Museos, faros, arte contemporáneo, torres de vigilancia, castillos, murallas... Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera son mucho más que un destino de sol y playa, perfectas para cualquier época del año, sobre todo si buscas desconectar en un lugar tranquilo.
Es frecuente que los residentes de las Baleares cuenten las maravillas de las islas más allá de la temporada de verano. Libres de bullicio y con un clima siempre apacible y agradable, Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera son destinos perfectos para visitar en otoño e invierno. En estas estaciones nos permitirán disfrutar de su patrimonio histórico, de su vida cultural y de largos paseos junto a un Mediterráneo despojado de turistas. Si el tiempo nos lo permite, y es habitual que así sea, siempre podremos disfrutar de la gastronomía balear en alguna terracita con vistas al mar, antes de dedicar la tarde a cualquiera de las actividades culturales y artísticas que proponemos a continuación.
Oleoturismo para todos los gustos
Una de las señas de identidad de la gastronomía balear, y más concretamente la mallorquina, es su aceite de oliva virgen extra de gran calidad, en buena parte acogido a la denominación de origen Aceite de Mallorca. Existen numerosas actividades vinculadas al oleoturismo que permiten al viajero conocer de primera mano, no solo cómo se elabora el más puro aceite de oliva virgen extra, sino disfrutar de sus encantos con catas y comidas entre olivos. Fincas como la de Aubocassa, Treurer o Es Verger son solo algunas de las que ofrecen completas experiencias de oleoturismo.
Oda al arte contemporáneo
Es Baluard Museu d'Art Modern i Contemporani de Palma y el Museu de la Fundació Juan March, ambos en Mallorca, son enclaves en los que disfrutar de buen arte contemporáneo. Si estamos en Ibiza, nada mejor que pasar por el Museu d'Art Contemporani d'Eivissa (MACE), con obras que van desde Tàpies a Broner y Herrenys.
Los amantes de la literatura (y de la historia romana) no pueden perderse el Museu Ca n'Alluny, la casa-museo en que habitó el escritor Robert Graves, que mantiene el aspecto original. Si seguimos con las rutas literarias, la casa-museo Llorenç Vilallonga, en Mallorca, es otro must. En el mercado artesanal de Sant Ferran, en Formentera, pintores y artistas venden y exponen su obra, además de que eventualmente se organizan talleres y actividades para los más pequeños.
Una tarde en el Castell de Bellver
Este emblemático castillo circular ubicado en Palma es, junto con la catedral, un símbolo de la ciudad. Un buen plan es aprovechar la visita al Castell de Bellver para adentrarnos en el museo de la Ciudad de Palma, ubicado en la planta baja, donde podremos conocer la historia de la ciudad a través de objetos y documentos de todo tipo. Si lo nuestro son los castillos, no podemos dejar de visitar el Castell de Sant Antoni, en Fornells (Menorca).
Pueblecitos pintorescos
Si estamos en Menorca, no podemos dejar de visitar Binibeca, hermoso pueblecito de casitas blancas con vistas al mar donde perdernos por sus laberínticas y hermosas calles. Cuando pasemos por Mallorca, visita obligada merecen Manacor, Alcúdia –con su espléndida muralla perfectamente conservada–, Sóller o Capdepera –un bonito pueblo medieval–, entre otros.
Perderse por Dalt Vila
Si hay un lugar mágico para disfrutar de un café con vistas al mar este es, sin duda, Dalt Vila: la antigua ciudad amurallada de Ibiza que ofrece hermosos rinconcitos de cuento con vistas espectaculares. Aquí lo ideal es caminar por rumbo fijo y perderse entre sus puestos de artesanía y sus cafés, disfrutando de un rincón del mundo inolvidable declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Disfrutar de la arquitectura menorquina
A menudo eclipsado por sus calitas de cuento y sus deslumbrantes puestas de sol, el patrimonio arquitectónico de Menorca es una auténtica fiesta para cualquier amante de la historia y la cultura. Podemos empezar visitando los enclaves arqueológicos de Naveta de Tudons o Torre d'en Galmés y seguir con un recorrido por sus faros: Punta Nati, Cavalleria o Favàrtix son algunos de ellos. Hay que dejar un rato para pasear por el casco antiguo de Ciutadella y disfrutar de su legado árabe y, por supuesto, acabar la jornada disfrutando de una caldereta en alguno de sus restaurantes del puerto.
Torres de defensa
Si estamos en Ibiza, no podemos dejar de visitar la Torre des Savinar, con bonitas vistas a Es Vedrà y la costa sur. También en Ibiza, encontramos la Torre de ses Portes, con hermosas vistas a Formentera y Espalmador. Pero no solo en Ibiza encontramos estos edificios emblemáticos: en Menorca está la Torre de Fornells, la d'en Penjat o la de Sant Felipet, mientras que en Formentera encontramos la Torre de Punta Prima y la de Sa Gavina y en Mallorca la Torre des Verger –con unas vistas increíbles–, la de Albarca o la de Albercutx.
Enoturismo de altura
Los amantes del vino se van a volver locos en Mallorca y Menorca, dos islas que cuentan con numerosas bodegas para visitar, catar y descubrir que ofrecen todo tipo de actividades para todos los gustos, bolsillos y paladares. Aunque en Ibiza y Formentera la oferta es más escueta, también encontramos bodegas para disfrutar de los mejores vinos baleares con alma mediterránea.
¿Solo conoces las Baleares de sol y playa? Visita las islas fuera de temporada para descubrir la otra cara de este archipiélago que enamora en cualquier época del año.