Descubre la magia de Gran Canaria en navidad: el impresionante Belén de Arena de la playa de Las Canteras, mercadillos bajo las estrellas, gastronomía con sabor isleño y playas donde brindar con los pies descalzos por el año que entra. Y todo a 20 grados. Apetece, ¿verdad?
¿Quién dijo que la navidad tenía que oler a castañas y bufandas? En Gran Canaria la nieve se cambia por arena dorada y el abrigo por un bañador. Aquí las fiestas se viven con un pie en el mar y otro en el belén, entre villancicos al sol y paseos por pueblos que parecen postales, repletos de luces navideñas sobre fachadas blancas. Si estás buscando un destino navideño con buen rollo y sin termómetros bajo cero, y si incluso te planteas despedir el año que se va con un chapuzón, no lo dudes: Gran Canaria te espera con toda la artillería para dejarte completamente enamorado.
Disfruta del belén más famoso
Cada año, la playa de Las Canteras en Las Palmas de Gran Canaria se convierte en un museo efímero al aire libre con el espectacular Belén de Arena, una tradición que mezcla arte, playa y espíritu navideño. Un total de 2.000 toneladas de arena de la playa de Las Canteras son modeladas cada año por artistas llegados de distintos lugares del mundo para componer este belén monumental que ya se ha convertido en una de las tradiciones más queridas —y fotografiadas— de la navidad en Gran Canaria. Estas esculturas, que pueden alcanzar varios metros de altura, representan escenas clásicas del Nacimiento, pero también rincones icónicos de la isla, reinterpretados con una delicadeza que deja sin palabras.
Tip Vueling: Si estás en Las Canteras (mejor si aprovechas el atardecer), acércate al Auditorio Alfredo Kraus y disfruta de su programación de conciertos navideños.
Mercadillos navideños con sabor canario
¿Hay algo más navideño que perderse entre puestos de luces y villancicos? En Gran Canaria, los mercados de navidad son una tradición. La isla cuenta con más de veinte, cada uno con su encanto: desde la Rambla de Mesa y López o el Parque Santa Catalina en Las Palmas de Gran Canaria, hasta los más coquetos de Tejeda, Arucas o Moya, donde el ambiente huele a canela y chocolate calentito. Hay mercados con música en directo, puestos de artesanía local y talleres para peques. El de Maspalomas, por ejemplo, se ha convertido en un clásico por su mezcla de artesanía, gastronomía y espíritu navideño.
Tip Vueling: En la Feria de Artesanía de San Telmo te vas a encontrar las mejores piezas únicas para llevar bien cargadita la maleta.
Excursión a los pueblos más bonitos del interior
Si te apetece desconectar del bullicio, haz una ruta por los pueblos más auténticos de la isla, como Tejeda, Teror o Agaete, donde además podrás disfrutar de sus hermosas piscinas naturales que parecen de otro mundo. Hasta el más pequeño de los pueblecitos se llenan de luces, flores y decoración navideña, con ese toque auténtico que solo tienen los pueblos canarios, puro sabor local.
Tip Vueling: En Teror, prueba el chorizo local con pan de pueblo. No es muy navideño, pero es imposible decirle que no. Si vas en domingo, no olvides visitar su mercado local.
Navidad con bañador en Maspalomas
Sí, aquí Papá Noel llega en tabla de surf. Las playas del sur, como Maspalomas o Meloneras, son perfectas para pasar el día entre dunas y chiringuitos. Hay conciertos al aire libre, fuegos artificiales y fiestas que se alargan hasta que sale el sol. El plan no tiene fisuras: de día, surf, de la mano de alguna escuela local que ofrece paquetes a medida; y al atardecer fiesta loca con vistas al Atlántico y los pies enterrados en la arena.
Tip Vueling: Si estás en Maspalomas, no olvides visitar la Playa del Inglés, una de las más bonitas de la isla.
Despide el año con sabor a mar
Las Palmas de Gran Canaria sabe cómo despedir el año. El ambiente en la Plaza de Santa Ana o en la Avenida de Las Canteras es pura alegría: música, fuegos artificiales y uvas bajo el cielo estrellado. Y si eres más de plan chill, cena frente al mar y brinda con una copa de vino grancanario viendo el reflejo de las luces en el agua.
Tip Vueling: No olvides hacerte la foto de rigor con los famosos perros de Santa Ana. ¡Dicen que traen buena suerte!
Un sorbo de ámbar (y mucho sabor canario)
Dicen que la navidad en Gran Canaria se brinda con ámbar. Y no es poesía: hablamos del vino dulce de uvas malvasía del Monte Lentiscal, una tradición que lleva siglos dando ese toque mágico a las fiestas isleñas. Entre brindis, aromas y risas, la mesa se llena de clásicos que saben a hogar: carne de cabrito, pata asada, truchas rellenas de batata o cabello de ángel, y cómo no, los mantecados, polvorones y turrones de almendra que en Tejeda se siguen haciendo como antes, a fuego lento y con mimo.
Tip Vueling: Si apuestas por celebrar las fiestas en petit comité con una cena de picoteo, no olvides hacer la ruta de queserías para hacerte con un buen surtido de quesos locales.
El mejor cielo navideño
En Gran Canaria, mirar al cielo es casi un acto navideño. Porque aquí no hay una estrella… hay millones. Los cielos de la Cumbre, con miradores de vértigo como los de Tejeda o Artenara, te dejan sin palabras. Lo mejor que puedes hacer es dejar que el tiempo pase despacio, con un café caliente en la mano y algún dulce de almendra típico de la zona, mientras esperas el atardecer.
En cuestión de minutos, el azul se vuelve dorado, el dorado se tiñe de rosa, y antes de que te des cuenta, la noche se llena de luces naturales. Todo esto sucede dentro de una Reserva Starlight, reconocida por la pureza de sus cielos para la observación astronómica, y en pleno Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria, Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Tip Vueling: En Tejeda, no olvides visitar el Centro de Interpretación del Roque Bentayga, donde descubrirás el patrimonio arqueológico de la isla.
Las 2 almas de la isla
En navidad, Las Palmas de Gran Canaria brilla con luz propia. Y no solo por las bombillas que iluminan sus calles, sino por el buen rollo que se respira en cada esquina. La zona comercial de Triana se pone su mejor traje de gala y se convierte en un pequeño festival de luces, escaparates y sonrisas. Aquí Europa y América se dan la mano entre fachadas coloniales, tiendas con encanto y ese aire marinero que solo tiene una ciudad atlántica.
Pero el alma de la capital no se entiende sin su otro corazón: el barrio histórico de Vegueta. Sus calles empedradas y sus balcones de madera guardan más de quinientas navidades de historia, y la Catedral de Santa Ana se alza vigilante sobre la ciudad, marcando el camino de cualquiera que quiera dejarse llevar.
Así que ya lo sabes: si este año quieres cambiar el jersey de lana por un bañador rojo y celebrar la navidad con los pies en la arena, Gran Canaria te espera con los brazos abiertos y el sol encendido.
Cantidad de espíritu navideño: 100%. Cantidad de frío: 0%. ¿Volamos?
