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Visitar Malta en otoño: ¡Ruta de 5 días!

Descubre Malta en otoño: temperaturas agradables, paisajes de lujo, historia y gastronomía en una escapada redonda.

Cuando el frío empieza a apretar en Europa, Malta aparece como ese planazo que lo cambia todo. Imagina: días soleados en pleno noviembre, paisajes mediterráneos que te dejan sin palabras, historia en cada esquina, platos ricos, gente encantadora… y sin las aglomeraciones del verano. Un combo perfecto para una escapada de 5 días a este paraíso mediterráneo del que no vas a querer regresar.

Por qué Malta en otoño merece tanto la pena

Por qué Malta en otoño merece tanto la pena

Malta nos encanta durante todo el año, pero el otoño le sienta de maravilla a esta isla bonita como ella sola. Tiene más de 300 días de sol al año, y aunque en diciembre no te vas a freír en la playa, lo normal es rondar los 15-20 ºC durante el día. Pasear por La Valeta con una chaquetita fina mientras en tu casa hace ya fresquito no tiene precio. Además, en estas fechas todo es más económico: vuelos, hoteles y hasta las entradas a algunas atracciones.

Pero eso no es todo: la cocina otoñal en Malta es increíble. Si te gusta la calabaza, prepárate para disfrutarla, porque los malteses son fans y la encontrarás en numerosas recetas. Pasta, queso, conejo, dulces malteses y vinos locales completan el festín gastronómico. Más info en la web oficial de Malta.

Malta mira al mar siempre

Malta mira al mar siempre

¿Te puedes bañar en Malta en noviembre? La gran pregunta. El mar en noviembre aún mantiene unos agradables 20 ºC, aunque en diciembre baja un poco. Pero quién dijo miedo. Si te apetece un chapuzón fresco, adelante: hay valientes que se meten hasta en navidad. Si no, siempre queda la opción de disfrutar de las playas con calma, hacer senderismo costero y llevarte fotones de postal sin nadie alrededor. Y, ojo, muchos hoteles cuentan con piscina climatizada o spa, así que el bañito está asegurado en cualquier formato.

Dónde dormir en Malta

Dónde dormir en Malta

Lo bueno de Malta es que puedes escoger. La isla ofrece desde hotelitos solitarios frente al mar en los que desconectar del mundanal ruido hasta alojamientos rodeados de vidilla nocturna para quienes decidan quemar la noche maltesa. Todo depende de tu plan. La Valeta y alrededores (Sliema, St. Julian’s) son lo más cómodo para moverte con bus y ferry, con mucho ambiente noctámbulo y restaurantes a mano.

La isla de Gozo, en cambio, es más tranquila y auténtica, ideal si necesitas desconectar y vivir el Malta slow, con paisajes más rurales y un ritmo pausado. Si buscas un punto medio, Mellieħa, al norte, es una base perfecta para moverte entre las islas y disfrutar de un ambiente familiar y cercano.

Ruta de 5 días por Malta

Día 1: La Valeta y las Tres Ciudades

Día 1 en Malta: La Valeta y Tres Ciudades

Empieza fuerte en La Valeta, la capital más coqueta del Mediterráneo. Piérdete entre palacios barrocos, visita la concatedral de San Juan (¡espectacular por dentro!) y sube a los Upper Barrakka Gardens para las mejores vistas del Gran Puerto. Luego cruza en ferry hasta las Tres Ciudades (Vittoriosa, Senglea y Cospicua), enclaves fortificados que se levantaron para defender la ciudad de los otomanos y que se conservan de maravilla. Vive el ambiente marinero en sus callejuelas, con miradores escondidos (los Jardines Gardjola, en Vittoriosa, son imprescindibles) y haz un alto en el camino para tomar un vino local en alguno de sus bares con encanto. Hay ferries desde La Valeta cada 20 minutos.

Hay tantos planes para hacer que no acabaríamos nunca. Descubre algunos de ellos en este post.

💡 Tip: Toma el ferry al atardecer y contempla cómo se encienden las luces de La Valeta: ¡pura magia!

Día 2: Mdina, Rabat y los acantilados de Dingli

Día 2 en Malta: Mdina, Rabat y acantilados de Dingli

Mdina es la Ciudad del Silencio, un lugar donde parece que el tiempo se detuvo en la Edad Media. Pasea sin mapa, piérdete por sus calles de piedra dorada y asómate a las murallas para ver medio Malta a tus pies. El Palacio Falzon te dejará sin palabras, igual que la visita a la estupenda catedral con sus dos campanarios.

En Rabat, justo al lado, visita las catacumbas de San Pablo, quien dicen que pasó por esta ciudad tras sobrevivir a un naufragio, y prueba la cocina más casera en alguna trattoria local. Al final del día, los acantilados de Dingli te regalarán uno de los atardeceres más épicos del Mediterráneo. Si te gusta el senderismo, haz hueco en la mochila para tu equipo de trekking. ¡Lo vas a necesitar!

💡 Tip: No te vayas de Mdina sin probar la famosa tarta de chocolate de Fontanella Tea Garden. ¡Es casi tan famosa como las murallas!

Día 3: Excursión a la isla de Gozo

La pequeña isla de Gozo es la hermana verde y tranquila de Malta. Aquí te esperan paisajes rurales, templos megalíticos como Ġgantija y la preciosa Ciudadela de Victoria, la coquetísima capital que parece sacada de un decorado de cine (¡vaya vistazas!). No te pierdas las salinas de Marsalforn ni la bahía de Dwejra, donde estaba la Ventana Azul (la mítica formación rocosa que fue derribada por una tormenta en 2017). Y si te chifla el senderismo, la costa de Gozo es un espectáculo de acantilados y calas secretas.

¿Amas el buceo y no temes a las temperaturas otoñales? Xlendi es un pueblecito de pescadores donde podrás practicarlo por tu cuenta o de la mano de empresas especializadas. Pero no es el único enclave para practicar buceo en Malta. Descubre otros puntos para sumergirte en el mar a lo largo y ancho de la isla. Más info sobre la isla en la web oficial de Gozo.

💡 Tip: Ni se te ocurra perderte la puesta de sol desde los acantilados de Ta'Cenc. Pura postal.

Día 4: Naturaleza y playas en Comino

Día 4 en Malta: Naturaleza y playas en Comino

De nuevo tomamos el ferry, pero en esta ocasión para pasar el día en la Isla de Comino. La playa de la Blue Lagoon es el gran icono de Malta, con esas aguas turquesa que parecen un filtro de Instagram en la vida real. En verano está hasta arriba, pero en otoño e invierno puedes verla con tranquilidad, sin colas para subir al ferry y desde otra perspectiva. Además, Comino tiene senderos con vistas espectaculares, cuevas escondidas y rincones salvajes que casi nadie visita. ¿Una buena excursión? Cálzate las botas y camina desde Crystal Lagoon hasta la torre de Santa María.

💡 Tip: Si te gusta el senderismo, la temperatura es perfecta en Malta durante el otoño y el invierno. Atrévete a hacer un trekking circular por Comino, que te llevará alrededor de 2 horas. Más info en Isla de Comino.

Día 5: Templos megalíticos y pueblos con encanto

Día 5 en Malta: Templos megalíticos y Marsaxlokk

Malta es un museo al aire libre, y sus templos megalíticos (Hagar Qim y Mnajdra) son más antiguos que las pirámides de Egipto. Una auténtica lección de historia frente al mar. Después, cambia de registro y dirígete a Marsaxlokk, un pueblecito pesquero lleno de luzzus (barcos de colores) y mercado de pescado los domingos. Entre un paseo por el puerto y un buen plato de marisco fresco (el mejor de toda la isla), cerrarás el viaje con sabor local.

💡 Tip: Si vas en domingo, llega pronto a Marsaxlokk para disfrutar del ambientazo del mercado antes de que se llene de visitantes. Más info de los templos en Hagar Qim y Mnajdra.

Malta te espera este otoño e invierno: más sol, menos gente y planes que combinan cultura, mar y relax. ¡Desde Vueling nos encargamos de llevarte!

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