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Una ruta por Bilbao

Empezamos la ruta por las Siete Calles, por sus calles peatonales que alternan los comercios más clásicos con los más innovadores y con gran cantidad de bares y restaurantes en los que probar la mejor gastronomía vasca.

Este conjunto urbano tiene un destacable patrimonio arquitectónico y monumental, con edificios civiles y religiosos de gran interés y en la que se respira una gran vitalidad por sus bares y comercios. El Arenal bilbaíno es la mejor puerta de entrada a las Siete Calles y su puente, una atalaya sobre el Teatro Arriaga, un gran centro de la vida cultura bilbaína, obra de Joaquín Rucoba y Octabio de Toledo, quienes se inspiraron en la Ópera de París para su creación.

Entramos a las Siete Calles por el Arenal, y en la calle Fueros, 2 encontramos Lautxo, una pequeña tienda especializada en croquetas y canelones de todo tipo para llevar. Entre las croquetas las tienes de bacalao a la vizcaína, de gambas y setas, de chipirón encebollado o de chorizo, y canalones de puerro, de Idiazabal o de champiñón.

Para comer nos han recomendado el Kasko, un restaurante colorido con columnas de roble que ofrece una cocina moderna combinada con productos vascos. Tienen diferentes menús que se adaptan a todos los bolsillos.

Paseando por Las Siete Calles encuentras tiendas interesante como lu:la, en la plaza santiago s/n, que tienen zapatos monísimos, la última moda y los complementos más originales. Otra de las tiendas que nos ha llamado la atención en el Casco Viejo es La Casa del Yogur de Bilbao. Se encuentra en la calle Víctor, 2 y venden productos lácteos de Cantabria hechos 100% con yogur natural.

La plaza Nueva de estilo neoclásico muy definido y con 64 arcos sostenidos por columnas dóricas, está repleta de bares. Nos ha gustado mucho Víctor Montes, con su gran surtido de deliciosos pintxos pero puedes perderte por los numerosos locales de la plaza y entre el animado gentío que allí se reúne.

En las Calzadas de Mallona, 2 tienes el Museo Arqueológico que recoge la historia viva de Bizkaia en un recorrido cronológico que discurre desde la Prehistoria hasta la Edad Moderna.

Subiendo los 213 escalones de Mallona que se inician en la plaza Unamuno, se llega a la Basílica de Begoña, pasando por el cementerio de Mallona. Este tramo forma parte del Camino de Santiago por el Camino de la Costa. Desde el mirador tienes las mejores vistas del casco antiguo. Y para los más perezosos, tienes la alternativa de subir arriba cogiendo el ascensor de Begoña.

En el Parque de Etxebarria llama la atención la vieja chimenea que se conserva de la fábrica de Aceros Echevarría. Es debido a que antiguamente, muchas de las industrias se encontraban en el interior de la ciudad.

Descendiendo se llega a la ría, y te encuentras con el Mercadillo del Nervión, una curiosa tienda de artículos de segunda mano, antigüedades, rarezas y un poco de todo. Si te gusta la moda vintage, acércate el primer sábado de cada mes al mercado de la calle Dos de Mayo, donde encontrarás ropa de segunda mano y de nueva creación, vinilos, mobiliario vintage y mucho más.

Bordeando la ría nos encontramos con Zubizuri, que significa “puente blanco” en euskera, también conocido como Puente Peatonal del Campo de Volantín o puente de Calatrava, que constituye un símbolo del nuevo Bilbao.

Siguiendo el paso por campo Volatinse se llega hasta la plaza del Funicular donde puedes cogerlo para subir a Artxanda. El funicular fue construido en el año 1913 y durante el trayecto que dura unos pocos minutos, se pasa por encima de Ciudad Jardín, una zona de bonitas casas con jardines muy floreados. A Artxanda se le ha considerado siempre el pulmón de Bilbao porque antiguamente la villa era un lugar con mucha industria y el aire no tan limpio como ahora.

Una vez arriba te encuentras un parque con césped, zona de juegos para niños y zona de picnic a la que los bilbaínos acuden a tomar el sol para después comer en alguno de los asadores. Hay tres buenos restaurantes en los que comer, la Sidrería Artxanza con menú sidrería de tortilla de bacalao, bacalao frito y chupetón a 28 euros, el restaurante Txacolí con menú bilbaíno y el restaurante Antón.

Imagen de kurtxio

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Estocolmo, locos por el diseño

Algo deben de tener el frío y nevado invierno, con sus escasas horas de sol, o los eternos días de verano, con sus templadas temperaturas, para que haya un volumen tan elevado de creatividad en los países escandinavos. O serán sus grandes y frondosos bosques, y sus múltiples lagos los causantes de tanta inspiración. Sea cual sea la clave de su secreto, la cuestión es que cuando uno viaja a Estocolmo no deja de sorprenderse con el volumen y la calidad del diseño que ahí se lleva a cabo. Presente en la arquitectura, la ropa, la decoración de tiendas, bares y restaurantes, los interiores de hoteles y en la intimidad de los hogares, lo envuelve todo, y no deja de fascinar al visitante. Uno se queda maravillado con su capacidad para crear entornos reconfortantes basados en las líneas simples y a la vez cálidas. Moderno, sencillo y funcional, esas serían las tres palabras que vendría a definirlo.

Stockholm Furniture & Light Fair

Como no podía ser menos, Estocolmo cuenta con una de las principales ferias de diseño de Europa, la Stockholm Furniture & Light Fair, donde se dan a conocer las últimas tendencias en el diseño escandinavo. Esta edición se celebrará del 9 al 13 de febrero y en ella se sucederán todo tipo de actividades en torno al sector. Como en años anteriores, el diseño del lounge de la entrada principal del recinto recaerá en manos de un estudio o diseñador internacional. En esta ocasión dicho honor ha recaído en manos de los británicos Edward Barber & Jay Osgerby, que a su vez darán un seminario multitudinario para todos los asistentes en los Stockholm Design Talks. Entre las novedades de esta edición está el Established, una sección orientada a la promoción de estudios o diseñadores que elaboran líneas de producción a pequeña escala, también conocidos como makers. Los jóvenes diseñadores y las escuelas de diseño también tienen cabida en esta gran feria, contando con un espacio propio, el Greenhouse cuyo concepto expositivo correrá a cargo del estudio Form Us With Love.

Stockholm Design Week

Coincidiendo con la Stockholm Furniture & Light Fair tiene lugar la Stockholm Design Week. Del 8 al 14 de febrero se sucederán todo tipo de actividades relacionadas con el diseño, como charlas, presentaciones, eventos, inauguraciones, entre otras cosas, en múltiples espacios y showrooms de la ciudad. Puedes consultar la totalidad del programa aquí.  

¡Y aún hay más diseño!

Si aún te quedan energías tras tanta actividad, o no llegas a tiempo a esta feria, siempre puedes darte una buena dosis de diseño recorriendo alguno de sus principales barrios, e incluso llevarte alguna pieza de recuerdo. A continuación te damos algunas pistas:

Östermalm, es el barrio más exclusivo de Estocolmo, y el lugar idóneo donde encontrar las principales y más destacadas marcas. Aquí todo está distribuido por zonas. Si buscas las mejores marcas de moda suecas, lo mejor será que te acerques a Biblioteksgatan y Bibliotekstan. Si por el contrario estás a la caza de las mejores marcas internacionales y tiendas especializadas en diseño, moda y joyería, mejor ve a Birger Jarlsgatan y los arededores de Stureplan. Si lo que te gustan son las antigüedades lo mejor es dejarse caer por Arsenalsgatan y Nybrogatan, allí también se encuentran algunas de las casas de subastas más importantes de la ciudad. Por último, la zona que queda rodeada por Sibyllegatan, Östermalmstorg, Karlavägen, Stureplan y Strandvägen tiene, sin duda, algunas de las mejores tiendas de diseño de interiores de la ciudad.

Luego tenemos Södermalm, en la isla sur, que más que un barrio es como una pequeña ciudad hipster. Como no podía ser de otra manera, aquí lo que se lleva es la moda y el diseño vintage, las barbas largas (pero bien arregladas, eso sí) y la gastronomía ecológica. Está todo concentrado en Götgatan, Skånegatan y el área que se conoce como SoFo, que es la forma corta de South of Folkungagatan (sur de Folkungagatan). Luego, también podemos encontrar tiendas de artesanía cerca de Slussen y en Hornsgatan.

Por último, y como contrapunto, no te olvides de pasar por Gamla Stan, para descubrir como era la ciudad antes de la fiebre del diseño. Gamla Stan, el casco antiguo, es uno de los centros de las ciudades medievales más grandes y mejor conservados de Europa, y una de las principales atracciones de Estocolmo. Aquí es donde Estocolmo fue fundada en 1252. La verdad es que todo el núcleo pertenece a otra época. Vale que te encontrarás con todos los turistas que están de visita, pero si no te dejas llevar por la corriente y te fijas con atención puedes encontrar alguna grata sorpresa en forma de tienda de artesanía típica sueca.

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Texto de ISABELYLUIS Comunicación

Imágenes de Stockholm Furniture & Light Fair

 

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Tres espacios imprescindibles de Gran Canaria

Pero no todo acaba ahí, también está el inagotable abanico de lugares qué visitar y diferentes actividades que se pueden hacer. Pero entre tantas opciones hemos intentado buscar aquellas propuestas que no te debes perder.

Todos sabemos que las playas de Gran Canaria son uno de sus mayores reclamos, pero limitarnos a ellas sería del todo injusto para una isla que dispone de una oferta prácticamente ilimitada. A continuación os vamos a ofrecer una selección de tres visitas indispensables -a parte de sus playas, claro- que deberías hacer en tu próxima escapada a la isla. La elección la hemos hecho siguiendo diferentes criterios, y no sólo nos basaremos en su atractivo turístico. Aquí va nuestro ranking:

 3) Museo y parque arqueológico Cueva Pintada

El Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada es uno de los yacimientos más singulares de la isla de Gran Canaria y se encuentra en pleno núcleo urbano de Gáldar, en el norte de Gran Canaria (Calle Audiencia, 2), por lo que los accesos son los mismos que utilizaremos para llegar al centro histórico.

Fue descubierta en 1862 cuando, tras una serie de trabajos agrícolas, se produjo el hallazgo fortuito de la Cueva Pintada. Se trata de un amplio espacio con paredes ricamente ornamentadas con todo tipo de símbolos geométricos. Actualmente el conjunto arqueológico lo forman seis cuevas excavadas por los antiguos pobladores de Gran Canaria, en dónde aún se conservan restos del almagre que decoraban sus muros y techos.

Durante estos años se han realizado distintos proyectos arqueológicos entorno a la Cueva Pintada, que han servido para poner al descubierto un caserío de forma escalonada. Estas edificaciones conectan el fondo del barranco con el centro histórico de la ciudad y constituyen uno de los barrios que formaban parte del Agáldar prehispánico..

2) Casco antiguo de Teror

El origen del núcleo de Teror es anterior a la conquista de la isla por parte de la Corona de Castilla en el s. XV. Su nombre, de hecho, deriva del topónimo aborigen Aterura, Therore o Terori, del que se desconoce su significado.

La historia y desarrollo del pueblo siempre ha estado ligada a la aparición de la imagen de la Virgen del Pino y la existencia de su primera ermita, datada en el año 1514. Sin embargo no es hasta casi dos siglos después de su construcción, cuando se encuentran escritos que hacen referencia a esta devota tradición.

La Villa Mariana de Teror fue declarada Conjunto Histórico Artístico en 1979, convirtiéndola en uno de los centros turísticos más importantes del interior de la isla. En sus calles se combinan a la perfección las tradiciones populares con una cuidada y hermosa arquitectura, en el que destacan sus característicos balcones canarios.

Un recorrido a pie por el casco histórico debe iniciarse, inevitablemente, en la plaza de Nuestra Señora del Pino, junto a la basílica. A ella se llega rápidamente desde el aparcamiento, atravesando la plaza superior del mismo y tomando la calle Obispo Marquina. Si llegas a la villa en bus, éste te dejará en la zona oriental del casco, de forma que sólo deberás seguir hasta el final la calle Real de la plaza.

 1) Barranco de Guayadeque

El barranco de Guayadeque se encuentra situado entre los municipios de Agüimes e Ingenio, al Este de la isla de Gran Canaria. Se trata de una zona de gran valor medioambiental y patrimonial, lo que le ha servido para ser declarada Monumento Natural y Bien de Interés Cultural, con categoría de Zona Arqueológica, otorgada por la ley de Patrimonio Histórico de Canarias.

La carretera que recorre el barranco serpentea entre unos exuberantes acantilados, en dónde podemos encontrar una gran variedad de yacimientos y espacios arqueológicos prehispánicos,  entre los que destaca el poblado de Cueva Bermeja.

Allí se encuentra El Centro de Interpretación del Barranco de Guayadeque , que puede ser visitado todos los días -excepto los lunes-, y en el cual encontraremos información sobre los conjuntos arqueológicos de la zona, así como muchas e interesantes particularidades de este bellísimo entorno. El visitante también podrá conocer, en este espacio, la riqueza natural de la flora y la fauna del barranco.

Casi al final de la carretera que recorre Guayadeque encontraremos acogedores restaurantes labrados en la propia roca de la montaña. El más popular es el restaurante El Centro, conformado por un conjunto de cuevas que ofrecen al cliente un entorno único, en donde poder saborear una extensa carta de platos representativos de las gastronomía canaria. Entre sus especialidades están la carne de cerdo frita, la parrillada y el cochino asado.

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Imágenes de Patronato Turismo Gran Canaria

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Menorca más allá de sus playas

El cielo está emborregado hoy en Maó. Como si se tratara de un guión escrito para la ocasión, la climatología está respetando el objetivo de estas líneas: demostrar que Menorca es mucho más que playas de aguas cristalinas y abarrotadas, chiringuitos donde cultivar el moreno, e idílicos paseos en moto en camisa –siempreabierta– o luciendo una falda vaporosa. Aunque pueda ser todo lo contrario, es igualmente un goce: gastronomía, cultura y paisajes. Empieza a llover en Maó.

Las gotas, del tamaño de monedas de cinco céntimos, golpean con furia los imponentes barcos amarrados en el puerto de Maó; la isla come por este gigantesco embalse de agua conectado al Mediterráneo, el de Maó es uno de los puertos naturales más grandes del mundo -¡de cinco kilómetros de longitud!- sólo por detrás del de Pearl Harbour o el de Nueva York. No hace el mejor de los días para disfrutar de sus vistas, así que, ¿qué tal un desayuno hasta que amaine? Bien céntrico, enfilado en las míticas calles de color crema de la capital menorquina, encontramos en un recoveco Es Llonguet, un local perfecto para pasar el tiempo entre páginas y, como no, para disfrutar de los dulces y salados locales: el rubiol de carn (empanadilla de carne) o el llonguet de camot (bocadillo de embutido parecido a la butifarra) nos darán fuerza para emprender la ruta.

Bien cerca de Es Llonguet, en la zona llamada el fossar dels anglesos, encontramos el centro de arte Ca n'Oliver, una antigua casa de un particular construida a finales del siglo XVIII, abierta ahora al público: dentro alberga el Centre d'Art i d'Història Hernàndez Sanz que recoge el legado británico de la isla y en la que se puede subir a su azotea para disfrutar de las vistas de toda la ciudad -por suerte ahora ya sólo chispea-. Una vez en la calle comprobamos que ha dejado de llover; los adoquines brillan como recién pulidos por el agua acumulada. Es la hora de visitar el Mercat des Peix Antic, recientemente remodelado, y el lugar idóneo para tomar el vermut o comer. Y cómo no, antes de partir a Ciutadella habrá que hacer una parada en el magnífico patio interior del Hotel Jardí de ses Bruixes. Y rumbo a la otra punta de la isla.

A apenas 45 minutos en coche de Maó encontramos la capital cultural de Menorca, Ciutadella, famosa por sus fiestas de Sant Joan y sus magníficas playas urbanas. Encontrar alojamiento en invierno es difícil, pero el albergue de Sa Vinyeta siempre es una buena solución. Una vez descargados los bártulos, toma el paseo de ses voltes (arcos de piedra que delimitan cada lado del paseo) hasta llegar a la catedral deSanta Maria de Ciutadella, gótico-balear del siglo XIII. Y desde aquí, ve a calentar el cuerpo al míticoBar Imperide la esquina de la Plaça dels Pins. Antes de ir a dormir, que mañana toca excursión, visita al Jazzbah, situado justo al lado del pequeño antiguo puerto de pescadores famoso por su rissaga (subida del agua de hasta dos metros). Este bar de copas abierto todo el año es uno de los epicentros culturales de la ciudad, con programación estable de conciertos y karaoke popular una vez al mes.

El día ha amanecido caluroso pese a las lluvias de ayer; el invierno en Menorca depara sorpresas, en este caso buenas. Antes de enfilar hacia Cala Pilar, una zona de calas de piedras redondas (còduls) al norte de la isla, hará falta hacerse con provisiones para la bereneta (comida de media mañana). La Pastisseria Moll, una de las pastelerías más antiguas de la isla siempre será buena opción. Ya en el Pilar, después de recorrer parte de El Camí de Cavalls -camino que rodea toda la costa menorquina, de unos 100km en total de ruta por GR- será decisión de cada uno hacerse el valiente o no y probarse con las aguas menorquinas en pleno marzo. 

Una vez completado el tramo, lo mejor será retomar fuerzas antes de volver a la rutina de cada uno en el Hogar del Pollo, ya en el centro de Ciutadella. La taberna que regenta Matías, argentino residente en Menorca desde hace ya unos cuantos inviernos, es un rincón con olores del mundo: desde carnes de su Argentina natal hasta los mejores manjares gallegos, zamburiñas y lacón como pecado principal–y a muy buen precio–. Y si después de este tour por la Menorca invernal todavía os habéis quedado con ganas de producto local y típico, cambiad el Hogar del Pollo por una visita a Cas Merino, justo detrás del antiguo mercado del pescado en la Plaça la Llibertat. ¡Ah!, y no dejéis de comprar ensaimadas para llevaros a vuestra ciudad, que eso sí que, sea verano o inverno, no se perdona tras una visita a Menorca.

 

Texto de Yeray S. Iborra para Los viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de Commons Wikipedia

 

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