A tan solo 20 minutos en coche de Ámsterdam (Países Bajos), los molinos de Zaanse Schans son una visita imprescindible para adentrarse en la historia tradicional de Holanda.
Es uno de los grandes atractivos turísticos locales para quienes visitan Ámsterdam o bien los Países Bajos en su globalidad. Os encontraréis en un pueblo típico de antaño, reconstituido a partir de casas de madera y molinos históricos de las aldeas de los alrededores. Un lugar de lo más cuqui, que da la sensación de estar atrapados en una postal con los todos clichés nacionales concentrados. ¡No faltan ni los zuecos esperando en la entrada de las casitas! Después de ver los campos de tulipanes (si viajas a Países Bajo en primavera o inicios de verano), esta es la segunda excursión que no te puedes perder.
Cómo llegar a Zaanse Schans
Bien fácil: alquila un coche en Ámsterdam y conduce unos 20 minutos hacia el norte y te encontrarás este paisaje digno de postal. Si te apetece, ya que tienes el coche, puedes aprovechar luego para estirar el día y visitar pintorescos pueblos de los alrededores como Edam, Volendam y Marken.
Otra opción, si no te apetece conducir, es contratar un tour de día desde Ámsterdam.
¿Cuánto cuesta la entrada a Zaanse Schans?
La entrada general al recinto es gratuita y es un lugar muy concurrido por los locales que acuden a pasear entre molinos el fin de semana. De todas formas, si quieres visitar el museo y algunos de los molinos, tendrás que adquirir la Zaanse Schans Card.
Una opción recomendable, si vas a estar varios días en Ámsterdam, es coger la Amsterdam City Card, que te incluye ya el acceso a las principales atracciones turísticas y te ahorras dinero.
Un poco de historia
La región de Zaanse alcanzó su pleno apogeo en los siglos XVIII y XIX. Era una importante zona industrial en la que se alzaban molinos de viento donde se producían aceites vegetales, pinturas, mostaza, papel y otros productos varios que han contribuido a la riqueza del país durante décadas. Muchos de los molinos, así como las casas y talleres de entonces, han sido renovados y convertidos, en la actualidad, en museos, talleres artesanales o tiendas de souvenirs abiertas al público, mientras algunas residencias privadas se resisten a la transformación turística del pueblo.
¿Qué visitar en Zaanse Schans?
En Zaanse Schans te encuentras una amplia oferta de restauración y de ocio inspirada en el pasado de este pueblo, como sus pequeñas granjas con animales perfectas para el turismo familiar. Estas son algunas de las visitas imprescindibles:
- El museo Zaanse. El principal de la zona, alberga colecciones de objetos de la vida cotidiana de la época. Hay desde utensilios para la artesanía o los trabajos del campo hasta trajes tradicionales y pinturas históricas. Hay, además, mucha información para descubrir más acerca del pasado de la zona y sus tradiciones. El museo Zaans también es sede de una fábrica de chocolate y de galletas Verane, ideal para disfrutar de un momento de lo más goloso rodeados del gustoso aroma a dulce.
- Los 8 molinos del pueblo. A lo largo de su recorrido, se descubren sus diferentes usos como el aserradero, la fabricación de especias o aceites alimentarios, entre otras cosas.
- La fábrica de zuecos, donde asistir a su proceso de elaboración, así como admirar una amplia colección de este tipo de calzado, desde modelitos básicos hasta otros mucho más elaborados.
- La quesería. Se ubica en la granja Catharina Hoeve que data del siglo XVII. Aquí ofrecen una demostración del proceso de fabricación del queso, uno de los emblemas gastronómicos nacionales, y también una degustación de los diferentes ejemplares de la casa. Al finalizar la visita, podréis haceros con vuestros favoritos en la tienda de la quesería.
¡2 consejos!
- El mejor momento para visitar la zona, si es posible, es entre semana. O bien a primera y última hora del día. De este modo, hay menos afluencia y, si te coincide con el amanecer o atardecer, las vistas son preciosas y las fotos quedan espectaculares sin filtro alguno.
- Prepárate una cesta de pícnic: te ahorras dinero y, si el tiempo lo permite, aprovecha el entorno para disfrutar de una comida al aire libre.