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Eastenders: Spitalfields, Sunday Up Market, Brick Lane

La zona más cool del momento, el nuevo rincón del glamour del East End, se encuentra comprendida entre los mercados de Spitalfields, Sunday Up Market y Brick Lane, con un montón de tiendas vintage, artesanía, joyería y puestecitos de comida de todo tipo por los que pasear sin ningún tipo de complejos.

Brick Lane

Su nombre proviene del camino que iba a la fábrica de ladrillos y azulejos. La mitad sur alberga hoy en día parte de la comunidad blangladesí, con gran cantidad de turísticos restaurantes de curry, tiendas de alimentos y tejidos, por lo que la calle es conocida popularmente como Banglatown, mientras que su mitad norte está llena de tiendas únicas y originales.

No te pierdas los famosos bagels de Beigel Bake en el número 159 de Brick Lane, abierto durante las 24 horas del día.

The Carpenters Arms

El pub The Carpenter’s Arms, situado en Cheshire St, tiene una romántica historia. Los gemelos Reggie y Ronnie Kray, los gángsters más famosos del East End londinense, lo compraron en 1967 y se lo regalaron a su madre.
Su historia terminó cuando fueron condenados a cadena perpetua. El 11 de octubre del 2000 cuando se celebró el funeral de Reggie Kray a lo largo de Cheshire St.
Cuenta la leyenda que tal era su humor negro que hicieron la barra con tapas de ataúd.
A día de hoy, el Carpenter’s es un pub acogedor con más de cincuenta marcas de cerveza diferentes donde elegir y una clientela exquisita que mantiene viva la leyenda de los Kray.
Los actuales propietarios, Eric y Nigel, consiguieron salvar el pub de un intento a principios de siglo de ser convertido en viviendas. Se encontraron el pub totalmente destrozado a excepción de la famosa barra hecha de tapas de ataúd.

The Carpenters Bar
www.carpentersarmsfreehouse.com
73 Cheshire Street

Beyond Retro

Cheshire Street está salpicada por una gran variedad de tiendas vintage y de jóvenes diseñadores, pero en el número 110 encontrarás una de las más grandes, un enorme almacén de ropa de segunda mano por el que perderte y rebuscar entre una enorme cantidad de botas, camisetas, vestidos y gadgets de todo tipo.

Beyond Retro
110-112 Cheshire St.
www.beyondretro.com/

Vibe Bar

The Vibe Bar comparte la entrada con Old Truman Brewery, que en el pasado fue la mayor fábrica de cerveza de Londres. Desde la agradable terraza en el patio, accedes por unas escaleras a 4 grandes espacios en el que se realizan exposiciones, conciertos de reggae y música experimental y sesiones de dj’s. El interior del bar está decorado con enormes graffitis, amplios sofás y alguna antigua máquina recreativa. En septiembre alberga el Brick Lane Music Festival.

Vibe Bar
91-95 Brick Lane
www.vibe-bar.co.uk

Dray Walk

En este callejón llamado Dray Walk comparten vecindad el Cafe 1001 con su terraza de madera rústica y una de las tres tiendas Rough Trade que existen en Londres, en la que encontrarás la mejor selección de vinilos y cd’s además de una cafetería y unos sofás donde sentarse y conectarse a internet.

Al Volo

Enfrente de una de las entradas al Sunday Up Market, se encuentra Al Volo , donde podrás comer excelente comida italiana.

Al Volo
Hanbury Street
www.alvolo.co.uk

Sunday Up Market

Sunday Up Market es el mercado más cool del momento.
Entre semana no es más que un parking de coches pero los domingos se llena de gente, con sus más de 200 puestos repartidos en dos plantas de ropa, joyas, comida y música.

Sunday Up Market
www.sundayupmarket.co.uk

The Golden Heart

Situado estratégicamente en el cruce de Commmercial Street con Hanbury Street y justo enfrente del mercado de Spitalfields, The Golden Heart es el lugar idóneo para observar todo el movimiento de la zona y tomarse un momento de descanso.
Aunque también es cierto que los clientes de toda la vida se han ido desplazando y han sido sustituidos por los grupos de jóvenes modernos que visitan la zona.

The Golden Heart
84 Commercial Street

Spitalfield Market

Ubicado en un bonito edificio victoriano, Spitalfields Market comenzó su actividad en 1682 y está abierto todos los días de 11:00 a 15:00 y de 9:30 a 17:30 los domingos.

Era el lugar preferido por los amantes de la ropa vintage, un lugar donde encontrar moda urbana a buen precio, pero últimamente se ha convertido en un complejo turístico con tiendas y restaurantes. Los puestos de jóvenes diseñadores se han trasladado a la Old Truman Brewery en el Sunday Up Market.

De todos modos, aunque no se tenga la intención de comprar, su visita vale la pena.

Ten Bells

El Ten Bells es la historia viva del famoso Jack el Destripador. El pub se encuentra en la esquina de Commercial Stret con Fournier Street en Spitalfields. Aunque la fachada ha cambiado, el interior es prácticamente igual que cuando lo frecuentaba Jack el Destripador. Una de las paredes del pub conserva un hermoso mosaico “Spitalfields in the Olden Time” que bien merece una visita. También observaremos que, en el pub, hay una pared con la lista de sus victimas, así como recortes de prensa del célebre Destripador. .

Ten Bells
84 Commercial Street

Dan ganas de ir verdad? Anímate! Consulta nuestros precios aquí!

 

 

 

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Oslo: pura vida, pura tendencia

Por Tensi Sánchez de actitudesmgz.com

La ciudad de Oslo esta situada dentro de la formación de uno de los fiordos más bellos de Noruegaque recibe su mismo nombre. Rodeada de más de 40 islas, lagos y bosques, hace que sea una de las ciudades más increíbles de Escandinavia.

Es un destino ideal para planear un viaje gracias al gran abanico de posibilidades que ofrece. Mezcla a la perfección la naturaleza con las tendencias más urbanitas, situándose actualmente como un destino imprescindible para cualquier amante de la arquitectura, el arte, el diseño y la naturaleza. Es la única ciudad en el mundo en la que se puede acceder a las pistas de esquí en metro por lo que la hace apetecible en cualquier estación del año.

Su desarrollo ha sido brutal en los últimos diez años, situándose actualmente en una de las capitales con el nivel de vida más alto del mundo.
A todo esto hay que sumarle que en este último periodo se han abierto nuevos museos en la ciudad y han convertido el puerto marítimo en un hervidero de cultura y ocio. Así han hecho de Oslo un destino aun más atractivo para el turista.

La mejor opción para empezar a moverse dentro de la ciudad es comprando la tarjeta Oslo Pass que da acceso a transporte y museos.

En el área de Aker Brygge esta el puerto que alberga modernos edificios, restaurantes, museos, galerías y tiendas donde puedes perderte todo un día entero. Seguido a Aker Brygge esta la zona de Tjuvholmen donde se edificó en 2012 el Astrup Fearnley Museum of modert art , obra del arquitecto Renzo Piano. Uno de los museos más impresionantes de Oslo por su peculiar arquitectura y situación. En la misma zona también está el recién inaugurado The Thief, uno de los hoteles más impresionantes de la ciudad. Merece la pena entrar y visitar su hall.

Desde el mismo puerto y con la tarjeta Oslo Pass, se puede coger el ferry que te lleva a la isla de los museos situada en el área de Bygdoy. Los más interesantes son el Museo Fram que alberga en su interior el impresionante rompehielos y el Museo de Barcos Vikingos , aunque hay muchos más. De vuelta al puerto puedes tomarte algo en alguno de sus barcos-bares o restaurantes, disfrutando al aire libre de una de las más bellas vistas al fiordo. Entre todos los restaurantes destacamos Lofoten y Onda Sea por su magnifico pescado y marisco fresco.

El diseño escandinavo y en concreto el noruego, es muy preciado. Sus habitantes pueden presumir de haberse situado a un buen nivel y de estar muy bien valorados. El estilo nórdico actualmente está en alza y la prueba de ello está en sus tiendas de moda, diseño y decoración.

Entre ellas destacamos: Balder Interior, Dapper, Moods of Norway, Pur-Norsk, Koma, Tulip & Tatamo Trikotasje, Norway Design; y por ultimo el céntrico House of Oslo: el primer y único centro comercial de Noruega especializado en diseño y estilo de vida noruegos, con más de 20 tiendas distribuidas por sus cuatro plantas.

El domingo es el día perfecto para visitar el mercado de Blå en el área de Grünerløkka situado al otro lado del rió Akerselva. Un punto de encuentro muy de moda para ir a comer y escuchar música local en directo. Este mercadillo es muy peculiar ya que puedes descubrir maravillas vintage de ropa, bolsos, libros, discos, complementos etc, en un ambiente único. Además es la zona de Oslo donde más barata esta la cerveza y donde encontraras unos grafiti alucinantes que no podrás dejar de mirar y fotografiar.

La zona de Grünerløkka está alejada del bullicio de los turistas y es muy apetecible perderte por sus calles e ir descubriendo sus tiendas, restaurantes y bares.

Muy cerca de Blå, en Vulkan, se encuentra un edificio (inaugurado también este año) con aire industrial que alberga un centro de cultura gastronomita: Mathallen, donde se pueden comer y comprar productos de fabricantes noruegos y productos importados. Es el sitio perfecto para degustar la comida local.

Alrededor del edificio se están abriendo tiendas, bares y galerías de arte contemporáneo, como la galeria Vulkan. Sin duda en poco tiempo será una zona a tener muy en cuenta en la ciudad.

Oslo es una ciudad que culturalmente esta muy viva y sobre todo cuando llega el buen tiempo. Por ello no podemos dejar pasar por alto festivales como Øya, que es el mayor festival de música Pop-Rock al aire libre de Noruega.

Si te has quedado con ganas de saber más acerca de Oslo entra en la pagina de Visit Oslo y descubre las mil y una posibilidades que te ofrece la ciudad y su entorno.

Por Tensi Sánchez de actitudesmgz.com

Imagen de Fernando Sanz

A mi ya me están entrando ganas de ir otra vez y tu, ¿a qué esperas para reservar tu Vueling?

 

 

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Pintxos y clubbing en Donosti

Invitado a pintxar en Donosti por el club Dabadaba, a manejar los mandos de su cabina de DJ para que el personal pudiera bailar a gusto, me dispongo a cubrir las horas previas a mi sesión a la caza de los mejores pintxos de la ciudad. Tengo la suerte de tener como guía a mi amigo Borja, elemento local que, además de producir y pinchar muy buena música, conoce al dedillo los templos del menudo y delicioso bocado. Allá vamos.

Tarde-noche en medio del meollo

Nuestro recorrido  empieza en Txepetxa, hogar de la anchoa, con todo tipo de pintxos con este pequeño y noble pez como protagonista, acompañado de crema de centollo, erizo de mar, paté de olivas, foie, compota de manzana o huevas de trucha y salmón. Todo tiene una pinta tremenda, pero yo me inclino por uno clásico de boquerón.  Fetén. Nos vamos dando un garbeo hasta La Concha, al Narru, en los bajos del histórico hotel Niza, cuyas vistas de día a la bahía deben elevar sin duda la experiencia de la degustación de sus platos, como la alita de luma gorri con patata, huevo roto i alioli, o el secreto ibérico. Mortal. Nos volvemos a lo viejo para meternos en el Zazpi donde el joven chef Paul Arrillaga reparte felicidad al mando de sus fogones, con su espectacular “Volcán de Patata”, pintxo a base de trufa, patata y huevo, o su finísimo ravioli de rabo de buey. Un auténtico festival. Nos vamos al Dabadaba.

Abierto desde el pasado mes de abril de 2014, han pasado por allí Allah Las, Sean Nicholas Savage, The Godfathers u Omar Souleyman, entre otros. Cuando nos encontramos encima del escenario a The Space Lady, pionera de la música electrónica con una puesta en escena tan mínima como arrebatadora, su concierto nos abduce por completo, y cuando aterrizamos de nuevo, nos encontramos con Fernando Lagreca fabricando en directo su particular mundo electrónico como inmejorable preludio a mi set. Es mi turno. Empiezo con algunas novedades que vengo pinchando recientemente y voy intercalando temas de italo disco, acid o disco bizarro, la cosa se anima y acaba con el Dabadaba bailando que bailarás. Una gran noche, lo hemos pasado de miedo. Luego, al sobre.

Un sábado en Donosti no es un sábado cualquiera

Levantarse pronto es una virtud, pero hacerlo cuando te has acostado tarde es poco probable. Así que nos vamos de nuevo de pintxos, del tirón. De nuevo en el casco viejo, me llevan al Paco Bueno, puesto que no me lo puedo perder. Con apenas cuatro o cinco pintxos a base de fritos de gambas en gabardina, merluza rebozada, croquetas o empanadillas, es uno de los bares más concurridos de la ciudad, abierto en 1950 por un boxeador retirado, al que siguió su hijo, jugador de rugby, como su hermano Chufo y su hijo Gorka. Un negocio familiar con un servicio igualmente familiar y cercano, con las paredes repletas de imágenes del deporte con pelota en forma de melón y boxeo, de qué sino. Sin salir de lo viejo, nos vamos al Borda Berri, con personal compartido por La Cuchara de San Telmo, otro ilustre templo del pintxo. Su principal atracción es el  “Kebap”, una deliciosa costilla de cerdo de nombre paradójico que provoca auténticas peregrinaciones para su degustación. Idéntica suerte corren otros platos de la casa como las carrilleras, el pulpo o el risotto de Idiazábal. Justo enfrente está el Txuleta, por si apetece entablarse, especializado en carnes. Luego, lo mejor es bajar todo lo que hemos comido, así que nos damos un paseo y recalamos en el Club Náutico de Donosti, con toda la bahía de la Concha a nuestros pies, hace un día increíblemente soleado y aquí se está más que bien. En el piso de arriba se encuentra el GU, otro club donde echarse unos bailes a ritmo de house o techno, según la noche. No me quiero ir sin acercarme a la Tabakalera.

A las puertas de estrenarse como Capital  Europea de la Cultura este próximo 2016, con el Festival Internacional de Cine de San Sebastián y el Festival de Jazz de San Sebastián entre sus principales reclamos culturales, la ciudad cuenta con un espacio interdisciplinario único, la Tabakalera. Centro Cultural Internacional Contemporáneo público que apuesta por la dinamización de los creadores locales emergentes, con la investigación, la producción y la exhibición entre sus principales actividades y premisas. Exposiciones, ciclos de cine y documental o sus espacios Hirkilabs, su Laboratorio de Cultura Digital y Tecnológica, y Ubik, Biblioteca de Creación de Tabakalera, hacen de este centro uno de los más inquietos y avanzados de Donosti. Un espacio con solera en el edificio que antiguamente fue la fábrica de tabacos de la ciudad. Una ciudad también con solera.

Para que veas que hay vida más allá de la Concha en San Sebastián. ¿A qué esperas para descubrirlo? Consulta nuestros vuelos aquí.

Texto e imágenes de Luis Costa para ISABELYLUIS Comunicación

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Encuentro exprés con el Berlín techno parte 1

El esplendor del ‘techno’ en Berlín de los años noventa jamás volverá. Eso no quita que la capital alemana respire cultura de ‘club’ por sus poros. Somos guiris. Y se ve a leguas: sonreímos por el simple hecho de bebernos en el metro una de las tropecientas cervezas exquisitas que se pueden adquirir con facilidad en Berlín en tiendas 24h o en el propio metro, en las paraditas que gobiernan los descansillos del subsuelo. Somos guiris, y como tales, nos enfrentamos a la noche berlinesa haciendo nuestros todos los anhelos y medias verdades que nos han llegado sobre los históricos años noventa en Berlín, de clubes en sótanos y fiestas hasta el amanecer. La premisa es fácil: ¿qué queda de aquel esplendor de la cultura de clubs en Berlín? Tenemos cuarenta y ocho horas para comprobar cómo se escucha el latido techno en la actualidad.

Es viernes, empieza la aventura. Como a un buen coche de competición, al cuerpo hay que rodarlo. Y no hay ciudad europea con más —y mejores— excusas que Berlín para beber cerveza tirada en una barra. La primera parada nos lleva a Hops and Barley, una taberna con tantas opciones de caldos espumosos como probabilidades de lluvia hay en el país teutón. Luz tenue, suelo de retícula y dificultad para conseguir taburete. Un espacio ideal para hacer estiramientos.

Cuando la garganta está saturada de Pilsen, toca desplazarse, y el metro es la mejor opción. Berlín ofrece una completa red, con horario hasta las 00:30h entre semana e ininterrumpido el fin de semana. Cerca de la parada de Ostkreuz, en una zona cercana a las vías del tren llena de recovecos formados por amasijos de hierros —fiel escenario del Berlín industrial— nos topamos con la primera sorpresa: dentro de un cerco de obras hay un fuego, un círculo de jóvenes, un PC y unos bafles descargando techno a mansalva. Aquí los scouts escuchan bits pegones, imagen que no se corresponde para nada a la de los chavales peninsulares, de aquelarres con guitarrita y cancionero alrededor de la hoguera. Las fiestas al aire libre en Berlín son una constante y en Rummelsburg saben de ello.

Con este buen presagio del ADN techno de la ciudad, nos dirigimos a un cercano e ilustre local del movimiento squat (okupa), About Blank, uno de los muchos centros autogestionados de Berlín. “Love techno, hate Germany”, se lee en la puerta. Hoy programan una fiesta antifascista a 12 euros. Dentro, el cubo oscuro y multitudinario de About Blank ofrece una experiencia aturdidora: poco espacio y muchos jóvenes berlineses con ojos cerrados, moviendo la cabeza a velocidad trepidante con la música que propone el DJ, que pincha en vinilo. En el patio interior del recinto, ambiente chill. Nos recomiendan asistir a su fiesta llamada Homophätik; propuesta, sin duda, para próximos viajes.

Berlín es una ciudad que no se lleva bien con el concepto escala humana; el territorio es vasto, y hay que atinar con las elecciones. Y los días: Chalet es el club ideal para los miércoles, así como Renate lo es para los jueves. Pero hoy es viernes, y son más de las cuatro de la mañana. Dejamos para el día siguiente la gran maratón techno.

Ha amanecido un sábado inaudito para ser mayo: el sol ilumina con fuerza cada uno de los patios interiores que crean las isletas de edificios de la geografía urbana berlinesa. En uno de ellos unas chicas preparan una coreografía. Al lado, un equipo atronador emite notas de música ambient.

Para comer —hay que ver lo rápido que llega el mediodía cuando la noche anterior ha sido movida— nos acoge un restaurante de comida sudanesa en la calle Reichenberger. Es un pequeño local con menú de plato único, para carnívoros y veganos, con precios competitivos. Antes de adentrarnos de nuevo en la noche, pasamos la tarde ahondando en otra de las joyas de la corona del melómano en Berlín: sus tiendas de discos.

Si encontrarlas es un abismo, The Record Loft, resulta una epopeya. Pero consumir los —pocos— megas de la tarifa europea de tu compañía de telefonía tiene recompensa... En otro de los citados patios interiores descansa Hard Wax, en una cuarta planta, a la que se accede superando unas escaleras repletas de pegatinas de sellos y revistas de todos los continentes. Hard Wax es un pequeño sello especializado en electrónica, que también ostenta una tienda de vinilos. La tarde tampoco es mal momento para perderse por las librerías de Hackescher Markt, las hay con amplias secciones de techno, como Do you read me?, que también cuenta con una selección de fanzines locales. De hecho, la bibliografía de la construcción cultural de Berlín es amplia: de la previa que ofrecen libros como Future Days. El krautrock y la construcción de la Alemania moderna hasta obras que se centran en los noventa como Der Klang, der familie. Por supuesto, del propio Berlín hay títulos exclusivos: Berlin Sampler. From Cabaret to Techno. 1904-2012.

Después de que te salgan llagas en los dedos revisando cajas de vinilos y tecleando títulos en el móvil de libros futuribles, es el momento de ir a los clubes pre-party. Pero esto lo explicaremos en el próximo capítulo.

 

Texto de Yeray S. Iborra | Gracias a Ángel Molina, Ana Riaza, Carlota Surós y Martí Renau por la información de primera mano para la ruta de este artículo.

Imágenes de Los Viajes de ISABELYLUIS, Michael Mayer

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