Carcasona inspiración medieval
Situada en el centro del triángulo que conforman las ciudades de Toulouse, Montpellier y Barcelona se encuentra esta espectacular ciudad amurallada que hace las delicias de todo aquel que la visita. No en vano, en 1997 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y es uno de los principales atractivos turísticos de la región del Languedoc, y por extensión de Francia, llegando a atraer unos 4 millones de turistas al año. A continuación te desvelamos las claves que han convertido a Carcasone en un lugar a visitar.
Importante enclave estratégico
Su estratégica ubicación, en una colina sobre el valle del río Aude que le permitía la vigilancia de rutas tan importantes como la que unía la Península Ibérica con el resto de Europa, y el Atlántico con el Mediterráneo la convirtió en lugar clave durante siglos. Ya en época preromana era un importante centro de intercambio comercial, que con el tiempo sería codiciado por galos, romanos, encargados de construir la primera muralla de la ciudad antigua, visigodos, musulmanes, hasta acabar transformándose en cuartel del ejército real francés.
Recorriendo la Cité
La huella de todo ese pasado como centro estratégico se encuentra localizado en la zona alta de Carcasona, en lo que se conoce como la Cité, y en el que está emplazado el antiguo recinto amurallado. Y es en el recorrido por el interior de este espacio donde el visitante se verá totalmente transportado a otra época. La Cité se encuentra protegida por una doble muralla, la interior de época gala, romana y visigoda, y la exterior, mucho más robusta y coronada por catorce torres, edificada a partir del siglo XIII. Una vez dentro, lo mejor es perderse por sus calles y dejarse llevar por el espíritu medieval que emanan. Entre los lugares más destacados se encuentran el Castillo Condal, situado en el oeste de la ciudad, adosado a la muralla, cuyo interior se puede visitar, y la Basílica de Saint-Nazaire, de época románica. Tampoco dejéis de recorrer el antiguo puente (Pont-Vieux) que atraviesa el Canal du Midi, uniendo la Cité con la zona baja de Carcasona.
Algunos extras por el camino
Este viaje al pasado que supone pasear por las calles de la antigua Carcasona quedará perfectamente complementado con una parada gastronómica en alguno de los locales que hallarás en tu camino. Tomarse un buen vaso de vino, a poder ser de Corbieres, que es la denominación local, acompañado de confit de pato o de cassoulet (guiso de alubias típico de la zona) es el extra perfecto que redondeará tu visita a esta ciudad.
Viollet-le-Duc, el otro gran protagonista de Carcasona
Gran parte del atractivo de Carcasona versa en la figura del arquitecto, arqueólogo y escritor francés Viollet-le-Duc, y de la singular a la par que polémica “restauración” que llevó a cabo de la Cité a mediados del siglo XIX. Hay que tener en cuenta que la zona amurallada de Carcasone, tras el Tratado de los Pirineos en1659 quedó totalmente abandonada, siendo lentamente corroída por el imparable paso del tiempo. Tal era su estado de degradación que se llegó a plantear su destrucción, pero finalmente, y por petición popular, se procedió a su remodelación, y para ello se recurrió a una de las figuras más importantes en ese momento, Viollet-le-Duc.
Más que ante una restauración como la entenderíamos en la actualidad, lo que el visitante se encuentra es con una reconstrucción de la ciudad antigua a la que se le ha incorporado algún que otro retoque de carácter romántico ideado por el propio Viollet-le-Duc. En realidad hizo lo que estaba en boga en ese momento en lo que al campo de la restauración se refiere, aunque con posterioridad han sido muchos los expertos que han criticado dicha labor. Aún así, hay que reconocer que el resultado no desentona tanto, y logra sumergir al visitante en esa época que el arquitecto intentó plasmar con su interpretación del pasado medieval.
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Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Tournasol7
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Estocolmo en cinco museos
En esta ciudad nacen tendencias musicales, tecnológicas y de diseño y también se desarrollan las últimas innovaciones de alcance mundial, y los centros de arte (museos, galerías, espacios de creación, etc.) son unos buenos espacios para tomar el pulso del espíritu de la ciudad. Nos adentramos en los lugares de arte más emblemáticos de la ciudad, abarcando ámbitos bien diferenciados entre sí, como son el arte contemporáneo, la fotografía, el arte decorativo y la música.
Estocolmo posee una rica historia con maravillosa arquitectura, museos, el Palacio Real, en una larga tradición de más de mil años, y prueba de ello la tenemos en el perfectamente conservado núcleo medieval urbano de Gamla Stan. Allí bares de tendencia y restaurantes de lujo se entremezclan con cafeterías históricas y encantadores pubs locales. Es una ciudad que acoge tanto galerías modernas y centros comerciales de marcas internacionales como pequeñas boutiques y establecimientos exclusivos. Clásicos como el Museo Vasa y los recién llegados modernos como ABBA El Museo y Fotografiska. En Estocolmo hay más de un centenar de atracciones y espacios de ocio y cultura para elegir. Hemos preparado abajo una lista con cinco espacios culturales que no te puedes perder .
The Vasa Museum
El Vasa es el último barco del siglo XVII que actualmente se conserva en el mundo, y sin duda es un tesoro artístico único. Más del 95 por ciento de la nave es original, y está decorada con cientos de esculturas talladas. Con 69 metros de largo este buque de guerra se hundió en su viaje inaugural en Estocolmo, en 1628, y fue rescatado 333 años más tarde, en 1961. Durante casi medio siglo ha sido cuidadosamente restaurado hasta dejarlo en óptimas condiciones. Los tres palos que sobresalen afuera del Museo Vasa muestran la altura de los mástiles originales de la nave. Actualmente este centro es el más visitado de toda Escandinavia, con más de un millón de visitantes al año. Hay diez exposiciones diferentes en todo el barco que cuentan como era la vida a bordo. La entrada es gratuita para todos lo menores de edad.
Palacio Real
El Palacio Real, actual residencia de los Reyes de Suecia, es uno de los palacios más grandes de Europa con más de 600 habitaciones. El palacio está abierto al público y alberga nada menos que cinco museos en su interior. Su construcción se remonta al siglo XVIII, siguiendo el estilo barroco italiano, y en la misma ubicación que había ocupado "Tre Kronor" –Tres Coronas-, el castillo que se quemó en 1697, y símbolo que conforma el emblema nacional. La visita se inicia con las espléndidas salas de la recepción, las cuales cuentan con unos interiores de los siglos XVIII y XIX que te dejan sin aliento. Continúa con el Rikssalen (salón de Estado) en el que se encuentra el trono de plata de la reina Kristina. Y acaba con la Ordenssalarna (cámaras de las órdenes de caballería). También se puede ver el Museo de Gustavo III de Antigüedades, el Museo Kronor Tre y el Tesoro.
El Palacio Real también contiene la Armería, en la que se puede admirar un espléndido catálogo de trajes reales y armaduras, así como carros de coronación y magníficos caballos de la Real Estable. Mejor no perderse el desfile de los soldados y el cambio de guardia que tienen lugar todos los días.
Fotografiska
Sin duda se trata de uno de los espacios dedicados a la fotografía más grandes del mundo. Fotografiska es tan grande que es capaz de presentar cuatro exposiciones de gran formato y cerca de veinte pequeñas exposiciones al año. Aquí se presenta el trabajo de fotógrafos suecos e internacionales, tanto desconocidos como consolidados. El nuevo restaurante de Fotografiska recientemente ganó el prestigioso Premio de Oro del Dragón y está dirigido por el famoso chef Paul Svensson. El concepto de su cocina se centra en platos ecológicos estacionales. En la cafetería del piso superior se encuentra uno de los mejores miradores de Estocolmo.
Moderna Museet
En este museo podemos encontrar una de las colecciones de arte contemporáneo más importantes de Europa, que incluye obras que van de siglo XX hasta la actualidad, en la que no faltan artistas como Picasso, Dalí, Derkert y Matisse. Su programación, tanto de exposiciones temporales como de permanentes, lo sitúan en la primera línea. Moderna Museet se encuentra en la isla de Skeppsholmen, un entorno cautivador que parece sacado de un cuento de hadas. El edificio espectacular diseñado por el arquitecto español Rafael Moneo es otro de los atractivos del museo. Además cuenta con un restaurante con vistas de Djurgården y Strandvägen.
ABBA El Museo
La música, la ropa, las letras, así como unos cuantos musicales y películas de ABBA, ahora se encuentran reunidos en Estocolmo conformando una gran exposición temática permanente. ABBA El Museo, está situado en la isla de Djurgården y forma parte del Salón de la Fama de la Música Sueca. Se trata de un espacio moderno e interactivo en el que la música no deja de sonar. ABBA es el grupo sueco con más éxito internacional de toda la historia. Sus más de 378 millones de discos vendidos dan fe de ello. El Museo ABBA hace un repaso del grupo desde su fundación en 1970, el impacto que causó su single “Waterloo” en 1974, sus grandes giras internacionales, y su definitiva separación en 1983. Desde entonces ABBA ha seguido con vida a través del trabajo musical de Björn y Benny, y del musical “Mamma Mia “que hizo renacer el interés por la banda.
La atmósfera en Estocolmo es abierta, tolerante y acogedora, y se fomentan la diversidad y el espíritu innovador. Estocolmo es una ciudad para todo el mundo. ¿A qué esperas para ir? ¡Consulta nuestros precios aquí!
Texto:Isabel y Luis Comunicación
Imágenes: Visit Stockholm, Ola Ericson
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El Madrid de Almodóvar
¡Qué decir sobre Pedro Almodóvar! Con permiso de Luis Buñuel, es el director de cine español más conocido fuera de nuestras fronteras. Oscarizado y con una filmografía iconoclasta que presenta algunas obras maestras, además de un buen número de filmes interesantísimos. Como todo autor que se precie, y el manchego es uno de ellos, Almodóvar tiene una ciudad fetiche que ha aparecido repetidamente en sus películas. Nos referimos a Madrid. A finales de los sesenta partió hacia la capital desde su Calzada de Calatrava natal para hacerse un nombre en esto del cine, y con el tiempo la acabó convirtiendo en su localización favorita. De hecho, la ha retratado de muchas maneras, mostrando sus luces y sus sombras, su parte conocida y la secreta. Almodóvar ha recorrido casi todas las calles de su ciudad adoptiva para amplificar las emociones y sentimientos de sus protagonistas. Ha conseguido llenar de vida, en la ficción, a edificios, calles, locales comerciales, aeropuertos, paradas de tren, y un largo etcétera de emplazamientos.
El director de Volver ha convertido la ciudad en un plató de cine, sacando partido a localizaciones reales y reconocibles para el público, convirtiendo algunos lugares en centros de peregrinaje obligados para los fans de su cine. Visitar esos enclaves significa acercarse al mundo arquitectónico y pasional de Almodóvar, pero también compone una guía turística alternativa de Madrid. A continuación, repasamos algunos de losspotsmás emblemáticos de esta ruta que puedes completar viendo las películas del creador de Mujeres al borde de un ataque de nervios y apuntando nuevos sitios en tu libreta de viaje almodovariana.
Museo Chicote y La Bobia
Dos bares de copas vistos en el cine de Almodóvar. El Museo Chicote es una coctelería chic situada en la emblemática Gran Vía madrileña con un montón de historia a sus espaldas: está abierta desde 1930 y por ella han pasado un buen número de estrellas actuales y, claro está, también del Hollywood clásico. Su interior se puede ver en una de las secuencias centrales, protagonizada por Blanca Portillo, de Los abrazos rotos. La Bobia es otro lugar de encuentro legendario de Madrid. Está cercano al Rastro, y en su momento fue uno de los epicentros de La Movida. Precisamente en esos años locos, Almodóvar decidió situar el inicio de la historia de Laberinto de pasiones en La Bobia, con Imanol Arias y Cecilia Roth al frente.
Cuartel del Conde Duque
Parada obligada para ver el lugar donde se llevó a cabo una de las escenas más famosas de la filmografía del cineasta manchego: la ducha nocturna con agua y manguera de Carmen Maura en una de sus obras maestras, La ley del deseo. La escena se rodó en la puerta del Cuartel del Conde Duque, uno de los palacios más antiguos (fue construido en 1717) y grandes de Madrid, con un fondo de documentos culturales e históricos riquísimo. Es más, una vez te hayas hecho la foto de rigor para recordar el plano de Almodóvar, puedes entrar a visitarlo, ya que ahora se ha convertido en un centro cultural que presenta diversas exposiciones itinerantes durante todo el año.
Los bloques de piso de la M-30
Pedro Almodóvar no solo ha retratado la zona centro y más conocida de Madrid, sino que también ha puesto su mirada en los suburbios. Lo hizo en una de sus mejores películas, la icónica ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, en la que una sufrida Carmen Maura las pasaba canutas. Su personaje vivía en los bloques de pisos de la carretera M-30, una zona residencial y obrera que se encuentra en el distrito de Moratalaz.
El viaducto de Segovia
Una de las localizaciones naturales más utilizadas por Almodóvar. Tanto al inicio de su carrera, como actualmente. Y es que aparece en Matador, y también en la reciente Los amantes pasajeros. En esta última podíamos ver a Paz Vega en una graciosa escena. El viaducto de Segovia se encuentra en la calle Bailén, cercano al Palacio Real, y es uno de los puentes más conocidos de la ciudad.
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Texto de Xavi Sánchez para Los Viajes de ISABELYLUIS
+ info20 motivos para visitar Granada (gastronómicos y más)
Por Laura Conde de Gastronomistas
Si empiezas a pensar en motivos para hacer una escapada a Granada te salen así, sin pensar demasiado, unos 10.000 en un momento. Y es que la ciudad andaluza es un lugar felizmente anclado en el tiempo, al que la modernidad ha llegado, sí, pero lo ha hecho a su manera, un enclave bellísimo en cuyas calles empedradas podemos leer su historia mientras damos cuenta de una caña bien fría y unas tapas.
Porque Granada, sí, tiene eso que damos en llamar duende; tiene un barrio, el Albaicín, que se encuentra entre los rincones más bellos del mundo; tiene la Alhambra, tapas kilométricas, unos habitantes majísimos y un encanto incontestable difícil de describir.
Para ello, para tratar de poner en palabras ese 'charm' que tiene la ciudad y que no encontramos en ningún otro lugar del mundo, podríamos escoger una frase de los célebres Cuentos de la Alhambra, de Washington Irving, un inglés que cayó rendido a la ciudad nada más poner un pie en ella. Pero en su lugar vamos a ponernos posmodernos y escoger una frase que escuchamos a alguien durante nuestro viaje y que, de momento, es la que mejor define a nuestro parecer la esencia de una ciudad que provoca flechazos: “Granada es el lugar perfecto para escaparte con tu amante”. Y sí, lo es. Pero incluso si somos monógamos convencidos, o si lo nuestro no son las relaciones furtivas, hay mil motivos para visitarla. Aquí van los primeros veinte.
MONUMENTALES
1- La Alhambra. Qué decir de este auténtico desafío a las insensibilidades más galopantes. La Alhambra es la belleza, así, en estado puro, sin aditivos, ante nuestras narices. Es la historia, más reciente de lo que creemos, de una España que aún tiene mucho de aquella España, es un paseo por nuestras raíces tan necesario en momentos históricos en que los árboles no nos dejan ver el bosque. Como poco se puede decir sobre la Alhambra, nos permitimos humildemente dar un par de consejos al visitante deseoso de perderse entre esos hermosos mosaicos repletos de historias que parecen recién salidas de Las mil y una noches: A) conviene contratar un guía en la medida de lo posible, pues que alguien nos narre la vida en la Alhambra, y por ende en Granada, a través de los siglos, no tiene precio. B) No os citéis con vuestro guía a la mañana siguiente de haber cerrado aproximadamente un 90% de los bares de Granada, y mucho menos a una temperatura de 35 grados a la sombra. La cosa, creednos, puede no acabar nada bien.
Alhambra. Calle Real de la Alhambra, s/n.
2- El Mirador de San Nicolás. Visita obligada es este concurrido mirador que cada tarde reúne a decenas de visitantes deseosos de ver (y de fotografiar) cómo cae el sol sobre la Alhambra, un auténtico espectáculo de luz y color de una belleza incomparable.
Mirador de San Nicolás. San Nicolás, s/n.
3-El Albaicín. El antiguo barrio judío, en el que se encuentra el Mirador, sigue siendo un laberinto ondulado de callejuelas empedradas con pequeñas tabernas ocultas, tablaos flamencos, tiendas, restaurantes... Al Albaicín sólo se puede ir de una manera: a perderse. Y sin reloj.
GASTRONÓMICOS
4- El remojón. Esta ensalada de naranjas y bacalao es uno de los platos estrella de la zona, que nos hará reconciliarnos con las naranjas locales y se convertirá, si no somos muy amantes del gazpacho, en el entrante perfecto para el viaje, ideal cuando el termómetro hace de las suyas. El de la foto lo comimos en un lugar de ensueño llamado Mirador de Morayma, un restaurante con bonitas vistas a la Alhambra muy frecuentado por turistas, por tanto poco apto para todos aquellos viajeros intrépidos que buscan por encima de todo autenticidad.
Mirador de Morayma.Pianista García Carrillo, 2.
5- Damasqueros. Uno de nuestros restaurantes favoritos de la ciudad se encuentra en la calle con el mismo nombre. Aquí hallamos una cocina creativa de raíces andaluzas firmada por la chef Lola Marín, que podemos degustar únicamente en forma de menú degustación a 39 € (en Damasqueros no hay carta) y que nos demuestra que la ciudad es, por suerte, mucho más que tapeo y finos.
Damasqueros. Damasqueros, 3.
6-Estrellas de San Nicolás. Fue la casa de Enrique Morente y ahora es uno de los restaurantes más populares de la ciudad, especialmente entre los visitantes. El motivo, un espacio encantador con una bella terracita desde la que podemos contemplar el atardecer sobre la Alhambra, y una carta en la que hallamos desde gazpachos a fondues, pues la cocina andaluza tradicional convive con especialidades internacionales. Si reservamos mesa en su terraza, pese a que el comedor acristalado es un derroche de 'charm' y buen gusto, disfrutaremos de su espectáculo a ritmo de guitarra andaluza, en vivo.
Estrellas de San Nicolás. Atarazana Vieja, 1.
7- Las tapas. Sí, en Granada te pides una cañita a las 12 de la mañana para hacer un alto en el camino e intentar mitigar el síndrome de Stendhal, y sí, te ponen una cosa que ellos y tu madre consideran tapa pero que para ti es un plato principal en toda regla (lease un plato de paella o un guiso de cordero con patatas fritas). Y sí, te va a costar 2 €, con lo que si eres de saque moderado ya habrás comido, y si eres de buen comer necesitarás apenas tres rondas.
8- La calle Navas y alrededores. Especialmente la calle Navas, pero también las calles aledañas son los centros del tapeo por excelencia. Lo dicho, un ambientazo a todas horas, grupos de gente de todas las edades, cañitas, vinos y tapas (según ellos y tu madre), el lugar ideal para socializar, hacer nuevos amigos y, quién sabe, quedar para quemar la noche en ese lugar quasi-místico del que todo el mundo habla y que, si te vanaglorias de ser intrépido, vas a tener que visitar aunque sea lo último que hagas: hablamos del archiconocido Maué (quedaos con este nombre, pronto daremos más datos), en boca de todos. 'Tenéis que ir al Maeué', '¿Todavía no conocéis el Maué?'. Un lugar que comentaremos más tarde porque, claro, no sabían con quién estaban hablando, cómo no pasarse por el... ¿Maué?
9- Las despedidas de soltero/a. Enlazando con el punto anterior, ¿cómo no visitar en Maué si una de las personas que te lo ha recomendado es un tipo de 90 kilos y barba disfrazado de conejita de Playboy? ¿O un grupo de amigas de la facultad vestidas de enfermeras? Granada es el paraíso de las despedidas de soltero, una ciudad que cada fin de semana acoge multitud de grupos que celebran el fin de la soltería. Y que el sábado y el domingo se dedican a pasear por la calle Navas, beber, tapear, confraternizar y, claro, mostrar su desprecio sin límites hacia tu persona porque todavía no conoces el Maué. Sólo sentarse en una terraza de la calle y, simplemente, ver el espectáculo de despedidas de soltero, divertidísimo, ya merecería una visita a Granada.
10- Castañeda. Ya en la zona de la calle Elvira y alrededores, otro epicentro de tapeo y 'shopping' repleto de tiendecillas de objetos árabes principalmente, encontramos este local siempre concurrido, bullicioso, estridente, con sus jamones y chorizos colgados del techo, su toro en la pared y unas tapas increíbles.
Castañeda. Almireceros, 1-3.
11- Cannelle. Si buscamos un desayuno saludable y completo, con pasteles caseros, packs especiales, revistas y libros, un lugar absolutamente kids friendly, ese es Cannelle, una cafetería que bien podría estar en Londres o París, repleta de mensajes que apelan a la felicidad y el buen rollo.
Cannelle. Acera del Darro, 44.
NOCTÁMBULOS
12- Ganivet. La noche granadina tiene en este céntrico local, ubicado bajo unos arcos, un bastión indestructible con sus dos consabidad salas: la de los hits de música comercial y la de arriba, con sus éxitos del pop en español. Está siempre a rebosar, el ambiente es sano y agradable, las copas buenas y el público ronda la treintena.
Ganivet. Ángel Ganivet, 13.
13- Bambino. Flamenqueo comercial en un local donde la media de edad baja notablemente con respecto a Ganivet, uno de esos lugares deliciosamente impredecibles, muy curioso, que en ocasiones está a reventar y en otras parece un velatorio. ¿Pero cómo ir a Granada y no bailotear algún hit de Navajita Plateá en una disco?
Bambino. Arabial, 45.
14- Mondrian. Si tenemos ganas de ponernos rockeros tenemos que pasarnos por este bar que encontramos ascendiendo por una bella callejuela estrecha y empedrada donde, a diferencia de locales como Ganivet, podemos encontrar sin problemas gente despeinada, con la camisa arrugada y con zapatillas deportivas. De hecho, en Mondrian tendremos en todo momento la sensación de que va a aparecer un tipo por la puerta vestido de negro con chupa de cuero y botas, va a apostarse en la barra, pedirse una Voll-Damm y girarse hacia nosotros con cara de atormentado, momento en que vamos a darnos cuenta de que es Miguel Ríos. Sus mojitos son riquísimos.
Mondrian. Santa Inés, 4.
15- Mae West. Discotecaza en toda regla, abierta hasta las 6 de la mañana, que suele acoger, a partir de las 3 h, a toda la fauna noctámbula de Granada, que abandona el resto de locales para dar con sus huesitos en este templo de la música comercial, el copeo y el desfase. Un lugar curioso, que aglutina a gente de prácticamente todas las edades y en el que se reúnen a altas horas de la madrugada y tras una jornada indudablemente intensa las diferentes despedidas de soltero y soltera que han ido iluminando la ciudad con su cachondeo. La juerga al más alto nivel está servida. Sí, habéis acertado: estamos, al fin, frente a frente con el celebérrimo Maué, una leyenda en Granada.
Mae West. Centro Comercial Neptuno. Arabial, s/n.
16- Aliatar. Gran discoteca de ambiente más maduro y música disco, que dispone de una barra de gin-tonics que hará las delicias de los más sibaritas, un lugar por el que pasarnos a cualquier hora para que nos preparen un copazo de excepción (los cócteles están elaborados con manos muy sabias) o para plantar bolso y chaqueta sobre el gran piano que encontramos en el centro de la pista y lanzarnos a bailar 'Lady Marmalade'. Un clásico.
Aliatar. Recogidas, 2.
17- Tablao flamenco Albayzin. No tiene por qué ser necesariamente este el 'tablao' que elijamos, pues la cosa está en perderse por el Albaicín y guiarnos por las sensaciones, escoger uno prácticamente al azar y dejarnos emocionar con el flamenco que sólo se escucha aquí. Conviene preguntar en el hotel en que nos alojemos, pues a menudo organizan packs que incluyen desplazamiento hasta el 'tablao', cena y espectáculo, lo que nos permitirá acceder al conjunto por un precio mucho más ajustado.
Tablao Flamenco Albayzin. Carretera de Murcia s/n.
Y MÁS...
18- La lonja. Nos escapamos de la gastronomía, pero es imposible no recomendar acercarse a esta curiosa tienda, entre destartalada y 'cool', que ofrece todo tipo de objetos vintage seleccionados con un gusto excelente, desde mobiliario a complementos.
La lonja. Buensuceso, 31.
19- La simpatía de la gente. Sí, no es un tópico para nada. Ellos son el no va más en simpatía.
20- ¿Tu amante? Si lo tienes, es un gran motivo para visitar Granada. Si no, siempre puedes dedicarte, como hicimos nosotros, a cerrar todos los bares de la ciudad. Cuando hayan pasado tres días no tendrás ni idea de dónde está el ayuntamiento pero probablemente todos los porteros de los pubs te llamarán por tu nombre. ¿O acaso creías que lo de la resaca y posterior (y aparatoso) desmayo en pleno paseo matutino por la Alhambra era una licencia periodística?
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