El nuevo volcán de la Palma, surgido de la erupción de 2021, ha modificado parte del paisaje de la isla, pues afectó a un 10% de su superficie. Descubre este y otros atractivos de una isla que esconde mil rincones. ¡Por algo la llaman “la Isla Bonita”!
La erupción del volcán en Cumbre Vieja en 2021 cambió la isla de La Palma. De sus cenizas ha surgido un nuevo volcán que puede visitarse a través de un sendero preparado para ello. Es importante remarcar que este no se puede transitar de manera independiente, sino dentro de una ruta guiada por alguna de las empresas autorizadas a ello. De todas formas, visitar el nuevo volcán es solo una excusa más para visitar La Palma, pero hay muchas otras. ¿Te gusta la playa? En La Palma podrás disfrutar de calas recónditas y playas de arena negra (algunas en las que sentirás que es toda para ti) durante todo el año. ¿Amas la naturaleza? Prepara las botas, las vas a acabar gastando. ¿Es tu estómago en el que manda? Pues sus pescados fresquísimos, sus quesos, sus ricas carnes, sus vinos volcánicos y sus papas arrugadas con mojo te van a robar el corazón.
1. Los volcanes de La Palma
La Palma es tierra de volcanes, así que prepárate para cansarte de tanto caminar entre ellos. Una buena manera de conocerlos es hacer la Ruta de los Volcanes, que va del centro al sur de la isla y que te permite pasear entre paisajes que parecen más propios de la Luna.
Pero si la cosa va de volcanes, capítulo aparte merece un recién llegado como es el nuevo Volcán de La Palma. Este se encuentra en el municipio de El Paso, en pleno Parque Natural de Cumbre Vieja. Su paisaje, oscuro y magnético, no puede ser más atractivo para los viajeros. En ningún caso puede visitarse por libre y el acceso debe hacerse con alguna de las empresas habilitadas para ello, ya que hay zonas a las que no se puede acceder debido a los gases.
La única ruta habilitada, con las condiciones que te decíamos, permite llegar hasta el cráter del volcán. Este es un espectáculo increíble que nos permite visualizar a la perfección la magnitud de la erupción. La imagen es impactante y emocionante. Seguramente por eso muchos de los que llegan aquí recorren el sendero en silencio, como muestra de respeto hacia el volcán y su gran poder. Desde aquí vemos multitud de colores ante nuestros ojos (el amarillo de los depósitos de azufre, el blanco de las sales y el rojizo de los depósitos de los materiales volcánicos) que combinan con el gris ceniza del suelo.
Al hacer el trayecto con guía, vamos a poder preguntar lo que queramos sobre las particularidades de esta isla volcánica, los detalles de la erupción y sus maravillosos paisajes. Es recomendable llevar un calzado adecuado, ya que al estar caminando sobre suelo arenoso tendremos la sensación de estar sobre arena de playa, y también gafas y un pañuelo (independientemente de la temperatura) por si se levanta viento y necesitamos resguardarnos de la arenilla.
Si al final de la visita te apetece coger un poco de perspectiva, acércate a cualquiera de los miradores desde los que también se observa muy bien el volcán: la iglesia de Tajuya en El Paso, el Mirador del Castillo de la Virgen, el puerto del Tazacorte y el Mirador de El Time (este último un poco más alejado).
2. Naturaleza en estado puro
Si te has calzado las botas para visitar el nuevo volcán de La Palma, no hace falta que te las quites. Las vas a necesitar para entrar en la Caldera de Taburiente, un inmenso cráter en el centro de la isla y uno de sus principales atractivos turísticos. O para ascender hasta el Roque de los Muchachos, el punto más alto de la isla con hasta más de 2.400 metros de altitud.
Si ante tanta sobriedad volcánica y tanta magnitud el cuerpo empieza a pedirte paisajes de un verde frondoso y voluptuoso ni se te ocurra desatarte las botas. Los Tilos te esperan con sus bonitos senderos salpicados de riachuelos y tupidos bosques de un verde intenso. Ojo, porque existen 2 senderos en función de lo que te pida el cuerpo: uno de ellos recorre el corazón del bosque durante 2,5 km y el otro asciende 1.000 metros hasta los manantiales de Marcos y Cordero. ¡A por ellos!
3. Playas y piscinas naturales
Ahora sí que te damos permiso para cambiar las botas de trekking por unas chanclas y prepararte para darte un chapuzón en cualquier época del año. El bendito clima de las islas Canarias hace que las temperaturas de La Palma sean siempre agradables, de modo que nada mejor para acabar una agotadora jornada de senderismo que un buen baño para relajar cuerpo y mente. Las Piscinas Naturales de La Fajana o al Charco Azul son dos de las más emblemáticas y muy pero que muy especiales.
En cuanto a sus playas, es difícil escoger, pero la playa de Tazacorte o la playa del Charco Verde, la de Los Cancajos, la de Santa Cruz de La Palma, la de Bajamar son de las más agradables y accesibles. Playa de Nogales también una de las playas más bonitas de la isla. No obstante, hay que tener especial precaución con el baño por sus fuertes corrientes y oleaje. El acceso es por un sendero de unos 20 minutos.
4.Pueblos y rincones pintorescos
Ya has hecho senderismo, te has bañado y probablemente le hayas dado duro a los stories de Instagram. Ahora toca un poco de vida urbana, de quitarse el bañador y la ropa de montaña, ponerse un modelito (cada uno en su estilo) y recorrer los rincones más pintorescos de la isla. Caminarás entre casitas de colores y bullicio en Santa Cruz de La Palma, entre almendros y barrancos en Puntagorda o en cualquiera de sus coquetos pueblecitos o caseríos como El Tablado, Tazacorte, Tijarafe… Tomarás un café en la bonita y animada plaza de San Andrés (en el municipio del mismo nombre), te adentrarás el bodegas, queserías y tiendas de artesanía, visitarás museos y cenarás en restaurantes de cuento con vistas al mar.
¿Qué más se puede pedir? ¡Pues que haga buen tiempo! Lo tienes asegurado en esta isla que tiene mil rincones preciosos, donde el tiempo pasa despacio y te acogerán siempre con esa simpatía canaria tan auténtica.
