No hace falta viajar hasta el sudeste asiático o el Caribe para encontrar los mejores fondos marinos: con coger un avión hasta cualquiera de estos lugares es suficiente. ¡Descubre los mejores sitios para bucear en Europa!
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Malta
Mucha gente pasa por alto Malta como destino de buceo. Pero este país, que durante la Segunda Guerra Mundial fue un punto estratégico para controlar el Mediterráneo, esconde innumerables tesoros en sus profundidades marinas. Con el paso de los años, los submarinos, cargueros y aviones hundidos en sus costas se han convertido en impresionantes arrecifes artificiales, siendo la zona de Cirkewwa la favorita de muchos buceadores.
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Lanzarote, España
Esta isla es, desde hace décadas, un destino muy popular para realizar inmersiones gracias a la biodiversidad de sus fondos marinos. Pero desde 2016, una nueva "atracción" ha acaparado el interés de muchos buceadores: el Museo Atlántico Lanzarote, el único en Europa que muestra esculturas bajo el agua. Esta peculiar muestra, obra del artista británico Jason deCaires Taylor, está ubicada al sur de la isla a una profundidad de entre 12 y 15 metros.
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Islandia
¿Bucear en la línea que separa 2 continentes? Sí, ¡en Islandia es posible! El paso de los años ha provocado que las aguas heladas del glaciar Langjökull inundaran poco a poco la falla de Silfra, que separa América de Europa, y hoy es posible bucear a lo largo de esta grieta que en algunos puntos llega a los 63 metros de profundidad. Y aunque aquí no es posible observar ningún tipo de vida marina, la transparencia y pureza de estas aguas puede provocar vértigos y mareos incluso hasta a los submarinistas más experimentados.
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Madeira, Portugal
Otro destino poco conocido para bucear pero con mucho potencial es el archipiélago de Madeira. La mejor época del año para realizar inmersiones aquí es de abril a octubre, aunque gracias a su clima subtropical, la temperatura del agua oscila entre los 17 y los 22 grados durante todo el año. La ventaja de Madeira es que se pueden encontrar zonas de gran profundidad sin necesidad de alejarse mucho de la costa, y gracias a su ubicación, es posible descubrir especies atlánticas, mediterráneas e incluso tropicales.