Ferias, procesiones, gastronomía, naturaleza, ciudades, arte y cultura… Todo esto y mucho más es lo que te depara la Semana Santa en Asturias.
Imagina tu escapada de Semana Santa ideal. Si sueñas con un viaje que incluya comer mucho y bien, una naturaleza que nada tiene que envidiar a la de muchos destinos exóticos, ciudades con historia, ambiente nocturno, arte, cultura y gente majísima, toma nota. Asturias te espera para ofrecerte todo eso y más a precios ajustados y a un plis plas de tu casa de la mano de Vueling. ¿Se puede pedir más? ¡Pues sí! Visitarla en Semana Santa, en plena eclosión primaveral y con unas temperaturas perfectas para conocer cada uno de sus rincones.
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Parque Nacional de los Picos de Europa
Tanto si te chifla el senderismo como si prefieres los paseos sencillos y accesibles, en el Parque Nacional de los Picos de Europa encontrarás una ruta a medida. Estas montañas con historia salpicadas de pueblecitos de cuento de hadas, te permitirán disfrutar de unas vistas maravillosas y unos paisajes espectaculares, verdes y ondulados. Puedes ir por tu cuenta o contratar una visita guiada, así como acceder en autobuses que salen desde los pueblos cercanos. Prepara la cámara: ¡te vas a quedar impresionado ante tanta belleza!
Ruta por los pueblos marineros
La costa asturiana es un discurrir de pueblecitos marineros preciosos, siempre ambientados y alegres, desde los más turísticos como Cudillero, Llanes y Ribadesella/Ribeseya hasta otros menos frecuentados como Puerto de Vega o Navia. En ellos, solo te queda entregarte a la dolce vita asturiana, pasear por sus callejuelas llenas de comercios y por sus paseos marítimos siempre animados, comer de lujo y, –cómo no–, acabar la jornada en un chigre compartiendo la pasión que siente por la sidra la población local.
La Fiesta del Bollo, en Avilés
El lunes de Pascua, la ciudad de Avilés se viste de gala para celebrar el fin del ayuno de Semana Santa. Y lo hace a lo grande, con una jornada festiva que merece la pena vivir desde dentro, al menos una vez en la vida. En ella se rinde homenaje al Bollo, un bizcocho mantecado y escarchado en forma de trébol de cuatro hojas que los padrinos y madrinas regalan a sus ahijados. La fiesta es un no parar durante todo el día con música en directo, desfiles de carrozas, verbenas y fuegos artificiales, entre otras cosas. Una manera muy original de recorrer el casco histórico de Avilés, que contrasta con el aspecto vanguardista del Centro Niemeyer.
Y la de los huevos pintos, en Pola de Siero
El martes que sigue al domingo de Pascua hay que dirigirse a la Pola Siero para meterse de lleno en la Fiesta de los Huevos Pintos. Toda la localidad se llena de huevos pintados, que demuestran que en Asturias hay auténticos artistas de esta curiosa disciplina. No te pierdas el mercadillo donde podrás adquirir estos espectaculares huevos, y apúntate también a la Bendición de los Güevos Pintos (sí, sí, se escribe así) en la plaza del Ayuntamiento.
Comprobarás que en esta celebración corre la sidra que da gusto y se come y se baila hasta la madrugada en una verbena de las que hacen historia.
Procesiones y otras tradiciones de Semana Santa
No se puede visitar Asturias en Semana Santa sin detenerse a disfrutar del ambiente que siempre reina en sus procesiones. Las de Oviedo/Uviéu, Avilés, Villaviciosa o Gijón/Xixón (donde además también tiene lugar un mercadillo de artesanía y productos ecológicos que merece la pena visitar), son de las más reconocidas. En Villanueva de Oscos tiene lugar el Vía Crucis viviente, que cuenta con una amplia participación vecinal. Por otra parte, Ribadesella/Ribeseya se convierte todos los años en un hipódromo viviente, donde tienen lugar carreras de caballos en la playa.
Para los amantes del deporte
La Semana Santa es una época de lujo para los amantes del deporte, que podrán recorrer sus montañas y senderos disfrutando de una temperatura perfecta. La Reserva de la Biosfera Oscos-Eo, el Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa, el de Redes o el de las Fuentes de Narcea son algunos de los paisajes que vale la pena recorrer a pie, por no hablar de las cautivadoras vistas del Parque Natural de Ponga o del aire puro y la serenidad del Parque Natural de Somiedo.
Si las condiciones meteorológicas acompañan, también se puede probar con un descenso en canoa, o con el rafting, por ejemplo. Otra opción aconsejable es una ruta a caballo o en bicicleta y, si amas el mar, ¡ya tardas en ponerte el neopreno! Las olas asturianas te están llamando por tu nombre.
Un abanico de propuestas familiares
Asturias tiene de todo. También un buen despliegue de actividades para toda la familia, desde el Parque de la Prehistoria de Teverga, en el corazón verde y frondoso de Teverga, al Museo del Jurásico de Asturias (Muja), en la Rasa de San Telmo (Colunga), con las mejores vistas al Cantábrico que pudieron soñar los dinosaurios que ahora habitan el museo. Además, los ferreiros de Santa Eulalia de Oscos, los artesanos de las navajas en Taramundi, y mazos como el de Os Teixóis y El Mazonovo dejarán boquiabiertos a grandes y pequeños y te transportarán de un plumazo a otros tiempos.
