¿Quieres descubrir una Sevilla diferente, fuera de las guías? Síguenos en este paseo por referentes literarios de la ciudad andaluza.
No aportamos nada nuevo al decir que Sevilla es una ciudad cargada de historia y tradición. Quedarnos en eso sería como caer en los tópicos de siempre: que si el flamenco, la alegría, ese manido “color especial”… Pero la “historia y tradición sevillana” es tan amplia que se puede encontrar en muchos sitios, más allá de sus monumentos y lugares más populares. ¿Y si salimos un poco de la ruta típica de las guías? Por ejemplo, podemos dibujar un callejero paralelo de Sevilla con referencias literarias y rincones asociados a la literatura. Muchos de estos sitios nos ayudarán a hacernos una idea de lo que fue Sevilla y qué rastros del pasado quedan hoy día. ¿Vamos?
Arenal y Entre Cárceles
Empecemos nuestro paseo desde el puente de Triana y caminemos hacia el Arenal, el barrio taurino de la ciudad. Dejamos atrás una placa que recuerda que aquí, en este clásico barrio, Lope de Vega estrenó sus comedias, y llegamos callejeando hasta la calle Entre Cárceles, donde se erige una estatua a Cervantes. El nombre de esta calle se debe a que en ella coexistieron dos cárceles: la Cárcel Real y la Real Audiencia. En lo que hoy es la Taberna EntreCárceles estaban las celdas en las que estuvo preso Miguel de Cervantes. ¿El motivo? Fue acusado de quedarse con parte del dinero que recogía casa por casa, ya que trabajaba de recaudador de impuestos. Sí, los escritores de antaño también necesitaban otros trabajos para subsistir. En las paredes de la cárcel, que hoy da cobijo a una entidad financiera, concibió la idea de lo que sería El Quijote, según cuenta el propio Cervantes en el prólogo de la novela.
Salvador y plaza del Pan
Pasamos por la plaza del Salvador y la plaza del Pan, sitios emblemáticos del día a día sevillano (no hay más que ir un sábado a mediodía, por ejemplo) pero también escenarios claves de la infancia de Luis Cernuda. Así quedaron recogidos en “Ocnos”. El poeta, que murió en el exilio en México en 1963, nació en la calle Acetres, una callejuela estrecha a pocos metros de estas plazas. Una placa recuerda su casa natal en este espacio que pertenece a una cristalería y que recientemente se ha puesto a la venta.
Palacio de las Dueñas
En nuestro paseo, dejamos atrás las famosas setas sevillanas del Metropol Parasol para llegar hasta el Palacio de las Dueñas, en la calle del mismo nombre. El Palacio pertenece a los duques de Alba (aquí murió la famosa duquesa), pero un evocador monumento a la entrada recuerda que en una de las viviendas de esta casa nació Antonio Machado, en 1875. Se pueden visitar las estancias y los patios del Palacio, esos que el poeta recordaba cuando definió su infancia como “un huerto claro donde habita el limonero”.
Velázquez, Don Juan Tenorio y Aleixandre
Para en cualquier sitio de la calle Feria o de la misma calle Dueñas para reponer fuerzas (siempre acertarás) y vuelve callejeando en dirección a la Catedral. Puede que en tu camino pases por delante de la casa natal de Velázquez, en la calle Padre Luis María Llop, pero ni te percatarás. No hay nada en la fachada que recuerde al pintor sevillano, aunque desde hace poco hay en marcha un proyecto para recuperar esta pequeña vivienda a espaldas de la plaza del Cristo de Burgos.
Desde aquí puedes tomar varios caminos: acercarte al cercano barrio de Santa Cruz y conocer los espacios de Don Juan Tenorio (un clásico de las rutas sevillanas), o bien llegar casi hasta el río, junto a la Puerta de Jerez, y ver en el Palacio Yanduri la placa que recuerda la antigua casa natal del poeta Vicente Aleixandre, premio Nobel de Literatura en 1977.
Una Sevilla diferente
Pero si ya te has hartado de tanta placa conmemorativa, también puedes darle un giro a esta ruta literaria: visita el Soho Benita, el barrio más de moda de Sevilla. ¿Qué relación tiene con la literatura? Benita viene de Pérez Galdós, la calle dedicada al escritor y eje central de este movimiento cultural que está surgiendo en la capital de Andalucía. Un entramado de calles que parece querer desperezarse de esa imagen clásica e inmovilista de Sevilla y que ofrece establecimientos de todo tipo: galerías, restaurantes, comercios… y librerías, por supuesto. Nuestra recomendación es que te acerques a Un Gato en Bicicleta, librería emblemática de la zona que no se dedica solo a vender libros: también es cafetería, taller de cerámica y, por supuesto, dinamizador cultural de esta nueva Sevilla que se abre paso.