Un estudio realizado por la ONU reveló que Dinamarca es una de las naciones más felices del mundo y parece ser que todo tiene que ver con algo llamado hygge, un término que ni siquiera tiene traducción en otros idiomas.
Hygge, pronunciado - juga -, es el arte de saber disfrutar de las pequeñas cosas, la sensación de paz, tranquilidad y confort con uno mismo, compartir una comida con la gente que quieres o quedarte en casa acurrucado en el sofá viendo tu serie favorita. En un país donde el frío está presente gran parte del año y pasa la mayoría de las horas del día a oscuras ha nacido una filosofía optimista para aprender a apreciar las pequeñas cosas de la vida.
Si quieres que el espíritu hygge te invada, no lo dudes y viaja a Dinamarca:
- Copenhague, la capital de la felicidad
La ciudad de Copenhague la forman casitas de llamativos colores, pintorescos canales, amplias calles peatonales, antiguos callejones y tiendas de diseño. Sin olvidarnos de los atractivos turísticos de la ciudad: la escultura de la Sirenita, emblema de la ciudad, la comunidad hippie de Christiana y Bakken, el parque de atracciones más antiguo del mundo.
- Un paraíso para recorrer en bicicleta
Dinamarca es un país totalmente adaptado a la bicicleta con muchos kilómetros de carril bici y pocos relieves. Alquila una bici y empieza la aventura. Explora la ciudad y sus alrededores. Cerca de la capital se encuentra el antiguo pueblo marinero de Dragør, donde podrás relajarte y sentir la paz paseando por sus calles de cuento.
- Un poco de dulce, por favor
Endulza tu viaje degustando los tradicionales kanelsnegle, una caracola de canela típica de Dinamarca. La podrás encontrar en diferentes puestos de comida, pero si estás dispuesto a recorrer el país te recomendamos que la compres en el mercado más antiguo del mundo, ubicado en la villa medieval de Tønder.
- Pueblos sacados de un cuento
Svaneke, elegido el pueblo más bonito de Dinamarca en 2015, conserva un atractivo y cuidado casco histórico, molinos de viento, una iglesia circular románica y la famosa Torre del Agua de Jørn Utzon.
Århus es la segunda población más grande de Dinamarca. Una ciudad joven y repleta de vida con una gran oferta de restaurantes, cafés, pubs y tiendas. El Barrio Latino es el distrito más antiguo y con más encanto de la ciudad con callejones estrechos y casitas de madera con espectaculares fachadas.
En el sur de la península de Jutlandia se encuentra Ribe, el pueblo más antiguo de Dinamarca. Esta villa ha sabido preservar su identidad vikinga a lo largo de los años conservando sus casas de madera y antiguas y estrechas calles. Desde la Torre de los Plebeyos, ubicada en la catedral, se puede disfrutar de unas maravillosas vistas de todo el pueblo y sus alrededores.
Saksun, situado en las islas Feroe, es un pequeño pueblo rodeado de verdes valles y altas montañas. Destacan los tejados de sus casas, cubiertos de césped por cuestiones de aislamiento. Es considerado uno de los pueblos más bonitos de Dinamarca y del mundo.
Y ahora no te obsesiones con encontrar el hygge durante tu viaje, porque este solo aparece cuando realmente no estás pendiente de encontrarlo. Así que céntrate en disfrutar de tu viaje y, si lo haces bien, a tu regreso entenderás por qué Dinamarca es sinónimo de felicidad.