¿Quieres regalar una escapada romántica a tu pareja? ¿O celebrar vuestra boda en un lugar mágico? Santiago tiene los rincones y la luz perfecta que, además de volveros a enamorar, os permitirán presumir de unas fotografías de boda y posados románticos que darán mucha envidia.
Voy a pedirle permiso a Roma hoy —espero que no se enfade— para proponerte un destino que me parece superromántico y no tan típico: Santiago de Compostela. Nunca sabremos si las meigas han tenido algo que ver con mi flechazo con esta ciudad, sus conjuros pueden ser muy poderosos, pero apostaría a que sus encantadores rincones se ganan cada día el corazón de muchos.
La fórmula perfecta para que os vuelva a enamorar sería esta:
Un paseo por sus parques
En las películas antiguas se veía siempre a parejas paseando o haciendo pícnics en los parques. Ahora nos pasa que queremos hacer un montón de cosas, nos desplazamos solo para llegar a otro lugar y hemos olvidado el placer de pasear sin más. Pues no: guardaos unas horas para ir a pasear por el Parque de la Alameda, Selva Negra, el Parque de Bonaval o el Parque de Vista Alegre, por decir algunos. Santiago es una ciudad que integra la naturaleza de sus parques para que, sin ir muy lejos, limpies tus pulmones y te alejes del ruido.
Una excursión a pie o en barco
Cálzate unas botas cómodas, elige la ruta que más te guste y aparca el móvil unas horas para pasar un tiempo de calidad contigo y tu pareja. Si prefieres no cansarte mucho y disfrutar igualmente de aire limpio, puedes también montarte en alguno de los barcos que recorren la Ria de Arousa o las Rías Baixas.
Un atardecer con luz mágica
¿Cuántas veces el atardecer te pilla haciendo otras cosas y no le prestas atención? Se acabó, en Santiago volverás a descubrir el gusto de no hacer nada, solo contemplar cómo el sol se va escondiendo (a mí me gusta contar hacia atrás cuando está a punto de desaparecer, pero es opcional hacerlo). Elige un buen lugar elevado para ver cómo se van tiñendo las paredes y el cielo de color dorado y la magia del momento se encargará del resto.
Un ratito de relax
Puede que a tu cerebro ya le haya llegado la orden de relajarse pero, por si acaso tu cuerpo no se ha enterado aún, lo mejor es regalarle una sesión de spa o un buen masaje. Ya sabes lo que dicen: “las parejas que se relajan unidas permanecen unidas” (bueno, el refrán no era así, pero podría serlo).
Una comida o cena sin prisas
Esto tendrían que ser deberes obligatorios una vez al mes para cualquier pareja, sentarse tranquilamente a la mesa para hablar de todo y reconectar. Si además la buena comida acompaña, y en Santiago tienes muchos planes gastronómicos para elegir, es un auténtico gusto.
¿Y campanas de boda?
Cada vez más gente opta por organizar una boda lejos de su casa (“Destination Wedding” lo llaman) y Santiago es la candidata perfecta: el buen comer está garantizado, la escenografía es Patrimonio de la Humanidad y la luz perfecta para las fotos de boda viene de serie. Además en Santiago saben del potencial de su ciudad para las celebraciones románticas y ya te ofrecen todas las facilidades posibles para que la organices. ¡Una boda en la meta del Camino de Santiago!
Es el momento de reservar tus billetes a Santiago para sorprender a tu pareja con una escapada romántica.