Alicante, Málaga, Sheffield, Roma, Bruselas y Berlín. Todas estas ciudades tienen una cosa en común: acogen museos de videojuegos que son auténticos paraísos para los gamers.

¿Quién dijo que no puede existir el turismo de videojuegos? Si hay quien recorre el mundo en busca de restaurantes de autor, quien lo hace siguiendo las tendencias de moda o el que hace turismo para correr maratones, los gamers también tienen derecho a desplegar su gran pasión por Europa. Porque plantarse en un museo de videojuegos es leit motiv suficiente para cogerse un Vueling a cualquiera de las ciudades que menciono a continuación. ¡A los fans se les va a caer la lagrimilla!

Si resulta que tú no eres el gamer de la familia, pero lo es alguno de tus descendientes menores de edad, no dudes de apuntarte a este planazo: es probable que sea lo único que tu adolescente quiera hacer en tu compañía en los próximos años. Te llamará carcamal, se pasará horas sin hablarte y obtendrás como mucho un soplido por respuesta, pero habrás disfrutado de momentos inolvidables de quality time con tu pequeño fanático de las consolas que probablemente tardarán en repetirse. ¡Pilla billetes de una vez, boomer!

Museo Arcade Vintage (Alicante)

La cosa va a ir de la siguiente manera. Si eres a persona adulta vas a entrar con desgana, deseando que acabe pronto la visita al Museo Arcade Vintage retro para instalarte cómodamente en algún bar para tomarte un espresso y mirar Twitter. Pero si tienes corazón acabarás dándolo todo en el PacMan, el Donkey Kong o cualquiera de las máquinas interactivas vintage que encontramos en el recinto.

Si eres adolescente, tu plan va a ser desde el minuto 1 mantenerte lejos de esa persona que te ha pagado la entrada y se pasea chispeante por el museo contando batallitas a diestro y siniestro y dando codazos al personal para poder jugar primero.

Lo malo es que tendrás que seguir a su lado durante el resto del viaje y es probable que la perorata se alargue más de lo deseado. Lo bueno es que en el fondo es buena persona y que Alicante tiene unas playas estupendas, así que tal vez un buen chapuzón os relaja después de semejante descarga de adrenalina. ¿O qué me dices de un roadtrip de Alicante a Valencia?

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National Videogame Museus (Sheffield)

Sheffield es un destino ganador para los aficionados a los videojuegos de cualquier edad, ya que el National Videogame Museum es toda una fiesta del juego clásico, desde el Sonic al Mario o el Donkey Kong (encontramos nada menos que las 14 versiones del juego en pantallas sucesivas). Además, descubrirás propuestas la mar de novedosas de desarrolladores locales. ¿Se puede pedir más a una escapada?

Si además de gamer eres melómano, el triunfo está asegurado. Esta ciudad industrial y decadente pero indudablemente magnética, British hasta decir basta, ha visto nacer a bandas que van desde Pulp a Arctic Monkeys, Joe Cocker, Moloko o The Human League. La cultura musical se respira en cada rincón de esta ciudad repleta de bares, pubs y salas de conciertos, donde barrios como el antiguo Kelham Island han convertido sus magníficos edificios industriales en galerías de arte.

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Computerspielemuseum (Berlín)

Berlín tiene de todo y no podía faltar entre la oferta cultural (sí, sí, cultural, mal que les pese a algunos puristas que creen que la cultura es solo lo que ellos digan) un museo de videojuegos. Llegar al Computerspielemuseum supone dedicar unas 3 horas a un recorrido por más de 300 objetos y jugar hasta hartarte en su diferentes consolas (hay hasta 35 videojuegos diferentes).

Los más sensibles van a emocionarse con algunos hitos históricos, como la primera consola de videojuegos casera "Odyssey" de 1972, Commodore C 64, o la primera máquina de juegos por ordenador producida en serie, "ComputerSpace". Además de en lo humano, el museo también profundiza en lo divino, cosa que nunca está de más: la última parte plantea una reflexión sobre cómo los videojuegos pueden modificar la percepción de la realidad y nuestra relación con el mundo, así como sobre los riesgos que entraña el mundo virtual.

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Pixel Museum (Bruselas)

Viajar a Bruselas siempre es un gran plan. Historia, cultura, negocios, shopping y un tamaño accesible que hace que podamos recorrerla mayoritariamente a pie. ¿Vas con adolescentes? Bruselas tiene unos gofres de escándalo en cada rincón, chocolaterías, las patatas fritas circulan como agua y es la sede del Pixel Museum, un flamante museo de videojuegos abierto en 2020. Todos ellos son motivos suficientes para que tu pequeño teen rebelde se lo pase en grande caminando entre las más de 2.000 piezas (entre consolas, videojuegos y accesorios), jugando en sus máquinas y descubriendo juegos inéditos que nunca han llegado a comercializarse.

Ya tendrás excusa para llevártelo a contemplar los edificios de la Grand Place, y si te lo montas bien incluso la colección de pintores flamencos que alberga el Museo de Arte Antiguo. Tal vez algo le quede y si no que os quiten lo bailao.

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Oxo (Málaga)

Conocer la historia de los videojuegos desde sus inicios, disfrutar de una experiencia inmersiva en 3D, jugar en sistemas increíbles y juegos clásicos o descubrir las últimas tendencias y novedades del sector. Todo esto y mucho más nos espera en Oxo, un espacio que se reivindica –y con toda la razón– como el museo de videojuegos que también fascina a todos aquellos que no son fans de esta disciplina.

¿Cómo no flipar ante un mundo completamente alucinante, con experiencias inmersivas, objetos increíbles, instalaciones artísticas y un millón de reclamos para pasar una jornada inolvidable en un espacio entre retro y futurista? Además, aceptan donaciones, así que te podrás plantar en Oxo con tu consola o videojuego antiguo. ¡La comunidad gamer te lo agradecerá!

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Vigamus (Roma)

Uno de los grandes museos de videojuegos del mundo se encuentra en Roma. Se trata de un gran universo interactivo donde vas a poder disfrutar de un mundo de realidad virtual a través de tus videojuegos preferidos, además de pasártelo en grande en sus diferentes áreas interactivas. En Vigamus podrás ver con tus propios ojos hitos como la cabina original de Space Invaders y los Masters Disks de DOOM, además de unas 400 piezas y 15 vídeos expositivos. Por ello, lo mejor es que te reserves 3 horitas para adentrarte en este mundo del gamer a la italiana, que cuenta incluso con una habitación especializada en realidad virtual (la Oculus Room) que no puedes perderte por nada del mundo.

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