona occidental, Príncipe Real es una de las áreas más estilosas de la ciudad llena de edificios antiguos que están siendo renovados por la gente más joven que se traslada aquí a vivir, hasta el punto de empezar a convertirse en una importante zona de shopping rodeada de jardines. Construido en 1857 el Palacete Ribeiro da Cunha no solo fue parte de la Nueva Universidad de Lisboa sino que también ha sido escenario de un programa de la televisión francesa. Justo en frente del Jardín Príncipe Real, un nuevo bazar dedicado a la moda abrió en septiembre de 2013. Este majestuoso edificio neoárabe se ha convertido ahora en un centro que reúne 15 tiendas en dos plantas, donde las exposiciones de arte se codean con tiendas de moda, muebles y belleza. Aquí la tradición y la modernidad conviven en armonía, el edificio mantiene intacto su interior, donde cada habitación tiene una historia que contar.

Si caminamos hacia el sur de Príncipe Real llegamos al barrio bohemio por excelencia, Bairro Alto. En el número 59 de Rua da Barroca nos encontramos con Zé dos Bois, ZDB, un centro de arte situado en el antiguo Palacio Baronesa de Almeida que data del siglo XVIII, abandonado durante diez años y donde en su día vivió el escritor Almeida Garrett.
 Desde 1997 alberga a esta organización sin ánimo de lucro dedicada a la creación y promoción del arte contemporáneo y la escena alternativa, con una especial atención a la experimentación y la exploración de nuevos lenguajes artísticos.

Por la zona más occidental de Lisboa, justo enfrente del Jardim da Estrela, nos topamos con A Montra, que ocupará el número 132 de Calçada da a Estrela hasta octubre de este 2014. Durante todo un año, el escaparate de esta tienda rehabilitada, abandonada hasta hace poco, se convertirá en una galería en la que cada mes un artista producirá una obra de arte pensada especialmente para este lugar.

Para poner fin a nuestro viaje, LX Factory parece ser una buena opción. En su día fue uno de los complejos industriales más importantes de Alcântara, hoy es una fábrica de experiencias e ideas. Aunque el entorno mecánico sigue vivo, sus residentes ahora son muy diferentes: creadores y empresas han ido reviviendo el complejo desde 2007. LX Factory es de todos y para todos, esta isla creativa de la moda, la publicidad, la comunicación, las artes plásticas y la música tiene una gran cantidad de espacios comerciales y gastronómicos, y también organiza un mercado todos los domingos, con piezas artesanas y vintage.

De una punta a otra de la ciudad, aquí tenéis estas seis apuestas del nuevo escenario cultural portugués. Seis lugares diferentes con un objetivo común: dar a Lisboa una nueva dimensión, insuflarle vida a la ciudad promocionando todo tipo de artes, usando lo viejo para crear algo nuevo y mejor.

¡Te apetece visitar Lisboa eh! ¡Reserva aquí tus vuelos!

Imagen de Ricardo Junqueira

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La huella de Miró en Palma de Mallorca

Una de las cosas que más nos llamó la atención de Palma fue la fuerte presencia del arte, y no solo en los centros artísticos. Por doquier hay esculturas diseminadas; así que os recomendamos que estéis atentos ya que por sus calles y parques os podréis topar con obras de artistas de renombre como Chillida (al final de la Rambla), Calder (S’Hort del Rei), u Oppenheim (increíble su “iglesia invertida” situada en la Porta de Santa Catalina).

Pero el Rey, en cuanto a arte se refiere, es sin duda, Joan Miró. Todo el mundo sabe que fue uno de los artistas fundamentales del s. XX. El artista catalán estuvo fuertemente ligado a Palma de Mallorca. En la isla pasó los últimos 27 años de su vida, y de allí procede una tercera parte de su producción artística. Su presencia en Palma es todavía palpable, 34 años después de su desaparición. Y en muchos de los casos nos encontramos con creaciones suyas incluidas en contextos arquitectónicos modernos como Es Baluard, La Fundación Pilar i Joan Miró y el Parc de la Mar. Pasamos un fin de semana en Palma rastreando su huella, y la verdad es que quedamos fascinados con su vasta obra, todavía presente en la capital balear.

Miró: Más de 50K followers al año

Sin duda, la joya de la corona, en cuanto a obra del fantástico autor, es la Fundación Pilar y Joan Miró, por la que pasan al año más de cincuenta mil visitantes. El espacio es un lugar único donde poder percibir la atmósfera creativa de Joan Miró transmitida por su colección, sus talleres y un entorno natural inspirador. Joan Miró también pasará a la historia por sus colaboraciones con arquitectos de altos vuelos, como Josep Lluís Sert. El arquitecto perteneciente a la segunda generación de arquitectos del Movimiento Moderno Catalán, coincidió con él en París durante su exilio tras la Guerra Civil Española. En 1956 Miró se estableció en Mallorca, concretamente en Son Abrines, donde dispuso por primera vez de un magnífico estudio diseñado por su buen amigo Sert. La sede actual de la fundación es obra de Rafael Moneo.

El otro centro donde se puede admirar la obra del genial autor es Es Baluard, el Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Palma. Aquí encontrarás obras de los principales artistas y movimientos que han confluido y confluyen en las Islas Baleares desde inicios del siglo XX hasta la actualidad, y los pone en relación con otros contextos artísticos nacionales o internacionales. 

El edificio, diseñado por Lluís García-Ruiz, Jaume García-Ruiz, Vicente Tomás y Ángel Sánchez Cantalejo, está dividido en tres plantas que se relacionan con el exterior, con las murallas y entre sí mediante rampas, claraboyas y grandes balcones interiores, buscando la idea de calle interior. Pero lo que nos llamó la atención fue que los espacios exteriores son concebidos como lugares de exposición y paseo, trazando un espectacular recorrido por el perímetro de la muralla. El gran aljibe se mantiene también como espacio expositivo, a la vez que acoge actos diversos.

En Mallorca Miró se lleva la palma

Pero la presencia de Miró va más allá. En las calles de Palma te puedes topar con tres piezas del maestro de las vanguardias: dos esculturas (una en Avenida Jaume III, cerca del Passeig Mallorca, y la otra ubicada a los pies del Palacio Real de la Almudaina) y un mosaico (Parc del Mar). Además, en el Museo Fundación Juan March podrás admirar dos obras suyas (“Peinture (Femme, Tige, Coeur)” y “Le Perroquet”, ambas del periodo de entreguerras. El Museo es de visita obligada si quieres echarle un pulso al arte contemporáneo español, en un increíble palacio del s. XVII, ubicado en el número 11 de la calle Sant Miquel. Por último, y tan solo a 200 metros se encuentra el Hotel Joan Miró. Se trata del único hotel temático del célebre artista contemporáneo. Las estancias y el resto de espacios están inspirados en su obra. Además alberga 28 originales de Joan Miró expuestos en diferentes ambientes del hotel.

La creatividad se extiende a otras disciplinas

La presencia permanente de arte en la ciudad hace que la creatividad brote por doquier. Incluso en espacios sacros como la Catedral, donde encontramos presencia de artistas modernos y contemporáneos, como Gaudí (baldaquino y púlpito modernistas) y Barceló (Capilla del Santísimo). El diseño es uno de los grandes beneficiados por este impulso creador. Numerosos estudios surgen y se establecen a lo largo del centro histórico. Los hoteles también se suman. Os recomendamos el Nakar Hotel, miembro de la selecta red internacional Design Hotels, ubicado en la Avenida Jaume III (epicentro del shopping de la ciudad), y muy cerca del Pg. Mallorca, zona estratégica por su inmediación con barrio de Santa Catalina. El diseño y conceptualización del interiorismo se debe a la diseñadora mallorquina Marga Rotger, que ha apostado por un estilo racionalista sobrio en líneas y formas. El Hotel destaca también por contar con el Restaurante CUIT en su 8ª planta. Desde allí las vistas de toda Palma de Mallorca son espectaculares. Y además se come de fábula. Su chef Miguel Calent está en plena forma y su apuesta se fundamenta en la tradición gastronómica mallorquina con influencias mediterráneas, con un filtro, eso sí, del todo renovado.

¿A qué esperas para sumergirte en el genial universo de Joan Miró, en Palma de Mallorca? Consulta nuestros vuelos aquí.

Texto e imágenes de Los Viajes de ISABELYLUIS

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La Viena de Gustav Klimt

Sería imposible imaginar la Viena del siglo XX sin el impresionante legado artístico de Gustav Klimt (1862-1918). Máximo representante del movimiento secesionista, es uno de los pintores más fascinantes de todos los tiempos. Amante del desnudo y de los retratos de la alta sociedad vienesa, las obras del artista simbolista siguen fascinando a expertos y aficionados. Hoy recorremos Viena para descubrir la obra de uno de los pintores más fascinantes de todos lo tiempos.

«A cada tiempo su arte. A cada arte su libertad»

La mejor forma de recorrer el legado de Klimt en Viena es empezar por el Pabellón de la Secesión, construido por Joseph Maria Olbrich y situado en el número 12 de la Friedrichstrasse. Su cúpula con hojas de laurel corona una fachada en la que una inscripción reza el que se convirtió en su lema: «A cada tiempo su arte. A cada arte su libertad». La célebre cita va acompañada de un friso que el propio Klimt creó en 1902 en homenaje a Ludwig van Beethoven, uno de sus trabajos más célebres. Se trata de El friso de Beethoven, que daba la bienvenida a los visitantes. Con 34 metros de ancho y 2,15 metros de alto no se volvió a exponer en público hasta 1986.

La famosa pintura rememora la famosa dirección que Wagner hizo de la Novena Sinfoníade Beethoven y, pese a que nació como obra efímera, un coleccionista evitó que se destruyese. Fue dividido y adquirido por el estado austriaco de nuevo en 1973 y se expone desde 1986.

Después del edificio de la Secesión vienesa, otra parada que no os podéis perder es el Museo de Historia del Arte (Kunsthistorisches Museum). Al entrar merece la pena levantar la vista en la escalinata para admirar las 40 pinturas realizadas en columnas y arcos de los tres miembros que conformaron la denominada Compañía de Artistas. Se trata de los hermanos Gustav y Ernst Klimt y de Franz Matsch.

El Burgtheater

Después del museo, la Compañía de Artistas recibió el encargo de realizar una serie de frescos en las dos escalinatas del Burgtheater (Universitätsring, 2). Un proyecto que tuvo tanto éxito que el emperador Francisco José condecoró a los pintores. En la escalera principal Gustav recreó el Teatro de Taormina, mientras que en la otra ala hizo una reconstrucción del Globe Theatre de Londres con la escena final de Romeo y Julieta. En esta obra el artista realizó el que se considera que es su único autorretrato.

A pocos pasos del Burgtheater, está la Karlsplatz, uno de los centros neurálgicos de la ciudad. En esta zona se levantan algunos de los edificios más famosos del modernismo vienés. Destaca, por ejemplo, el Pabellón Otto Wagner (construido en 1900 para las líneas de Metro de Viena), la Künstlerhaus o el Museo de Historia de la ciudad de Viena, que alberga algunas obras de Klimt, como Pallas Atenea o un retrato de Emilie Flöge. De hecho, con Emilie tuvo una gran relación (era su cuñada), aunque no hay constancia de que tuviesen ningún romance. Además de a ellas, también pintó a muchas otras mujeres, como Maria Zimmermann (Mizzi), Johanna Staude o Adele Bloch-Bauer, a la que retrató en dos ocasiones.

El Belvedere

La Galería del palacio Belvedere es el lugar en que se encuentran algunas de las pinturas más célebres del autor. Es el caso de dos iconos de su época dorada, El beso y Judith I. El padre y el hermano de Gustav eran grabadores de oro, de aquí la influencia dorada en la ornamentación y en las creaciones con pan de oro. El Belvedere es la pinacoteca con mayor número de obras de Klimt, un total de veinticuatro. Pero tampoco podemos perdernos el Leopold Museum, en pleno Museumsquartier (MQ). Aquí, junto a obras de Schiele cuelga la espectacular Muerte y vida, así como un estudio para Judith II y una vista del lago Atter.

Villa Klimt

Gustav Klimt tuvo varios estudios a lo largo de su carrera, pero el único que ha llegado hasta nuestros días es la casa en la que vivió durante los últimos años de su vida. La Villa Klimt, situada en Feldmühlgasse, 11, se reabrió al público en 2012 tras una reconstrucción a partir de fotos de la época y, si bien no conserva obras originales, es una interesante forma de entender la forma de vida de este artista universal.

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Texto de Aleix Palau para Los Viajes de ISABELYLUIS

 

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