Brindisi y el Valle de Itria
Bríndisi, conocida como la "Puerta a Oriente" por ser antiguamente puerto estratégico de paso para las tropas romanas y por su cercanía a Grecia y enlaces con Turquía y Albania, es también punto de partida para descubrir la belleza de los paisajes y los pequeños pueblecitos de su provincia, que se diseminan por la costa y por el interior, en el valle de Itria, en un recorrido que nos descubre las huellas de su pasado con rincones llenos de arte e historia.
El Valle de Itria se extiende por las provincias de Bari, Bríndisi y Taranto y es conocido como la tierra de los Trulli (Valle dei Trulli). Se trata de unas antiguas construcciones de forma circular y con una cubierta cónica de piedra muy características de la zona, que encontrarás diseminadas por todo el valle pero especialmente bien conservadas en poblaciones como Alberobello o Locorotondo.
Existe una extensa red de rutas verdes perfectamente habilitadas para recorrer en bicicleta y descubrir toda la belleza de su vasto territorio, serpenteando entre poblaciones como Ceglie Messapica, Mesagne, Ostuni, San Vito dei Normanni o Francavilla Fontana.
Bríndisi
Bríndisi cuenta con un gran paseo marítimo pero, si te adentras por sus callejuelas, descubrirás su bello centro histórico que guarda muchas sorpresas, salpicado de iglesias, monumentos romanos y palacetes.
En Brindisi finaliza la Via Appia, la que fue la calzada más importante de la antigua Roma, la 'Regina Viarium, que comunicaba Roma con Capua con sus 530 kilómetros de longitud. Se extiende desde la Porta Sebastiano de Roma hasta Brindisi, e indicacaba su punto final en esta ciudad por dos columnas (actualmente sólo conserva una de ellas). Fue ordenada construir en 312 a.C. por el censor Appius Claudius Caecus.
La ciudad blanca de Ostuni
Llamada la Ciudad blanca por sus pintorescas casas encaladas de estricto blanco, Ostuni se alza con toda su belleza sobre tres colinas, dando el aspecto de una antigua ciudad griega.
El centro de la ciudad se enmarca entre los ocho muros aragoneses que se conservan de los quince originales y los baluartes que rodeaban la ciudad medieval. Su interior es un fascinante laberinto de estrechas calles que desembocan en pequeñas plazas y enmarañados callejones y escaleras que llevan hasta la cima, donde se encuentra la majestuosa Catedral, y desde la que se admiran las llanuras de olivos que van hasta el mar.
Cisternino
Sobre una de las terrazas de Mugia tienes una de las joyas de Italia; Cistermino es una de las poblaciones más bonitas de toda Italia. Y es que, la capital brindisina del Valle de Itria, ha recibido una bandera naranja por la buena conservación de su centro histórico que es una delicia recorrer a pie entre los palacios de Amatialacio y Capece, la torre Normandao numerosas iglesias antiguas.
Soportales, casa blancas con balcones floreados, estrechos callejones, patios y escaleras hacen del paseo por este antiguo burgo una delicia.
Reserva natural de Torre Guaceto
La reserva natural marina y área protegida de Torre Guaceto se encuentra a poco menos de 30 kilómetros de Bríndisi. Afortunadamente, esta zona se ha mantenido prácticamente virgen, al margen de las salvajes construcciones que han inundado otros lugares de la costa.
Este pequeño oasis de tranquilidad permite la práctica del ciclismo por los caminos de matorrales y olivos, el buceo para admirar la belleza de sus arrecifes de coral y la vegetación de sus fondos marinos o, simplemente, disfrutar de sus playas de arena y cristalinas aguas.
Grutas de Castellana
Un paseo de unas dos horas a las profundidades de este mundo subterráneo, que transcurre entre estalactitas y estalagmitas, y que te llevará hasta la Gruta Blanca, una bella cueva con formaciones calcáreas que se reflejan en el lago subterráneo creando un espéctaculo visual indescriptible.
Cisternino por Kiuz | Gruta de Castellana por tango7174 | Ostuni por Dronkitmaster | Torre Guaceto por Yoruno | Trullos por yellow.cat
Un sitio que merece la pena descubrir! Consulta nuestros vuelos aquí.
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6 razones para viajar a Madeira
El océano Atlántico tienen en su haber un conjunto de islas, las Madeira, cuyo principal atractivo es la belleza de su naturaleza, en la que contrasta el verde de su frondosa vegetación con el intenso azul de las aguas atlánticas. No en vano, durante los últimos siglos han sido lugar de evasión, descanso e inspiración por el que han pasado personalidades como el general Napoleón Bonaparte, la emperatriz Sissi, el emperador Carlos I de Austria, el escritor irlandés George Bernard Shaw o Winston Churchill, entre otros. Tú puedes ser el próximo en dejarte hechizar por estas islas; aquí tienes algunas de las principales razones por las que merece volar hasta Madeira:
1. Buen clima todo el año
Gracias a su situación geográfica y a su montañoso relieve, estas islas poseen un clima oceánico tropical que hace que las temperaturas sean agradables todo el año, fluctuando entre los 25 ºC en verano y 17 ºC en invierno. Esto hace que cualquier época del año sea buena para visitarlas y disfrutarlas.
2. Funchal, la capital
Al sur de la isla de Madeira se encuentra Funchal, una de las principales ciudades del archipiélago, que hace las funciones de capital de la región. De su precioso centro histórico sobresalen la iglesia de Sé, construida en el siglo XVI, de la que destaca en su interior su techo de alfarje trabajado en estilo mudéjar, y la Colegiata o Igreja do Colégio, en cuyo interior no faltan los dorados paneles ni los azulejos.
Uno de los rituales inevitables para cualquier turista (con agallas y sin vértigo) que visite la ciudad es la subida en el teleférico hasta la pequeña localidad de Monte, donde las vistas de la bahía son espectaculares y donde recomendamos la visita del Jardín Tropical Monte Palace y el Parque Leite Monteiro. Para la bajada se puede optar por un peculiar y singular medio de transporte, una especie de trineo de mimbre manejado por dos hombres que suelen vestir de blanco, conocidos como los carreiros, que ayudan en su deslizamiento por la pendiente.
3. Una fauna y flora únicos
Uno de los aspectos que destaca de la isla es la presencia de especies endémicas tanto animales como vegetales. De imprescindible visita es el bosque de Laurisilva,Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Por otro lado, las islas Desertas, cuentan con una auténtica reserva natural, con la presencia de moluscos endémicos, aves marinas como la pardela cenicienta o el paíño de Madeira. Aquí también se encuentran las focas monje, otra especia propia de este archipiélago.
4. La playa de Porto Santo
Curiosamente, la topografía de las islas limita el número de playas naturales a la isla de Porto Santo, que cuenta con 9 kilómetros de arena fina y dorada, y aguas cristalinas que bien le han valido el mérito de estar entre las más bellas de Europa.
5. Gastronomía
Entre los platos típicos de Madeira te recomendamos que pruebes el pez espada, a poder ser combinado con plátano, la caldeirada (sopa de pescado), el bife de atum e milho frito (atún con maíz frito), y la espetada (carne ensartada en una rama de laurel y cocido sobre brasas). Como postre te aconsejamos algo tan típico como el bolo de mel (pastel de miel de Madeira).
6. El vino de Madeira
Desde que en el siglo XVII el cultivo de la caña de azúcar perdiera fuerza en las islas –pasó a realizarse en Brasil-, éste fue reemplazado por el de la vid y la producción de vino, y aún en la actualidad ocupan un importante lugar en la economía de Madeira. Entre sus variedades se cuenta con el bual, parecido al Oporto, el verdelho, el sercial, y el malmsey o malvasía, que es el más popular de todos.
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Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de David Stanley, Greg_Men, penjelly, Krzysztof Belczyński, Hannes Grobe
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La mejor escapada de tu vida en cuatro días
Seguro que ahora que se acaba el año, todavía te quedan algunos días de libre disposición para gastar. Te vamos a hacer una recomendación para disfrutar durante un fin de semana largo en Gran Canaria. Verás que es el tiempo suficiente para sumergirte en una de las perlas del Atlántico. ¿A qué esperas para descubrirlo? Cuatro días en la Isla dan para todo tipo de planes que harán olvidar la rutina. A continuación, recopilamos algunos consejos prácticos para aprovechar al máximo tu estancia en la Isla.
Jueves
Justo después de abandonar el aeropuerto, lo más recomendable es encaminarse hacia el sur para tomar el primer chapuzón del fin de semana. Maspalomas y Playa del Inglés te esperan con sus largas extensiones de arena rubia en las que puedes tomar el sol durante todo el año, sin problemas. Si te apetece una desconexión inmediata, aparca la monotonía diaria surcando las dunas o jugando al golf en alguno de los tranquilos campos de la zona.
No dejes de visitar el encantador Puerto de Mogán, un lugar ideal para dar un agradable paseo y saborear el pescado fresco que ofrecen sus restaurantes junto al mar.
Viernes
Empezamos el día con una ruta por el norte de la Isla. ¿Y qué mejor que Arucas para hacerlo? Se trata de una ciudad en la que viviendas y plantaciones de plataneras coexisten con fraternidad. Allí se levanta la iglesia de San Juan Bautista, de estilo neogótico y realizada con piedra de cantería del propio municipio. Otro de los atractivos del itinerario es la fábrica del ron Arehucas, afamada bebida que se produce en la mayor y más antigua bodega de ron de Europa.
Camino del triangulo noroccidental de Gran Canaria, visita la Cueva Pintada de Gáldar, un museo y parque arqueológico asentado sobre un importante yacimiento aborigen. Si continúas el trayecto en dirección al pintoresco pueblo de Agaete quedarás fascinado por la abrupta orografía que decora la costa. Disfruta de la puesta de sol y aprovecha para subir a tus redes sociales impresionantes panorámicas en las que, sin duda, la protagonista es la cola de dragón que caprichosamente han dibujado los acantilados en el océano a lo largo de millones de años.
Sábado
Ha llegado la hora de conocer Las Palmas de Gran Canaria, una capital moderna y cosmopolita. Recorre Vegueta, su corazón histórico, y haz una parada en la Casa de Colón, donde se conserva un valioso legado cultural fruto de la relación que la Isla ha mantenido con América a lo largo de cinco siglos. La Calle Mayor de Triana reúne todas las condiciones para una intensa jornada de compras en los establecimientos de firmas internacionales y marcas locales.
La Casa-Museo Pérez Galdós, donde nació el escritor canario más universal, es otro punto de interés antes de poner rumbo a Las Canteras, una de las mejores playas urbanas de España. Allí se celebran los conciertos al aire libre de la Ruta Playa Viva, una de las propuestas de ocio más atractivas de la ciudad.
Domingo
Gran Canaria ostenta un rico patrimonio natural que alcanza su esplendor en el interior de la Isla. El último día de la semana puedes acercarte a sus mercadillos para degustar lo mejor de su gastronomía y escoger un recuerdo de tu visita entre los productos de la artesanía regional. Teror mima con devoción a la Virgen del Pino, patrona de la Diócesis de Canarias. Ese es el inicio de una ascensión que debe culminar en Tejeda y Artenara.
Un fenómeno conocido como mar de nubes pondrá el cielo a tus pies en un paraje sobrecogedor que Miguel de Unamuno definió como “tempestad petrificada”. Visualiza, desde la cumbre, los roques Nublo y Bentayga, luego cierra los ojos y memoriza esa impresionante estampa para siempre. ¿A qué esperas para vivirlo en primera persona? Consulta nuestros vuelos aquí.
Imágenes de Patronato Turismo Gran Canaria
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El Palermo más escalofriante
Cuando uno piensa en viajar a Sicilia, lo hace con la idea de visitar su apabullante patrimonio fruto de su ajetreado pasado histórico, de ver de cerca un volcán en activo como es el Etna, de probar su deliciosa y variada gastronomía, de conocer la cuna de numerosos integrantes de la mafia -para qué negarlo, los fans de El Padrino tienen un filón en esta isla-, de darse un baño en sus magníficas playas, o cómo no, simplemente de dejarse llevar por su decadente magia. Quién iba a decir que la que es la mayor isla del Mediterráneo, codiciada y ocupada a lo largo de los siglos por los griegos, los pueblos germánicos, los sarracenos, los normandos, los españoles y finalmente los italianos, se acabaría convirtiendo en territorio de turistas a la caza de recuerdos y experiencias.
Su capital, Palermo, es una de los lugares de imprescindible visita para todo aquel turista que se precie de serlo. Perderse por sus caóticas calles no tiene precio, y el número y variedad de monumentos a ver, en el que se entremezclan lo bizantino, lo árabe, lo normando, lo renacentista y lo barroco, harán las delicias de los amantes del arte y de los más curiosos.
Las momias de las catacumbas de los Capuchinos
Ahora bien, aquellos que no tengan suficiente con los muchos monumentos que abarca Palermo, o simplemente quieran añadir a su estancia en la ciudad un toque de misterio y de morbo (y alguna que otra pesadilla a esa noche), entonces no debe de faltar en su lista la visita a las catacumbas de los Capuchinos. Situadas en la Piazza Cappuccini, en las afueras de Palermo, ofrecen el que seguro que es uno de los espectáculos más raros de la isla: en su interior se encuentran las momias de numerosos palermitanos. No sabemos si descansan en paz o no, con los turistas revoloteando por sus estancias, pero lo que es dar miedo e inspiración para alguna que otra película de terror, lo logran dar.
Según cuentan, desde el siglo XVII hasta finales del XIX, los frailes que formaban parte de esta comunidad se encargaron de momificar y de preservar para el resto de la existencia los cadáveres de numerosos palermitanos que así lo solicitaban, bueno, y que económicamente se lo podían permitir. Para ello, emplearon una técnica entre rudimentaria y básica, como la de quitar la humedad de los cuerpos en el interior de una cueva con ambiente muy seco, para posteriormente darles un baño en vinagre, y finalizar la sesión al sol para acabar con el proceso de momificación. Tremendo, ¿no?
Al realizar la visita a las catacumbas uno se siente acompañado por un peculiar cortejo, pues los cuerpos se hallan algunos de ellos tumbados y otros tantos colgados verticalmente en las paredes, vestidos con sus mejores galas, y meticulosamente ordenados por sexo y clase social. El punto más duro y más delirante del recorrido lo ofrece la momia de la niña Rosalía Lombardo, fallecida en 1920 a la edad de dos años, y que más que muerta parece estar dormida. Resulta imposible no sentir un escalofrío al presenciar su imagen.
Lo más curioso de toda esta historia es que se desconoce el motivo de tal práctica, y no existe en la isla otro lugar en la que se practique este método de conservación de los cuerpos.
Aventúrate a conocer este extraño lugar solo apto para los más atrevidos y morbosos, reserva tu Vueling aquí.
Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS
Imágenes de Juan Antonio F. Segal
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