Los lugares sagrados de Jerusalén
01 de septiembre, 2016
Poco parece que puedan tener en común un cristiano español, un judío de Nueva York y un musulmán de Pakistán, pero si analizamos su pasado cultural, la ciudad de Jerusalén es fundamental para el origen de las tres religiones. Y es que fue en este lugar donde Jesús fue sacrificado, Salomón construyó su templo y Mahoma llegó en su Viaje Nocturno. Lejos de la opulencia de las catedrales europeas, los edificios religiosos de Jerusalén son pura simplicidad. En la angosta Ciudad Vieja de Jerusalén conviven cristianos, judíos y musulmanes en lo que es un amalgama de religiones que, con frecuencia, es motivo de disputa y conflicto. La religión es lo que tiene y, sin eso, no sería Jerusalén.
La Vía Dolorosa
La Vía Dolora es un itinerario que recorre los últimos pasos de Jesucristo desde que fue juzgado hasta el lugar de la crucifixión. Las 14 estaciones del vía crucis han ido cambiando de lugar a lo largo de la historia y el itinerario se ha visto alterado. Pese a ello, miles de peregrinos hacen el recorrido en su visita a la ciudad. El recorrido empieza en dentro de la Puerta de los Leones,y se extiende por la calle David, cruzando el Zoco Central para terminar en el Gólgota, lugar en el que se alza la iglesia del Santo Sepulcro y supuesto emplazamiento de crucifixión y entierro de Cristo.
La iglesia del Santo Sepulcro
El Santo Sepulcro se encuentra en la última estación de La Vía Dolorosa. Se cuenta que aquí fue enterrado Jesús en una tumba que había pertenecido a José de Arimatea. La primera basílica fue construida por el emperador Constantino entre los años 326 y 335 d.C. Tras varias destrucciones, incendios y terremotos, el templo tiene hoy un aspecto irregular y cuenta con diversos espacios y capillas. En total, la iglesia pertenece a siete religiones distintas, todas ellas cristianas, que administran sus propias capillas y las zonas comunes. Los dos lugares más sagrados de la iglesia son el Gólgota, lugar de la crucifixión de Jesús, que encontramos nada más entrar en el lugar, y la tumba de Jesús.
El Muro de las Lamentaciones
Quizás uno de los puntos más emblemáticos de Jerusalén, el Muro de las Lamentaciones es el lugar más sagrado del judaísmo. Ante el muro rezan cada día miles de judíos y turistas y locales depositan notas con peticiones y deseos. El Muro forma parte de la antigua plataforma de contención del Templo y es el lugar más cercano alSancta Sanctorumdel antiguo edificio, de ahí su importancia para los judíos.
Haram esh-Sharif
En esta vasta explanada se encuentra el edificio más singular de Jerusalén, la mezquita de la Roca. Se trata del lugar en que, según la tradición, se levantó el Templo de Salomón y el Segundo Templo. Este paraje de la parte sureste de la Ciudad Vieja se convirtió en lugar sagrado islámico cuando se construyó la mezquita de la Roca en el 691 d.C. Desde entonces, se han construido varios edificios más y es hoy el tercer santuario islámico más importante del mundo. Junto con la mezquita de la Roca, el otro edificio más importante del recinto es la mezquita de Al-Aqsa que, levantada en el siglo VIII, es el principal lugar de culto islámico de Jerusalén. Desgraciadamente, desde la Segunda Intifada, en el año 2000, a estos edificios solo pueden entrar personas musulmanas, pero en horarios concretos la explanada se abre a todo el mundo y las mezquitas pueden admirarse desde el exterior.
Monte de los Olivos
El Monte de los Olivos se alza al este de la Ciudad Vieja. Se trata de uno de los cementerios más antiguos del mundo, pues lleva utilizándose de forma ininterrumpida desde el tercer milenio antes de Cristo. Aquí se levantan distintos templos, como la mezquita de la Ascensión, que se encuentra en el lugar en que Jesús subió al cielo, la Tumba de la Virgen o la Basílica de la Agonía, donde se halla la roca del huerto de Getsemaní sobre la que Jesús oró antes de ser arrestado.
Monte Sión
El Monte Sión es contiguo al Monte de los Olivos. Este lugar está muy unido a la Última Cena y también al rey David, de quien se cree que se halla aquí su tumba. Por ello es venerado por cristianos, judíos y musulmanes. Los cristianos comenzaron a reunirse en esta zona tras la muerte de Jesús para orar en la sala de la Última Cena y más tarde en la piedra en la que murió la Virgen María. En ese lugar se levanta la abadía neorrománica de la Dormición, mandada construir por el káiser Guillermo II de Alemania a principios del siglo XX.
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Texto de Aleix Palau para Los Viajes de ISABELYLUIS
01 de septiembre, 2016