Cascais entre reyes y espías anda el juego
Cascais es un municipio portugués situado a escasos 25 kilómetros al norte de Lisboa. En la actualidad es un destino turístico que tiene de todo: playas extensas y calas recónditas; naturaleza agreste donde practicar todo tipo de deportes; gastronomía con productos de calidad y una oferta inacabable de ocio; y una historia apasionante que recuerda que este lugar de Portugal fue refugio de nobles y familias reales y un nido de espías durante la Segunda Guerra Mundial.
Hoy Cascais es una población tranquila, salpicada de pequeñas playas urbanas y protegida del aguerrido Atlántico por una bella bahía y una imponente ciudadela. Merece la pena dar un relajante paseo por la Playa de la Ribeira o de los Pescadores y descubrir hermosos edificios como el Palacio de los Condes da Guarda o el Palacio Seixas.
El océano es uno de los grandes aliados de Cascais ya que de él se extrae la base de su gastronomía: el pescado y el marisco, que aquí se preparan de una forma excepcional. Entre los platos más populares de la región destacan la lubina, el sargo o el delicioso lenguado de Cascais, bien frescos, y acompañados de las mejores guarniciones. En este sentido, la oferta de restaurantes de esta localidad portuguesa es muy variada ya que hay desde los más sencillos y económicos hasta establecimientos refinados en los que innovación en la cocina está más que presente.
En el puerto de Cascais no solo se ven lujosos yates sino también embarcaciones de recreo y de competición. Y es que Cascais y, por extensión la Costa de Estoril, es un referente mundial de las competiciones de vela. Además de este deporte, las aguas de esta parte del Atlántico atraen a miles de surfistas (sobre todo a las playas de Guincho y Carcavelos), el windsurf, el paddle surf o la pesca deportiva, que cada vez está ganando más adeptos. Asimismo, el puerto de Cascais se llena de vida también cuando cae la noche porque está repleto de restaurantes y de bares y terrazas, ideales para cenar y tomar una copa.
Hogar de reyes, tierra de espías
A finales del siglo XIX la región fue una de las pioneras del turismo en Portugal. De hecho, en el año 1870 la entonces monarquía portuguesa eligió la ciudadela de Cascais para su residencia de verano debido a su excelente ubicación. También fue destino de nobles y familias de rancio abolengo europeas, entre ellos la monarquía española en el exilio que residió durante años en Villa Giralda.
Aparte de ser una población que rezumaba solera, Cascais, por su situación geográfica, atrajo durante la Segunda Guerra Mundial a innumerables espías como Ian Fleming (más conocido por todos por ser el padre del célebre espía de ficción James Bond) y el serbio Dušan Popov, mujeriego empedernido, del que se dice que fue la inspiración de Fleming cuando creó a 007. Los agentes que vivían en Cascais tenían rutinas muy parecidas. Les encantaba alojarse en el elegante Hotel Palacio, tomaban el té con deliciosos dulces portugueses en la Pastelaria Garrett y se dejaban las pestañas en el famoso Casino de Estoril que presenció más de una trifulca entre los agentes secretos que allí se daban cita.
A las afueras del núcleo urbano de Cascais está el mirador natural de la Boca do Inferno y unos veinte kilómetros al norte el Cabo da Roca, el punto más occidental de Europa continental. Desde este lugar privilegiado situado “donde la tierra termina y el mar empieza” según el poeta Luís de Camões, se puede ver una impresionante puesta de sol que os recordará que Cascais ha sido una elección perfecta para pasar unos días de descanso.
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Texto de Tus Destinos
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Todos los faros están gestionados por la Autoridad Portuaria de Baleares y en su web se muestran las características técnicas de cada uno de ellos
Faro de Favàritx
Su ubicación en el entorno natural del Parque Natural de s'Albufera des Grau, la zona más húmeda de Menorca a unos 20 kilómetros al norte de Maó, lo convierte en uno de los más visitados.
Punto clave de la Reserva de la Biosfera de la isla, aquí encontramos una gran variedad de aves acuáticas y rapaces como el águila pescadora, el milano o el águila calzada
Faro de Cavalleria
A unos 14 kilómetros de Es Mercadal, en el extremo más meridional de la isla, se alza este impresionante faro sobre un acantilado de más de 80 metros y con fantastícas vistas sobre el mar.
Una curiosidad que observarás si visitas el faro de Cavalleria: verás que por los alrededores sorprenden unos montones de piedras encarados al mar. Los construyen los turistas que se acercan al faro porque, según la tradición, quién crea estas formas y pide el deseo al faro de volver a Menorca, tu deseo se cumplirá.
Faro de Punta Nati
Inagurado en 1913, su creación proviene de un trágico accidente. Y es que, en esta zona de fuertes vientos y corrientes marinas naufragó tres años antes el moderno vapor francés Général Chanzy a causa de una gran tempestad.
Los días con fuerte viento del norte se puede disfrutar de un espectáculo natural cuando, la grieta cercana al faro expulsa con gran fuerza el agua, en una suerte de bufador que arremete contra la óptica del faro, que en ocasiones ha sido dañada por su presión.
Faro Illa de l'Aire
Al sur de Mahón, en el municipio de Sant Lluis, se encuentra la turística Platja de Punta Prima. Desde aquí se observa perfectamente la Illa de l'Aire y la silueta de su faro en un entorno de aguas turquesas y gran riqueza marina.
Una de las características de la isla es la de albergar una especie endémica de Menorca y Mallorca: la lagartija negra. Pero no sólo el pequeño reptil puebla el islote, que alberga también numerosas aves en su paso migratorio.
Faro Artrutx
De características rayas gruesas blancas y negras, el faro de Artrutx se encuentra a 7 kilómetros de Ciudadela. Se construyó a mediados del siglo XIX, en 1858, y al principio, funcionaba con petróleo hasta 1930 en el que llegó al faro la electricidad. Ahora, el faro de Artrutx forma parte del patrimonio histórico de Menorca.
Muy cerca del faro se encuentran las calas den Bosch y Son Xoriguer, una de las que presenta mayor oleaje y que por tanto posibilita la práctica del windsurf.
Sa Farola
Se encuentra en el Paseo Marítimo de Sa Farola por lo que se puede llegar tranquilamente hasta él dando un paseo de unos 30 minutos desde el centro urbano de Ciutadella. Durante el trayecto podrás disfrutar del hermoso paisaje o de un baño en la Caleta es Frares, con sus plataformas habilitadas para los bañistas, y que queda a medio camino.
Faro de Sant Carles o Faro de Maó
Considerado el primer faro de la isla, se construyó en 1852 sobre las ruinas del Castell de Sant Felip, en la punta de Sant Carles. Tras algunas discusiones sobre su ubicación, se sustituyó por un torre metálica de franjas negras y blancas.
Cerca del faro se encuentra el Fuerte de Marlborough, una singular edificación de forma heptagonal rodeada de un foso excavado en la tierra y construida por los británicos entre 1710 y 1716, del que se pueden visitar sus galerías.
Imágenes cedidas por www.portsdebalears.com
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