La ciudad vasca cuenta con un sinfín de lugares y planes para que adultos y niños se lo pasen en grande. Hay arte, cultura, aventura, juego, naturaleza, gastronomía y arquitectura, entre muchas más cosas divertidas.
Toma nota de esta ruta con lo mejor de lo mejor para descubrir Bilbao cautivando a los más pequeños.
Conviértete en capitán/a en el Museo Marítimo
El Museo Marítimo es de lo mejorcito para que se lo pasen bomba. Ubicado en un antiguo astillero, tiene mucho espacio para jugar, numerosas exposiciones interactivas y graaaaaandes buques en los que incluso se puede subir a bordo y sentir que estamos al mando.
Explorar el parque Doña Casilda
Es de los parques más grandes de la Bilbao, así que niños y niñas podrán desfogarse tanto como quieran al aire libre, dar de comer a los patos del lago o flipar con las vistas a las cascadas. Y por si aún les queda energía, Doña Casilda cuenta con un área de actividades y un tiovivo que se convertirá en el mejor terreno de juegos. Un último consejo: llevaos un pícnic y el día ya resultará má-gi-co.
Subir al funicular Artxanda
El funicular Artxanda recorre el antiguo camino de hierro de la montaña y transporta a los pasajeros a lo largo de la montaña de Artxanda. Las vistas a la ciudad son una maravilla.
Del cielo… nos vamos al agua
¿Qué puede molar más a los peques que subirse a un ‘Bilboats’ para descubrir Bilbao desde el río? ¡Éxito garantizado! Solo para ver la gigantesca silueta del Museo Guggenheim ya va la pena, pero hay mucho más, empezando por el fantástico mercado de la Rivera….
La joya de Bilbao: El Guggenheim
¿Quién dijo que los museos no son para los peques? Alguien que no ha visitado el Museo Guggenheim de Bilbao. Eso sí, tened en cuenta que su visita empieza en las calles colindantes, en el barrio de las artes, donde lo peques se podrán culturizar jugando con las esculturas divertidas, gigantes y lúdicas de Jeff Koons (Chiot y Tulipes, por ejemplo) y la araña gigantesca de Louise Bourgeois.
Un día de excursión en el bosque de Oma
Si ya habéis recorrido la ciudad, y tenéis ganas de verde, poned rumbo en familia al bosque de pintado de Oma, “Baso Margotua” en euskera. Algo así como una galería de arte al aire libre en la que aturaleza y cultura se fusionan. ¿Cómo? Gracias a las numerosas y coloridas obras de arte que hay pintadas en los troncos, un trabajo realizado por el artista Agustín Ibarrola en el año 1982 en uno de los bosques del barrio de Oma, en Kortezubi. Otro punto a favor: la visita es gratuita.
¡A ponerse las botas!
Si sois una familia foodie, os lo pasaréis bomba en el Mercado de la Ribera –el mercado cubierto más grande de Europa, con más de 10.000 metros cuadrados–. Un gran plan para que los chiquis puedan descubrir todo tipo de frutas y verduras del mundo, así como pescados y mariscos del Atlántico. Cada parada es un espectáculo y, claro, no hay que olvidarse hincar el diente a lo que más os apetezca.
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