De Tánger a Alhucemas, pasando por Tetuán. Una ruta de 300 km que te permite descubrir otra cara de Marruecos y admirar su espectacular naturaleza. Si te cuesta decidirte entre mar o montaña, este post te interesa, porque aquí vas a encontrar de todo.
Hasta hace 1 año no había estado nunca en Marruecos y aún me arrepiento hoy de no haberlo hecho antes. En esa ocasión hice una ruta bastante típica, de Fez a Marrakech pasando por Merzouga, pero como me quedé con ganas de más, pensaba ahora explorar el norte de Marruecos. Razones no me faltan.
1. Porque es una vista del Mediterráneo totalmente distinta
Justo donde acaba el Atlántico te encuentras esta zona única, paso de aves migratorias y de fauna marina. ¡Un espectáculo natural!
2. Porque no te acabas sus playas
El norte presume de kilómetros de playas casi salvajes y de una de las bahías más bonitas de Marruecos, la bahía de Alhucemas. Especialmente si viajas en primavera o verano, elige dónde irás a relajarte en una hamaca y a disfrutar del sol.
3. Porque es tierra de senderismo
Si te gusta caminar, aquí tienes las montañas del Rif y dos parques nacionales —el Parque Nacional de Talassemnate y el Parque Nacional de Alhucemas— para unos días de trekking o senderismo.
4. E incluso de escalada
Son famosas las zonas del Toubkal y las gargantas del Todra para la escalada, pero el norte también ofrece paredes perfectas para practicar este deporte.
5. ¡Y de surf!
En todas sus variantes: surf, kitesurf y windsurf. El clima y la extensión de sus playas lo convierten en el lugar perfecto para practicar estos deportes, tienes muchas playas para elegir. Si es tu primera vez, no te preocupes: encontrarás escuelas de surf y lugares donde alquilar material de sobras.
6. Porque podrás avistar águilas pescadoras
El Parque Nacional de Alhucemas es uno de los pocos lugares del Mediterráneo donde habitan estas. También ahí conviven con los halcones peregrinos. ¡Indispensables los prismáticos!
7. Porque podrás atreverte a cruzar el “Puente de Dios”
Así se llama el famoso puente natural, creado por la erosión del agua y que conecta las 2 paredes de un cañón, que se encuentra en el Parque Nacional de Talassemtane. Ahí podrás también hacer la ruta de las cascadas de Akchour, declaradas Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 2016.
8. Porque Tánger merece una visita
Pasearse por sus zocos y por las menudas calles de la Medina, acercarse al parque de la Mendoubia para ver su higuera gigante, tomarse un té en el Café Hafa para contemplar el Mediterráneo… Dicen además que es una ciudad que ha inspirado a numerosos artistas a lo largo de su historia. ¿Por algo será, no?
9. Porque puedes desviarte un poquito para visitar Chauen
La pintoresca población que, con los colores azules y blancos de sus paredes, no para de cautivar viajeros. Si te apetece descubrirla de verdad, te aconsejo que mires más allá de sus coloridas fachadas.
10. Porque es un gusto relajarse en un hammam al final del día
Este es un ritual indispensable en toda visita a Marruecos. Regalar a tu cuerpo un tiempo de relajación en sus tradicionales hammams (o en sus más modernos spas), dándote un baño y un masaje a base de productos naturales como la arcilla rhassoul, el jabón negro, el aceite de argán o la rosa de Damas.
11. Y reponer fuerzas con una rica gastronomía
Una mezcla estupenda entre la gastronomía bereber, andalusí y árabe. Si te gustan las especias, aquí encontrarás tu paraíso. Comida muy natural, preparada a base de alimentos de la zona, que no son poco variados: carne, pescado azul y blanco, cereales, vegetales preparados en forma de tajín o de couscous. ¡Y eso sin hablar de los postres!
12. Porque querrás llevarte alguna artesanía de recuerdo
Será inevitable, después de visitar los bulliciosos zocos y ver cómo trabajan los artesanos, desde “zelliges” (así llaman a los azulejos de colores) hasta obras en madera, la cestería o las alfombras buscarán espacio en tu maleta.
13. Porque, simplemente, ¡está tan cerca y lo conocemos tan poco!
Creo que el pensamiento compartido más común es “¿cómo hay un mundo tan diferente a tan pocos kilómetros de nuestra casa?”. Vete volando a Tanger, si aún no lo has hecho, para poderlo tener esta experiencia tú también.
Y si con todos esto te quedas con ganas de más, te proponemos complementar tu viaje con esta ruta que va de Tánger a Essaouira. Es que Marruecos no te lo acabas.