Ruta por los 7 faros de Menorca
Los faros menorquines forman parte del entorno de la isla y custodian sus abruptas costas. Se encuentran por ello en algunas de las zonas más bellas y salvajes, lo que hace de su ruta un encuentro con la naturaleza y con los diferentes paisajes de Menorca. Más allá de la función primera de señalar el camino a los barcos, forman una postal inigualable en la ya de por sí bella costa menorquina.
Todos los faros están gestionados por la Autoridad Portuaria de Baleares y en su web se muestran las características técnicas de cada uno de ellos
Faro de Favàritx
Su ubicación en el entorno natural del Parque Natural de s'Albufera des Grau, la zona más húmeda de Menorca a unos 20 kilómetros al norte de Maó, lo convierte en uno de los más visitados.
Punto clave de la Reserva de la Biosfera de la isla, aquí encontramos una gran variedad de aves acuáticas y rapaces como el águila pescadora, el milano o el águila calzada
Faro de Cavalleria
A unos 14 kilómetros de Es Mercadal, en el extremo más meridional de la isla, se alza este impresionante faro sobre un acantilado de más de 80 metros y con fantastícas vistas sobre el mar.
Una curiosidad que observarás si visitas el faro de Cavalleria: verás que por los alrededores sorprenden unos montones de piedras encarados al mar. Los construyen los turistas que se acercan al faro porque, según la tradición, quién crea estas formas y pide el deseo al faro de volver a Menorca, tu deseo se cumplirá.
Faro de Punta Nati
Inagurado en 1913, su creación proviene de un trágico accidente. Y es que, en esta zona de fuertes vientos y corrientes marinas naufragó tres años antes el moderno vapor francés Général Chanzy a causa de una gran tempestad.
Los días con fuerte viento del norte se puede disfrutar de un espectáculo natural cuando, la grieta cercana al faro expulsa con gran fuerza el agua, en una suerte de bufador que arremete contra la óptica del faro, que en ocasiones ha sido dañada por su presión.
Faro Illa de l'Aire
Al sur de Mahón, en el municipio de Sant Lluis, se encuentra la turística Platja de Punta Prima. Desde aquí se observa perfectamente la Illa de l'Aire y la silueta de su faro en un entorno de aguas turquesas y gran riqueza marina.
Una de las características de la isla es la de albergar una especie endémica de Menorca y Mallorca: la lagartija negra. Pero no sólo el pequeño reptil puebla el islote, que alberga también numerosas aves en su paso migratorio.
Faro Artrutx
De características rayas gruesas blancas y negras, el faro de Artrutx se encuentra a 7 kilómetros de Ciudadela. Se construyó a mediados del siglo XIX, en 1858, y al principio, funcionaba con petróleo hasta 1930 en el que llegó al faro la electricidad. Ahora, el faro de Artrutx forma parte del patrimonio histórico de Menorca.
Muy cerca del faro se encuentran las calas den Bosch y Son Xoriguer, una de las que presenta mayor oleaje y que por tanto posibilita la práctica del windsurf.
Sa Farola
Se encuentra en el Paseo Marítimo de Sa Farola por lo que se puede llegar tranquilamente hasta él dando un paseo de unos 30 minutos desde el centro urbano de Ciutadella. Durante el trayecto podrás disfrutar del hermoso paisaje o de un baño en la Caleta es Frares, con sus plataformas habilitadas para los bañistas, y que queda a medio camino.
Faro de Sant Carles o Faro de Maó
Considerado el primer faro de la isla, se construyó en 1852 sobre las ruinas del Castell de Sant Felip, en la punta de Sant Carles. Tras algunas discusiones sobre su ubicación, se sustituyó por un torre metálica de franjas negras y blancas.
Cerca del faro se encuentra el Fuerte de Marlborough, una singular edificación de forma heptagonal rodeada de un foso excavado en la tierra y construida por los británicos entre 1710 y 1716, del que se pueden visitar sus galerías.
Imágenes cedidas por www.portsdebalears.com
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+ infoDe ruta por los faros de Fuerteventura
Son simples construcciones que sirven de guía a los navegantes. Potentes destellos de luz que rodean la costa para orientar a los barcos e indicar la distancia que les separa de tierra. Los faros, del griegopharos, refiriéndose a la torre de señales de la Isla de Faro en Egipto, se han convertido en lugares de peregrinación desde donde el viajero tiene increíbles panorámicas 360º de todo lo que le rodea. La costa de Fuerteventura tiene cerca de 326 kilómetros de costa. Cinco faros rodean el litoral de la isla; una ruta por estos enclaves permite hacerse una idea desde las alturas del maravilloso paisaje que rodea esta isla canaria.
Faro de la Entallada, el mirador de África
Situado en la costa este de la isla, a 6 kilómetros del pueblo de Las Playitas -maravilloso enclave marinero de arena volcánica- su curiosa arquitectura lo convierte en el faro más original de la isla. Está situado en el punto geográfico de Canarias más cercano a África, a unos 100 kilómetros. Mucha atención para llegar a la cima del acantilado: la carretera es estrecha y con unas curvas muy pronunciadas. Se puede llegar en coche, pero exige extremar las precauciones. Eso sí, cuando se alcanza la cima, se contempla un maravilloso balcón abierto al océano -a 200 metros de altura- y el Monumento Natural de los Cuchillos de Vigán, campos de lava que crean una espectacular cordillera geológica. El faro, construido en 1953, tiene una torre de unos 12 metros y dos edificios laterales decorados en cal y piedra pómez roja, lo que dota al edificio de extrema personalidad.
Faro de Jandía, el más meridional de la isla
La única manera de llegar a Punta de Jandía, el extremo más meridional de Fuerteventura de paisaje volcánico y acantilados abruptos, es en coche particular -preferiblemente todoterreno- o en transporte público -un minibús 4x4 cubre la ruta de Morro Jable hasta el Puertito de la Cruz, un pueblito de 20 casas y dos restaurantes de los que se dice que se puede comer el mejor caldo de pescado de la isla -doy fe de ello-. Del pequeño núcleo de casas tradicionales se llega al Faro de Jandía, situado en la fina punta donde se termina la isla. Si se observa el mar, se puede ver las delgadas líneas que dibujan las corrientes que llegan por un lado de la costa de Barlovento y por el otro de Sotavento. Construido en 1864, el faro alberga el Centro de Interpretación del Parque Natural de Jandía.
Faro del Tostón, el mejor atardecer
Situado en Punta Ballena, a 5 kilómetros al norte del bonito pueblo pesquero de El Cotillo, se encuentra el Faro del Tostón, que entró en funcionamiento en 1897. Junto con los faros Martiño, en la Isla de Lobos, y el de Pechiguera, en Lanzarote, forman un triángulo que señala el estrecho de Bocaina, que separa Fuerteventura de Lanzarote. Consta de tres torres -una muy imponente y de colores vivos-, construidas en épocas diferentes, y alberga el Museo de la Pesca Tradicional. No exagero si digo que desde allí se contempla uno de los atardeceres más bonitos de la isla. Además, está rodeado de calitas de agua calmada y cristalina, ideal para darse un baño con la caída del sol
Faro de Morro Jable, el moderno de la isla
Lo más bonito de Morro Jable, pueblo situado al sur de Fuerteventura dominado por ingleses y alemanes, es la playa del Matorral, más de cuatro kilómetros de arena blanca que transcurre desde el casco viejo. En esta magnífica playa ideal para alquilar el deseado patín acuático -créanme, esto hace las vacaciones más completas- se encuentra el moderno Faro de Morro Jable, que entró en funcionamiento en 1996. Se trata de una torre sencilla y esbelta de hormigón armado de cerca de 60 metros. Se accede desde el pueblo o la playa por caminos bien señalizados, ya que se encuentra en un espacio natural protegido de interés científico, el Saladar de Jandía, un peculiar ecosistema costero que se inunda a menudo por la plenamar.
Faro de San Martiño, ideal para senderistas
En la isla de Lobos, maravilloso peñón situado a pocos kilómetros de la costa de Corralejo -al que se accede con una línea regular de ferries- se alza el Faro de San Martiño, de 1865. La única manera de acceder a él es caminando por uno de los dos senderos señalizados: uno bordea la costa y el otro cruza el interior de la isla. Lo ideal es ir por una vía y volver por la otra. Apta para todos los públicos, la llegada al faro -con un empinado pero corto camino final- produce una recompensa difícil de superar. Una placa recuerda a la novelista Josefina Pla, nacida en la isla. Impresionante panorámica 360º.
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Texto de Teresa Vallbona
+ infoSenderos por los más bellos paisajes de Cantabria
Cantabria es naturaleza en estado puro. En poco espacio, concentra una gran variedad paisajística, en la que se suceden las más hermosas playas, acantilados, verdes valles de exhuberante naturaleza y hasta las más majestuosas montañas, como los Picos de Europa.
Por estas rutas de belleza incomparable, descubrirás los secretos mejor guardados de Cantabria y hará las delicias de los senderistas más exigentes.
El bosque de secuoyas del Monte Cabezón
Recorrer la senda por este bosque declarado Monumento Natural es una maravilla. Podemos pensar que sólo en California se puede encontrar este tipo de vegetación que tanto impresiona. No es así. En el Monte de las Navas tenemos un tupido bosque con secuoyas, que llegan a alcanzar incluso los 36 metros de altura.
Para entrar al parque, debes llegar al límite entre Cabezón de la Sal y Udías y emprender el camino que sale desde párking que encontrarás allí.
El valle de Nansa
Aquí tienes muchos rutas entre las que escoger. Una de los más características es la Senda temática dedicada al agua, la ruta fluvial de Nansa, que enlaza diversos miradoes relacionados con la hidrologia del valle y su patrimonio natural relacionado con el agua. Se inicia en Uznayo, cerca del nacimiento del Collavín, para terminar en la Tina Menor. Son unos 14 kilómetros entre la ida y la vuelta en un recorrido que va desde la cabecera del río hasta su desembocadura.
Parque Natural de Oyambre
En el mismo espacio costero de Saja-Nanja se encuentra el Parque Natural de Oyambre, con una de las costas mejor conservadas de todo el litoral. Abarca desde Comillas hasta San Vicente de la Barquera. El espacio, incluye las rías de La Rabia y San Vicente de la Barqueda, con extensas zonas de marismas, dunas y playas, como la de Oyambre. Un bellísimo paisaje natural para recorrer con los Picos de Europa como telón de fondo.
El camino de Aliva
El perfecto trayecto para este sencillo recorrido sería partir de Fuente Dé, a los pies de los Picos de Europa, y subir con el teleférico hasta el Mirador del Cable. A partir de aquí, se baja por Horcadina de Covarrobes para llegar hasta el valle de Camaleño, con sus hermosos parajes.
El trayecto de 11,5 kilómetros se suele realizar en unas 4 horas aproximadamente.
Por el litoral cántabro
Uno de los tramos mejor conservados del litoral cántabro es la zona que parte de La Tablía, en Suances, bordeando la costa hasta Punta Ballota. Pasa por las playas del Sable de Tagle y San Telmo y por toda la costa de Ubiarco hasta la ensenada del Puerto Calderón. Se trata de un agradable recorrido de unos 10 kilómetros, accesible para toda la familia.
El Faro del Caballo
Por el monte Buciero puedes realizar una senda circular de unos 12 kilómetros, que pasa por el Faro del Caballo y densos y misteriosos encinares. El recorrido sale de Santoña, bordeando la costa por la playa Berria y el penal de El dueso.
Al final llega la recompensa, con unas magníficas vistas de los acantilados desde el Faro del Caballo.
Ruta desde el Faro de Cabo
Si no te apetece alejarte mucho de la ciudad, tienes desde Santader una bonita ruta que parte desde el faro de Cabo Mayor, al norte de la ciudad. Este faro es la sede del museo del artista cántabro Eduardo Sanz y de sus grandes cuadros hiperrealistas sobre marismas, olas y faros.
Desde aquí se coge un sendero que bordea la costa hasta Virgen del Mar en un trayecto de una hora y media aproximadamente.
Imagen de Áliva por Florentino Alonso
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+ infoPhare D’El Hank
De un lado el océano Atlántico, del otro unas preciosas vistas de la ciudad de Casablanca y todo después de hacer un poco de ejercicio subiendo sus 260 escalones. La blanca torre del Phare D’El Hank es un lugar alejado de la zona más turística que merece una visita como parte de tu viaje a la ciudad marroquí.
También conocida como Faro Casablanca, la torre se alza a 39 metros de altura y fue un trabajo del arquitecto francés Albert Laprade, se empezó a construir en 1916 y se inauguró el 1 de agosto de 1920.
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