Al final del camino
El camino de Santiago. Un viaje de experiencias.
Es un hecho. Todos aquellos que han recorrido el camino de Santiago coinciden; el viaje les ha marcado para toda la vida. Pero, ¿qué tiene el camino de Santiago para causar esta profunda impresión a todo el mundo? ¿Es por la gente que conoces durante el trayecto o por los impresionantes paisajes por los que transcurre?. ¿Es, quizá, por la recompensa de llegar por tus propias fuerzas a Santiago tras tantos días de marcha?.
Las cifras son contundentes. Cada año son más y más los peregrinos que llegan hasta Santiago de Compostela, especialmente los años santos. Es una experiencia singular que mezcla el reto deportivo y la búsqueda de lo auténtico. Y de uno mismo!. Todo para llegar a Santiago, el centro de la tradición jacobea, lugar de peregrinaje tras el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago en el siglo IX. El camino se ha convertido en un auténtico fenómeno, que ha tejido una red de caminos, con Santiago como punto de llegada. Y es que, ninguna ciudad acoge tan calurosamente al viajero y constituye un lugar de encuentro para tanta gente de todo el mundo.
La ciudad. Un gran conjunto monumental.
La ciudad de Santiago de Compostela fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1985, por su gran belleza urbana, integridad monumental y por mantener la esencia espiritual como santuario apostólico.
Una ciudad que fusiona, sin estredicencias, tradición con modernidad en un gran conjunto monumental. Las misma plaza del Obradoiro, que da la bienvenida a los miles de peregrinos, es un ejemplo de como el pasado y el futuro se dan aquí de la mano. Con un giro de 360 grados, podemos reconocer los diferentes estilos arquitectónicos en los edificios que han surgido en sus más de 700 años de construcción. Los ojos pasan de la Catedral al Hostal de los Reyes Católicos; del Colegio de San Xerome al Palacio de Raxoi, sede del Ayuntamiento de Santiago.
Junto a los abundantes y cuidados espacios verdes, tanto con sus numerosos parques urbanos como en los bosques que rodean la ciudad, hacen de Santiago un lugar mágico y lleno de encanto.
Para los amantes de la buena gastronomía.
Tanto si optas por un buen y económico menú de tres platos, que permite recuperar las fuerzas de los peregrinos, como si prefieres una comida más informal a base de ricas raciones o las fusiones más originales, Santiago es el destino ideal para los amantes de una buena mesa.
¿Quién puede resistirse a una rica empanada rellena con las más atrevidas combinaciones, al lacón con grelos, a la mejor mariscada, a un plato de su famosa ternera, una ración de pulpo o a un contundente caldo gallego? ¿O a los sabores inconfudibles de quesos como el de tetilla, los de Arzúa-Ulloa, el de O Cebreiro o el San Simón?.
O la misma tarta de Santiago, un postre con más de 200 años de historia que ha sabido combinar las proporciones justas de almendra molida, huevos, azúcar, mantequilla y pizcas de canela, bajo la cruz dibujada en azúcar del Apóstol.
Y, ¿porque no combinar cultura con gastronomía? El lugar adecuado para ello es el Mercado de Abastos, un hermoso edificio que data de 1941. No en vano es el segundo lugar más visitado de la ciudad después de la Catedral. Por sus alrededores encontrarás buenos restaurantes e, incluso, te cocinarán los sabrosos productos que has adquirido en el mercado.
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+ infoLa Sevilla moderna
Pese a la Semana Santa, la feria o las tardes interminables de toros, Sevilla ha sabido adaptarse al paso del tiempo para convertirse en una ciudad moderna y cosmopolita. Recorrer sus calles es una amalgama de tradiciones y tendencias que conviven entre el sabor y el colorismo que tan célebre han hecho a la capital andaluza.
Tanto si has estado en Sevilla antes como si es tu primera vez, sabrás que la Catedral, el Real Alcázar, la Torre del Oro o el barrio de Triana son visitas obligadas. Pero hoy Sevilla es mucho más. La capital hispalense es un importante centro de creación artística y un lugar en el que ir a disfrutar de edificios de vanguardia y locales indie: bienvenidos a la Sevilla moderna.
Dónde buscar
Si queremos encontrar la Sevilla más rompedora, nuestro epicentro es la plaza de la Encarnación, en el corazón del céntrico barrio de la Alfalfa. Aquí se alza el Espacio Metropol Parasol, más conocido como Las Setas, del arquitecto berlinés Jürgen Mayer. Un monumento que antes de empezar a construirse ya levantaba todo tipo de polémicas por tratarse de un diseño tan rompedor en medio del casco histórico. El complejo acoge desde un mercado, restaurantes, un mirador o el alucinante Antiquarium, un museo arqueológico en el que admirar el subsuelo romano de la ciudad.
Siguiendo con nuestra ruta encontraremos locales de moda y bares de decoración alternativa en la Alameda de Hércules y sus aledaños. Por ejemplo, en la calle Feria los amantes de la ropa de segunda mano (sea o no de firma) no pueden perderse tiendas como Ropero Sevilla o Crispa2. O si lo tuyo son los muebles y la decoración de los años 50, en Retrogrado (C/ San Luis 81) seguro que encuentras algún detallito. En el barrio del Arenal, tabernas con solera conviven con galerías de arte contemporáneo. Por eso, no debemos extrañarnos si en algún lugar trendy nos sirven una manzanilla con una tapa fusión. Lo mejor en Sevilla siempre es caminar sin rumbo y dejar que la ciudad te lleve.
Modernidad a 178 metros
Junto con Las Setas de la Encarnación, la Torre Pelli, entre el barrio de Triana y la Cartuja, es el otro indicador de que Sevilla está a la última. Pero este rascacielos tampoco estuvo exento de polémica ya que, a excepción de la Giralda, Sevilla nunca ha tenido construcciones altas, por lo que muchos criticaron que se rompiese la estética horizontal. Pasear por esta zona te permitirá ver también los edificios restantes de la Expo del 92, época en la que se levantaron obras tan significativas como la nueva terminal del Aeropuerto, que diseñó Rafael Moneo, la Estación de Santa Justa de Cruz y Ortizo el famoso Puente del Alamillo de Santiago Calatrava.
Comer y dormir
La oferta gastronómica sevillana es enorme, pero si quieres probar esa cocina que reinventa los clásicos tradicionales, Yebra es tu restaurante. Sin lujos ni ostentaciones, este espacio es de los que solo frecuentan los locales. Entra, mézclate con la gente y disfruta. La Macarena es uno de los barrios más castizos de la ciudad y rápido te sentirás como en casa.
Y para dormir, hoteles como el Gran Meliá Colón, un clásico sevillano redecorado con mobiliario firmado por diseñadores como Philippe Starck, Marcel Wanders y Edra, o el Eme Catedral Hotel, un edificio del siglo XVI equipado a la última, te permitirán descansar como un auténtico rey.
Ahora solo te queda preparar la maleta y buscar tu vuelo para Sevilla.
Texto de Aleix Palau para Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de losmininos
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Chauen un paseo por la ciudad azul
Ubicada al noroeste de Marruecos, a unos 60 kilómetros de Tetuán, se encuentra esta ciudad cuyas estrechas calles y casas encaladas, la mayoría de ellas en tonos azules y blancos, tienen un extraño aire que inevitablemente te acabará transportando a los pueblos de la Alpujarra granadina. Esto no es de extrañar si tenemos en cuenta que siglos atrás fue en esta área de las montañas del Rif donde fueron a parar un buen número de los exiliados de al-Ándalus. En este caso en concreto, el que fuera el emplazamiento de una pequeña comunidad bereber, en 1471 se acabaría transformando en una ciudad que serviría de refugio a los musulmanes y judíos expulsados de la Península Ibérica por los Reyes Católicos. Esto explicaría este original parentesco con las poblaciones andaluzas de las que procedían y cuyas costumbres aprendidas durante siglos llevarían hasta estas tierras.
Uno de los principales motivos por los que merece la pena desplazarse hasta esta zona montañosa es que en Chauen (también conocida como Chefchaouen, Chaouen o Xauen) parece haberse detenido el tiempo. Considerada ciudad sagrada durante siglos, motivo por el cual se le impedía el acceso a los extranjeros, ha permitido que apenas haya evolucionado con el paso de los siglos. Así pues, cuando uno llega hasta aquí y empieza a recorrer sus angostas calles en las que resulta difícil orientarse, de repente tiene la extraña sensación de hallarse en plena edad media. Si a eso le añadimos que en el la antigua medina el único medio de transporte apto para circular por ella son los burros, aún se acentúa más esa sensación de viaje en el tiempo.
Entre los principales atractivos que cuenta Chauen está la antigua medina, con sus casas encaladas en tonos blancos y azules, que tanto llaman la atención del visitante, y que resulta difícil no fotografiar. La plaza de Uta Hamman es el centro neurálgico de la medina, lugar donde detenerse a tomar un té para disfrutar del ambiente, o reponer fuerzas degustando la gastronomía local que sirven los restaurantes de sus alrededores. En esta misma plaza se encuentra la Alcazaba, construida en el siglo XV, y cuyo interior se puede visitar, y la Gran Mezquita, de la que destaca su original minarete de forma octogonal. Muy cerca de esta misma plaza se encuentra el antiguo caravasar, que servía de lugar de acogida para los antiguos mercaderes, que aprovechaban para vender aquí sus productos. En la actualidad está lleno de artesanos locales que se dedican a sus labores, y donde puedes encontrar piezas bastante interesantes.
A diferencia que otras ciudades marroquís, es fácil moverse por la medina antigua sin que te agobien los vendedores, lo que hace aún más placentera y relajada la visita. Así pues, los aficionados a las compras, no dudéis en acercaros hasta su zoco, que va desde el arco de acceso a la medina antigua hasta la plaza de Uta Hamman, y aprovechad para daros una buena sesión de shopping, eso sí, con regateo incluido.
Si quieres obtener una buena panorámica de la ciudad antigua debes de acercarte hasta la puerta de Bab Onsar, situada al noreste. En este lugar se halla la fuente de Ras el Ma, con cascadas y lavaderos que aún hoy en día siguen en uso, y a los que acuden las mujeres a lavar a mano. Desde aquí hay un camino que se dirige hacia mezquita de Bouzzafer, a la que llegarás tras unos 30 minutos caminando. La experiencia es absolutamente recomendable.
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Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de subherwal
+ infoLyon se viste de luz
La que en sus inicios era una fiesta religiosa con la Virgen María como principal protagonista, es en la actualidad uno de los eventos culturales más relevantes de Lyon, y por extensión, de Francia. La veneración a la Virgen María en la capital de Auvernia-Ródano-Alpes viene de largo, teniendo sus orígenes en la Edad Media. Por ejemplo, durante la peste que asoló el sur de Francia en 1643, la ciudad fue puesta bajo su protección.
Para descubrir los orígenes de la "Fête des Lumières" (Fiesta de las Luces)hay que viajar en el tiempo hasta el 8 de diciembre de 1852, fecha en la que se inauguró la estatua de la Virgen María realizada por el escultor Joseph-Hugues Fabisch, y ubicada en la capilla Fourvière. La ciudad aprovechó para celebrar este acontecimiento por todo lo alto y para ello, y siguiendo las costumbres de la época a la hora de realizar grandes conmemoraciones, se iluminaron con candelas las fachadas de las casas más nobles. Lo que hubiese quedado como un hecho puntual en la historia de Lyon, se fue repitiendo año tras año cada 8 de diciembre –fecha en la que también se celebra la natividad de la Virgen-, hasta llegar a transformarse en el espectáculos de luces que es en la actualidad. Con el tiempo el tono religioso ha ido siendo reemplazado por uno más lúdico, las candelas has sido sustituidas por grandes espectáculos visuales diseñados por artistas especializados en el tema, y su duración a pasado de uno a cuatro días.
Es tal la fama que ha ido adquiriendo esta fiesta con los años, que llega a reunir hasta 4 millones de visitantes que acuden con curiosidad a ver este enorme despliegue lumínico lleno de magia y de encanto. Esto puede suponer un hándicap para el que viaja por primera vez a Lyon para descubrir y disfrutar de la “Fête des Lumières”. Nuestra recomendación: reservar con tiempo el lugar donde hospedarse, y tener paciencia a la hora de acudir a los diferentes espectáculos, ya que el gran volumen de público está asegurado. Eso sí, te aseguramos que quedarás deslumbrado con el empeño que ponen los lioneses en esta festividad, y por la gran cantidad y calidad de los espectáculos luminosos que podrás experimentar, la mayor parte de los cuales se desarrollan en el centro histórico y en sus principales monumentos.
Y además…
Además de viajar a Lyon para disfrutar de la “Fête des Lumières”, que este año tendrá lugar del 8 al 11 de diciembre, te recomendamos que aproveches tu visita para descubrir los otros muchos encantos con los que cuenta la ciudad. Declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO en 1998, no debes de dejar de visitar su centro histórico, también conocido como el Vieux Lyon, donde aún se respira el aire de su pasado medieval, ver sus ruinas romanas, de entre las que destaca el teatro romano de Fourvière, o darte una sesión deshoppingen el Carré d'Or. La gastronomía es otro de los puntos fuertes de la ciudad, que le ha valido el reconocimiento internacional, con cocineros tan destacadas como Paul Bocuse o Eugénie Brazier. Así que no dudes en incluir una visita a alguno de los múltiples bouchons que pueblan la ciudad, que es como se denominan los restaurantes especializados en comida lionesa, y darte un placer para el paladar con su excelente cocina local.
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Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Fulvio Spada
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