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Dos horas en Hamburgo

Por Marlys y Michael de Easy Hiker

Seamos completamente honestos sobre este asunto: lo mejor del billete de movilidad nacional de un día de Deutsche Bahn (el billete “Quer-durchs-Land” or QdL, abreviado) es que es muy barato. Viajar en cualquier tren regional de Alemania por 48 euros para dos personas es una oferta imbatible.

Los trayectos tardan un poco más que los trenes rápidos IC, eso es cierto, y los recorridos pueden ser un poco más enrevesados, pero eso también puede ser una ventaja.

Recientemente, cuando volvíamos de una excursión en Mecklenburger Seenplatte, aprovechamos la oportunidad de dividir lo que hubiera sido un largo viaje en tren e hicimos una parada de dos horas en Hamburgo. Dos horas en Hamburgo no es mucho para una ciudad tan grande, la más grande de Alemania después de Berlín, pero ya habíamos estado varias veces y sabíamos adónde ir. Al final, nos sorprendió la cantidad de lugares fundamentales de la ciudad que pudimos visitar.

Desde la estación central de trenes, fuimos directamente (por Mönckebergstraße) hacia el llamado Binnenalster, la zona más elegante de Hamburgo. A lo largo de su orilla se encuentran los mayores bancos privados de Alemania, los hoteles más caros y los restaurantes más lujosos.

El enorme y opulento edificio al sur del lago artificial es el Ayuntamiento de Hamburgo, construido en el siglo XIX, con el gusto por la ostentosidad y la grandeza típico de la época.

Paseamos a lo largo del canal de Alsterfleet, por debajo de las columnatas de Alsterarkaden, giramos a la derecha en Stadthausbrücke y nos dirigimos hacia la Iglesia de San Miguel, principal punto de referencia de Hamburgo desde que fue construida en el siglo XVII. Es famosa, entre otras razones, porque fue el primer edificio de la ciudad que muchos de sus visitantes podían divisar desde el mar.

La iglesia puede parecer algo austera desde el exterior, pero su interior es tan hortera como un teatro del West End. (La entrada es gratuita, pero se anima al visitante a donar 2€ antes de salir. Otra opción es sortear a la corpulenta señora que vigila la puerta de salida, aunque probablemente lo mejor es esperar a que algún otro turista la distraiga con una pregunta. Bueno, eso fue lo que yo hice).

La calle situada a la derecha de la iglesia te lleva directamente a San Pauli: Reeperbahn, Star Clu, etc. (Desgraciadamente no tuvimos tiempo para eso).

En cambio, salimos de la iglesia y giramos a la izquierda, pasamos las modernas oficinas de Gruner & Jahr, una de las firmas publicitarias más importantes de Alemania, y nos dirigimos hacia el puerto, uno de los diez mayores del mundo.

Giramos a la izquierda para dirigirnos al Speicherstadt (“ciudad almacén”), mi parte favorita de Hamburgo y una de las mejores obras de ingeniería arquitectónica de Europa del siglo XIX, grandiosa y elegante al mismo tiempo, una mezcla entre Venecia y los antiguos muelles de Londres. Los edificios, por supuesto, eran almacenes, pero en la actualidad están principalmente ocupadas por compañías de teatro, museos y atracciones turísticas, como el “Hamburg Dungeon”.

Podía haber dedicado el resto del día a pasear de canal en canal, pero no había tiempo para ello. Tomamos el metro de vuelta al centro de la ciudad (si tienes un Länderticket o un billete QdL, también puedes viajar gratis en el metro y los trenes S-Bahn) y llegamos con tiempo suficiente para disfrutar tranquilamente de una taza de café al aire libre bajo el sol de abril en Mönckebergstraße, la principal calle comercial de la ciudad, a 5 minutos de la estación central de trenes.

Por Marlys y Michael de Easy Hiker

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De Dubrovnik a Zagreb, pasando por Split

Si visitas Croacia, hay un una ruta que te permite cruzar el país de sur a norte (o viceversa) en poco más de dos semanas y pasando por tres de sus ciudades más interesantes:

Dubrovnik (al sur), Zagreb (al norte) y Split (en medio de ambas).

Dubrovnik

Para llegar al centro de la ciudad desde el aeropuerto, puedes optar por el taxi (30-40€) o por los autobuses de la compañía ATLAS que cubren regularmente los 20 kilómetros que separan el aeropuerto del centro de la ciudad.

En el casco antiguo de la ciudad, no puedes dejar de visitar su muralla, el Monasterio Franciscano con su farmacia del siglo XIV, el Fuerte de Lovrijencac, la fuente de Onofrio o la plaza de Luza y sus alrededores. Si necesitas más información o mapas, la oficina de turismo más céntrica se encuentra en la calle Brsalje.

Desde la ciudad puedes visitar la isla de Korcula, el Parque Nacional de la isla de Mjlet o el archipiélago de las islas Elafiti. La ciudad de Ston y su pequeña muralla china o la ciudad medieval de Cavtat son otros dos destinos cercanos a Dubrovnik. A todas esas islas y ciudades su puede llegar en ferry o autobús.

Para dirigirse al próximo destino, Split, hay una línea regular de autobuses que salen aproximadamente a cada hora y cubre los 223 kilómetros que separa ambas ciudades.

Split

Pasear por el casco histórico de la ciudad y el Palacio de Diocleciano, patrimonio de la UNESCO, es lo primero que debes hacer al llegar a la ciudad. Al salir de palacio, pasea por el paseo marítimo a orillas del Adriático. Desde Split también puedes visitar las islas de Brac, Hvar o Vis, a las que puedes llegar en ferry, catamarán o barcos rápidos.

Las ruinas romanas de la antigua Salona (hoy llamada Solin) se encuentran a 10 kilómetros de Split y son uno de los restos arqueológicos más importantes del país. Trogir,  a unos 28 kilómetros al norte, es ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por UNESCO y para llegar a ella hay tanto autobuses como barcos que salen del paseo marítimo. Finalmente, en la desembocadura del río Cetina puedes visitar el pintoresco y medieval pueblo de Omis, 24 kilómetros al sur y conectado con la ciudad por autobús.

Con Zagreb como destino final, la ciudad de Sibenikse encuentra a 88 kilómetros y se puede llegar en autobústren. No dejes de visitar sus calles y la catedral de Santiago, monumento histórico protegido por UNESCO.

Antes de llegar a la capital, no te pierdas otro espacio patrimonio de la UNESCO: el Parque Nacional de Plitvice, el más conocido de Croacia. Dieciséis lagos unidos por cascadas, puedes estarte entre 3 y 8 horas paseando por sus caminos y pasarelas de madera. Dentro del parque hay cuatro hoteles y dos campings, en los que es recomendable reservar con antelación.

Zagreb

Llegamos a Zagreb, una ciudad con más de 40 museos, entre los que se cuentan El Museo de las relaciones rotas, El Museo Mimara o El Museo de Arte Naif.

En la llamada “Ciudad Alta” puedes encontrar la plaza de Ban Josip Jelacic, el mercado de Dolac, la plaza de Katarina o el paseo de J.J. Strossmayer. En la “Ciudad Baja” están la plaza Nikola Subic Zrinski, la del rey Tomislav, o la del Mariscal Tito. Finalmente, en el centro, tienes el Museo de Arte Contemporáneo, el parque Bundek, el lago Jarun, el cementerio de Mirogoj o el parque Maksimir.

Para ir al aeropuerto de Zagreb, que se encuentra a 17 kilómetros del centro, tienes autobuses por 4,10€ el billete (aprox.) o taxis por 30-40€.

Imagen de Split por Michael Angelkovich

Gracias a la oficina de turismo por la información.

¡Un sitio que merece la pena descubrir! Consulta nuestros vuelos aquí.

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Mulhouse la gran desconocida de Alsacia

Dos ciudades alsacianas acaparan la mayoría de visitas: Estrasburgo, sin duda una de las urbes más bonitas de Francia, y Colmar, la capital vinícola de esta zona. Pero si hay una gran olvidada en la nueva región del Gran Este, ésta es Mulhouse una antigua república independiente situada en un vértice en el que confluyen tres países europeos: Francia, Alemania y Suiza. Es quizás por esta ubicación privilegiada que Mulhouse es en la actualidad una de las poblaciones francesas con mayor proyección cultural y creativa gracias en parte a la importancia que tuvo en el siglo XIX el sector textil que la ha dotado de un interesante patrimonio industrial.

Mulhouse es Ciudad de Arte y de Historia, primera población alsaciana en recibir esta distinción, y uno de sus puntos de referencia es la plaza de la Réunion, su centro histórico, muy fácilmente reconocible por su antiguo Ayuntamiento pintado en tono rosado. En este lugar se alza el templo protestante de Saint-Étienne, a cuyo campanario se puede subir previa petición y descubrir unas vistas impresionantes de la ciudad.

Mulhouse fue uno de los primeros núcleos industriales de Francia donde sobresalió la industria textil. Muestra de este pasado son el Museo de la Impresión de Telas, que acoge cada año una exposición temática vinculada siempre a un diseñador conocido, o el Parque de Wesserling – Ecomuseo Textil en el que se hacen visitas teatralizadas y muestras de modistos. Mención aparte merecen los ejemplos de arquitectura industrial (antiguas fábricas de ladrillo rehabilitadas), de street art y de arte contemporáneo que hay por el centro de la ciudad.

Otro de los lugares a visitar es la Cité de l’Automobile (Collection Schlumpf), ubicada a unos cinco minutos del centro. Este espacio, considerado uno de los principales museos del automóvil del mundo, reúne más de 400 vehículos y en él destaca una más que importante colección dedicada a Bugatti. La Ciudad del Automóvil, que está dividida en cinco espacios diferenciados, es un verdadero museo interactivo en el que se proyectan interesantes audiovisuales sobre la industria del motor, además de tener varios simuladores con los que experimentar las sensaciones que tiene un piloto de carreras.

A las afueras de Mulhouse, en la localidad de Ungersheim, se encuentra el Ecomuseo de Alsacia, el más importante de Francia de este tipo. Es ideal para ir en familia porque los niños pequeños se lo pasarán fenomenal. Aquí tanto se puede saber más de las tradiciones regionales de Alsacia como conocer, por ejemplo, cómo eran las antiguas escuelas de esta región o cuáles eran los oficios más importantes que se desarrollaron, entre los que destacaban los herreros, los carpinteros de carros o los alfareros. También es curioso ver cómo se destilaban por aquel entonces los aguardientes locales o cómo se cocinaba. Además se pueden degustar recetas tradicionales y auténticas como la gelatina de apio, las patatas con ortigas, o el sorbete de albahaca.  

Por último, para probar la gastronomía alsaciana os recomendamos que os dirijáis a un winstub, que es el equivalente al pub en Alsacia (el Restaurante Le Cellier es una opción perfecta), donde se pueden degustar especialidades locales como el fleischschnakas, una exquisita carne guisada envuelta en una pasta de harina, el flammkuchen o tarte flambée, una fina masa de pan sencilla sobre la que se colocan otros alimentos como cebolla cruda, panceta y nata líquida, o el chucrut, acompañadas por deliciosos vinos alsacianos. Y para salir por la noche la mejor opción es dirigirse a Le Gambrinus donde se respira muy buen ambiente y donde elaboran una excelente cerveza artesanal (Bière du Bollwerk).

Mulhouse es una ciudad perfecta para recorrer en un fin de semana. El aeropuerto internacional Basilea-Mulhouse-Friburgo, que comparten Francia, Alemania y Suiza, está a tan solo 30 minutos del centro. Más información sobre los vuelos aquí.

Texto de Tusdestinos.net

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EUR la Roma desconocida

La Esposizione Universale Roma, más conocida por sus siglas EUR, es una de esas áreas que se encuentra fuera de cualquier ruta turística y dista mucho de la imagen que todos tenemos de la Ciudad Eterna. Ni ruinas de época romana, ni iglesias barrocas, ni palacios renacentistas, ni callejuelas, aquí lo que encontrarás son amplias avenidas trazadas sobre un eje axial y con una distribución regular, y grandes edificios de líneas sencillas, propias del modelo fascista, que es en el que se basaron a la hora de diseñarlo, alternando con grandes edificios de construcción más reciente.

Este barrio tiene sus orígenes en los años treinta, momento en el que Mussolini decide llevar a cabo un proyecto de ampliación de la ciudad hacia el sur con motivo de la Exposición Universal de 1942, en la que además se aprovecharía para celebrar el vigésimo aniversario de la “Marcha Fascista en Roma” (1922). Originariamente fue bautizado como E42, y en él trabajaron algunos de los mejores arquitectos de la época, como Marcello Piacentini, que ejerció de jefe del proyecto, Giuseppe Pagano, Luigi Piccinato, Luigi Vietti o Ettore Rossi. El modelo sobre el que trabajarán estará inspirado en la ideología fascista, en el que se combinarán el racionalismo y el neoclasicismo simplificado.

El inicio de la Segunda Guerra Mundial interrumpió las obras, y la Exposición Universal de 1942 nunca se llevó a cabo. En los años cincuenta y sesenta se retomaron los trabajos de construcción de los edificios, y al barrio se le dio una nueva funcionalidad, que aún conserva en la actualidad, la de ejercer de distrito de negocios, avanzándose en ese sentido a ciudades como Londres o París.

El principal encanto por el que merece la pena acercarse hasta el EUR reside en poder ver algunas de las originales construcciones que se llevaron a cabo por aquel entonces, y el contraste que supone respecto a la Roma antigua. Entre los edificios más destacados del EUR se encuentra el Palazzo della Civiltà Italiana, también conocido como el Palazzo della Civiltà del Lavoro (Palacio de la Civilización del Trabajo) o como Colosseo Quadrato (Coliseo Cuadrado), y que es uno de los edificios más representativos de la arquitectura fascista italiana. Inaugurado el 30 de noviembre 1940, fue construido para acoger la Mostra della Civiltà Romana y fue diseñado por los arquitectos Giovanni Guerrini, Ernesto Bruno La Padula y Mario Romano. Finalmente la exposición fue cancelada, motivo por el cual permaneció abandonado hasta 1953, año en el que se abrió las puertas al público por primera vez. Tras ser restaurado entre 2003 y 2008, en la actualidad acoge la sede de las oficinas centrales de la marca de lujo Fendi.

Otro ejemplo interesante de arquitectura fascista lo encontrarás en el Palazzo dei Congressi (Palacio de Congresos) diseñado por Adalberto Libera, cuya decoración interior es obra de Achille Funi y del artista futurista Gino Severini. Construido entre 1938 y 1954, hoy en día sirve como espacio expositivo o para la realización de eventos y congresos.

Otros edificios a tener en cuenta en tu visita son la Basilica dei Santi Pietro e Paolo, obra del arquitecto Arnaldo Foschini y el Palazzo Uffici, el único que fue acabado antes de la guerra y que contiene un refugio antiaéreo en su interior.

Entre los museos que se pueden visitar en el EUR está el Museo della Civiltà Romana (Museo de la Civilización Romana), un edificio de colosales dimensiones que alberga un conjunto de recreaciones de Roma antigua en forma de maqueta francamente impresionantes.

Reserva tu Vueling a Roma y aventúrate a visitar algunas de sus zonas menos conocidas de la ciudad, como es el caso del EUR.

Texto de Los Viajes de ISABELYLUIS

Imágenes de FaceMePLS, Sebastian Baryli, Alexandre Delbos

 

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