Costumbres y tradiciones
Palermo es un museo al aire libre; por sus calles se entremezclan los estilos arquitectónicos como si de un libro de historia se tratase. Este gran legado artístico es el testimonio visible de la influencias de las distintas culturas que han vivido en ella.
Quattro Canti es el epicentro del casco histórico de Palermo, una plaza octogonal en el cruce de dos importantes vías: Vittorio Emanuele y via Maqueda. Formada por cuatro fachadas iguales que la rodean y adornadas con esculturas barrocas. La plaza del siglo XVII también recibe el nombre de Il Teatro del sole ya que se van iluminando por turnos durante el paso del día. Las cuatro fuentes de la plaza apuntaban hacia los cuatro barrios históricos: al sudeste Kalsa, Amalfitania al nordeste, Sincaldi al noroeste y Albergheria al sudoeste.
La Piazza Pretoria, rodeada de imponentes edificios, con su Fontana della Vergogna (Fuente de la Vergüenza) por el pudor que causaba la desnudez de las estatuas representadas. Ocupa el centro de la plaza y es, probablemente, la más curiosa de toda la ciudad.
Deambular por sus caóticas calles aunque, precisamente en este ajetreo reside la belleza de la ciudad que tanto encandila. El barrio del Capo es un buen ejemplo de ello. Es una de las zonas más antiguas de Palermo, que constituye un auténtico laberínto de piedras e iglesias semidestruidas, aunque lamentablemente un poco abandonadas. Una zona tranquila en el centro y alejada del caótico y ruidoso tráfico.
Algunos aspectos a tener en cuenta de Palermo
En la Antica Focacceria S Francesco (Via Panfilo Castaldi, 37), un establecimiento del 1834, puedes saborear la rica gastronomía palermitana, como su especialidad "panino de meusa" -un bocadillo con el bazo, pulmón e higado cocidos del bezerro- o los "arancini" -emblema de la gastronomía siciliana-. Se dice que es el primer local de la ciudad que se negó a pagar el "pizzo", el impuesto que los negocios tienen que dar a la mafia.
Otro buen lugar para descubrir la gastronomía local es el mercado de la Vuccira, en el comprar productos frescos y también comer los típicos productos de freiduría como croquetas, verduras fritas, el frito de pescado o en los tenderetes que ofrecen los habituales panini.
La Opera de los Pupi o marionetas de varillas y tres hilos sicilianas, que representan luchas caballerescas, es una de las tradiciones sicilianas. Para conocer sobre el teatro de marionetas de Sicilia acércate al taller-teatro Cuticchio, que ha sido todo un estilo de vida durante generaciones para esta familia, en la Via Bara all'Olivera, en el que admirar la colección que desde principios del siglo XIX y hasta nuestros días, muestra los instrumentos musicales, títeres y maquinaria escéncia. Un lugar lleno de mágia!O visita el Museo de Antonio Pasqualino con la colección de 4000 marionetas de todo el mundo.
Hablando de costumbres, podrás observar como la gran mayoría de sicilianos toman el café -que siempre se acompaña de un baso de agua- en la barra. Y es que, servido en mesa, el precio puede aumentar hasta un 50%.
Y por último, una curiosidad que descubrimos en el premiado documental "Metal: A Headbanger's Journey". El típico gesto de los cuernos, llamado "malocchio”, que hacen los heavys en los conciertos lo introdujo Ronnie James de DIO. En el documental explica que es un gesto superticioso que veia hacer a su abuela siciliana por la calle, con el fin de evitar el mal de ojo.
Un sitio que merece la pena descubrir! Consulta nuestros vuelos aquí.
+ infoEn Malinas la cerveza tiene esencia de mujer
Que la cerveza es uno de los must de Bélgica no hay ninguna duda y en Malinas, una ciudad situada a poco más de 20 kilómetros de Bruselas, lo tienen muy claro. En esta localidad flamenca, además, se han hartado de que esta bebida sea considerada patrimonio masculino y por este motivo han lanzado la guía Cerveza en manos de las mujeres que hace hincapié en el poder que tienen -y han tenido- las féminas a lo largo de la historia en la elaboración de este elixir.
En este proyecto malinés no solo se proponen recorridos por la ciudad en los que se puede tomar contacto con sitios históricos o visitar cervecerías artesanales, sino que se hacen sugerencias para degustar lasmejores cervezas locales combinadas con los platos de la gastronomía del lugar.Son buenos ejemplos las bapas (tapas combinadas con cerveza) o el food pairing (combinaciones creativas de cervezas y platos locales). Todas las opciones tienen un objetivo: desterrar el mito de que las cerveza no es una bebida para mujeres y eliminar la creencia de que éstas prefieren el vino (y si es blanco mejor) o las cervezas ligeras o afrutadas.
Otra de las opciones de esta guía es un paseo en bicicleta desde la fábrica de cervezas Het Anker, la más antigua de Flandes, que fue regentada en sus orígenes por beguinas, religiosas que vivieron en algunas ciudades flamencas como Malinas o Lovaina. Aquí se elabora la Golden Carolus, llamada así en honor del rey Carlos I de España que se crió en esta ciudad, o la Lucifer, que encabeza los rankings de mejores cervezas del mundo.
Asimismo otra actividad que os proponemos es hacer un aperitivo en la torre de San Rumoldo, uno de los puntos turísticos más interesantes de Malinas. Después de subir los más de 500 escalones que llevan a lo alto de este lugar es muy apetecible tomarse una cerveza mientras se disfruta de las vistas que la ciudad. En la torre de San Rumoldo, de casi 100 metros de altura, se encuentran sus dos famosos carillones con 49 campanas. Merece la pena recordar que Malinas es conocido por la escuela de carillón y que muchos concertistas de todo el mundo han aprendido aquí los secretos de este oficio.
La guía también recomienda hacer un paseo histórico multicultural con degustaciones incluidas. Este itinerario recorre la plaza central de la ciudad (Grote Markt) donde se erige uno de sus tres ayuntamientos y la curiosa estatua del Opsinjoor, que representa a un hombre manteado y que se considera la mascota de Malinas. También se visita el Palacio de Margarita de Austria, tía de Carlos I y gobernadora de los Países Bajos en el siglo XVI; la iglesia de San Pedro y San Pablo, un antiguo templo jesuita; la iglesia de Nuestra Señora de Dijle, que cuenta con obras de Rubens; y el palacio de Margarita de York que fue, originalmente, la residencia del obispo de Kamerrijk cuando se encontraba en Malinas.
Una última recomendación sobre Malinas es la Kazerne Dossin, una antigua caserna reconvertida en un museo y centro de documentación sobre el Holocausto y los derechos humanos. Entre los años 1942 y 1944 este lugar fue usado por los nazis como campo de tránsito por el que pasaron más de 25.000 judíos y gitanos belgas antes de ser deportados a Auschwitz-Birkenau.
Malinas es una ciudad ideal para ser descubierta durante una escapada a Bruselas ya que se puede acceder a ella en tren. Consulta nuestros vuelos a la capital de Bélgica aquí.
Texto de María Jesús Tomé
Imágenes de Turismo de Malinas
Tel Aviv La meca de la Bauhaus
La escuela de la Bauhaus es para Tel Aviv lo que el art déco es para Miami o el modernismo para Barcelona, una seña de identidad inconfundible que es orgullo de sus habitantes y que encontramos en más de 1.000 edificios a lo largo y ancho de los 50 kilómetros cuadrados que conforman la ciudad.
La llegada de la Bauhaus a Tel Aviv
La relación entre Tel Aviv y la escuela Bauhaus se remonta a los años 30 del siglo XX cuando, con el ascenso del partido nazi, muchos arquitectos judíos dejaron su país para encontrar una mejor suerte. Por aquel entonces, la futura metrópolis era una ciudad joven, con ganas de expansión y múltiples posibilidades. La llamada Ciudad Blanca, que es como se conoce al área de la ciudad donde se encuentran estos edificios, se construyó desde principios del decenio de 1930 hasta 1948, con arreglo al trazado diseñado por Sir Patrick Geddes, basado en los principios del urbanismo orgánico moderno. Nombres de la talla de Walter Gropius, fundador de la escuela Bauhaus de Weimar, Arieh Sharon, Shlomo Bernstein o Shmuel Mestechkin llegaron y moldearon un elaborado y novedoso plan urbanístico que permitió adaptar las directrices de este estilo a la aridez del entorno y al contexto mediterráneo del lugar. De este modo, el aire fresco y ligero de esta arquitectura entroncó a la perfección con las ansias de renovación y la creación del que, a partir de 1948, sería el nuevo estado de Israel.
La conservación: un nuevo reto
Las construcciones se hicieron en colores claros, generalmente en blanco, dejando los pilares al aire libre para que el viento pasase por la parte inferior de los edificios y las ventanas se hicieron traqueteadas para contener el paso del calor. Además, la arquitectura de la Bauhaus de Tel Aviv se caracteriza por sus líneas rectas, la simetría y un estilo minimalista que todavía hoy en día sigue sorprendiendo por su carácter y simplicidad. Y es que, estos arquitectos, en un contexto cultural nuevo, realizaron un conjunto excepcional de edificios muy representativo del movimiento arquitectónico moderno.
No obstante, pese al altísimo número de ejemplos que hay repartidos por la ciudad, su estado de conservación es bastante precario. De hecho, se llegaron a construir más de 4.000 edificios, si bien muchos de ellos no han sobrevivido. Por ello, en los últimos años se están haciendo grandes esfuerzos para recuperar el aspecto original de las más de 1.000 construcciones todavía existentes. Se trata de un trabajo lento y laborioso, ya que la mayoría de ellos son de propiedad privada y no se han intervenido desde que se terminaron 70 u 80 años atrás.
Los mejores edificios de la ciudad
Dado el gran número de edificios que hay, lo más interesante antes de enfrascarse en la búsqueda de construcciones por la ciudad es trazar un plan. Algunos de los ejemplos más destacados están en las calles Rothschild, Bialik y Dizengoff, aunque lo más recomendable es ir al Bauhaus Center para que os informen. Allí encontraréis libros y mapas especializados y, además, podréis obtener información sobre el tour gratuito que organiza el ayuntamiento los sábados y que se llama Tel Aviv-Bauhaus Walking Tour.
Para completar vuestra visita, en Bialik Street podéis visitar el Museo Bauhaus, que será una útil ayuda para que entendáis mejor el impacto que la Bauhaus de Tel Aviv ha tenido en el resto del mundo.
Texto de Aleix Palau para Los Viajes de ISABELYLUIS
+ infoSantander estrena centro de arte
Santander está de estreno. Es uno de esos estrenos que se ha hecho derogar en el tiempo, pues el proyecto que encargase en 2012 el fallecido Emilio Botín ha ido muy lentamente tomando forma y transformando la vista de la bahía de Santander, hasta su inauguración el pasado 23 de junio. Dicen que lo bueno se hace esperar, así que puede que esa sea la clave del secreto del Centro Botín que desembarca en la capital cántabra para llenar de cultura y aires nuevos a esta bella ciudad del norte de España.
Un edificio de autor
Lo primero que inevitablemente llama la atención de este nuevo espacio cultural es el edificio encargado de contenerlo, pues se ha optado por un proyecto arquitectónico de esos que no pasa desapercibido para nadie, con opiniones a favor y en contra, como en todo aquello en lo que se atisba cierto riesgo. Obra de Renzo Piano, ganador de un Premio Pritzker, y un auténtico enamorado de Santander, elaborada junto al estudio del español Luis Vidal, ha logrado darle un toque de modernidad a la ciudad en uno de sus espacios más emblemáticos, la bahía. El edificio se compone de dos grandes volúmenes unidos por una estructura de espacios y pasarelas a modo de distribuidor principal. El del oeste funciona como una gran sala de exposiciones de 2.500 m², en cuyos bajos hay una zona comercial y de restauración. El módulo situado al este, de un tamaño inferior, será el dedicado a las actividades educativas, y en el que sobresale su gran terraza con unas excelentes vistas a la bahía de Santander. Sostenidos por pilares que lo hacen aparentemente flotar en el aire, destacan sus grandes cristaleras, que ofrecen unas vista privilegiadas de la costa y la ciudad, y el recubrimiento exterior, realizado con piezas de porcelana blanca.
Pero no todo el protagonismo se lo debemos dar en exclusiva a este fabuloso edificio ubicado a modo de bisagra entre el centro de la ciudad y el puerto. Su construcción ha venido acompañada por la rehabilitación y ampliación de los Jardines de Pereda -han pasado a ocupar de 2 a 4 hectáreas- situados en los alrededores del Centro Botín. El paisajista Fernando Caruncho y la artista Cristina Iglesias se han encargado de convertir la llegada hasta este nuevo espacio cultural en toda una experiencia para los sentidos.
Un nuevo espacio expositivo en la ciudad
El Centro Botín ha empezado dando sus primeros pasos con dos exposiciones contrapuestas, una de corte más clásico, dedicada al primer gran maestro de la pintura moderna, Goya, y en la que sus dibujos toman todo el protagonismo; y otra, de corte más actual, dedicada a Carsten Höller, la primera monográfica realizada a este artista belga hasta el momento en España. En paralelo hay programadas actividades de todo tipo, desde talleres, pasando por proyecciones cinematográficas, conciertos, etcétera.
Por delante, un largo camino por recorrer. Sobre este nuevo proyecto pesa al interrogante de si se producirá un “efecto Guggenheim” que logre dar un aliciente más al viajero en su visita a Santander y dar un empujón extra al turismo y a la ciudad. De momento ha conseguido ser la comidilla del verano y el espacio que inevitablemente los locales y los veraneantes de la zona irán a visitar.
Anímate a hacer una escapada a Santander para conocer su nuevo centro de arte, reserva tu Vueling aquí.
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
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