Desde la Sagrada Família hasta la bodega más auténtica del Raval. Descubre los spots más hot de Barcelona elegidos por la gente local.
Barcelona es una de esas ciudades que siempre te dan lo que buscas. Ya sea divertirte en familia, disfrutar con tus amigas de toda la vida, pasar un finde diferente en pareja o simplemente estar unos días a tu aire. Es algo mágico que tiene la ciudad: está llena de propuestas que siempre cumplen su promesa. La pregunta es, ¿sabes por dónde empezar? Si tienes 5 días, tienes todo lo que necesitas para descubrir lo que Barcelona tiene para darte. Pilla tu agenda y toma nota, ¡nos vamos!
Día 1: Gràcia, Park Güell, Tibidabo y Sant Gervasi
Barcelona es conocida por muchas cosas, entre ellas sus alturas. Por eso los primeros días del viaje son los mejores para aprovechar el boost de energía que tienes y subir hasta el punto más alto de la ciudad. Primera parada del día: el barrio de Gràcia. Cuenta la leyenda que es como un pequeño pueblo del que la gente nunca sale. Y es que Gràcia tiene un encanto que te atrapa. Plaza del Sol o Virreina, Carrer Verdi y Passeig Sant Joan son lugares ideales para desayunar un specialty coffee y coger fuerzas para seguir subiendo hasta el Park Güell. Sin duda, una de las obras arquitectónicas más veneradas de Gaudí dignas de una visita y unos cuantos selfies desde sus miradores. Pero el camino no acaba aquí.
Next stop: Tibidabo. Probablemente el lugar más top para disfrutar de una panorámica de la ciudad. Si vas con niños, seguro que estarán encantados de jugar sin límites en el parque de atracciones. No es Port Aventura (que lo puedes visitar también si tienes un día más), pero casi, y está a un simple trayecto de funicular, que en sí mismo ya es una aventura. Para acabar el día, de bajada puedes dejarte caer por Sant Gervasi, uno de los barrios más posh de la ciudad para darte un buen capricho y disfrutar de una cena exquisita o un cóctel sofisticado con tu partner in crime.
Día 2. Passeig de Gràcia, La Rambla y el Raval
No puedes decir que has estado en Barcelona si no marcas en tu checklist algunos musts, empezando por Passeig de Gràcia. Una avenida infinita repleta desde las mejores marcas hasta las tiendas más populares, terrazas y restaurantes para disfrutar de una mañana de compras y perderte en placeres terrenales. El paseo te llevará a descubrir La Pedrera (o más correctamente, Casa Milà) y la Casa Batlló de Gaudí para desembocar poco después en Plaza Catalunya, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Su impactante arquitectura, la fuente abarrotada y el infinito ir y venir de sus gentes tiene un aire de lo más cosmopolita.
Sin duda un lugar para tomar el pulso de la ciudad y para a repostar en Honest Greens, local hipster donde los haya; en la hamburguesería favorita de Obama Five Guys o esperar un poco más para llegar hasta un lugar que realmente merece la pena: el Mercado de la Boqueria. Un paraíso gastronómico en plena Rambla donde disfrutar in situ de las clásicas tapas que nunca pueden faltar o comprar todo tipo de productos frescos y exóticos.
El día continúa y es momento de adentrarte en el barrio del Raval para disfrutar de los planes más random. Desde trepar la escultura del Gato de Botero hasta hacerte un cambio de look 100% Bcn en el salón Inst Berlín, tomarte algo en 23 Robadors mientras disfrutas de una buena jam session en directo, dejarte caer por el Madame Jasmine para desplegarte con libertad en el ambiente más queer de la ciudad o cruzar Paral·lel para desfogarte en el Apolo, uno de los clubes nocturnos más top de la ciudad. Pero si prefieres no abandonar el Raval todavía, allí tienes una cita con la Filmoteca y el CCCB para empaparte de cine independiente y exposiciones de vanguardia. Y si todavía tienes hambre el Bar del Toro, El Pollo o La Ravala son algunas de las bodegas y bares con más ambiente de la zona donde conocer gente y tomarte un vermut casero de categoría.
Día 3. Sagrada Família, Poblenou y la playa de Barcelona
No puede faltar una visita a la Sagrada Família: la obra maestra de Gaudí con más corazón. El templo modernista y su sobrecogedora altura atrae todas las miradas de la ciudad. Si te apetece tomarte un descanso, puedes hacer una parada en los jardines de la Plaza de Gaudí, ¡y seguimos! En dirección hacia la playa, bajando por la Avenida Diagonal llegarás hasta la Torre Agbar, un edificio famoso por su peculiar forma y que asoma entre los tejados de la ciudad con un mirador de escándalo. A su lado tienes una parada obligatoria en el Mercat dels Encants: el lugar ideal para encontrar piezas, ropa y objetos vintage y de segunda mano.
Por la tarde te espera Poblenou, un barrio ideal para ir de terraza en terraza y dejarte caer por Palo Alto, un recinto industrial que se viste de mercadillo los fines de semana junto a Dj’s y Moritz Barcelona; o si lo prefieres llegar hasta el IDEAL, el Centro de Artes Digitales de Barcelona, una galería de alta tecnología con proyecciones audiovisuales inmersivas en 3D. ¿Y qué mejor manera que acabar el día que con un paseo nocturno por la playa? La Mar Bella o Bogatell son perfectas para tomar una copa en alguno de sus chiringuitos a la orilla del mar o catar una paella de autor para una cena con vistas.
Día 4. Barcelona, Gòtic, Born
Hoy toca la Barceloneta. Ese lugar maravilloso para callejear de bar en bar en busca de gildas, bravas, pa amb tomàquet y un buen vermut de la casa. ¡No podrás parar! La zona de bares te atrapa, pero si consigues escaparte para que te dé un poco el sol seguro que tu cuerpo te lo agradece. Un helado fresquito y seguimos con el plan: el barrio Gòtic, seguramente uno de los más bonitos de la ciudad. Algunos puntos que no te puedes perder: la Catedral, “El Petó” de Joan Fontcuberta, o la Plaza Reial, ideal para comer, beber ¡y salir también! Por la noche se transforma y sus clubes acogen conciertos de lo más cool. A tan solo unos pasos te espera el maravilloso Liceu: símbolo burgués donde alucinarás con su maravillosa programación, aunque no por ello le hace sombra al Palau de la Música, por cierto.
Para rematar el día queda todavía el Born, un barrio pequeñito que acoge algunas de las calles con más historia. Si todavía no has hecho ningún tour turístico, es tu momento. Sus callejuelas te llevarán desde la Basílica de Santa Maria del Mar hasta el Moco Museum o el Museo Picasso, pasando por cantidad de comercios de artesanía y restaurantes con encanto. Y si aún te quedan ganas, justo al lado te espera una de las zonas más verdes en medio de la ciudad: el Parc de la Ciutadella. Un lugar para perderse y encontrarse entre sus lagos y sus gentes que acuden a hacer un pícnic, leer o practicar yoga. ¿Te unes?
Día 5. Poble-Sec y Montjuïc
¡Último día! Nos vamos al Poble-Sec, el barrio más variopinto de la ciudad. Destaca por sus contrastes entre las zonas más jóvenes donde se organizan todo tipo de conciertos espontáneos como las Tres Chimeneas y, por contrapartida, los apacibles Jardines de Montjuïc. Un laberinto infinito donde podrías pasarte el día relajándote. Allí encontrarás algunos de los sitios más bellos de Barcelona: el Jardí Botànic y el Museu de les Ciències, el mirador de Montjuïc o la Font Màgica. Y por ti todavía no habías tenido suficiente, Poble-Sec te depara los spots más artísticos de la zona: el Museu Nacional d’Art de Catalunya (MNAC), CaixaForum o el Mercat de les Flors.
¿Qué te ha parecido esta rutilla por Barcelona? Desde luego, si tienes más días, merece también la pena que te dediques a pasear sin rumbo por sus calles o, si te apetece salir un poco de la ciudad, tienes un montón de planes en los alrededores de Barcelona.