A 30.000 pies por viajeros para viajeros

Todo lo que deberías saber sobre Jerez y sus vinos únicos

La ciudad gaditana es un prodigio de alegría de vivir y cultura vinícola, donde pasaremos unos días inolvidables entre copas y monumentos.

Jerez de la Frontera (Jerez para los amigos) es una ciudad bellísima, monumental y acogedora a partes iguales, con una cultura vinícola y gastronómica inigualable. Cuenta con monumentos de gran valor histórico y arquitectónico, con un centro histórico coqueto y agradable, numerosas bodegas salpicadas por todas sus calles, tablaos flamencos y restaurantes para todos los bolsillos y paladares. Tiene, además, un aeropuerto al que podréis acceder vía Vueling, muy cerca de la ciudad.

Jerez es un gran lugar para pasar unos días, ya que aúna grandes cosas en un solo lugar: un clima templado y agradable durante todo el año, unas proporciones accesibles que hacen que sea sencillo recorrerla a pie, un panorama gastronómico y bodeguero que es una locura y hermosas reliquias monumentales a cada paso.

Hemos volado a Jerez para ver qué nos depara esta ciudad, que cae simpática desde el primer momento, y nos hemos quedado con ganas de más. Aquí van los imprescindibles.

1. Jerez monumental

El Alcázar es un lugar fundamental en una visita a Jerez. Esta fortaleza árabe construida en el siglo XII, en la parte alta de la ciudad, merece una completa visita en la que acceder a los baños árabes, la mezquita, la puerta de la ciudad, los jardines o el patio de armas. Desde aquí conviene acercarse a la Iglesia de San Miguel, un hermoso edificio (para muchos, el más hermoso de la ciudad) que combina los estilos gótico, renacentista y barroco.

El convento de Santo Domingo es uno de los más emblemáticos de la ciudad, construido en el siglo XIII y mezcla de elementos mudéjares, góticos y renacentistas. También es imprescindible detenerse ante la Capilla de los Remedios, un lugar encantador al que la población se acerca a pedir salud para ellos y los suyos.

No hay que olvidar la magnífica catedral, un templo imponente que también combina varios estilos y cuya espléndida fachada barroca nos robará el corazón. Si buscamos un alojamiento con charm a rabiar, el Hotel Bodega Tío Pepe es un lugar incomparable, un paraíso consagrado al mundo del vino de Jerez con impresionantes vistas a este edificio.

Por último, a 5 km del centro encontramos uno de los lugares más visitados de la provincia: la Cartuja de Santa María, declarada Bien de Interés Cultural. Al ser en la actualidad un convento de clausura, la puerta siempre estará cerrada, de manera que habrá que conformarse con ver su patio y su doble portada.

2. Callejeando

El centro histórico de Jerez es al tiempo monumental y concurrido, repleto de calles llenas de tiendas y restaurantes en los que se respira animación a cualquier hora del día. Podemos comenzar paseando por la emblemática Calle Larga, donde recomendamos hacer una parada en el edificio El gallo azul y tomar un vino en el bonito café del mismo nombre, un clásico de la ciudad. La Plaza del Arenal, con sus característicos arcos, también es el lugar perfecto para hacer un alto en el camino en una de sus numerosas terrazas.

No hay que abandonar Jerez sin caminar sin rumbo por el barrio de Santiago, con sus callejuelas empedradas, sus casitas de colores y sus macetas con flores. Es probable que en uno de estos agradables paseos por Jerez nos crucemos con sus baños árabes, Hamman Andalusí, un lugar irresistible en el que relajarnos entre chorros en un ambiente que nos traslada a otra época.

También es probable que nos topemos con la Fundación Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre, donde podremos comprobar por qué Jerez es un lugar de referencia en materia de vinos, sí, pero también de caballos. Este lugar acoge a menudo espectáculos de ballet ecuestre que nos dejarán con la boca abierta.

3. De vinos y restaurantes

Hemos dejado los vinos y la gastronomía casi para el final, ya que si empezamos visitando bodegas es probable que la noche nos confunda y nos olvidemos de la ruta monumental y hasta de nosotros mismos. Porque Jerez es todo un festival de bodegas, rincones mágicos que nos explican la historia de la ciudad a través de sus viñedos, de sus criaderas y soleras, de los grandes templos que dan lugar a unos vinos reconocidos alrededor del mundo, intensos y particulares a partes iguales: los de la D.O. Jerez.

Antes de empezar a recorrer bodegas y adentrarnos en las particularidades de estos vinos únicos, procedentes de la uva Palomino (los secos) y Pedro Ximénez y Moscatel (los dulces), conviene tener claras unas cuantas cosas. La D.O. Jerez se compone de varios tipos de vinos: Fino, Amontillado, Oloroso, Medium, Pedro Ximénez, Cream, Moscatel y Palo Cortado. No hay que confundirla con la D.O. Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda, también de la provincia de Cádiz.

En la ciudad encontramos un sinfín de bodegas en las que rendir homenaje a estos vinos, primero recorriéndolas para aprender sus secretos y más tarde acabando con una cata, generalmente acompañada de un picoteo con productos de la zona. Algunas de las más importantes son Bodegas Emilio Hidalgo, que data de 1808 y cuyo hermoso patio nos brindará un maravilloso silencio; o Bodegas Tradición, que ofrece vinos premium reconocidos alrededor del mundo y que cuenta, además, con una sensacional pinacoteca abierta al público con obras de Goya, Velázquez o El Greco, entre otros. Por su parte, Bodegas Faustino González es otra tipología de bodega: más pequeña y familiar, un lugar que explica la historia de Jerez a través de sus propietarios, los 14 hermanos García Mier.

Capítulo aparte merecen las bodegas Tío Pepe, un conjunto monumental de bodegas ubicado en pleno centro histórico, un referente de la tradición vinícola del siglo XIX con patios andaluces, calles emparradas y las espectaculares bodegas centenarias.

4. ¡A comer!

En un lugar con una tradición vinícola tan asombrosa como Jerez, donde se respira cultura del vino en cada rincón, es lógico que también se coma de maravilla. De hecho, se come tan bien en cualquier sitio que casi podríamos ahorrarnos estas líneas, pues habrá quien prefiera callejear sin rumbo y dejarse seducir por esos surtidos de ibéricos y quesos de la zona, así como por platos típicos que van desde el ajocaliente al aneto, la cola de toro o el tocino de cielo.

Conviene anotar, sin embargo, algunas direcciones imprescindibles. Mantúa, un restaurante galardonado con una estrella Michelin, es una maravilla de finura y delicadeza con el producto y vino local como protagonistas, mientras que La Carboná es una antigua bodega ahora reconvertida en restaurante que ofrece una cocina tradicional actualizada. ¿El cuerpo nos pide tablao? Imposible no enamorarse del flow que se respira en Tabanco El Pasaje.

Más leídos

Los mejores parques naturales de Europa

De Reino Unido a Finlandia pasando por Islandia, Croacia, Italia …

+ info

5 DESTINOS ORIGINALES PARA UN FIN DE SEMANA (MÁS A…

¿Buscas un destino diferente para una escapada? ¿Te apetece descu…

+ info

IDEAS DE DESTINO EN ESPAÑA PARA VIAJAR CON NIÑOS

¿Ganas de una escapada familiar? Te proponemos algunos destinos “…

+ info