Lo que el paladar no puede perderse en el mercadillo de Núremberg
09 de abril, 2014
Por Gastronomistas
Quien no ha viajado a Núremberg, no ha conocido la magia de la Navidad. La auténtica, con luces y adornos que inundancualquier rincón, villancicos que suenan en bucle, caras de felicidad en grandes y pequeños y este frío pícaro característico de cualquier cuento de Nochebuena.
Desde el 29 de noviembre y hasta el día 24 de diciembre, toda la ciudad se vuelca en las celebraciones navideñas y “un pueblito pintoresco de tela y madera”, tal y como se conoce, se establece en el corazón del casco antiguo de la ciudad formando uno de los mercadillos más reputados y antiguos de Europa, el Christkindlesmarkt.
En total son más de 180 puestos decorados con velas, adornos y plantas invernales que ofrecen juguetes, artesanía local, personajes de pesebres, ornamentos navideños y, sobre todo, golosinas, dulces y recetas tradicionales contundentes. Solo hay que abrir la nariz para notarlo, ya que en el aire flota una mezcla de olor a especies, vino, caramelo, frutos secos y sabrosas recetas saladas. Absolutamente TODO es una tentación para la vista y el olfato. ¿Qué hay que probar durante un paseo por el Christkindlesmarkt?
VINO CALIENTE
Cuando el frío invade todas las callejuelas de Núremberg, lo mejor es tomarse un vino caliente. Este caldo tinto que se cuece junto a canela, clavos y cortezas de frutos de temporada se sirve en tazas de cerámica reutilizables que los turistas se llevan a casa como recuerdo del Christkindlesmarkt. Los más pequeños también pueden probar el vino caliente en su versión sin alcohol.
FEUERZANGENBOWLE
Una variante muy famosa del punch, cuyo nombre proviene de una pieza metálica que se emplea en su elaboración. Para conseguir el Feuerzangenbowle, se cuece en una olla vino tinto seco con ron, azúcar caramelizado, clavos, canela, rodajas de limón y zumo de naranja.
BRATWURST
“Es uno de los motivos por el que uno nunca se olvida de Núremberg”, escribió el poeta Jean-Paul (quizá en un momento de poca inspiración), refiriéndose a LA salchicha por excelencia de esta ciudad de Baviera: la bratwurst. Imposible no zamparse por lo menos un par de ellas durante la estancia ya que abundan los stands con barbacoas gigantes. Se sirven con un panecito y, o bien con chucrut, ensalada de patata o en modo tres-en-uno conocido como “weggla”. Para evitar cualquier falsificación, debéis saber que las auténticas bratwurst de Núremberg miden entre siete y nueve centímetros de largo, ni uno más ni uno menos.
NUREMBERG LEBKUCHEN
No hay Navidad sin el famoso lebkuchen: una galleta a base de frutos secos, miel y especias recubierta de chocolate o azúcar glas. Con una receta secretísima, se hornea en Núremberg desde hace más de 600 años y, ¡ojo!, incluso cuenta con una denominación de origen protegida. Los puestos que comercializan el lebkuchen en el mercadillo se reconocen fácilmente ya que suelen tener la apariencia de la casita fabricada con dulces de la bruja de Hansel y Gretel.
Aparte de estos clásicos, son innumerables los puestos que ofrecen frutos confitados, todo tipo de golosinas, almendras garrapiñadas, chocolatinas, gofres, chucrut para llevar, etc. Avisamos de que tras una estancia en la bella Núremberg se requieren unos días de dieta para recuperarse de todo los antojos consentidos.
CHRISTKINDLESMARKT
Del viernes anterior al primer domingo de adviento hasta el 24 de diciembre.
Dónde:
En la plaza mayor Marché (Hauptmarkt) de Núremberg y sus alrededores.
Horarios:
De lunes a miércoles: de 9 a 20h.
De miércoles a sábado: de 9 a 21h.
Domingos: de 10h30 a 20h.
Por Gastronomistas
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09 de abril, 2014