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Islandia low-cost: cómo viajar al paraíso sin arruinarse

Excursiones de ida y vuelta, ‘hostels’ que parecen mansiones y restaurantes pop: Islandia también tiene una versión low-cost. ¡Acompáñanos a conocerla!

Viajar a Islandia no es barato, pero tampoco tan caro como cuentan quienes se han pasado 3 semanas recorriéndola en coche, pasando la noche en hoteles de diseño y cenando platos ecológicos en restaurantes cuquis. Pese a que estamos hablando de un país donde una cena estándar en un restaurante normalito puede rondar los 60 € por persona, siempre hay truquillos para reducir gastos y disfrutar del espectáculo (a veces loquísimo) que es siempre este país fascinante.

Porque Islandia es otro mundo. Mejor dicho, otros mundos. Un lugar hermosísimo que tanto te depara montañas nevadas como paisajes lunares, colinas verdes y onduladas, lluvia, viento, sol, lagos, glaciares… Todos ellos van pasando por delante de tus ojos como si fueses diapositivas mientras recorres sus carreteras casi desiertas con la sensación constante de que te diriges al fin del mundo.

Vas recorriendo el país e Islandia sigue tomando diferentes formas al tiempo que tú vas enamorándote del despliegue de naturaleza salvaje y magnética: de repente un arcoíris, luego una aurora boreal, a los pocos minutos un géiser, después te estarás bañando en formaciones de lava y más tarde tomándote un cóctel de autor en algún garito cool.

Islandia lo tiene todo y tú no quieres perdértelo, aunque tu bolsillo no esté para grandes hazañas. No te preocupes: ¡reserva un Vueling y sigue nuestros consejos!

1. Excursiones de un día, ¡claro que sí!

Que sí, que tu sueño es recorrer las carreteras islandesas entre montañas nevadas conduciendo un 4X4 fabuloso mientras de fondo suena Sigur Rós. Pero no puedes permitirte excesos económicos y vas a tener que conformarte con las excursiones de un día que puedes contratar desde Reikiavik. ¡Son una maravilla! Hay buenas conexiones, los precios son ajustados y te permitirán descubrir el país volviendo siempre puntualmente a dormir a tu ‘hostel’ (este será el siguiente punto).

¿Algunos ejemplos? Aquí tienes diversas opciones:

  • Parque Nacional Snæfellsnes.

    Es famoso por sus impresionantes paisajes. Allí te espera el glaciar Snæfellsjökull, además de unas simpáticas ballenas y orca (podrás hacer avistamiento), focas, cascadas, playas, termas, volcanes… ¡Es como una Islandia en miniatura!

  • Landmannalaugar.

    Esta región volcánica es un auténtico espectáculo que aparece ante nuestros ojos como un gran manto que va cambiando de color. Podemos hacer una escapada de 1 día desde Reikiavik y descubrir los secretos de la Reserva Natural de Fjallabak, con sus campos de lava, sus ríos y sus manantiales termales. Si no te apetece hacer una excursión organizada siempre puedes coger un autobús, calzarte las botas y descubrir la zona haciendo trekking.

  • El Círculo Dorado.

    Se trata de una ruta de unas 8 horas que te llevará por algunos de los lugares más hermosos de Islandia. El Parque Nacional de Thingvellir, las cascadas Bruarfoss y Gullfoss, el cráter Kerio o unas maravillas de la naturaleza que te dejarán con la boca abierta: los géiseres. Son algunos de los atractivos que te encontrarás en esta ruta que puedes hacer por libre o en una excursión guiada (las hay a precios muy razonables).

  • Costa sur y ruta de las Cascadas.

    A estas alturas de la película los ojos te estarán haciendo chiribitas ante tanta belleza. Si visitas la costa sur, no te pierdas la laguna glaciar de Jökulsárlón, conocida como "La Joya de la Corona de Islandia", o el impresionante Parque Nacional de Vatnajökull, con cascadas a cada paso. No olvides llevarte el bañador: te vas a encontrar una serie de manantiales termales que van a llamarte por tu nombre.

2. Dormir a buen precio: ¡sí se puede!

A medida que vamos conociendo Islandia, vamos teniendo también una idea más precisa de que los islandeses lo hacen todo bien. ¿Baños termales en medio de montañas de cuento? Check! ¿Jerséis de lana preciosos para pasar el invierno calentitos? También. ¿Comida casera eco riquísima en cualquier lugar recóndito? Por supuesto, algo sorprendente si tenemos en cuenta que Islandia no sería precisamente famosa por su huerta. Encima son estilosos, cultos, hablan inglés perfectamente vayas donde vayas y manejan como nadie los códigos del diseño contemporáneo.

Esta maña para prácticamente todo y el buen gusto que se gastan los islandeses se nota también en sus pensiones y hostales. En Reikiavik es posible dormir en cuidadísimos edificios de diseño a precios accesibles, como Kex Hostels, donde tendrás que compartir cuarto pero no va a importarte cuando pasees por sus instalaciones impecables y disfrutes de su surtida biblioteca. Loft HI-Hostel es un albergue ecológico en el que, además, abundan los eventos sociales, de modo que si viajas solo/a no puede ser mejor opción. Hay habitaciones con baño privado y otras con baño compartido. El impecable Bus Hostel es también el lugar perfecto para vivir la capital islandesa al máximo sin morir en el intento. Su agradable terracita va a ser the place to be durante tu estancia.

3. Dormir a buen precio: ¡sí se puede!

El Blue Lagoon es el spa termal ubicado en una formación de lava más conocido de Islandia, un reclamo turístico de primer orden. Pagarse una entrada con acceso a todo y cenar en su espectacular restaurante con vistas a las termas es toda una experiencia que probablemente no estés en disposición de hacer, ya que es carísimo. No importa, porque Islandia ofrece otras atracciones similares que, además, están menos masificadas de turistas, son muchísimo más auténticas y también más económicas. Krauma se encuentra a apenas una hora de Reikiavik (puedes aprovechar el viaje si vas a la Península de Snæfellsnes). Secret Lagoon, en en el pueblo de Fludir, a apenas 1 h 30 min de la capital, también es una gran opción para disfrutar de una de las piscinas más antiguas de Islandia. ¡Hay incluso un pequeño géiser en erupción!

4. Dormir a buen precio: ¡sí se puede!

Comer de restaurante cada día es mala opción. Islandia es un país caro, de manera es que lo mejor es que vayas trampeando. Una buena idea es combinar los pícnics con los restaurantes y así contentar al estómago y al bolsillo a partes iguales. ¿Acaso hay un escenario más bello para sacar un bocadillo homemade y una caja de fruta que los paisajes islandeses? A la hora de reservar mesa, toma nota de algunos establecimientos donde podrás comer bien a buen precio: Icelandic Street Food (tienen sopas ricas y unos pasteles caseros que todo lo curan) y Bæjarins Beztu Pylsur, uno de los sitios top para comer barato en la capital, con unos hot dogs que incluso enamoraron a Bill Clinton. ¿El cuerpo te pide burguer y patatas? Pues que sea en Reikiavik Chips donde las disfrutes. Por último, Blackbox Pizza tiene la que –dicen– es la mejor pizza de Rekjavik. ¡Las hay de los más diversos ingredientes!

¡Ya lo ves! Otra Islandia es posible y la tienes a golpe de Vueling. ¡Despegamos!

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