Rodeados de un paisaje de ensueño entre colinas, acantilados y bañados por el mar Mediterráneo: Monterosso al Mare, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore son el conjunto de los 5 pueblos que forman Cinque Terre.
Cinque Terre es un mosaico de colores en una de las zonas más bellas del Mediterráneo. Acantilados, bosques de pino, parajes naturales… Cinque Terre presume de una imagen reconocible prácticamente en todo el mundo.
¿Cómo llegar y moverte por Cinque Terre?
Los aeropuertos más cercanos son los de Génova, Florencia y Milán. Hay trenes que conectan estas ciudades con La Spezia, y desde allí puedes optar por ferries, trenes regionales o alguna ruta a pie para llegar a cualquier pueblo de Cinque Terre.
Para moverte por esta Italia de cuento de hadas, una zona característica por sus calles estrechas y escarpadas y sus carreteras de difícil acceso, recomendamos comprar la Cinque Terre Card, que ofrece viajes ilimitados con el tren regional que conecta los 5 pueblos. Si los horarios y las esperas no son lo tuyo, también puedes optar por alquilar un coche a través de Vueling Cars. Sin embargo, el acceso queda restringido a turistas dependiendo del aforo. ¡Nos vamos a Cinque Terre!
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¿Qué visitar en Cinque Terre?
Cada uno de los pueblos tiene su propio encanto. Este conjunto de aldeas pintorescas de la costa italiana es una gran opción para disfrutar del sol, la playa, paisajes de postal e incluso senderismo (los pueblos están separados por la famosa ruta Sentiero Azzuro o Sendero Azul, una hermosura).
1. Monterosso al Mare
Monterosso al Mare es el pueblo más grande de Cinque Terre. Consta de 2 partes divididas pero conectadas por un túnel: el casco antiguo y la parte moderna. Es famoso por sus largas playas de arena, su animado ambiente y su peculiar iglesia: la parroquia de San Juan Bautista, que data del siglo XVII y en su interior alberga frescos y esculturas de la época.
Es imprescindible visitar la estatua de Neptuno o el gigante de Monterosso, una escultura de más de 14 metros a los pies de la playa de Fegina, así como el Oratorio dei Neri o el Convento de los Capuchinos. Además, podrás pasear por sus calles empedradas, conocer un centro histórico perfectamente conservado y perderte por las tiendas de la Via Fegina, una calle llena de comercios y restaurantes locales. Tu tarjeta echará humo.
2. Vernazza
Vernazza es el pueblo más pintoresco de Cinque Terre. Está construido alrededor de un pequeño puerto con casas en colores pastel que se extienden por las rocas y coronado por el Castillo Doria de Vernazza.
No pierdas la oportunidad de conocer la ciudad vieja, visitar la iglesia de Santa Margherita di Antiochia del siglo XIII, subir al castillo Doria y quedarte embelesado con las vistas al mar. ¡Merecerá la pena!
3. Corniglia
Tranquilidad es la palabra que define a Corniglia. Ubicado en la cima de una colina, a unos 100 m del nivel del mar, es el único pueblo de Cinque Terre que no tiene acceso directo al Mediterráneo. Para llegar hasta sus encantadoras callejuelas deberás optar por subir 382 escalones e ir disfrutando de las vistas (¡ánimos, que no hay dolor!) o subir con el bus eléctrico si te fallan las fuerzas.
No hay que perderse la impresionante panorámica que ofrece la terraza de la Iglesia di San Pietro y, para acabar la jornada, dirigirse al mirador de Punta Mesco para disfrutar de una vista espectacular de toda la región al caer la tarde.
4. Manarola
Manarola, construido sobre una roca de 70 m de altura, desciende por un acantilado en un despliegue de casas de colores que desembarcan en el puerto. Este pueblo es típico por sus campos de viñedos, donde los locales cultivan las uvas que producen los diferentes vinos D.O.P, como el famoso Schiacchetrà. ¡Brinda por la vida frente al mediterráneo con una copa de esta maravilla!
5. Riomaggiore
Riomaggiore es el pueblo más antiguo de Cinque Terre y seguramente el más escarpado. Su diminuto puerto y el rompeolas ofrecen una vista entrañable de esta pequeña localidad de apenas 10 km². El icono principal de la aldea es la Iglesia de San Giovanni Battista, aunque no hay que perderse los restos que quedan del castillo de Riomaggiore. Este balcón al Mediterráneo ofrece unas vistas únicas, aunque si lo que quieres es una buena foto para tus redes sociales dirígete al rompeolas y la perspectiva te dejará sin palabras.
Si no quieres perderte los pueblos italianos más famosos de todo Instagram, compra tu billete y coge tu cámara de fotos… ¡Volamos a Italia!