Piscinas naturales, senderismo, arqueología y bonitos pueblecitos en el norte, a menudo desconocidos por los visitantes. Gran Canaria es lo más en otoño.
Gran Canaria en otoño es una gran idea. Imagínate ahí, chapoteando en una piscina natural disfrutando de un clima envidiable cuando en casa empieza ya a hacer fresco, calzándote unas botas y recorriendo caminos por los que parece que vayan a aparecer Hansel y Gretel. ¿Y qué me dices de los pescados a la brasa acompañados de papas arrugadas que te puedes comer con vistas al mar? Sea lo que sea, en Gran Canaria en otoño te encontrarás una isla encantadora, alejada de los picos turísticos de verano, con una temperatura envidiable que ronda los 20 grados durante el día y que rara vez baja de los 16 grados por la noche. El paraíso, ¿no crees?
Una cosa está clara: si es tu primera vez en Gran Canaria, no será la última.
1. A tope con el senderismo
Tanto da si no te gusta caminar ni para ir al súper o si la montaña es tu pasión. Da igual si vas solo/a, en grupo o en familia, si prefieres el mar o el interior, porque en Gran Canaria seguro que encuentras una ruta que te va a encantar. El otoño es una época perfecta por el buen clima y los paisajes que cambian de color en esta época del año. Estas son nuestras excursiones favoritas, aunque hay opciones para parar un tren.
- Sendero circular del Barranco del Álamo. Es famoso por sus escaleras (las habrás visto en Instagram) y es una manera fácil de descubrir un paisaje verde y floreciente.
- Ruta de Los Azulejos. Caminarás por acantilados teñidos de colores, entre cactus y palmeras, y acabarás con un bañito en Tasartico, en el término municipal de La Aldea de San Nicolás. ¡Te espera una playa rocosa de aguas cristalinas! Si te lo puedes montar, visítala al atardecer: es un auténtico escándalo. Y si te quedas con ganas de más, a 8,5 km te queda la playa salvaje de GüiGüi, una de las más bonitas de Gran Canaria y a la que solo se puede llegar a pie por un camino un poquito complicado. Esto hace que poca gente llegue hasta ella, y aún menos en otoño.
- Los Tilos de Moya. Otro de los grandes reclamos naturales de Gran Canaria. Este bosque de laurisilva (Reserva Natural con ejemplares de árboles de la Era Terciaria) te va a enamorar y se puede recorrer en una sencillita ruta circular de apenas 2 kilómetros. Consejo: llévate algo de picar para descansar en la zona de pícnic de este rincón mágico.
- Playa del Cabrón. Si lo que te apetece es respirar aires marinos y hacer algún paréntesis para meter los pies en el agua, bájate a esta playa siguiendo el agradable sendero que te lleva hasta ella o explora la costa de Arucas hasta las Salinas del Bufadero (cuidado, porque a ratos la ruta se complica).
- Roque Nublo. Imprescindible, una de las imágenes más icónicas de Gran Canaria. Empieza en el parking de la Degollada de La Goleta y, desde ahí, un paseíto cuesta arriba de apenas 1,5 km que va a subirte las pulsaciones. Ojo, llévate algo de ropa de abrigo por si acaso, sobre todo si vas por la tarde: las temperaturas pueden bajar bastante en otoño.
2. Piscinas naturales: ¿te hace un bañito?
Las piscinas naturales de Gran Canaria son una manera diferente de darte un chapuzón aprovechando el buen tiempo otoñal. Las hay a montones. En el norte de la isla encontrarás las mejores, gracias a una orografía particular que ha dado lugar a construcciones naturales realmente sorprendentes. ¡No podrás resistirte a darte un bañito!
El Charco de San Lorenzo, en Moya, es perfecto para practicar snorkel o nadar en aguas cristalinas. ¡Ay, y el Roque Prieto, en Santa María de Guía, con sus aguas tranquilas y agradables! Por no hablar de las piscinas de Las Salinas, en Agaete; o El Agujero, en Gáldar, con 3 piscinas naturales y 1 abierta al mar. Hay muchas más, pero no se puede abandonar la isla sin visitar el Charco Azul, una prodigiosa manifestación de la naturaleza a la que solo se puede llegar a pie, a través de un senderito que comunica la carretera de Agaete y La Aldea de San Nicolás.
3. Rutas arqueológicas para viajar en el tiempo
¿Fan de la arqueología? Gran Canaria te va a dar mucho trabajo. Ajústate bien el sombrero y coge el calendario para distribuir las visitas. Estas son algunas de las más recomendables:
- Parque Arqueológico del Maipés de Agaete, declarado bien de interés cultural en 1974. Alberga un cementerio con 700 tumbas.
- Yacimiento de Punta Mujeres. Situado en la localidad de Maspalomas, al sur de la isla, donde se conservan los restos de un asentamiento que fecha de los siglos VII al IX.
- Cueva de Cuatro Puertas, situada en Telde. Excavada a mano en la toba volcánica. ¡No apta para claustrofóbicos!
- Cuevas de Los Canarios. Si las cuevas te chiflan, tienes estas otras en la capital, Las Palmas de Gran Canaria.
- Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada. En Gáldar. La atracción arqueológica más potente de Gran Canaria, uno de los mejores ejemplos del arte aborigen en muy buen estado de conservación.
- Cenobio de Valerón. En Santa María de Guía, es un enorme granero colectivo, símbolo de la actividad agrícola en Gran Canaria a lo largo de la historia.
4. Rumbo al norte
El norte es quizás una de las zonas menos concurridas de Gran Canaria y, según algunos, de las más bonitas de la isla. Aquí las playas son la mayoría de arena negra y la costa es mucho más escarpada. Si estás por ahí, además de visitar las piscinas naturales que comentábamos más arriba, no olvides acercarte a Santa María de Guía a probar el queso de flor, visitar pueblos como Arucas, rodeado de plataneras, o Firgas, el pueblecito más pequeño de Gran Canaria y bonito a más no poder.
La Basílica de la Virgen del Pino, en Teror, es también visita obligada. Como lo es, por supuesto, su flamante capital. Las Palmas de Gran Canaria es una fiesta de alegría y buenas vibraciones. ¿Te ha entrado hambre? Piérdete por la zona de Vegueta y déjate seducir por el ambiente de sus restaurantes, bares y tascas, donde en esta época del año encontrarás a la población local en plena acción.
¿Te visualizas? Reserva tu vuelo y vete a darlo todo en la bonita Gran Canaria otoñal.