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Ocho consejos para la Engadin Ski Marathon, la carrera favorita de Sir Norman Foster

¿Qué relación tienen un arquitecto, el esquí de fondo, Suiza y la búsqueda de la eficiencia y la sostenibilidad? Os explico cómo llegué a la Engadin Ski Marathon tras ver el documental “How much does your building weight, Mr. Foster”. Este film estrenado en 2010 explica cómo el reputado arquitecto británico Norman Foster había evolucionado su obra hacia edificios sostenibles y más eficientes. El documental arranca con imágenes épicas de la Engadin Ski Marathon y por corte sorprende a un atlético Norman Foster practicando esquí de fondo para fundir suavemente a negro y mostrarlo calmado y pensativo asomado al balcón de una de sus obras: Chesa Futura que corona San Moritz. En su inicio en 1969 fueron poco más de 900 personas las que tomaron la salida, este año, 47 ediciones después fui uno de los cerca de 14.000 participantes. La experiencia fue increíble y si os animáis os doy algunos consejos que os pueden ayudar a visualizar la carrera. Por cierto, que la distancia entre Zúrich y San Moritz es tan solo de 203 km.

1. Diferenciar clásico vs. patinador. Es importante que conozcas que el esquí de fondo tiene dos modalidades. El estilo clásico donde esquías en una huella previamente marcada y el patinador donde esquías fuera de la huella. El material y la técnica son diferentes. Si bien en el patinador o estilo libre deslizas todo el esquí con bastones más largos, en el clásico el impulso viene de la adherencia de la parte media del esquí (con escamas o cera). Hay pruebas en las que sólo se puede patinar con estilo clásico. La Engadin permite ambos estilos yendo los de patinador por la izquierda y los de clásico por la derecha.

2. Prepárate técnicamente para adaptarte al terreno. El circuito se disfruta mucho porque gran parte es falso llano y las subidas aunque sean duras y técnicas también son cortas. Únicamente hay un par de bajadas en el bosque que se complican por la cantidad de gente. En general es una prueba accesible pero hay que tener un nivel medio para disfrutarla.

3. No es un circuito sino una carrera en línea y el transporte público funciona. No es necesario que te quedes en San Moritz ni tampoco ir en coche. El transporte público atraviesa todo el valle y funciona bien. Por tanto, puedes encontrar alojamiento y moverte por todos los pueblos que atraviesa la prueba.

4. Aprovecha para probar todo tipo de esquís.Estás en los Alpes y aquí es fácil probarlo todo. Tampoco hace falta que esquíes exclusivamente en San Moritz ya que hay estaciones de camino desde Zúrich, como Lenzerheide -donde estuvimos nosotros-. Éstas son más accesibles y menos saturadas y en ellas podrás probar el deporte de esquí en pista y fuera de ella.

5. Revisa y adáptate bien al tiempo que va a hacer durante el día de la prueba. Si sale el sol como fue el caso de este año, con una capa y como mucho un chaleco encima te será suficiente. Hidratarse bien y usar protección solar son un must.  

6. Muévete hacia el circuito con lo mínimo. El día de la carrera te darán una bolsa para dejar en la salida según tu tiempo de dorsal. Ve con las botas de esquí puestas, los esquís sin la funda, simplemente atados con velcro y minimiza el material que llevas.

7. Avituallamientos calientes. Vas a encontrar puestos durante todo el trayecto, pero te recomendaría llevar tu propio bidón en una riñonera típica de esquí de fondo. La prueba estuvo patrocinada por ISOSTAR y ¡atención! La bebida la dan caliente como si fuera té.

8. El after raceya está inventado y se llama Après Ski. Sabéis por mi anterior post sobre el Ironman de Lanzarote que soy mucho de preparar lo que harás después de competir. En San Moritz diría que no te hace falta organizar mucho. O bien os quedáis a la fiesta que hacen en Zuoz o sino subís directamente a San Moritz para comer al sol en una terraza y tomar una copa escuchando música después. No hablo de fiesta de “club” sino de relajarse.

Tras estos días en Suiza me he dado cuenta que allí les encanta el deporte y si lo tuyo no es esquiar no te preocupes porque se me ocurren todos estos planes para tener una buena excusa para venir.

- 19 de Abril: Zúrich Marathon con opción de correr el maratón entero o en equipo.
- 9 de Mayo: Sola Race donde equipos mixtos de 2 mujeres mínimo y mínimo 8 personas recorren una distancia de 116 km en tandas de 14 relevos.
- 19 de Julio: Ironman Zúrich Natación en el lago Zúrich, y un circuito precioso hacen de esta prueba una de las que más rápido se agota.
- 19 de Agosto: Swimming Across the Lake Es una Carrera de 1.500 m, desde Mythenquai hasta Tiefenbrunnen. La fecha es variable dependiendo del tiempo.
- 26-27 Septiembre: Freestyle.ch Rampas artificiales de nieve con freestylers de BMX, Ski, Moto acrobática y Snowboard.

Como no sólo de deporte vive el hombre y no soy mucho de ver monumentos os recomendaría pasear por la zona del centro y probar una de las dos opciones de “plan cena + copa”. O bien el vegetariano más antiguo del mundo (1898): HILTL; o el Widder Bar que también es hotel. Abren como restaurante y club. Son buenas opciones menos turísticas que visitar la estación de tren, que si bien es preciosa, pocos suizos verás paseando por ella.

Os avanzamos que lapróxima edición será el próximo 13 de marzo 2016 ¿Te apuntas a descubrir el deporte a lo suizo? Reserva ya tu vuelo aquí.

Texto de Raúl Casañas

Imágenes de Pello Osoro, Andy Mettler, Nigel Young / Foster + Partners

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El paraíso en la selva de Europa

Situada en el corazón de Europa, junto al valle del Rin, esta frondosa zona alemana de grandes bosques de pino y abetos (que le dan el característico color oscuro al paisaje), valles verdes, lagos, cascadas y preciosos pueblos es uno de los lugares más bonitos de Europa. Actualmente la Selva Negra es  muy popular para practicar turismo rural, ya que cuenta con infinitas posibilidades tanto para ir en invierno como para hacerlo en los meses de temperaturas más templadas. Es aconsejable alquilar un coche para moverse por todo el bosque. Sin duda, preparar un trayecto y seguirlo en función de los gustos personales, es la mejor opción. Y dejarse llevar por el capricho de visitar un punto elevado desde donde poder admirar el precioso paisaje.

El norte (Nordschwarzwald)

Entre otras cosas, en esta zona es donde nace el Danubio (Donaueschingen), el río más largo de toda Europa. Baden-Baden es una ciudad de balnearios, una magnífica estación termal, con un impresionante y lujoso ambiente de mediados del siglo XIX. Además de balnearios, tiene casinos y espacios donde se celebran congresos y reuniones internacionales. Más al norte está Alpirsbach, situada en la parte alta del valle del Kinzig. Conocida por su vieja fábrica de cerveza, destaca por su abadía benedictina, el edificio románico más antiguo e importante de la Selva Negra. A unos 20 Km al norte se encuentra la ciudad de Freundenstadt, ciudad situada en una alta planicie en la parte este. En esta localidad balneario, con un casco antiguo hermosísimo, bien merece la pena un paseo por la plaza del mercado, una de las más grandes de la comarca, rodeada de casas con grandes arcos, una iglesia y una antigua fuente en medio. Muy cerca se encuentra Oberkirch, con un casco antiguo que todavía conserva algunos edificios históricos, iglesias barrocas, así como fragmentos de las antiguas murallas. En lo alto de una colina, también se encuentran las ruinas del Castillo de Schauenburg.

La zona media (Mittlerer Schwarzwald)

De la zona media de la selva negra destaca Gengenbach, también en el valle de Kinzig. Se trata de una ciudad construida prácticamente de madera, con calles estrechas, casas bellamente restauradas y un acogedor centro de la ciudad medieval. Son numerosos los ríos que pasan por este territorio, destacando los ríos Schutter, Acher, Rench y Kinzig, por lo que se pueden practicar todo tipo de deportes acuáticos. La ciudad de Offenburg, que limita con la ciudad francesa de Estrasburgo, cuenta con numerosos atractivos como la posada Salmen, el Monasterio de los Capuchinos, La Ritterhaus, una casa señorial de 1784 que actualmente alberga los archivos municipales y un museo, los baños judíos (Mikwe), que supuestamente datan de la época medieval, y el antiguo Palacio Real (Königshof) construido por Michael Ludwig Rohrer.

El gran sur

Es, sin duda la zona más frondosa, donde abundan más los abetos los cuales crean una inmensa espesura al entorno. En invierno es una zona ideal para practicar paseos en trineo en la población de Schluchsee, por ejemplo. Los pueblos cubiertos de nieve, como Hinterzarten en el sur se la Selva Negra, situado a poco más de 900 metros de altura no pueden escapar al objetivo de nuestras cámaras cuando cae la noche. Aquí también hay multitud de senderos, que sirven para practicar el esquí de fondo. Además el pueblo ofrece gran variedad de oferta para los amantes de los deportes de invierno. Freiburg es una impresionante ciudad gótica. No dejes de pasear por sus callejuelas, su mercado y sus plazas. Cuenta con una catedral entre románica y gótica de estilo centro-europeo.

Gastronomía

Una de las delicias más conocidas de la cocina alemana es la famosa tarta de la Selva Negra (schwarzwaldtorte) hecha con crema, chocolate y frutas del bosque. También puedes obtener mieles con sabores afrutados. Aquí encontrarás muy buenos vinos. Los caldos de la zona -la mayoría de ellos blancos- proceden de la región de Baden -aquí no existe la denominación de origen como en España. Hay pequeños distritos vinícolas en las cercanías del Rin, entre el río y las montañas de la Selva Negra. En el oeste del valle del Rin están las montañas de los Vosgos, que resguardan a la zona de las lluvias atlánticas. Por el este, el propio macizo de la selva Negra corta los vientos fríos continentales. Clima, por lo tanto, favorable al cultivo de la vid. Cerca de Baden-Baden, en el distrito de Ortenau, existen vinos de la variedad reisling. Y Durbach, es la capital vinícola de Ortenau. Allí se encuentra la Bodega Andreas Laible, vinos blancos de esa misma variedad; y la Bodega Heinrich Männhle, especializada en vinos tintos de la variedad spätburgunder. La región ofrece multitud de platos típicos que están relacionados con el vino, uno de ellos es el zwiebelkuchen (pastel de cebollas), que se acompaña frecuentemente con el Federweisser (vino joven).

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Texto de Isabel y Luis Cominicación

Fotos de TI Schluchsee, Oficina de Turismo de Vogtsburg, TI Seebach / Elmar largo Bacher, Información Turística Schluchsee, Gengenbach Cultura y Turismo de Alemania. Schwarzwald Tourismus  

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Dónde comer y beber en Reykjavik

Reykjavik es el punto de partida ideal para iniciar una ruta en coche por interminables carreteras rodeadas a ratos de nieve, a ratos de vegetación, de paisajes lunares o de extraños y fascinantes parajes rocosos jamás imaginados. Lagos, montañas, volcanes, fiordos, glaciares… forman la geografía de uno de los países más cautivadores del mundo, que tiene en su capital, Reykjavik, un paraíso trendy donde reina la clase media, te puedes encontrar a Björk tomando un cappuccino en cualquier café, donde nadie parece tener problemas y donde, además, se come de lujo. Para echar una mano en la tarea de comer bien en Reykjavik, hemos seleccionado ocho restaurantes que nunca fallan.

1. Lava Restaurant

El restaurante del Blue Lagoon no sólo es un lugar de ensueño, sino uno de los ejemplos más significativos de la cocina creativa islandesa. Su chef, Viktor Orn Andresson, que obtuvo el reconocimiento a mejor chef nórdico en 2014, presenta una cocina creativa y orgánica, con un gran protagonismo de pescados y verduras frescos. Desde las paredes acristaladas de este imponente local pueden contemplarse las aguas geotermales, parte de una formación de lava, de este spa al aire libre en el que puedes bañarte a la intemperie en sus cálidas aguas medicinales sin importar que la temperatura ambiente ronde los 0°. Y, de paso, disfrutar de la vanguardia gastronómica islandesa en forma de platos que van desde el tártar de cordero con rábano picante a la sopa de langostinos con ajos, o el delicioso bacalao con cítricos.

2. Kopar

Gran restaurante, hermosísimo, ubicado junto al puerto, donde disfrutar de unas vistas espectaculares en un coqueto establecimiento siempre frecuentado, gracias a su estupenda cocina de temporada, un homenaje al producto fresco cocinado con mucho mimo y sin grandes aspavientos, todo lo contrario, para que nos entendamos, que el restaurante anterior. Gran carta de vinos internacionales, cuyos precios nos van a parecer elevados en comparación con el resto de propuestas del menú, y una carta que cuenta con platos espectaculares. Es el caso del atún harbour style (ligeramente tostado con chips de ajo), de las lenguas de bacalao con ajo y cereza, o del risotto cremoso de langosta, uno de los mejores platos que hemos probado nunca.Visita obligada, sin duda.

3. Kolabrautin

No se puede pasar por Reykjavik sin quedarse petrificado ante el espectacular edificio Harpa, junto al mar, una macro sala de conciertos y conferencias galardonada con un premio Mies Van Der Rohe, sede de la Orquesta Sinfónica de Islandia y la Ópera Islandesa. Kolabrautin es su flamante restaurante, ubicado en la cuarta planta, al que podremos ascender tras habernos hecho millones de fotos en su edificio acristalado, y echado una ojeada a su tienda de objetos de diseño. Aquí se puede disfrutar de la que es, probablemente, la mejor vista de la ciudad, y se fusiona con buena mano la cocina islandesa y la italiana, que pueden acompañarse de una carta de cócteles o vinos. Si preferimos cenar a la aventura en uno de los numerosos restaurantes de la calle principal, Laugavegur, un paraíso de tiendas de arte, diseño, moda y hermosos y coquetos cafés y restaurantes, siempre podemos ir a Kolabrautin a tomar unas copas tras la cena.

4. Cafe Babalu

De la sofisticación cosmopolita de las opciones precedentes a la informalidad de este encantador café que acoge a cualquier hora del día a quienquiera que disfrute con una decoración pintoresca y muy original y de propuestas que van desde los pasteles caseros a las sopas, los bocadillos o las tartas vegetarianas. Su exterior es una hermosa casita pintada de amarillo y su interior una perfecta amalgama de mobiliario vintage de toda índole, que convierte a Babalú en el lugar ideal para disfrutar de las maravillosas vistas, desde sus cristales mientras sostenemos con ambas manos un cappuccino gigante. Su pastel de queso es el más popular de la ciudad. 

5. Te & Kaffi

Parada obligada es esta librería café desde cuya terraza podremos contemplar el apacible devenir de la vida en Reykjavik. Si el tiempo no acompaña podemos ocupar una de las mesas de su interior y disfrutar de un gran café y de algún pastel de tamaño también bastante considerable mientras ojeamos alguno de los libros de arte o diseño que pueblan las estanterías de este espacio agradable y acogedor, una cadena que podemos hallar también en algunos centros comerciales.

6. Mokka

En cuanto uno pone los pies en Reykjavik comprende enseguida que los islandeses son grandes fans de los cafés inmensos y la pastelería artesanal, y que la ciudad rebosa establecimientos abarrotados de hipsters sorprendentemente delgados si tenemos en cuenta los pastelazos que parecen meterse a todas horas entre pecho y espalda. Uno de los cafés más concurridos de la ciudad es este establecimiento frencuentado por el artisteo local, donde conviene pedir uno de sus maravillosos gofres. No tienen Wi-Fi, pero y qué.

7. The Laundromat Cafe

No sólo es monísimo, como casi todo el Reykjavik, sino que tiene unas hamburguesas que se encuentran entre las mejores de la ciudad y es un espacio absolutamente kids-friendly, que cuenta incluso con una sala de juegos. Esta bonita cafetería, revestida en madera, es trendy y acogedora a partes iguales, es luminosa, espaciosa, carismática, siempre animada… y sí, tiene lavadoras.

8. Slipp Bar

El bar del hotel Icelandair Marina es, como lo es todo el edificio ubicado frente al puerto, un homenaje al buen gusto escandinavo hasta límites que pueden llevarnos al síndrome de Stendhal. Tanto Slipp Bar como este hotel que merece mucho la pena, pues es un sobrio y hermoso tres estrellas arrebatadoramente bonito desde cuyas habitaciones podemos dormirnos prácticamente escuchando el rumor de las olas, están exquisitamente decorados y se convierten en lugares ideales para pasar una tarde en Reykjavik. En Slipp Bar podemos tomar un café a media mañana, picotear algo por la tarde o tomar un cóctel por la noche, bajo una de sus lamparazas de diseño, mientras disfrutamos de las vistas al mar.

¿No te ha entrado hambre? ¡Consulta nuestros vuelos y descubre ya la gastronomía de Reykjavik!

Texto e imágenesde Laura Conde (Gastronomistas)

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A la playa y al desierto, sin salir de Eilat

Es el destino costero y turístico por excelencia. Eilat, la ciudad más meridional de Israel, en la frontera con la península del Sinaí, en Egipto. Urbe bulliciosa, situada a caballo entre el mar y el desierto, desde cuya costa se contempla en el horizonte las montañas de Jordania y de Arabia Saudí. Cuatro países al alcance de la vista en una sola mirada. Una visión única.

Una vez ubicados geográficamente, toca disfrutar del cálido destino donde es raro que los termómetros marquen una temperatura inferior a los 20 grados. Lo normal es que se superen los 30 grados centígrados la mayoría de los días del año, bueno, e incluso un poco más en verano. Puede darse la paradoja que en Jerusalén nieve (fenómeno que se repite en invierno con cierta frecuencia) y en Eilat, a sólo cuatro horas en coche (o una en avión desde Tel Aviv), uno pueda estar tostándose al sol.

Además de disfrutar de las mejores temperaturas, lo que más atrae a los visitantes en Eilat es el mar Rojo. Poder bañarse en estas aguas limpias, cálidas, de azul celeste y ricas en colores es un atractivo importante en un país ocupado en gran parte por desiertos como el del Neguev, Arava o Judea.

Ayuda la infraestructura de la ciudad. Pensada para el disfrute del veraneante con todos los ingredientes que un turista ávido de sol, ocio y salitre puede desear. Un paseo marítimo repleto de tiendas y centros comerciales llenos de ofertas donde adquirir todo tipo de recuerdos a precios libres de impuestos (Eilat es puerto franco). Restaurantes por doquier. Atracciones varias sobre todo para niños y familias. Marcha nocturna y diversión para los amigos de trasnochar. Y lo más importante, una amplia carta de alojamiento en hoteles vacacionales de categorías varias equipados con piscinas, spas, accesos a la playa y todas las comodidades que un visitante pueda necesitar para desconectar del mundo unos cuantos días.

Pero insisto, quizá lo que más gusta a todos los que pasan por aquí es la riqueza de una costa llena de vida. El mar Rojo es un vergel submarino para todos los amantes del buceo en cualquiera de sus modalidades. Desde los más expertos a los profanos.

Hasta los niños pueden hacer aquí su bautismo y sumergirse con delfines, quizá la actividad más demandada por grandes y pequeños a su paso por Eilat. Experiencia recomendable a tu disposición en el dolphin-reef. Es fácil. No hay más que calzarse el ajustado traje de neopreno, calibrar bien las botellas de oxígeno y disponer de todo lo necesario para respirar sin problema bajo el agua, atender a las explicaciones del monitor que te va acompañar en esta aventura submarina y dejarte llevar.

La contemplación de la colorista fauna marina y los arrecifes de coral complementan la experiencia de conquistar el fondo del mar con algún delfín como anfitrión que, seguro, dedicará más de una pirueta a sus apreciados visitantes. ¡Una experiencia fascinante!

Pero hay más. Si en vez de nadar con delfines quieres fotografiarte con tiburones, no tienes más que poner rumbo al Underwater Observatory Marine Park, un acuario interactivo con gran parte de las instalaciones al aire libre y que presume por acoger la Shark World, la piscina de tiburones más grande de su tipo en Oriente Medio, con una superficie de 1.000 metros cúbicos. Lo que más gusta a los visitantes es cuando los profesionales del acuario les dan de comer. Ésta es sin duda, la mejor oportunidad para contemplar cara a cara a estos grandes y peligrosos animales marinos.  Además de la piscina de tiburones, el centro dispone de un parque de aventuras infantil donde los más pequeños pueden acariciar y alimentar a peces varios, disfrutar con proyecciones futuristas como la titulada “Un Viaje al Mundo de los Tiburones”.

Pero en Eilat no sólo el mar es interesante. También el cielo conquista. Es justo ahora en primavera cuando pasan por aquí miles de aves -¡hasta 500 millones contabilizan los expertos-. Las cuales, al contrario que los turistas, viajan del sur al norte. Es el llamado espectáculo de la migración de la primavera, cita imprescindible para amantes de la ornitología.

Y como no, Eilat también destaca por su agenda cultural. Con citas famosas como el Festival de Música de Cámara, un clásico internacional que se celebra todos los años en febrero. Y por estar muy cerca de atracciones exóticas como el Timna Park, donde practicar todo tipo de deportes de aventura en pleno desierto mientras contemplas paisajes dignos de Marte.

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Texto e imágenes de Nani Arenas

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