La Palma no es solo el volcán de Cumbre Vieja. Te contamos todo lo que puedes hacer en la llamada la Isla Bonita y cuyo sobrenombre te darás cuenta de que no engaña.
Probablemente La Palma no sea la más conocida de las islas Canarias, o al menos no lo era antes de la erupción del volcán de Cumbre Vieja, que ha marcado un antes y un después en la vida de sus habitantes. Puede que su principal encanto sea precisamente no haber sucumbido al turismo de masas, pues es una isla prácticamente virgen, volcánica y abrupta a ratos, salvaje en otros, apacible y cálida cuando nos sumergimos en sus inmensas playas. Es, además, el rincón perfecto para desconectar durante unos días entregándonos a placeres que van desde el astroturismo al senderismo, las rutas en bici, los deportes acuáticos y, en definitiva, sentirnos en paz gracias a un medio ambiente privilegiado y a un entorno natural prácticamente virgen.
Y es que a veces nos empeñamos en buscar el paraíso a miles de kilómetros cuando este se encuentra a apenas unas horas, en el mismísimo corazón de las islas Canarias.
Ruta de volcanes
Tierra volcánica donde las haya, cosa que se manifiesta en sus paisajes lunares y rocosos y en ese aire entre magnético y desangelado que invade algunas zonas de la isla. Si visitamos La Palma no podemos dejar de disfrutar de la Ruta de los volcanes. Este recorrido va del centro al sur de la isla y atraviesa sus volcanes más bonitos. Las vistas desde lo alto son espectaculares. En el sur nos esperan el Volcán San Antonio y el Teneguía, visitas obligadas que nos permitirán descubrir el origen volcánico de esta isla, tan presente en su orografía actual.
Caldera de Taburiente
Otra visita imprescindible es Caldera de Taburiente, llamada así por el cráter volcánico que ocupa la zona central de la isla, con su vegetación voluptuosa y sus inolvidables vistas panorámicas. Es uno de los lugares más visitados de La Palma, de belleza sobrecogedora, con sus bosques de pino espectaculares que se alzan alrededor del cráter dando lugar a una instantánea difícil de resumir, cuya grandeza será imposible captar con los móviles. Existen numerosos senderos para acceder a este lugar de visita obligada.
Roque de los Muchachos
Hay que reservar una jornada para visitar el Roque de los Muchachos, el punto más alto de la isla, con más de 2.400 metros de altitud. Aquí la naturaleza y la astronomía se dan la mano como en ningún otro lugar. Por si fuera poco, desde lo alto encontraremos unas vistas impresionantes sobre el Parque Nacional de la Caldera Taburiente, además de otra de las principales atracciones de la isla: el Observatorio Astrofísico del Roque de los Muchachos (ORM). Desde aquí entenderemos desde el primer momento por qué La Palma posee la certificación Reserva Starlight, lo que significa que nos encontramos en uno de los mejores lugares del mundo para contemplar el firmamento.
Los estragos del volcán de Cumbre Vieja
La erupción inesperada del volcán de Cumbre Vieja en septiembre de 2021 ha marcado un antes y un después en la vida de una isla que, probablemente, haya cambiado para siempre sin dejar de ser la misma. La actividad volcánica ha atraído la atención de numerosos viajeros, que día tras día visitan la zona para descubrir los estragos que ha dejado el volcán.
El tour para visitar la zona del volcán de Cumbre Vieja solo puede hacerse en grupo y de la mano de diversas empresas de la isla. Las visitas duran dos horas y comienzan en los Llanos de Jable, desde donde se accede por un sendero habilitado muy cerca del cráter del volcán hasta un punto desde el que es seguro seguir avanzando. El espectáculo natural es sobrecogedor, un paisaje entre desolador y postapocalíptico, siempre extraordinariamente bello.
Bosque de los Tilos
Un frondoso paisaje verde y exuberante que contrasta con la sobriedad de las zonas volcánicas. Es el lugar ideal para hacer excursiones entre riachuelos y vegetación. Cuenta además con barrancos y túneles para aquellos que no conciben un viaje sin mirar cara a cara a la montaña. Existen dos senderos autoguiados perfectos para una excursión: uno de ellos recorre el corazón del bosque durante 2,5 km y el otro asciende 1.000 metros hasta los manantiales de Marcos y Cordero.
Playas, piscinas naturales y más
La Palma combina el verde de sus bosques con el marrón de sus paisajes volcánicos y, sin duda, el azul de sus aguas cristalinas, a ratos plácidas y en ocasiones bravas y salvajes. La isla tiene playas y piscinas naturales para todos los gustos: desde el Puerto de Tazacorte, ubicada en la desembocadura del barranco de Las Angustias, con su playa de arena negra repleta de servicios; o la Playa Nueva, a los pies del volcán Teneguía, salvaje y aislada, aunque de fácil acceso en coche. La Playa de Puerto Naos, situada al suroeste de la isla, es el principal núcleo turístico, mientras que sí buscamos rincones con encanto, menos concurridos, hay que visitar Nogales (perfecta para practicar surf en verano en un entorno bellísimo) y La Zamora, entre muchas otras.
No podemos abandonar La Palma sin acercarnos a las Piscinas Naturales de La Fajana, que hacen la competencia a las de Charco Azul, más concurridas. Un lugar perfecto para darse un chapuzón en aguas apacibles al norte de la isla. Si lo que buscamos es desconectar con un libro entre las manos dejándonos envolver por el paisaje en cualquier momento del año, las playas del sur son perfectas para disfrutar de la calma que brinda la isla.
Shopping, vida urbana y gastronomía
Imperdible Poris de Candelaria, un pequeño pueblecito de pescadores enclavado prácticamente en un acantilado y, por supuesto, Santa Cruz de la Palma. Esta pequeña ciudad colorida y agradable, siempre ambientada, con un hermoso paseo marítimo por el que caminar al caer la tarde con un helado entre las manos. La calle O’Daly cruza la parte antigua de la ciudad y está repleta de tiendas y restaurantes, donde podremos disfrutar de su gastronomía singular, con los excelentes quesos canarios, los pescados fresquísimos, las emblemáticas papas con mojo y una joya por descubrir: los vinos con D.O. La Palma, profundamente marcados por el carácter volcánico de la isla.
¡Vámonos a la Isla Bonita!
