Sinterklass
Hasta hace bien poco no conocía esta tradición holandesa de Sinterklaas, con una leyenda muy divertida y entrañable, y algo de polémica. Pero hace ya unos años que, cada 5 de diciembre, una buena amiga holandesa nos reúne en su casa para celebrarlo; nos explica su origen, cantamos como buenamente podemos las canciones típicas holandesas y comemos los dulces característicos de esas fechas.
Sin duda, es el día que los niños holandeses esperan con mayor ilusión porque, al llegar la noche, Zwarte Piet bajará por la chimenea para entregarles los regalos si se han portado bien. Para ello, deben dejar un zapato, una zanahoria para su caballo blanco llamado Amerigo y un dibujo que demuestre lo buenos que han sido.
Ahora empieza el jaleo. En primer lugar, representa que Sinterklaas llega de Madrid en barco. -¿Cómo? ¡Eso no tiene ningún sentido! ¿De Madrid a Amsterdam en barco? ¿De dónde habéis sacado esto?-.
Se dice que Sinterklaas (San Nicolás) es en realidad originario de Turquía y, una vez muerto, sus restos se trasladaron a Bari, en el reino de las Dos Sicilias, del que Carlos V sería rey. Al heredar su sucesor Felipe II este reino, que comprendía los Países Bajos, España y el reino de las Dos Sicilias, se ubica en España y, concretamente en Madrid para simplificar, el inicio de este viaje.
-Pero, ¿no suena racista lo de Pedro el Negro?- Por lo visto, se han alzado muchas voces por el posible carácter racista de Pedro el Negro, bajo el lema Zwarte Piet is racisme. Una de las medidas pide que cada año tenga un color diferente; que si ahora azul, el año que viene rojo y el siguiente amarillo, por ejemplo. Otros, defienden la tradición y no quieren que el color de Pedro cambie. Según ellos, Pedro ha cogido ese tono tras años y años descendiendo por las chimeneas llenas de hollín. Las dos opciones encienden cada año un intenso debate en Holanda.
Por último, mi amiga explica que, de niños les contaban que si se portaban muy mal muy mal, la tradición decía que "Sinterklaas se lo llevaría a Madrid". -¡Pero bueno! ¡Esto es el colmo! ¿Qué tipo de amenaza es esa?-.
Sinterklaas en Holanda
Esta claro que la llegada de Sint es un gran evento en Holanda, con grandes desfiles previos. Y la noche del 5 de diciembre, las familias se reúnen en sus casas para cantar, leer poemas y hacerse pequeños regalos.
Cada año, se escoge una ciudad holandesa para retransmitir por televisión su desfile de Sinterklaas, un evento que es seguido por muchísima gente. Este año, ese privilegio lo tendrá Gouda, ciudad situada al norte de Rotterdam, de la que todos hemos oído hablar por ser el origen del famoso queso.
Pero es Ámsterdam la ciudad con el mayor desfile por Sinterklaas. Llegará en barco por el río Amstel hasta el Museo Marítimo, donde será recibido por el alcalde la ciudad el domingo 16 de noviembre. Con él, lleva montañas de galletas para repartir entre los niños y viene acompañado de muchos Pedros, cada uno con un nombre diferente y divertido, como Pedro el del libro -que lleva el gran libro de Sinterklaas con todas las anotaciones que ha tomado de los niños-, Pedro el despistado, Pedro el acróbata o Pedro de los regalos.
Los dulces de Sinterklaas
Estas ricas galletas que trae Sint se llaman pepernoten (que significa nuez especiada). Son pequeñas y de sabor muy intenso a caramelo y jengibre. También las speculaas, con formas navideñas o referentes a Sinterklaas. Para su elaboración se le añaden numerosas especias entre canela, nuez moscada, clavo, jengire, cardamomo y pimineta blanca.
Otros de los dulces típicos de Sinterklaas es el chocolade letter, unas grandes letras de chocolate de las que normalmente se regala la inicial de tu nombre, o los schuimpjes, de divertidos colores y formas.
Imágenes de Sinterklaas por MarkDB y Michell Zappa
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Un paseo por los canales de Ámsterdam
La imagen de Ámsterdam va ineludiblemente ligada a la de sus canales, esto es un hecho. Como buenos protagonistas que son, en tus paseos por la ciudad los cruzarás en más de una ocasión por el buen número de puentes que los atraviesan, y bien seguro que acabarán retratados en alguna de las múltiples fotos que hagas de tu viaje. Y es que la capital holandesa cuenta con una red conformada por más de 100 kilómetros de canales, de los cuales, los que se encuentran dentro del área delimitada por el canal Singelgracht fueron declarados en 2010 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Pero, ¿sabes qué historia se encuentra tras ellos?
Los orígenes
Esta fabulosa red de canales tiene sus orígenes en el siglo XVII, época en la que se produjo un fuerte aumento de la población producido por la llegada de inmigrantes a la ciudad, lo que hizo necesaria la construcción de un ensanche de la ciudad. Hay que tener en cuenta que por aquel entonces Ámsterdam era una de las ciudades más ricas del mundo gracias a su puerto, desde el que se movía un elevado volumen de mercancías procedentes de buena parte del planeta.
Para la edificación de esta ampliación de la ciudad se llevó a cabo un elaborado proyecto urbanístico en el que lo que se hizo fue ganar tierra al mar mediante el drenaje de las marismas. Dispuestos siguiendo una estructura de arcos concéntricos, los canales se construyeron en dos fases. En la primera fase, que tuvo lugar entre 1613 y 1625, se construyó el sector noroccidental. Los canales Herengracht, Keizersgracht y Prinsengracht se dedicaron a la construcción de viviendas mientras que el de Singelgracht, el más exterior, tenía un papel defensivo y de control del agua. En la segunda fase, que tu lugar a partir de 1660, se llevó a cabo la construcción de la zona sur a partir de Leidsegracht.
Para aquellos que quieran profundizar en el tema, les recomendamos la visita al Museo Grachtenhuis Amsterdam, dedicado a los canales de Ámsterdam.
Paseos en barca por los canales
Desplazarse en barca por los canales de Ámsterdam puede ser una opción estupenda para hacer un reconocimiento de la ciudad, en la que además de disfrutar de la vista de las bellas casas que los flanquean, podrás ver un buen número de sus espacios más relevantes, como el Rijksmuseum, la Casa Museo de Rembrandt, la Casa de Ana Frank, o el Bloemenmarkt (el Mercado de las Flores) -compuesto por embarcaciones donde se venden flores y plantas-, y todo ello desde una nueva perspectiva. Existen múltiples opciones para recorrerlos que van desde la clásica barca turística con audioguías en diversos idiomas, hasta el alquiler de toda una embarcación para un pequeño grupo. Uno de los momentos más mágicos para desplazarse por sus aguas es al atardecer, que ofrece el mejor juego de luces y por tanto, las imágenes más bellas de la ciudad.
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Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Per Salomonsson
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Los exóticos dulces de Argel
La cocina argelina ha estado influenciada por multitud de culturas. Durante cientos de años, los bereberes, árabes, turcos, romanos, franceses y españoles, han contribuido a crear su ecléctica gastronomía que surge de toda una mezcla de sabores y aromas.
Sus exóticos dulces te envuelven con todo su sabor para llevarte a tierras exóticas de Mil y una noches, con su gran variedad y sus preciosas presentaciones. Dulces de vivos colores, minuciosos modelados y adornos, que se suelen elaborar con almendras, pistachos, nueces y avellanas, se aromatizan con agua de azahar y se acaban con edulzar con miel o pulpa de la fruta.
Entre los pasteles más populares se encuentran los makroud, samsa, hrisa, sfenj o las galletas halwa, que sirven habitualmente para acompañar una taza de té verde a la menta fresca, una de las bebidas más consumidas del país.
Argelia es, junto a su vecina Túnez, uno de los mayores productores de dátiles de la variedad deglet nour -de tacto suave, claro translúcido y un sabor parecido a la miel suave que se cultiva principalmente en las provincias de Argelia Biskra, en los oasis de Tolga y M'Chouneche- y que sirven como base para numerosos dulces. Entre los dos países producen el 90 por ciento de las exportaciones de esta variedad. Los argelinos son también los mayores consumidores de miel del mundo, cosa que no es de extrañar, ya que casi todos sus dulces se endulzan con este oro líquido.
Qualb bel louz es una especialidad del norte de Argelia y su nombre significa "corazón de almendra", muy consumida durante las noches del Ramadán, acompañando el te a la menta o el café. Se elaborada con sémola, almendras, fragancia de naranjo y se bañan en sirope de miel.
El makroud es otro de los platos típicos de la tradición gastronómica argelina. Este dulce se elabora también con una base de sémola de trigo y se rellena de pasta de dátiles, recortado en forma de rombos o triángulos, para acabar friéndolos y bañándolos en almibar. Los encontrarás del mil colores y variedades diferentes.
Entre las delicias de oriente destaca también el Samsa, el dulce argelino de antigua tradición, elaborado a base de hojas de masa de brick triangulares y rellenas con almendras y rociadas con semillas de sésamo. O endúlzate con la ghribia, un bizcocho redondo que se prepara con harina, azúcar y que se acaba aromatizando con canela o piel de naranja y limón.
El m'halbi es uno de los postres más habituales. Es fresco y cremoso, con una decoración muy característica de dibujos marrones de canela en polvo. O el zlabia, cuya versión más popular es la de Boufarik, que nació por el descuido de un joven aprendiz de cocina que no recordaba bien la receta.
O los baklawa, de origen turco que se consume en todo el Oriente Medio. Son pastelitos de pasta de nueces y pasta filo, que se bañan en almíbar o miel para incorporar finalmente cualquier tipo de fruto seco. Pueden resultar un poco empalagosos pero, sin duda, son de un sabor exótico y delicioso.
Con todas estas recetas tendrás seguro un camino de dulces sabores en tu viaje a Argelia.
Imagen de ghribia por Waran18 | imagen de griouche por Arnaud25 | imagen de makrout por Latyyy
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+ infoCatania: fuego, luz, agua y sabor
La provincia de Catania ofrece al viajero gran variedad de paisajes, que pasan por pequeñas bahías y bucólicos senderos, del Etna -el mayor volcán de Europa- a las aguas de la costa jónica. Y, al igual que sus paisajes, la gastronomía de Catania se constituye por su gran diversidad de recetas tradicionales en la que convergen los sabores, texturas el Mediterráneo.
Aromas, especias y productos que ofrecen todo un viaje de sabores al paladar. Desde las especias orientales como la canela y el azafrán - que tantos platos condimentan-, a los contrastes agridules o los cítricos.
Y es que la tierra volcánica del Etna es rica en minerales lo que, junto a su característico clima, permiten el cultivo de excelentes frutos como limones y naranjas, mandarinas, manzanas, olivas, almedras, fresas, cerezas, avellanas, castañas y la elaboración de vinos de calidad reconocidos por todo el mundo.
Uno de los grandes productos de esta tierra oscura y fértil es el pistacho de Bronte, el "oro verde de Sicilia", que se utiliza para la elaboración de helados, salsas y en multitud de recetas.
Los mercados históricos
De entrada, para ver los productos de la región, nada mejor que acercarse hasta sus mercados históricos, el Mercado de la Pescheria y el de la Piazza Carlo Alberto, que desde primera hora bullen a un ritmo frénetico.
En la Pescheria, enclabada en la plaza del Duomo, el visitante puede probar in situ algunos de los productos, como las almejas, mejillones, sardinas, anchoas, ostras, erizos o el mauru, una alga de la zona que se come cruda y aliñada con unas gotas de limón.
La Granita
Para empezar el día, especialmente en verano, se toma el típico desayuno catanés con granita de limón, almendra, fresa o chocolate, acompañado de un brioche llamado Tuppu. La granita es un helado siciliano que poco tiene que ver con el helado típico italiano; es parecido a un granizado pero más cremoso y refrescante, y se elabora con fruta natural.
Pasta alla Norma
El plato más tradicional es la "pasta alla Norma", que se acostumbra a elaborar con macarrones o espaguetis, salsa de tomate, crujiente de berenjena frita, albacaha fresca y ricotta, y que debe su nombre la ópera más célebre del compositor Vicenzo Bellini, nacido en Catania.
Arancini
Prueba también los típicos arancini para un aperitivo o una comida ligera. Se trata de una bola de arroz frito que en Sicilia se prepara de mil maneras: relleno con carne, espinacas, jamon o berenjenas. Se come cogiéndolo de la punta. Son muy buenos los de Etoile d'Or (en la Piazza Umberto), Spinella (Via Etnea 298) o Da Ernesto. (Via Ruggero di Lauria 91/93)
La pastelería catanesa
No olvidemos la afamada pastelería catanesa y, en especial, los populares cannolis -una pasta hojaldrada rellena de ricotta y frutos secos-, la cassata alla ricotta o las pastas de almendra y pistacho. Los encontrarás en multitud de locales de la calle Etnea, como en la Pasticceria Savia, una de las más pastelerías prestigiosas de Catania. ( Via Etnea 300)
Los chioschi o "cioschi"
Una de las atracciones de la gastronomía de Catania son sus chioschi, unas casetas con forma octogonal en lugares estratégicos a la sombra, en los que aliviar la sed y el cansancio del momento. Se sirve tradicionalmente unos refrescos a base de jarabes de fruta mezclados en el momento con agua carbonatada.
Cada barrio tiene su chioschi, que viene a ser lugar en el que reunirse a cualquier hora ya que están abiertos prácticamente las 24 horas del día, y en el que se aprecia los hábitos y costumbres de los cataneses.
El primer chiosco, llamado Costa, se abrió en 1986 en la Piazza Stesicoro, y posteriormente abrió Vezzosi en la Piazza Duomo. El Costa se trasladó a la Piazza Spirito Santo y el Vezzosi a la Piazza Vittorio Emanuele III, donde se encuentran hoy en día.
Imagen de Pasta alla Norma por Paoletta S.
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