¿Te imaginas recorrer los castillos, bosques y rincones por los que pasaron El flautista de Hamelin o Cenicienta? La Ruta de los Cuentos de Hadas de Alemania te permitirá seguir los pasos de los hermanos Grimm y revivir las peripecias de sus personajes más populares.
La famosa Ruta de los Cuentos de Hadas hará que veas Alemania con otros ojos, como un escenario de postal alejado de las cervezas kilométricas y las salchichas XXL. Solo tienes que calzarte las botas, volver a ser pequeño/a e ir tras los pasos de Caperucita, Blancanieves y una serie de personajes creados por los hermanos Grimm. Estos incansables inventores de historias eran originarios de la ciudad de Hanau (en el estado alemán de Hesse) y toda la zona está impregnada de sus historias y personajes.
Si vas con niños, la magia está servida. Visitarás casas encantadas, castillos de cuento, pueblos de postal, bosques misteriosos e incluso podrás adentrarte en el mismísimo castillo de la Bella Durmiente. Sigue la ruta que te proponemos y recorre los 600 km que separan Bremen de Hanau en busca de Pulgarcito, Rapunzel y la Cenicienta. ¡Salúdales de nuestra parte!
- ¿Cómo llegar?
Lo mejor es volar a la ida a Hamburgo y de ahí poner rumbo a Bremen (hay apenas hora y media en coche). Enseguida empezarás a ambientarte poniéndote en la piel de aquellos simpáticos animales que montaban una banda de música para escapar de la miseria. El vuelo de vuelta lo puedes coger en Frankfurt y así te ahorras deshacer todo el camino.
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1. Hamburgo-Bremen
Te advertimos de que vas a querer quedarte en esta pintoresca ciudad alemana en la que parece que el tiempo no pasa. Sentirás que vives dentro de un cuento de hadas cuando visites la Plaza del Mercado, pasees junto al río, te acerques a su emblemático molino y te detengas en la plaza del Ayuntamiento para contemplar la estatua dedicada a los aclamados músicos de Bremen. ¿Acaso no has soñado alguna vez con imitar a aquel grupo formado por un burro, un gallo, un perro y un gato que montaban una banda de música para huir de su triste existencia? Cuenta la leyenda que si frotas las patas del burro y pides un deseo este se cumplirá. Así que cuidadito con lo que deseas…
2. Hamelin-Polle
No abandonamos la música, ya que tras conducir algo más de dos horas llegaremos a Hamelin a ritmo de flauta. En esta ciudad cuqui a rabiar recordaremos la historia de aquel flautista a quien seguían las ratas y podremos seguir sus pasos haciendo una ruta guiada en que los guías van disfrazados de flautistas. Jugaremos a divisar ratas entre los adoquines e incluso podremos visitar Bungelosenstrasse, la calle en que está prohibidísimo tocar cualquier instrumento musical, ya que fue allí donde se vio por última vez a los niños que siguieron los pasos del flautista. ¿No sabes qué ocurrió con ellos? ¡Ya tardas en releer la historia!
Tras una jornada recorriendo el bonito centro de Hamelin, es hora de coger el coche hasta Polle, lo que te llevará algo más de media hora. Allí podrás visitar el castillo en el que Cenicienta bailó por primera vez con el príncipe y disfrutarás de un entorno natural espectacular: el valle del río Weser.
3. Trendelburg-Sababurg-Kassel
Y de una bella princesita a otra igual de encantadora. De Ceniciente a Rapunzel. Hay que conducir unos 50 minutos hasta Trendelburg, una localidad rodeada de verde donde visitar nada menos que el castillo en el que los hermanos Grimm se inspiraron para crear Rapunzel. No importa ni tu edad ni lo cínico que te haya vuelto la vida: ver la trenza de la princesa que cuelga desde el torreón te provocará un vuelco al corazón.
En esta jornada monográfica sobre princesas no puede faltar nuestra querida Aurora, más conocida como la Bella Durmiente, cuyo castillo se encuentra en la vecina localidad de Sababurg. Acceder a él a través del bosque de Reinhardswald te pondrá en la piel de aquel príncipe que lo recorrió a caballo y consiguió despertar a su amada.
Si sigues conduciendo hacia el sur te encontrarás con Kassel, donde aprender muchas cosas sobre quiénes fueron aquellos misteriosos hermanos, los Grimm, que crearon tantos personajes inolvidables. Indispensable visitar el museo de Grimmwelt, el más grande dedicado al mundo mágico que crearon estos cuentistas. Imprescindible también el Castillo Löwenburg y el imponente Bergpark Wilhelmshöhe.
4. Marburgo- Alsfeld
A estas alturas del viaje es posible que ya no necesites GPS y hayas empezado a tirar miguitas de pan en el camino para orientarte. A apenas hora y media de Kassel se encuentra la flamante Marburgo, que alberga uno de los castillos más bonitos del viaje: Landgrafenschloss, que cuenta además con una pequeña colección de cuentos originales de los hermanos Grimm. No olvides dar un paseo por la calle Steinweg, repleta de tiendas donde adquirir figuras de cuentos de hadas. Si te apetece hacer un alto en el camino en la ruta en coche que separa Kassel de Marburgo, por favor, que sea en Bergfreiheit, un universo dedicado a Blancanieves. Se puede visitar la casa-museo de Blancanieves y los siete enanitos e incluso la mina de cobre que sirvió de inspiración para el cuento.
Tras conducir unos 50 minutos, te plantas en Alsfeld para encarar la parte final de la ruta. Seguramente pocos lugares en el mundo son tan de postal como este pueblecito pintoresco donde nació Caperucita Roja. Tiene mil encantos, pero no puedes perderte la Fairy Tail House, dedicada al universo de los cuentos de hadas.
5. Steinau-Hanau-Frankfurt
La localidad de Steinau vio crecer a los hermanos Grimm y en ella se puede visitar la casa donde pasaron los primeros años de su infancia. Tampoco puedes perderte su bonito castillo, que dispone de un pequeño museo con objetos de época.
A unos 50 minutos de Steinau se encuentra Hanau, la localidad que oficialmente pone fin a la ruta. Aquí es donde nacieron los hermanos Grimm y su figura está muy presente en todos los rincones. En su Markplatz, en pleno centro de una ciudad que parece el escenario de un cuento de hadas, encontramos una estatua en su honor. No se puede finalizar la ruta sin visitar su Puppenmuseum o museo de muñecas y, ahora sí, acabar el periplo conduciendo a la vecina Frankfurt para tomar un vuelo de vuelta.
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