Si buscas una escapada para un puente, para tus próximas vacaciones o, simplemente para dejar atrás del frío, lo mejor que puedes hacer es volar a las islas Canarias.
Todas y cada una de las islas Canarias son mágicas y tienen atractivos de sobras para una completa escapada invernal, pues presumen de un clima templado envidiable durante todo el año. Además, las islas Canarias nos ofrecen un seductor mix de arquitectura, cultura, sol y playa, pueblecitos con encanto, excursiones por senderos inolvidables, bosques de cuento y comidas en hermosas terrazas con vistas al mar a base de pescados frescos y papas arrugadas. ¿El inconveniente? Habrá que desempolvar la ropa de verano.
Si estás pensando en buscar un vuelo a cualquiera de las islas Canarias –Tenerife, Lanzarote, La Palma, Gran Canaria y Fuerteventura– para contagiarte al minuto de ese ritmo tranquilo y agradable que se respira en todos los rincones, de la alegría y amabilidad de sus habitantes y alejarte del turismo de masas, aquí te contamos lo que no te puedes perder.
Sol y playa, claro
La temperatura media de Canarias en invierno ronda los 20º centígrados, cosa que hace del archipiélago un destino de excepción para los amantes de cualquier tipo de deporte. ¿Acaso hay mayor placer que hacer surf en diciembre sin pelarse de frío en, pongamos por caso, la popular playa lanzaroteña de La Cantería? ¿Una excursión en barco para avistar cetáceos en las costas de Tenerife? ¿Un chapuzón en alguna de las espectaculares piscinas naturales de El Hierro? Por no hablar, claro, del placer de tumbarse en la arena fina de lugares tan espectaculares como las Dunas de Corralejo, en Fuerteventura, o la hermosa playa Güi Güi, en Gran Canaria, dispuestos a disfrutar de la energía que nos brinda el sol.
Una arquitectura de excepción
Las islas Canarias esconden tesoros arquitectónicos que por sí solos merecerían una completa visita cultural. El principal exponente de la arquitectura canaria es el artista lanzaroteño César Manrique, que salpicó las islas –especialmente Lanzarote– con su obra, de un estilo muy particular, orgánico, que se funde con el entorno para dar lugar a un todo fascinante. Es el caso de los Jameos del Agua, una construcción espectacular que se integra en un túnel volcánico, o el Mirador del Río o el Jardín de Cactus, todos en Lanzarote. El Lago Martiánez, en Tenerife, o el Mirador de la Peña, en el Hierro, son otras de las obras imprescindibles de este prolífico artista cuyo trabajo es una seña de identidad imprescindible en las islas.
Pero no solo de Manrique vive Canarias. Las islas cuentan con otros edificios emblemáticos como el Teatro Pérez Galdós o el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria, el Faro de Buenavista y las bonitas casas de colores de La Laguna, ambos en Tenerife, así como la Casa de los Coroneles o el Faro de la Entallada, en Fuerteventura.
Naturaleza en estado puro
¿A que apetece una excursión en manga corta por los bosques de laurisilva del Parque Nacional de Garajonay, en La Gomera? ¿O una mañana de golf en alguno de los campos que encontramos a lo largo y ancho de Gran Canaria? ¿Una ruta en bici por la hermosa isla de La Graciosa, en Lanzarote, a la que se accede en ferry? ¿Un paseo entre paisajes volcánicos, acantilados, montañas onduladas, frondosos bosques repletos de recovecos, dunas, calas, piscinas naturales, hermosas playas salvajes y miradores con vistas increíbles? Disfrutar de la naturaleza en todas sus versiones con una temperatura perfecta es todo un regalo, un auténtico soplo de aire fresco para todos aquellos –y nos consta que son legión– que necesitan un paréntesis.
Gastronomía para todos los gustos
Una escapada a Canarias significa poder detenerse entre tanto trajín de actividades para disfrutar de los placeres de su gastronomía, que sabe mejor cuando es al aire libre y frente al mar. La isla está salpicada de restaurantes de ambiente (y precio) popular, donde los pescados típicos del archipiélago (vieja, cherne, anchete o medregal, entre otros) se suelen servir acompañados de una ensalada de temporada y unas buenas papas arrugadas con el reglamentario mojo picón, que se deben acompañar de un buen vino de Lanzarote.
No hay que dejar escapar los quesos canarios, que suelen servirse rebozados y fritos, o entrantes como el gofio, típico de las islas desde tiempos inmemoriales. Los más gourmet podrán aprovechar para visitar algunos restaurantes de alta gastronomía, pues el archipiélago cuenta con varios establecimientos con una estrella Michelin y uno con dos, en Tenerife, además de otros locales de nuevo cuño inspirados en la gastronomía tradicional canaria con un toque de vanguardia.
¡Hemos venido a aprender!
Todos aquellos viajeros intrépidos que se mueren por aprender cosas nuevas constantemente tienen en Canarias numerosos atractivos. Una visita a El Hierro permitirá conocer las particularidades de una isla íntegramente sostenible gracias al uso de la energía eólica e hidráulica. Adentrarnos en la central hidroeólica Gorona del Viento nos permitirá conocer a fondo cómo esta pequeña isla se ha convertido en la primera en el mundo que se autoabastece de forma sostenible. El Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), en Las Palmas de Gran Canaria; el Museo Internacional de Arte Contemporáneo (MIAC), en Lanzarote; el Tenerife Espacio de las Artes (TEA) o el Museo de Arte Contemporáneo de La Palma son algunos de los centros en los que disfrutar de la flor y nata del arte canario, con interesantes exposiciones tanto permanentes como temporales. Rutas literarias en homenaje a Pérez Galdós o Unamuno, que pasó una temporada en Canarias, también son buenas opciones para todos aquellos amantes de la literatura, deseosos de conocer el archipiélago desde otro punto de vista.
Pueblecitos con encanto
Visitar los pueblecitos que salpican las islas es una actividad imprescindible si la vida nos lleva a Canarias. Dado que el buen tiempo siempre acompaña, cualquier momento es bueno para visitar pequeños pueblos y municipios que nos permitirán conocer de primera mano la vida en Canarias y descubrir rincones inolvidables. Desde Los Cristianos a Puerto de La Cruz, en Tenerife, o pueblecitos como Betancuria y El Cotillo en Fuerteventura, así como Agulo, El Cedro o Las Hayas en La Gomera son solo algunos ejemplos de localidades con encanto a las que dedicar una parte de nuestro viaje.
Sobran los motivos, ¿verdad? Pues ya estás tardando en hacer un hueco en tu agenda para irte a las islas Canarias.