De norte a sur, de este a oeste: Países Bajos (que no se dice Holanda) están salpicados de campos de tulipanes que puedes visitar a tu aire y que van a robarte el corazón.
¿A quién se le ocurre viajar a Países Bajos solo para visitar tulipanes? Quizás a ti, cuando acabes de leer este artículo, descubras que el país está lleno de espectaculares paisajes de colores con esta flor emblemática como protagonista y te lamentes de no haber descubierto antes los secretos de estos maravillosos jardines. Ya que estamos, claro, resérvate unos días para recorrer las calles de Ámsterdam, una ciudad cada día más vanguardista, el lugar perfecto para perderte entre canales y visitar restaurantitos, cafés, tiendas de diseño y galerías de arte.
¿Hay tanto para ver en materia de tulipanes? ¡Hay muchísimo! Esta pequeña guía te servirá para montarte una ruta a medida que va a llenar tu Insta de coloridos paisajes florales. ¿Los oyes como te llaman por tu nombre?
¿Cuánto visitar los campos de tulipanes?
En primavera e inicios de verano es cuando deberías encontrar los tulipanes en flor (si viajas en otro momento solo verás campos sin nada o, como mucho, tallos verdes). Lo recomendable es mirar cuándo está prevista la floración cada año, porque puede variar un poco.
¿Dónde ver los campos de tulipanes?
1. Jardines de Keukenhof, el top floral
A apenas media hora de Ámsterdam encontramos los campos de tulipanes más representativos del país, que se encuentran en la localidad de Lisse. Pese a que se puede acceder en coche o en autobús, nuestra recomendación si estás en forma y quieres vivir una experiencia cien por cien holandesa es prepararte un pícnic, alquilar una bici y poner rumbo a los emblemáticos Jardines de Keukenhof.
Este lugar, capaz de robar el corazón incluso a aquellos incapaces de reconocer una margarita, cuenta con grandes jardines de tulipanes, tiendas de flores, restaurantes, cafés… Resérvate un día entero y prepara la cámara: ¡la visita lo vale! Y si te queda tiempo, no dudes en callejear por Lisse y visitar su archipopular Museo de Zwarte Tulp, dedicado en exclusiva a esta flor emblemática, además de conocer otros campos de una flor que encontrarás prácticamente en cada rincón de la ciudad.
2. Los alrededores de Keukenhof
Ojito, que aunque Keukenhof sea el jardín mainstream imprescindible, en Países Bajos hay mucha tela que cortar. Como la que encontramos en pueblos cercanos como Sassenheim, Hillegom, Noordwijkerhout o Rijnsburg (con su espectacular cabalgata floral que se celebra cada mes de agosto). Todos estos pueblos se dedican al cultivo de los bulbos, de manera que la cultura de los tulipanes se respira en cada rincón. Todos ellos son rincones pintorescos, perfectos para hacer un alto en el camino y contemplar espectaculares campos de tulipanes. ¿Te gusta el senderismo? Pues ya tardas en calzarte las botas: ¡hay rutas para todos los gustos!
3. Kop Van Noord-Holland, el mayor campo del mundo
Si te vienen a la cabeza interminables jardines repletos de tulipanes, un cielo azul eléctrico y un paisaje coronado por molinos de viento, tal vez aún no lo sepas pero estás pensando en Kop Van Noord-Holland. Es la región donde los tulipanes no acaban nunca, donde los molinos forman parte de la vida y donde podrás practicar actividades como rutas en bici, paseos fotográficos, trekking y muchísimo más.
La zona está situada a apenas 1 hora de Ámsterdam y sus habitantes se vanaglorian de representar “la Holanda real”, alejada de las modernidades de la capital, el lugar donde conocer el verdadero talante de su gente (mucho más afable y conversador que en las grandes ciudades). No olvides visitar Den Helder, base de la Armada Real de los Países Bajos, donde encontrarás numerosas muestras de arquitectura militar.
4. West Friesland, menos turística
También al norte, la región de West Friesland nos tiene reservados los magníficos campos de tulipanes que encontramos a lo largo y ancho de poblaciones como Hoorn, Enkhuizen y Medemblik. Lo bueno de esta zona es que es poco turística y, por tanto, nos permitirá conocer la Holanda rural y alejarnos de la muchedumbre perdidos en la inmensidad de sus inabarcables campos de tulipanes.
5. ¡A por la Ruta del tulipán!
Si a estas alturas de la película lo que te apetece es hacer una ruta piano piano, a tu ritmo, lo mejor es recorrer los alrededor de 100 km que abarcan la provincia de Flevoland. Aquí se celebra todos los años el Festival del tulipán, que tiene lugar en los alrededores de la localidad de Noordoostpolder. Este consiste, entre otras actividades, en facilitar una ruta para recorrer los diferentes campos de tulipanes, atravesar senderos, parar en jardines y, en definitiva, disfrutar de lo lindo de este espectáculo natural que tanto se agradece después del invierno. Se puede hacer a pie, en bici o en coche (o si prefieres una combinación de los tres, adelante: ¡aquí no hay normas!).
6. Goeree-Overflakkee, la isla bonita
Si queremos visitar la isla de Goeree-Overflakkee lo mejor es volar a Róterdam, aunque también podemos desplazarnos desde Ámsterdam y atravesar sin prisas el país de norte a sur (sin duda, toda una experiencia). Un par de días en esta isla encantadora nos bastarán para amar a partes iguales Holanda y sus tulipanes, para darnos chapuzones en sus aguas frías y agradables, hacer senderismo por caminos que parecen diseñados exclusivamente para nosotros, pasear en bici, contemplar puestas de sol inolvidables y acabar la jornada con una buena cerveza en alguno de sus chiringuitos. Todo ello, entre ese espectáculo de color y alegría que son siempre los emblemáticos campos de tulipanes de este país fascinante.
¿Ya te estás imaginando en el centro de ese prodigio de colores y aromas primaverales disfrutando de tanta paz? ¡Nosotros ponemos el vuelo, Países Bajos pone los tulipanes! ¿A qué esperas?
