Zaragoza es una de las grandes desconocidas de la geografía española. Si preguntas por ahí, la gente te dirá que vale la pena ver El Pilar y poco más. Pero la capital aragonesa cuenta con suficientes atractivos para que cualquier visitante se lo pase bomba. Monumentos, gastronomía, deporte… Aquí tienes cinco planes para exprimir la ciudad en un par de días. ¡Se te harán cortos!
Tras los pasos de Goya
Goya nació en Fuendetodos (Zaragoza), pero al ser un aragonés universal su legado se ha concentrado en la capital. Allí está el Museo Goya (Espoz y Mina, 23), el único en el mundo que de manera permanente muestra toda la serie de grabados ‘Los caprichos', ‘Desastres de la guerra’ y ‘La tauromaquia’. Y también el Museo de Zaragoza (plaza de los Sitios, 6), donde verás una colección representativa de todas las etapas del pintor, con retratos como el de Fernando VII, el duque de San Carlos, el de su propio hijo o el de amigos como Goicoechea. El Alma Mater Museum (antiguo museo diocesano) exhibe el retrato del arzobispo Joaquín Company. Tampoco hay que perderse las pinturas al fresco pintada por él en la basílica del Pilar: decoró la cúpula llamada ‘Regina Martirum’ (reina de los mártires) y la bóveda del Coreto. Y en las paredes de la iglesia de la Cartuja Aula Dei plasmó 11 escenas sobre la vida de la Virgen al óleo.
Edificios singulares
Zaragoza está repleta de edificios singulares y con historia. Desde los populares Teatro Principal (1799) y Mercado Central, (1895-1903), Monumento Nacional y Bien de Interés Cultural que ha sido reformado manteniendo el encanto de la forja original, hasta los más oficiales y majestuosos como el Palacio de La Aljafería (s. XI), Patrimonio de la Humanidad que alberga la sede de las Cortes de Aragón y que demuestra por qué la capital aragonesa es referente del arte musulmán en el norte de España. Zaragoza también tiene un importante pasado romano (atención a su teatro, enclavado en la casi escondida plaza de San Pedro Nolasco); de hecho, el nombre de la ciudad procede etimológicamente de Caesaraugusta.
Gastronomía
La gastronomía es uno de los ganchos de Zaragoza, que en los últimos tiempos ha elevado el nivel de su oferta restauradora. Igual se puede callejear por El Tubo, donde proliferan bares y restaurantes populares, como acudir a establecimientos señeros ubicados en otros lugares de la ciudad. Toma nota de estos, no te fallarán: Casa Lac (en 1825 obtuvo la primera licencia de restaurante de España y hoy en día apuesta por las verduras en Mártires, 12), El Méli del Tubo (tapeo con estilo, sabor y ambientazo en Libertad, 12), La Ternasca (templo del ternasco en Estébanes, 9), Nola Gras (cocina fusión en Francisco de Vitoria, 28-30), + Albarracín (gastrobar de platos aragoneses actualizados en la plaza de Nuestra Señora del Carmen, 1-2-3), La Flor de Lis (taberna del siglo XXI con clásicos del tapeo y de autor en Don Jaime I, 34), River Hall (cocina creativa con vistas panorámicas sobre el Ebro en la avenida de José Atarés, 7), La Clandestina (platillos viajados en San Andrés, 9), Txalupa (cocina de mercado señorial en el paseo de Fernando el Católico, 62), Gayarre (templo del mejor producto aragonés en la carretera del aeropuerto, 370, Km 3,400)…
Además, Zaragoza alberga numerosas jornadas gastronómicas a lo largo del año: Gastropasión (cocina tradicional de Semana Santa), Gastrotapas (platillos a finales de verano), el certamen de restaurantes de la ciudad (unos 40 establecimientos preparan menús en marzo), Pilar Gastro Week (guisos y menús aragoneses durante las fiestas del Pilar, en octubre), el concurso de tapas (el más antiguo de España, en noviembre)…
Parque del Agua Luis Buñuel
Zaragoza es sinónimo de río Ebro. Y su ribera transitable, tanto para peatones como para ciclistas o patinadores, es uno de los atractivos de la ciudad, especialmente para quien quiere hacer un poco de deporte o disfrutar en familia al aire libre. Así, por ejemplo, se puede ir por ahí desde El Pilar hasta el Parque del Agua Luis Buñuel, en el meandro de Ranillas, junto al recinto que albergó la Exposición Internacional en 2008. Allí se puede practicar piragüismo en aguas bravas, jugar al pádel y al pitch & putt, tomar el sol en sus playas urbanas, subir a un tren turístico, alquilar bicis y barcas…
Otro pulmón de Zaragoza es el Parque Grande José Antonio Labordeta, al lado del estadio de La Romareda. Sus flamantes tulipanes, plantados a principios del año 2021, han causado sensación entre los instagramers irredentos y entre ciudadanos sin redes sociales. Esta zona verde de 270.000 metros cuadrados, con pinares, avenidas y 22 esculturas, cuenta con un jardín botánico y es el típico lugar de paseo de los maños.
El Pilar y la Seo
Y sí, El Pilar. EL icono. La catedral-basílica de Nuestra Señora del Pilar es un templo barroco que comenzó a construirse en 1681 en el mismo lugar donde hubo una iglesia románica y luego una gótico-mudéjar, y cuya última torre se levantó en 1961. No hay que perderse las pinturas al fresco de Goya ni tampoco olvidar las bombas que cayeron sobre el edificio durante la guerra civil y que aún siguen allí. Dos recomendaciones: una es subir al ascensor panorámico y otra, tomar la mejor foto del monumento desde el balcón de San Lázaro, al otro lado del puente de Piedra. Y si vas al Pilar, acércate al extremo de la enorme plaza, una de las más grandes de Europa, para contemplar la primera catedral la ciudad: la Seo del Salvador. Se empezó a construir en el siglo XII en estilo románico y se culminó en 1788 con la colocación de cuatro estatuas que representan a las virtudes cardinales en la torre nueva de la Seo, sobre el cuerpo de la torre del reloj.
Y ahora seguro que no pasarás de largo por Zaragoza porque ya sabes todo lo bueno que te ofrece la ciudad. Así que pilla un Vueling y aterriza junto al Ebro. Te esperan tantas cosas buenas…