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Un paseo por los rincones más bonitos de la Toscana

Ciudades como Florencia, Siena, o Livorno, y pueblecitos que van desde Volterra a San Gimignano o Cortona son algunas de las paradas obligatorias si visitamos la siempre encantadora Toscana. ¡Empezamos desde Pisa!

En la Toscana, entre paisajes verdes y ondulados, atardeceres mágicos, viñedos, casitas de piedra, trattorias de ensueño y lagos que parecen recién salidos de un cuento de hadas nos contagiaremos desde el minuto uno de esa manera tan italiana de disfrutar de la vida. Es imprescindible tener a mano la cámara porque nos vamos a cruzar con rincones increíbles a cada paso. ¿Por dónde empezar? Proponemos volar a Pisa y, desde allí, iniciar ese road trip inolvidable a lo largo de este territorio del que es imposible no enamorarse. ¿Nos vamos?

Primera parada: Pisa

No solo la famosísima torre inclinada es digna de visitar en Pisa. La ciudad toscana tiene otros muchos atractivos para el viajero, que sufrirá un constante síndrome de Stendhal al contemplar todas las maravillas arquitectónicas y artísticas que se despliegan ante sus ojos. Además de la foto de rigor en la Torre de Pisa, disfrutaremos visitando la Capella di Santa Agata, la casa de Galileo Galilei, la Chiesa di Santa Maria de la Spina, frente al río Arno (por citar solo una de las numerosas iglesias de diferentes estilos que encontramos distribuidas por toda la ciudad), el Museo Nazionale di Palazzo Reale o la Piazza del Duomo. Una parada a media tarde para un señor ‘gelato’ y, ya perdidamente enamorados de la Toscana, podremos seguir con la ruta. ¡Buen viaje!

Luca, la tierra de Puccini

Nos desplazamos hasta Luca (hay trenes desde Pisa a muy buen precio) para visitar su muralla perfectamente conservada y pasear por sus calles llenas de historia. El centro histórico, con su emblemática Torre delle Ore, es un lujo para los sentidos, como también lo es la Torre Guinigui –con un mirador que nos permitirá tomar la instantánea perfecta de la ciudad– o la Piazza dell’Amfiteatro. Tierra de Giacomo Puccini, también podremos visitar el museo dedicado al compositor.

Pistoia, la Toscana más auténtica

A medio camino entre Florencia y Luca encontramos Pistoia, una ciudad que, paradójicamente, escapa del turismo de masas y apuesta por mostrar al viajero el espíritu de la auténtica Toscana. Cuenta con numerosos edificios de interés, como su zoológico (ideal si viajamos en familia), el Palazzo Comune y, por descontado, el hermoso Duomo. Los amantes del chocolate van a amar Pistoia desde el primer segundo: se considera el Valle del Chocolate de la Toscana, y encontramos este producto en todos sus formatos. ¡Qué mejor que aprovechar la visita para cargar la mochila!

Muy cerca de Pistoia encontramos Montecatini Terme, un pueblo dedicado por completo a las aguas termales, el lugar ideal para relajarse y desconectar tras unos días de frenética actividad, entre viñedos, pizzas y arquitectura, por la bellísima Toscana.

Florencia, la joya de Italia

¿Un consejo? Es imposible pretender ver Florencia en un día, seguramente ni siquiera en dos, pues es una ciudad con tanto encanto y tantísimos atractivos culturales y arquitectónicos, además de un montón de museos, que nos va a faltar el tiempo para disfrutar de sus callejuelas palacios y edificios. Es fundamental reservar una jornada para visitar la Galleria degli Uffizi, y disfrutar de obras tan emblemáticas como ‘El nacimiento de Venus’, de Sandro Botticelli, así como obras de Miguel Ángel o Caravaggio, entre otras. El imponente Duomo, con el emblemático ‘campanille’ de Gioto, la iglesia de la Santa Croce, el David de Michelangelo, el Mercato Nuovo, la Piazza de la Signoria o el Palazzo Vecchio son otras paradas imprescindibles en la hermosa capital de la Toscana. La oferta gastronómica y de vinos, que en muchas ocasiones se pueden degustar en las coquetas terracitas que pueblan la ciudad, es otro de los tantísimos encantos de esta ciudad de ensueño.

San Gimignano, ¿realidad o decorado?

Salimos de Florencia para llegar a un pequeño pueblecito de ensueño, tan bonito que por momentos nos sentiremos en un decorado de cine. San Gimignano es un pueblo medieval en el que se despliegan unas cuantas callejuelas empedradas, donde no podemos dejar de visitar la Piazza de la Cisterna, la del Duomo o el Palazzo del Popolo. Se encuentra apenas a 60 km de Florencia, y en una mañanita habremos finalizado el recorrido. Nada mejor que parar a disfrutar de un buen plato de pasta en uno de sus restaurantitos y, una vez acabada la jornada, aprovechar para visitar el vecino pueblecito de Volterra, un rincón encantador que nos invitará a desconectar de todo mientras contemplamos los ondulantes paisajes toscanos.

Siena y la espectacular Piazza del Campo

Llegaremos a Siena convencidos de que en la Toscana todo es bonito, y que incluso aquellas ciudades menos conocidas, eclipsadas por los encantos de las más turísticas como Florencia o Pisa, son el escenario de un cuento de hadas. La Piazza del Campo de Siena es, probablemente, una de las más hermosas de toda Italia, como también lo es el Duomo, la Torre de Mangia o la Piazza Salimbeni. Si andamos en busca de una panorámica de la ciudad, nada mejor que tomarla desde el Mirador de la Basílica de San Domenico.

Montefiorale, la flor del Chianti

Este pequeño pueblecito situado en el Valle del Chianti sale en todas las listas de los rincones más bellos de la Toscana. Solo el acceso a Montefiorale, a través de una bonita carretera rodeada de verde, merece la pena: el pueblo se encuentra en lo alto de una colina, rodeado de flores y bosques y sin ninguna otra construcción alrededor. Es solo uno de los varios pueblecitos que merece la pena visitar en la zona del Chianti, un paraíso poblado de viñedos que dan lugar a uno de los vinos tintos más populares del mundo. Si nos interesa el mundo de la enogastronomía, disfrutaremos de lo lindo apuntándonos a alguna ruta para visitar bodegas y conocer los secretos de la elaboración de este tesoro que tan bien acompaña platos que van desde una ensalada caprese a un buen plato de pasta con ragú o una pizza.

Montepulciano, un rincón de cuento

Al sur de Siena, encontramos este lugar de postal donde vamos a degustar vinos de escándalo, comer estupendamente y disfrutar de una arquitectura singular. Rodeado de verde, Montepulciano es un rincón de visita obligada, con su hermosa Catedral, la iglesia de San Agostino y la Piazza Grande, centro neurálgico de la actividad en esta localidad.

Cortona, el paraíso está en lo alto

Cortona, el pueblo del cantante Jovanotti, es una visita obligada si la vida nos lleva a la Toscana. Fundado en el siglo V antes de Cristo y situado al sur de la región, este rinconcito encantador presume de unas imponentes vistas a la Val de Chiana y de un sinfín de rinconcitos con encanto. Es recomendable aprovechar la visita a Cortona para abandonar la Toscana durante un rato y cruzar a Umbría, donde nos espera el Lago Trasimeno. Lo mejor es hacerse con un buen pícnic y disfrutar de la belleza del paisaje y la tranquilidad de sus aguas cristalinas.

¿Deseando poner rumbo a Pisa para pasar una semana entre cúpulas renacentistas, espaguetis, esculturas, señoriales plazas empedradas, carreteras rodeadas de viñedos y ondulantes paisajes? Vueling te lo pone fácil. Buon viaggio!

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