Un día en la isla de Lobos
Un lugar perdido en medio del Atlántico que debe su nombre a la antigua colonia de lobos marinos -en realidad eran focas monje- que habitaba en él es sinónimo de triunfo del reino de la naturaleza. La Isla de Lobos es un pequeño islote volcánico situado a 2 kilómetros al norte de Fuerteventura, delante de la costa africana. Forma parte del Parque Natural de las Dunas de Corralejo y sus escasos 5 kilómetros cuadrados y cerca de 14 de costa constituyen un lugar protegido, un espacio natural deshabitado por el hombre y repleto de plantas que sólo existen allí -hay un catálogo de 130 especies de flora autóctona-, de aves migratorias que danzan a sus anchas y de turistas que, por un día, se transforman en exploradores para caminar por sus senderos áridos, bucear en sus aguas cristalinas o, simplemente, dejarse caer sobre la arena blanca de la playa del islote.
Para llegar a la Isla de Lobos se tiene que coger uno de los barcos que salen del puerto marítimo de Corralejo. Hay varias opciones -minicruceros, ferrys exprés…-, así que lo mejor es darse una vuelta y elegir. El Majorero cubre la línea oficial, con salida a las 10.00h. y último regreso a las 18.00h. Ojo que los horarios en invierno cambian. Para pasar un buen día en la Isla de Lobos recomiendo llevar crema solar, un gorro, zapatos cómodos, prismáticos, comida y agua y sobretodo, respetar las señalizaciones. Al tratarse de un Espacio Natural Protegido, se tienen que seguir las indicaciones.
Soy de las que piensa que la mejor manera de conocer un lugar es pateándolo, por eso propongo hacer la ruta circular de ocho kilómetros. El objetivo es llegar al Faro Martiño, de 1865. En la Isla de Lobos solo hay un restaurante, así que si se quiere comer allí, se tiene que reservar nada más llegar a la isla. Os aseguro que después de cuatro horas de travesía bajo el sol, un plato de pescado frito o de paella -solo hay dos opciones gastronómicas-, y una Tropical bien fría saben de maravilla.
Empezamos la ruta desde el muelle y caminamos por el sendero dirección El Puertito, un antiguo casería de pescadores con algunos refugios de mampostería. Aquí está el Chiringuito Antoñito el Farero, que debe su nombre al último habitante de la isla. Seguimos el ramal costero dirección Las Lagunitas, un espacio protegido de alto valor natural con agaves y aves migratorias, hasta llegar a Faro Martiño, desde donde se tiene una impresionante panorámica 360º. Una placa recuerda a la novelista Josefina Pla, nacida en la isla. Llegados a nuestro destino, empezamos la ruta de vuelta, un camino que discurre por el interior de la isla. Si aún estáis con fuerzas para seguir caminando, a mano derecha sale el desvío para subir al antiguo volcán de La Caldera, a 127 metros de altitud. Atención, el camino es corto y empinado pero la recompensa es incalculable: desde la cima las vistas sobre Fuerteventra y Lanzarote son espectaculares.
De vuelta, paramos en la maravillosa playa La Concha, de arena blanca y aguas cristalinas y tranquilas gracias a los escollos que frenan su furia. Ideal para darse un baño y tumbarse bajo el sol. Pero atención, pica con mucha fuerza y la playa no tiene ni una sombra. Si optáis por pasar el día en la playa, recomiendo llevar una sombrilla. Y quién avisa no es traidor. Después de la caminata y del chapuzón, el hambre aprieta. El mismo sendero dirige al muelle -donde nos ha dejado el barco hace unas horas y donde se encuentra el Centro de Interpretación-y de allí al chiringuito, con el comedor, literalmente, sobre el mar. Una postal de sueño para terminar este día en el paraíso.
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Texto y fotos de Teresa Vallbona
+ infoViaje a la Gran Canaria más íntima
Una mañana de agosto de 2014, Stephen Curry, uno de los mejores jugadores de baloncesto del mundo, se asomó a la ventana del hotel en el que se hospedaba en el sur de la Isla junto a la selección estadounidense y escribió un mensaje para la posteridad en sus redes sociales: “Gran Canaria, creación de Dios”, fue la frase que inmortalizó mientras disfrutaba absorto de las bondades del paisaje. Su testimonio confirma que décadas después de que el escritor y periodista Domingo Doreste definiera su tierra natal como un continente en miniatura sigue vigente. Y la clave es la combinación de factores que hacen de Gran Canaria un destino único para los apasionados de la naturaleza.
Casi la mitad de la superficie de la Isla fue declarada Reserva de la Biosfera por la Unesco en 2005 como reconocimiento a la incalculable riqueza de sus especies y un estado de conservación que ha reducido la acción del hombre a la mínima expresión. Esa huella es apenas perceptible en los espacios naturales protegidos que se pueden visitar. En el litoral o en la montaña, cada porción de tierra encierra una genuina pincelada de belleza.
Una de las visitas obligadas es la Caldera de Tejeda, la cual ofrece una imponente panorámica del sector noroccidental de la Isla. Allí descansan el Roque Nublo y el Roque Bentayga, dos monolitos basálticos emblemáticos para los habitantes de Gran Canaria. El Pico de las Nieves preside la cumbre desde sus 1.949 metros de altitud. Es tan alto que a menudo supera la altitud de las nubes, creando el conocido fenómeno del mar de nubes.
Ese espectacular decorado, adormecido por el silencio, es la excusa perfecta para entrar en contacto directo con la herencia viva que ha legado la Macaronesia, el conjunto de cinco archipiélagos ubicados en el Atlántico Norte y conformados por las propias Canarias, las Azores, Cabo Verde, Madeira y la Islas Salvajes. La flora de Gran Canaria es uno de los grandes atractivos de la Isla, habiendo sido interesante para la comunidad científica desde hace siglos. Aquí residen más de cien tipos de vegetales únicos en el mundo y otras quinientas especies exclusivas del Archipiélago. Bosques de laurisilva e imponentes pinos invitan a la inmersión profunda en un entorno bendecido por un clima privilegiado. Si te gusta la botánica no dejes de ir al Jardín Viera y Clavijo -también conocido como Jardín Canario- dedicado principalmente a las flores y plantas endémicas de las siete islas del Archipiélago Canario.
La fauna endémica que puebla la Isla es muy interesante. Además de lagartos, perenquenes o pájaros icónicos como el pinzón azul, Gran Canaria acoge a casi cincuenta tipos de ave nidificante. El mar es otro de sus fuertes. Y es que en las profundidades de la Isla encontrarás toda una amplia variedad de peces, como la cabrilla pintada (o vaquilla), el mero, el abade, salema, o sargo, entre otros muchos. Además, no es difícil avistar delfines y ballenas que, desde una distancia prudencial se mantienen cerca de la costa.
Toda la biodiversidad que atesora Gran Canaria puede ser contemplada desde su Red de Miradores: 31 balcones que aseguran las mejores vistas y desde las que podrás tomar excelentes fotos. Además, si lo que te gusta es el senderismo, la escalada o el ciclismo, Gran Canaria ofrece un sinfín de posibilidades, gracias a sus rutas de diferente complejidad técnica.
Y para dormir en espacios arrebatadores por su encanto, puedes escoger entre una buena oferta de hoteles rurales y casas repartidos por toda la geografía insular. Pequeños retiros espirituales donde es posible olvidar el estrés entre barrancos y parajes escondidos. Refugios con los que, sin duda, amplificarás la experiencia en Gran Canaria.
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Imágenes de Patronato Turismo Gran Canaria
+ infoAl final del camino
El camino de Santiago. Un viaje de experiencias.
Es un hecho. Todos aquellos que han recorrido el camino de Santiago coinciden; el viaje les ha marcado para toda la vida. Pero, ¿qué tiene el camino de Santiago para causar esta profunda impresión a todo el mundo? ¿Es por la gente que conoces durante el trayecto o por los impresionantes paisajes por los que transcurre?. ¿Es, quizá, por la recompensa de llegar por tus propias fuerzas a Santiago tras tantos días de marcha?.
Las cifras son contundentes. Cada año son más y más los peregrinos que llegan hasta Santiago de Compostela, especialmente los años santos. Es una experiencia singular que mezcla el reto deportivo y la búsqueda de lo auténtico. Y de uno mismo!. Todo para llegar a Santiago, el centro de la tradición jacobea, lugar de peregrinaje tras el descubrimiento de la tumba del Apóstol Santiago en el siglo IX. El camino se ha convertido en un auténtico fenómeno, que ha tejido una red de caminos, con Santiago como punto de llegada. Y es que, ninguna ciudad acoge tan calurosamente al viajero y constituye un lugar de encuentro para tanta gente de todo el mundo.
La ciudad. Un gran conjunto monumental.
La ciudad de Santiago de Compostela fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1985, por su gran belleza urbana, integridad monumental y por mantener la esencia espiritual como santuario apostólico.
Una ciudad que fusiona, sin estredicencias, tradición con modernidad en un gran conjunto monumental. Las misma plaza del Obradoiro, que da la bienvenida a los miles de peregrinos, es un ejemplo de como el pasado y el futuro se dan aquí de la mano. Con un giro de 360 grados, podemos reconocer los diferentes estilos arquitectónicos en los edificios que han surgido en sus más de 700 años de construcción. Los ojos pasan de la Catedral al Hostal de los Reyes Católicos; del Colegio de San Xerome al Palacio de Raxoi, sede del Ayuntamiento de Santiago.
Junto a los abundantes y cuidados espacios verdes, tanto con sus numerosos parques urbanos como en los bosques que rodean la ciudad, hacen de Santiago un lugar mágico y lleno de encanto.
Para los amantes de la buena gastronomía.
Tanto si optas por un buen y económico menú de tres platos, que permite recuperar las fuerzas de los peregrinos, como si prefieres una comida más informal a base de ricas raciones o las fusiones más originales, Santiago es el destino ideal para los amantes de una buena mesa.
¿Quién puede resistirse a una rica empanada rellena con las más atrevidas combinaciones, al lacón con grelos, a la mejor mariscada, a un plato de su famosa ternera, una ración de pulpo o a un contundente caldo gallego? ¿O a los sabores inconfudibles de quesos como el de tetilla, los de Arzúa-Ulloa, el de O Cebreiro o el San Simón?.
O la misma tarta de Santiago, un postre con más de 200 años de historia que ha sabido combinar las proporciones justas de almendra molida, huevos, azúcar, mantequilla y pizcas de canela, bajo la cruz dibujada en azúcar del Apóstol.
Y, ¿porque no combinar cultura con gastronomía? El lugar adecuado para ello es el Mercado de Abastos, un hermoso edificio que data de 1941. No en vano es el segundo lugar más visitado de la ciudad después de la Catedral. Por sus alrededores encontrarás buenos restaurantes e, incluso, te cocinarán los sabrosos productos que has adquirido en el mercado.
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+ infoTras la pista de Corleone. Lugares de cine en Sicilia
El turismo cinematográfico es una divertida alternativa para conocer una ciudad; descubrir los lugares donde se rodaron algunas de nuestrasescenas preferidas y donde actuaron alguna vez nuestros actores fetiche.
Nadie le puede negar a Sicilia su estrecha relación con el séptimo arte cuando a 60 kilómetros de Palermo encontramos una ciudad como Corleone, que hace de la isla un destino turístico mundial de curiosos y cinéfilos.
Vamos pues a hacer un recorrido por las localizaciones de una de las trilogías más famosas de la historia del cine!
1.- El Teatro Massimo
El Teatro Masimo de Palermo se encuentra en la Piazza Verdi y es el mayor de los teatros de ópera de Italia y el tercero más grande de Europa, un bello edificio neoclásico que data del siglo XIX .
En las escalinatas frontales de esta Casa de la Ópera de Sicilia, Coppola rodó uno de los momentos cumbres del film; la escena final de El Padrino III en la que Mary, la hija de Michael Corleone, es asesinada por un sicario mientras que de fondo se escucha el Intermezzo de la ópera Cavaleria rusticana de Pietro Mascagni.
2.- Villa Malfitano
Esta villa de estilo neo-renacentista se encuentra en Via Dante Alighieri, 167 y es el hogar de la Fundación Whitaker. Los interiores albergan salas con las colecciones de arte recopiladas por el propietario durante sus viajes, como muebles, pinturas, porcelanas y tapices flamenco del siglo XVI. Su hermoso jardín tiene 5 héctareas con plantas curiosas de todo el mundo,como Túnez, Sumatra, Australia, y unas 150 especies diferentes de orquídeas. Villa Malfitano se puede visitar por las mañanas de lunes a sábado
Aquí tuvo lugar el brindis por el debut como cantante de ópera de Anthony, el hijo de Michael Corleone.
3.- Castello degli Schiavi
Al otro lado de la isla, en la Via Marina de Fiumefreddo, se encuentra el Castello degli Schiavi, una villa siciliana en decadencia que ya utilizó en1968 Pier Paolo Pasolini para filmar algunas escenas de la película La orgía. Pero, sin duda, el castillo ha cobrado fama por aparecer en El Padrino I y II. Coppola la usó para diversas escenas, especialmente se recuerda por el lugar de la muerte de Michael Corleone.
4.- Corleone
Aunque el nombre evoque directamente a esta famosa saga, en realidad Corleone no fue el escenario de su rodaje. ¿La razón? En el momento de rodar “El Padrino” se encontraba por las inmediaciones el asesino de un juez por lo que se tuvo que buscar nuevos emplazamiento para rodar las escenas correspondientes a Corleone, que finalmente se realizaron en dos pequeños pueblos del litoral: Savoca y Forza D´Agro.
A pesar de su fama, hoy en día Corleone es una ciudad clave en la lucha contra la mafia. Prueba de ello es el Laboratorio della Legalità, un centro museístico fundado por organizaciones que participan en la lucha contra la mafia, y dedicado al magistrado Paolo Borsellino, asesinado durante las matanzas de la mafia. El edificio que lo alberga sirvió de refugio en su momento a Bernardo Provenzano, máximo dirigente de la Cosa Nostra siciliana hasta su detención en 2006.
No te vayas de Corleone sin probar sus famosos cannolis, un postre de origen siciliano que aquí preparan como en ningún lado! Se trata de una pasta en forma de tubo rellena de dulce cremoso a base de queso ricotta. “Leave the gun, take the canoli” dice Peter Clemenza en una escena de la película.
5.- Otros escenarios de cine sicilianos
Si te interesa este tipo de turismo cinematográfico, acércate también hasta Chiusa Sclafani, el mágico pueblecito que inspiró a a Giuseppe Tornatore para crear Giancaldo en Cinema Paradiso -así como Bagheria, Castelbuono, Cefalú, Palazzo Adriano o Santa Flavia de Sicilia. La Piazza Bellini de Palermo que fue escenario de alguna secuencia del Talento de Mister Ripley.
Imagen de Michael Urso
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