DESTINOS NAVIDEÑOS QUE VISITAR UNA VEZ EN LA VIDA
Si buscas un destino para celebrar la navidad, con o sin niños, aquí van algunas ideas.
+ infoDe Pijp
Nadie sabe con certeza a qué responde el nombre del barrio. La traducción literal es “la tubería”, cuentan que por la forma de sus calles. Y como toda tubería tiene su desagüe, De Pijp lo encuentra en el oasis de Sharphatipark, un jardín de estilo inglés en el que evadirse del ajetreo diario. En él se dan cita madres solteras a la salida del colegio, estetas con perro, quinceañeros aspirantes a rapero y la pareja de policías de barrio, cómo no, en bicicleta.
El proceso, aunque nos es familiar, no deja de sorprendernos. Había sido un barrio obrero, si acaso con algunos estudiantes y artistas en ciernes en busca de alquileres bajos. En las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado, acogió a un gran número de inmigrantes. Actualmente el barrio se ha aburguesado. En todos estos cambios la metamorfosis es muy sencilla, las magdalenas pasan a llamarse cupcakes, los modernos circulan en bicis de piñón fijo, engorda la montura de las gafas y los perros adquieren extrañas formas: se arrugan, estilizan su figura y hasta tienen sesión en la peluquería, perdón, en el estilista; y en el psicólogo. Por arte de birlibirloque, los alquileres suben un 300 por ciento y el barrio adquiere el derecho a colgarse la etiqueta de bohemio.
Ya tenemos la isla en mitad la ciudad, compitiendo por llevarse de copas al artisteo de caché con el mismísimo barrio de Joordan. Y lo de la isla no es metafórico, De Pijp está conectado con el resto de la ciudad por 16 puentes que pasan por encima de los archiconocidos canales que representan la imagen más exportada de la capital holandesa. Lo de los artistas de renombre tampoco es de ahora. Piet Mondrian fundó la revista De Stijl, que sirvió de altavoz al grupo de artistas homónimo, en un pequeño estudio sobre el canal Ruysdaelkade.
Pero al final, lo que dota de personalidad al barrio es el mercado Albert Cuypmarkt y una verdadera ONU de la gastronomía repartida por todo el barrio, en discretos locales con más o menos encanto. El mercado tiene ese punto tan inglés, tipo el de Notting Hill. A poco que pasees por allí te harás amigo del tendero, el florista te reservará los mejores tulipanes, no los que vende a peso a los turistas, turistas que por cierto se pasan más bien poco por aquí. El panadero tendrá listo el pan en el punto de cocción que te gusta y el quesero te ofrecerá buenas cuñas para tomar con un vino en buena compañía. La sencillez de los pequeños detalles. En el Albert Cuypmarkt es posible comprar de todo, hablamos del mercado callejero diario más grande de Europa, la cocina de Ámsterdam. Te darás cuenta que te has integrado del todo cuando bajes a disfrutar del “Haring” (arenques crudos) con los vecinos.
En cuanto a los restaurantes, piensa en cualquier plato del mundo. Dicen que viven hasta 150 nacionalidades en el barrio, muchas de ellas con chiringuito propio. Olores a mil especias, pad thai, durum o saté. Escoge. Aunque hay que reconocer que lo de Ámsterdam con la buena comida es una batalla casi perdida, será casi imposible que salgas de De Pijp sin haber encontrado tu sitio. Casi lo de menos, anecdótico, es que el barrio empiece en el muy turístico museo de Heineken Experience, el límite para ambos lados del barrio, la barrera entre el turismo masivo que se pasea por Leidseplein y los bohemios con atuendo hipster que se pasean por el barrio.
Por Rafa Perez de El Fotógrafo Viajero
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+ infoHolanda el paraíso de las bicicletas
La bicicleta es indudablemente una de las señas de identidad de los Países Bajos, al igual que los son los canales, los molinos y los tulipanes. Su llano relieve, con apenas desniveles, y las fabulosas infraestructuras con la que cuenta para desplazarse con este ecológico medio de transporte, lo convierten en un terreno perfecto para la práctica del cicloturismo. A continuación hemos realizado una selección de cuatro recorridos que te permitirán conocer Holanda desde una perspectiva más saludable tanto el medio ambiente como para tu cuerpo.
Ruta por Ámsterdam
Una forma cómoda y divertida de recorrer la capital holandesa es hacerlo como la mayor parte de sus habitantes, pedaleando sobre dos ruedas. Al ser una ciudad plenamente concienciada y preparada para el uso de la bicicleta, no encontrarás ningún problema para desplazarte por sus calles con total comodidad. Eso sí, hay que ser respetuoso con las normas existentes al respecto y moverse por los carriles y las áreas dedicadas a estos vehículos, ya que en caso contrario, es más que probable que te caiga alguna que otra reprimenda.
Además de moverte por su centro histórico a la caza de sus monumentos, te recomendamos que te acerques al Amsterdamse Bos (el bosque de Ámsterdam), donde te espera una buena dosis de naturaleza. Situado a 4 kilómetros, este gran parque ejerce de pulmón verde de la ciudad y de espacio de ocio para los amsterdameses. ¡Toma nota!
Ruta de los tulipanes
¿Qué mejor manera de disfrutar de la primavera holandesa que pedaleando por sus floridos campos de tulipanes? De abril a mayo tiene lugar uno de los momentos más espectaculares a nivel de atracción de turistas, como es el proceso de floración de los tulipanes. En esta ruta, con la salida y la llegada a Ámsterdam, podrás disfrutar al máximo de todo el esplendor de la naturaleza. Consta de un total de 305 kilómetros a realizar en unos 8 días. El trayecto incluye las poblaciones de Gouda, popular por su queso, Delft, famosa por su cerámica azul, Leiden, ciudad que vio nacer a Rembrandt, y Haarlem, donde no debes de dejar de visitar el museo dedicado al pintor Franz Hals. El plato estrella de este recorrido es Keukenhof, un extenso parque, posiblemente uno de los más bellos de Europa, situado entre las localidades de Leiden y Haarlem.
Ruta de los molinos
Otro de los iconos clásicos de los Países Bajos, los molinos, también tiene su propia ruta a realizar en bicicleta. Con el punto de partida y de llegada en Bunnik, que está situado al lado de Utrecht, consta de un total de 200 kilómetros a hacer en unos 6 días. El punto más relevante de este recorrido es Kinderdijk, un pólder situado en la confluencia de los ríos Lek y Noord, drenado por un sistema de 19 molinos de viento que fue construido alrededor de 1740. Por el camino también te cruzarás con Dordrecht, una de las ciudades más antiguas de Holanda, y Gorcum, y gozarás de unos paisajes fantásticos.
Ruta por el mar del Norte
La costa del mar del Norte esconde suficientes atractivos como para marcarse una pequeña escapada en bicicleta para disfrutarla en su máximo esplendor. En este caso te proponemos un recorrido de menos de 50 kilómetros que va desde La Haya hasta Zandvoort, y en el que hallarás unas hermosas vistas al mar y unas preciosas playas.
En la oficina de turismo de Holanda se pueden adquirir los mapas con estas y otras muchas rutas en las que vienen incorporados todos los detalles del itinerario. Reserva tu Vueling aquí y aventúrate a recorrer los Países Bajos con el que es su medio de transporte “estrella”, la bicicleta.
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
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Heroes: El Berlín de Bowie
David Bowie se mudó a la capital alemana buscando el anonimato en la atmósfera del Berlín de la Guerra Fría, totalmente interesado por la escena musical berlinesa de esa época con bandas como Tangerine Dream y Kraftwerk y con la firme intención de desintoxicarse.
"Low", "Heroes" y "Lodger" son los tres álbumes que forman la Trilogía de Berlín, tres trabajos clave en la discografía de David Bowie grabados en colaboración con Brian Eno en la década de 1970 y bañados por la influencia y el poder de una ciudad y una época únicos en la historia.
Para recorrer los lugares claves de la estancia de Bowie en la capital Berlinesa debemos empezar por la Hauptstraße 155, la dirección del edificio donde vivió el genio británico. Como curiosidad, hay que saber que su compañero de juergas y la también estrella del rock Iggy Pop compartió con él esta misma dirección, aunque pese a lo que muchos piensen, en distinto piso.
Bowie e Iggy frecuentaban la noche berlinesa con gran asiduidad. Uno de los locales más pisados por la pareja es precisamente nuestra siguiente parada: el café Neues Ufer. Antiguamente conocido como Anderes Ufer, este local es uno de los primeros bares de Europa de ambiente gay. De allí su nombre, que traducido significa “la otra orilla”.
Si nos movemos en metro por Berlín es parada obligatoria la estación de Neukölln. Os animamos a que tengáis un mp3 a mano para poder rendir tributo a la canción instrumental "Neuköln", que aparece en el álbum de 1977 "Heroes".
Tras el homenaje, podemos parar en la Potsdamer Platz, justo en el punto donde el Muro atraviesa la plaza. En la canción “Heroes” Bowie canta “I, I can remember, Standing, by the Wall, And the guns shot above our heads, And we kissed, as though nothing could fall” (“yo, yo puedo recordar, de pie junto al Muro, y las balas sobre las cabezas, y nos besamos como si nada pudiera caer”) Además de ser el lugar desde donde Bowie dice estar frente al muro, también esconde la historia de dos enamorados besándose. En su momento, Bowie dijo que era tan sólo inspiración, pero con el tiempo se pudo saber que se refería a una aventura que Tony Visconti, el guitarrista de Bowie, estaba teniendo con una de las coristas.
El lugar desde donde Bowie vio esa romántica escena de Visconti, fue nuestra siguiente parada: los Hansa Estudios. Lugar donde ambos pasaban horas experimentando lo que después se convertiría en una trilogía inigualable dentro de la historia de la música.
La última parada de nuestro recorrido termina frente a la Puerta de Brandeburgo, con una vista sobre la Plaza de la República. Esa plaza está al frente del Parlamento alemán, donde Bowie retornaría en 1987 para el Concierto para el Festival de Berlín.
Imagen de Jean-Luc Ourlin
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